Rafael ChacĆ³n estudiaba en la universidad y desde entonces su padre le habĆa regalado un departamento para que comenzara a practicar la independencia. Era tanto lo que ponĆa en prĆ”ctica que entre esas cosas estaba llevar de visita a su novia. SarahĆ una guapa chica de cabellos negros, en ese momento de intimidad ella se inclinĆ³ hacia adelante y besĆ³ a su rubio novio, cuando tomaron distancia ella se mordiĆ³ el labio inferior y masajeĆ³ la entrepierna de su chico con el pie.
Rafael le sonriĆ³ y la volviĆ³ a besar apasionadamente. Sus lenguas jugaban entre sĆ, sus labios se tocaban. El sabor de la lengua de SarahĆ era fascinante, prometedor.
La felicidad del beso estuvo acompaƱada por el pie de la muchacha manipulando la polla y las bolas de Rafael.
El miembro del rubio estaba duro como el acero mientras el pie jugaba con sus grandes testĆculos y la lengua de SarahĆ tocaba la de Rafael.
Sin romper el beso, SarahĆ intensificĆ³ su juego de pies, presionĆ”ndolo en la entrepierna de Rafael.
Ćl gimiĆ³ en la boca de SarahĆ mientras sus pelotas se aplastaban lenta y suavemente contra su asiento en la cama.
—Te la quiero meter —gimiĆ³ en la boca de SarahĆ, sin aliento.
—Primero voy a hacer que te corras —susurrĆ³ SarahĆ. Su respuesta fue seguida por un fuerte pisotĆ³n en los huevos de Rafael.
El joven gimiĆ³ de dolor.
SarahĆ girĆ³ su lengua dentro de la boca de Rafael. El novio la hizo levantar y se abrazaron y besaron apasionadamente, Ć©l arregostĆ”ndole su dura polla.
Con eso, SarahĆ levantĆ³ su rodilla, embistiĆ©ndola entre los muslos de Rafael.
Rafael dejĆ³ escapar un gruƱido.
SarahĆ se riĆ³, empujando a Rafael sobre la cama. RevisĆ³ su bolso sobre la mesa y extrajo una cajita que contenĆa juguetes sexuales que la muchacha golosa habĆa comprado en las Ćŗltimas semanas.
SarahĆ agarrĆ³ una esposas, se subiĆ³ encima de Rafael, se sentĆ³ a horcajadas sobre Ć©l y lo sujetĆ³ a la cama. Le guiĆ±Ć³ un ojo.
—¿QuĆ© te hace pensar que me voy a quedar esposado a la cama? —preguntĆ³ Rafael, con una sonrisa descarada en su rostro.
SarahĆ parpadeĆ³.
Usando una fuerza varonil, el muchacho la empujĆ³ sobre la cama dejĆ”ndola boca arriba y asĆ la esposĆ³ a la cama. AtĆ³ sus pies al marco de la cama, y se quedĆ³ de rodillas entre sus muslos. Se inclinĆ³ ante el sexo de su novia y comenzĆ³ a lamer. SarahĆ gimiĆ³ de placer.
El muchacho hizo exquisitos movimientos con su boca, chupando apasionadamente.
—Dios —gimiĆ³ SarahĆ, retorciĆ©ndose.
Rafael mirĆ³ hacia arriba, aumentando el hermoso brillo de sus ojos. Al mismo tiempo que la vagina de SarahĆ quedaba mojada con la saliva del novio.
Rafael sonriĆ³ y volviĆ³ a su faena con labios y lengua.
SarahĆ gimiĆ³, retorciĆ©ndose de placer, mientras Rafael jugaba con su vagina y clĆtoris. El juego de sus dedos tambiĆ©n la penetraban.
—Cuidado, cuidado, me voy a correr —gimiĆ³ SarahĆ, echando la cabeza hacia atrĆ”s llena de placer.
Sin embargo, Rafael no mostrĆ³ signos de disminuir la velocidad, y siguiĆ³ usando sus dedos y chupando hasta tragar una gran cantidad de los fluidos de SarahĆ. El sabor salado de la feminidad de su novia llenĆ³ la boca del joven que tragĆ³ lo que pudo. El resto saliĆ³ de su boca.
El siguiente beso que los uniĆ³ fue salado.
—Mi turno —susurrĆ³ SarahĆ sin aliento—. Quiero tragarme tu leche.
—TodavĆa no —dijo Rafael, enseguida revisĆ³ la caja de su novia y se consiguiĆ³ con los consoladores.
SarahĆ se mordiĆ³ el labio inferior mientras Rafael tomaba el mĆ”s grande, un delgado vibrador color verde, y se lo metiĆ³ en la boca chupando como si un pene estuviera dentro de su masculina cavidad, lubricĆ”ndolo con una potente mezcla de saliva para despuĆ©s llevarlo hasta la vagina de la chica, lenta y sensualmente.
SarahĆ estaba excitada a mĆ”s no poder.
Ocasionalmente, Rafael sacaba el consolador de interior de SarahĆ para escupirlo o chuparlo y empujarlo de nuevo dejĆ”ndolo bastante lubricado logrando que su novia solo pudiera gemir y se retorcĆa en la cama.
DespuĆ©s de un largo rato el consolador quedĆ³ bastante empapado de los jugos femeninos de la hermosa muchacha.
—AHORA es mi turno —sonriĆ³ Rafael, colocando el mojado consolador entre las tetas de SarahĆ y la desataba.
SarahĆ no se demorĆ³ en atar a Rafael a la cama. Se inclinĆ³ y tomĆ³ la polla de su novio en su boca. CerrĆ³ una mano alrededor de las bolas de Rafael, apretĆ”ndolas con fuerza.
La doble sensaciĆ³n de tener sus bolas aplastadas y su polla chupada al mismo tiempo hizo que Rafael eyaculara en poco tiempo, eyaculando un potente manjar de semen.
Rafael gimiĆ³ de placer.
Un momento despuĆ©s, gimiĆ³ de dolor cuando SarahĆ lo golpeĆ³ en las bolas. Luego se levantĆ³ en la cama y puso su pie sobre los huevos de su novio, aplastĆ”ndolos como un insecto, torciendo el pie, aplastando los cojones bajo su planta hasta que Rafael disparĆ³ una gran rĆ”faga de leche que atravesĆ³ el aire y cayĆ³ sobre su cara, manchando sus hermosos rasgos de Dios griego rubio.
SarahĆ continuĆ³ pisoteando las dos pelotas, aplastando hasta la Ćŗltima gota de leche en ellas.
—Creo que solo queda una cosa por hacer —dijo SarahĆ con una dulce sonrisa mientras se arrodillaba y sacudĆa el miembro de Rafael.
El muchacho gimiĆ³ con su rostro cubierto de su propio semen, se dejĆ³ llevar por las caricias femeninas que endurecieron de nuevo su polla, dejĆ”ndola rĆgida. AsĆ, SarahĆ se la fue metiendo lentamente.
Los dos novios gemĆan y gruƱĆan de placer.
SarahĆ apretĆ³ las gĆ³nadas de Rafael y las pellizcĆ³, haciendo que Ć©l gimiera y jadeara mientras la follaba duro y profundo.
Llegaron al clĆmax juntos.
Rafael disparĆ³ su corrida profundamente dentro de SarahĆ, llenĆ”ndola con su semen, dejando su marca ChacĆ³n en ella.
La chica se sacĆ³ la polla del coƱo y terminĆ³ de vaciar la leche de los huevos del novio dejando la blanca laguna sobre los abdominales de su novio, apretando sus testĆculos magullados hasta que estuvieron completamente vacĆos.
Se quedaron dormidos, ella en brazos de su novio, exhaustos, a Rafael le demorĆ³ conciliar el sueƱo, se agarraba los testĆculos rojos e hinchados, ambos sudaban con la piel cubierta de sudor y semen, pegados, llenos de semen, pero sus corazones llenos de amor y alegrĆa.
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