El sol abrasador caĆa sobre la cancha de cemento donde se encontraban Israel ChacĆ³n, Luigi Riganti, Francisco Salinas, Miguel Ladera y Camilo listos para comenzar la competencia.
—Muy bien, caballeros, ya conocen las reglas —dijo Farid muy emocionado para dar inicio a la segunda competencia—. El primero en anotar 7 puntos gana —tras ello lanzĆ³ una pequeƱa pelota al aire.
Los siete hombres vestidos con calzoncillos comenzaron a luchar entre ellos por tan solo adueƱarse de la Ćŗnica pelota, pero Francisco Salinas fue el mĆ”s rĆ”pido y la tomĆ³ primero. Se acercĆ³ a un cĆrculo dispuesto en el suelo, muy cerca del aro, donde podĆa pararse tranquilamente y anotĆ³ su primer punto.
—¡Yeah! —gritĆ³ emocionado.
—¡Suerte de principiante! -—respondiĆ³ Miguel rascĆ”ndose la cabeza.
Todos continuaron luchando, y con una palmada a huevos de Miguel que le hizo resbalar la pelota de la mano, Camilo se adueĆ±Ć³ de ella y corriĆ³ al cĆrculo, logrando encestar
—¡Igualamos, Francisco!
La pelota pasĆ³ de uno a otro. Francisco y Camilo iban a la cabeza con 3 puntos cada uno. Miguel los seguĆa de cerca con 2.
—¡Vamos, Israel, muĆ©vete! Vas a perder de nuevo como tu papi —se burlĆ³ Luigi mientras encestĆ³ su primer punto.
Israel hizo una seƱal obscena con una mano. Se aglutinĆ³ en el grupo de hombres cuando lucharon por adueƱarse de la pelota, arrastrĆ³ por los pies a Francisco, torciĆ³ el brazo de Miguel y evitĆ³ un rodillazo en las pelotas por parte del poderoso modelo Camilo, se apoderĆ³ de la pelota y se preparĆ³ para su lanzamiento. Sin embargo fallĆ³ su tiro.
Luigi y Camilo continuaron anotando puntos. Miguel tambiĆ©n mejorĆ³ su juego. Para el final, el marcador era:
Luigi y Camilo: 6 puntos
Miguel: 5 puntos
Francisco: 3 puntos
Israel: 1 punto
Israel lamentablemente terminĆ³ siendo el gran perdedor. En un emocionante final, Luigi anotĆ³ el punto ganador.
El hijo de Piero Riganti celebrĆ³ su victoria.
—Buen juego, Luigi —felicitĆ³ Farid—. Israel ChacĆ³n, por tu desempeƱo y ser el jugador con menos puntos durante el juego terminas siendo el perdedor de la jornada. Y sabes lo que le ocurre a los perdedores.
—¡Pues, no, no lo harĆ”n! —se negĆ³ Israel entrando en pĆ”nico.
Se dio la media vuelta para huir, pero se encontrĆ³ con Camilo Santana que lo mirĆ³ desafiante. El guapo dentista negĆ³ con la cabeza, pero un apretĆ³n en los testĆculos de parte del modelo lo hizo saltar y toser de dolor. Los dedos de Camilo apretaban sus grandes bolas guardadas en el apretado calzoncillo, estaba apretando fuertemente, moliendo cada huevo. Israel hizo una mueca y se doblĆ³ apoyĆ”ndose en el fuerte bĆceps del modelo.
Farid sonriĆ³ y asintiĆ³.
Camilo soltĆ³ los testĆculos de Israel, pero Francisco se acercĆ³ por detrĆ”s y le hizo un pequeƱo calzĆ³n chino.
—Aaaaaah —gritĆ³ Israel dolorido. Se quedĆ³ torcido con una mano en los genitales.
—Aparta tus manos, Israel —anunciĆ³ Luigi arrodillĆ”ndose ante Ć©l—. Es mi turno.
—No tan doloroso, por favor —pidiĆ³ el pobre ChacĆ³n con un dejo de miedo en su voz.
—¡Hombre, serĆ” divertido! —sonriĆ³ Luigi y con toda la fuerza que pudo reunir aplastĆ³ los nudillos del puƱo profundamente en las dos bolas carnosas de Israel.
El rubio chillĆ³ y se hundiĆ³ en el suelo, moviendo sus manos en los testĆculos.
—¿EstĆ”s bien? —preguntĆ³ Miguel acercĆ”ndose.
—Un momento —gimiĆ³ Israel, consolando sus bolas y retorciĆ©ndose en el suelo. TratĆ³ de sonreĆr y se levantĆ³. Se frotĆ³ los huevos y mirĆ³ con miedo al hombre que procedĆa de la selva.
Miguel Ladera se hundiĆ³ de hombros e intervino con una patada a Israel en las bolas, dando de lleno en ambos testĆculos.
Israel ChacĆ³n chillĆ³ y cayĆ³ al suelo.
—¡AAAAY, MIS BOLAS! —se lamentĆ³ con una hermosa expresiĆ³n de dolor en su rostro.
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