Pablo caminó sin ganas antes de abrir la puerta de entrada a su casa. Eran casi las 8:00 de la noche, sabía que ahí estaba uno de los chicos que pretendía a su hermana, Pablo como hermano del medio y con pocos meses de diferencia en edad con ella la cuidaba y celaba en grado sumo.
Abrió la puerta y supo que ahí estaba Andrés Torres, vestía una camiseta y pantalones ajustados. Andrés por un corto tiempo cursó estudios universitarios con Pablo, pero se retiró para dedicarse de lleno al fútbol. Con este deporte había ganado mucha fanaticada.
"¿Qué quieres Andrés?" preguntó Pablo con frialdad.
Andrés sonrió con arrogancia "Estoy aquí para salir con Jenny, me la llevo a la calle."
"Tienes que estar bromeando." Pablo sacudió la cabeza con desconfianza. "¡Jenny no es una puta para salir contigo!"
"No digas tonterías".
"tú eres seis años mayor que ella." dijo Pablo mirando de reojo a su rival. "¿Qué crees que estás haciendo?"
"Tu sabes" Sonrió estúpidamente Andrés "¿Está lista?"
Pablo negó. "Está en la ducha."
Andrés caminó, mirando la sala. "¿Dónde están tus papás?"
"En la calle" Respondió Pablo tomando asiento en el sofá. "¿Quieres decirme de qué se trata todo esto?"
Andrés se rió "Escucha, ella se acercó a mí, ¿captas?"
"¿Y tú no desaprovechaste la ocasión?" dijo Pablo indiferente.
"¿Por qué no? ella es muy linda." Sonrió Andrés maliciosamente. "Hay muchas cosas que puedo enseñarle."
“ Querrás decir que no hay mucho que pueda aprender de ti. Me enteré que la última chica que salió contigo tiene herpes vaginal” relato Pablo encolerizado hasta las orejas.
La sonrisa desapareció de la cara de Andrés “Amigo, esa perra no se acostó conmigo."
"¿En serio? ¿Qué, nadie quiere salir contigo? ¡Entonces vienes y sales con mi hermana!" gruño Pablo.
"Vete a la mierda." Replicó Andrés furiosamente. "Yo puedo salir con quien yo quiera. Es una casualidad que la chica con la que voy a estar está noche sea tu hermana."
"¡Pedazo de mierda!" dijo Pablo.
Andrés se echó a reír. "No te preocupes, voy a llevarla a un buen restaurant a comer rico. En primer lugar voy a darle una gran porción de la carne", explicó Andrés agarrándose el bulto en su entrepierna, "y después le voy a dar un buen jugo, una leche calientica que la babeara por toda la cara"
Pablo rugió y se lanzo sobre el jugador de fútbol, tirándolo hacia atrás. Los dos hombres luchaban empujando sus cuerpos musculosos. Se lanzaban improperios y golpes con sus manos fuertes y brazos fornidos, Andrés con fuerza dobló el brazo de Pablo, pero Pablo rápidamente demostró su habilidad como luchador y estrelló contra la pared a Andrés. Aturdido por el impacto, Pablo siguió rápidamente y metió el codo en el cuello de Andrés. Con la garganta bloqueada Andrés no podía respirar, y comenzó a ponerse rojo.
"¡Lárgate de mi casa!" gruño Pablo, sosteniendo a su enemigo contra la pared.
"Vete a la mierda, Pablo Chacón" escupió Andrés.
Los ojos de Pablo se abrieron con rabia y arqueó la pierna hacia atrás. Andrés vio la mirada de los ojos de su opositor y jadeó cuando la rodilla de Pablo saltó contra su ingle. Andrés con los pulmones oprimidos, empujó hacia afuera el poco de aire que le quedaba, y se tambaleó contra la pared. Empujándolo con fuerza, Pablo lanzó su rodilla por segunda vez, meciéndose a través de los muslos carnosos de Andrés y rompiendo en su bulto. Andrés gruñó sintiendo el dolor en sus testículos que subían lentamente al estómago.
"¿Quién carajo te crees que eres?" dijo Pablo cuando golpeó las bolas de Andrés por tercera vez.
Andrés gemía, incapaz de decir una palabra coherente.
"¿Y ahora, perra?" rugió Pablo cuando su rodilla chocó con dos testículos repletos de semen de nuevo, aplastando intensamente contra la pelvis, Andrés suspiró de dolor.
Pablo hundió la rodilla en la ingle del futbolista una y otra vez, sin importarle los lamentos de Andrés. Gemía de frustración, la fuerza de Andrés fue disminuyendo y sus formidables músculos fueron inútiles cuando Pablo le daba golpe tras golpe entre las piernas. El efecto acumulativo fue devastador para el orgulloso Andrés. No pudo estar de pie, finalmente Pablo dio el ultimo rodillazo y Andrés quedó rendido entre sus brazos.
Pablo se esforzó por mantenerse en posición vertical, para apoyar a Andrés de espalda contra la pared. Se detuvo cuando escuchó la puerta desde el segundo piso, pero como nadie bajó hasta allí, volvió su atención a Andrés. El futbolista estaba aturdido, sus ojos miraban hacia delante. Pablo rió para sus adentros y miró el bulto prominente en los pantalones de Andrés. Tipos como él no tenía derecho a salir con su hermana menor, pensó Pablo cuando metía la mano en los pantalones de Andrés. Pasó los dedos por su pene semi-duro, y apretó las bolas peludas del futbolista.
Andrés no respondió a pesar de la feroz manera en la que Pablo apretó sus huevos. Como prácticamente no hubo ninguna reacción por parte del jugador, Pablo aumentó el apretón y la presión, causando que el pene de Andrés, se sacudiera y estirara. Pablo apretó con más fuerzas las pelotas durante varios minutos y sintió que su propio pene de mucho grosor se hacía grande.
Casi de la nada, Andrés gimió, su polla dura estaba latiendo sin control. Pablo todavía apretaba las gónadas. Andrés sintió las primeras gotas de semen que estaba eyaculando, movido por el orgasmo. Pablo sintió el primer chorro de semen caliente. En sólo cuestión de segundos, las bolas de Andrés habían sido drenadas y un lote de su leche pegajosa había manchado sus pantalones.
Pablo sacó su mano de los jeans y se limpió los dedos cubiertos de esperma en la camisa de su rival. Andrés se dejó caer al suelo, sucio y caído en desgracia, se agarró la entrepierna y gimió. Pablo sonrió a su trabajo y lo dejó allí para ir a charlar con su hermana.
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