Catador de semen: Rafael

Rafael Chacón se recostó para descansar de la brisa, era domingo por la tarde y solo quería estar tranquilo. Al estar con los ojos cerrados disfrutando del aire puro en la hacienda de su familia, no vio la pelota de fútbol que volaba hacia él.

—¡Cuidado! —sonó una voz masculina de alerta.

Pero fue muy tarde.

El balón impactó directamente en sus testículos, golpeándolos con toda su fuerza.

El muchacho gritó, sus ojos se abrieron como platos, mientras saltaba en la tumbona cayendo al piso y el balón rodaba hacia la piscina. Rafael sostuvo sus bolas mirando a Lenin que se acercaba corriendo.

—Lo siento, Rafa —se excusó al llegar—. Estaba ensayando y parece que le he dado muy duro.

Rafael gimió de dolor, sentía que sus huevos latían como si fueran a explotar.

—Me duele —susurró—. ¡Mis bolas, oh!

Tardó unos cuantos minutos en recuperarse, el inesperado golpe lo impactó más de lo habitual y Lenín se quedó siempre allí mirándolo y sonriendo con una carpa que se levantaba en su ropa veraniega. 

Rafael se fue poniendo de pie con una mano todavía agarrando su punzante entrepierna.

—Si quieres puedo hacerte una revisión —afirmó Lenin—. Así nos aseguramos de que todo siga en perfecto funcionamiento.

—No —respondió Rafael retrocediendo.

Pero su respuesta fue totalmente ignorada ya que Lenin usó ambas manos comenzando a explotar la hermosa anatomía masculina de Rafael. 

—Vaya, parecen un poco hinchados y quizás reventados —determinó haciendo rodar las grandes y jóvenes bolas entre sus dedos—. Pero por experiencia sé que los testículos de los Chacón son bastante fuertes, sí. Y me doy cuenta que eres uno auténtico, 100% hijo de Israel y nieto de Marcos —liberó los testículos de Rafael y suspiró emocionado—. Me alegro de que seas un auténtico Chacón y tus testículos sean lo suficientemente duros como para recibir varios golpes —sonrió seductoramente mientras colocaba una mano en el hombro del muchacho y levantaba su rodilla entre sus muslos suavemente, tocando sus cocos.

Rafael tragó saliva, provocándole una risa a Lenín mientras bajaba la pierna.

—¿Qué pretendes? —protestó Rafael.

—Hacer que la pases muy bien —aseguró Lenín cayendo de rodillas y bajando los short de Rafael. Se apoderó de su pene moviéndolo hacia arriba y hacia abajo.

—No lo hagas —pidió Rafael. Pero la boca de Lenín comenzó a probar su barra de carne que en pocos segundos aquirió una robusta dureza. El rubio cerró los ojos—. Voy a correrme pronto… —Lenín no lo escuchó y se llevó el largo falo más profundo en la boca empujándolo hasta su garganta.

La succión de Lenín sobre el pene de Rafael fue magistral, lo hacía como un experto.

En poco tiempo Rafael empezó a tener deliciosos espasmos……… hasta que eyaculó.

Lenín gimió de placer al sentir explotar el jugo masculino dentro de su boca.

—¡Oh Dios! —gimió Rafael mientras eyaculaba.

Lenín chupó más fuerte mientras Rafael temblaba, sus piernas se empujaron hacia arriba envolviendo el hombro de Lenín, follando su boca con un último empujón. Finalmente Rafael quedó completamente agotado.

Lenín se puso de pie lentamente, moviendo la lengua degustando los tacos de leche que quedaban en su boca.

—Es una leche refrescante digna de una persona joven. Presenta una densa cremosidad apropiada para liberar el estrés y cargarse de energía positiva. Es de un embriagador caliente con un dulzor que domina al alma. 98% recomendable. Digna de compartir en una reunión de amigos. Abundante y caliente, se desliza muy suave por la garganta dejando un exquisito gusto a nueces por su paso.