Alfredo es torturado - Las Bolas de Pablo

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23 jul 2012

Alfredo es torturado

Pablo estaba oyendo la conversaciĆ³n entre su hermana y madre

"¿cuando te vas a animar a traer a tu enamorado a casa?" pregunto la madre

"mamĆ”... no lo se" negĆ³ con voz de fastidio Yenny

"ya lo quiero conocer" declaro la seƱora Jenny

"mas te vale que sea respetuoso y no un vago" amenazo Pablo

"no es vago" negĆ³ defendiendo Yenny "es un muy buen estudiante"

"eso espero" dijo con celos Pablo

Mientras Pablo celaba a su hermana por su cabeza no pasaba la idea de que su querido Alfredo sufrirĆ­a la peor de las torturas que puede pasar un hombre.

Alfredo salƭa del interior de su casa, cuando iba a subirse a su automovil, un hombre se acerco a Ʃl hablƔndole, sabia de quien se trataba, que era el ex de Pablo, simplemente que lo conocƭa por fotos

"¿que dices?" pregunto Alfredo frunciendo el ceƱo

"que te alejes de Pablo" siguiĆ³ amenazante Antonio


Alfredo cerro la puerta del automĆ³vil y se cuadro frente a Antonio, abriĆ³ las piernas, no para dejarse golpear por Antonio, sino como un lenguaje corporal que mostraba su superioridad y mas fuerza como hombre.

"yo fui pareja de Pablo" dijo Antonio

"ah, fuiste su pareja" dijo Alfredo soltando una risa sarcĆ”stica "tu lo has dicho fuiste... ya no. Ahora soy, entiĆ©ndelo bien, soy en tiempo presente, no pasado. Soy su pareja, tĆŗ fuiste. Y ya creo que no lo vuelvas a ser"

"solo te recomiendo que te alejes de Pablo" siguiĆ³ Antonio

"tu no eres nadie para recomendarme nada" negĆ³ Alfredo, tras de el, habĆ­a un hombre que Ć©l no conocĆ­a, pero Antonio y Pablo si, incluso el padre de Pablo lo conocĆ­a, era Armando, Ćŗnicamente que Alfredo no habĆ­a sentido su presencia tras el.

"ah, ¿no te vas a alejar de Pablo?" pregunto amenazante Antonio

"no ¿y que sucede si no lo hago?" dijo Alfredo dispuesto a luchar, apretando los puƱos.


Sin contestar nada Antonio disparo una fuerte patada en la entrepierna a Alfredo, el muchacho salto en el aire emitiendo un largo y fuerte rugido de dolor, echo la cadera hacia atrĆ”s y se agarro las bolas, Armando tras Ć©l, lo sostuvo antes de que cayera al suelo agonizante, le coloco un paƱo en la boca para dormirlo, un automĆ³vil alejado varias casas de la de Alfredo se puso en marcha, y ambos hombres subieron al hombre dormido. En instante Miguel puso su automĆ³vil a toda la velocidad por la calle, el punto de llegada era el galpĆ³n abandonado de Armando.

Llegados al lugar Armando y Antonio bajaron al inconsciente Alfredo, lo despojaron de sus ropas, para dejarlo desnudo, Armando se saboreo los labios al ver al hombre con un ajustado speedo rojo, se deleito mas al verlo completamente desnudo.


"maldito esteroides con patas" dijo Antonio al verlo desnudo, su pene aun sin estar erecto se veĆ­a tan grande, sus testĆ­culos se sentĆ­an gordos y ovalados dentro de un pequeƱo escroto

"yo lo podrĆ­a hacer feliz" pensaba con gracia Armando "Ć©l debe querer mucho a Pablo" dijo

"pues, con esto ya no creo que lo quiera mas" alego Antonio pareciendo malhumorado

"aquƭ estƔn las sogas" hablo Miguel

"perfecto" dijo Armando

Entre los tres trasladaron al muchacho desnudo hasta el medio de dos pilares, lo ataron de manos y pies, las manos unidas atadas a cada pilar dejandolo con las piernas abiertas, con una cinta adhesiva, pegaron su pene al abdomen, Armando veia con fascinacion como las venas se brotaban de su abdomen y adornaba su pene, una en particular. Y le dejaron las bolas colgĆ”ndole entre las piernas a merced de Antonio, que lo miraba con infinito odio

"verƩ desde mejor angulo" dijo Armando retirƔndose

"ten cuidado Antonio" dijo Miguel, haciendole un gesto nervioso con las manos para retitarse junto con Armando

Antonio espero con paciencia que Alfredo volviera en si. Tardo varios minutos en despertar, y al hacerlo, Antonio lo arrastraria al mĆ”s infinito y desesperante de los dolores, se arrodillĆ³ frente a el, mientras Alfredo en su interior estaba asustado, desnudo y frente a un gran enemigo, pero no lo demostraba lo mirada con profundo aborrecimiento, aunque tragaba saliva con frecuencia.

"suƩltame y pelea como los machos" fue lo que le pudo decir.

"no me da la puta gana. Solo deseo que te alejes de Pablo, por tu bien" contesto Antonio

Antonio en silencio trasladĆ³ la mano hasta el escroto de Alfredo, para tener poca piel, sus testĆ­culos eran grandes y gordos dentro de esa bolsa. Alfredo sacudiĆ³ su cuerpo entrando en pĆ”nico, chillo de dolor cuando Antonio apretĆ³ sus gordas bolas dentro de su mano fuerte de nadador, se sentian gordas, tanta gordura, no era mas que una zona sensible y fragil de macho. Sin otro ruido que proferir Alfredo empezĆ³ a gritar de dolor, imposibilitado de poder sobarse las bolas o de golpear a Antonio, sus manos estaban atadas con fuerzas al igual que sus piernas. Antonio empezĆ³ a aplastar las bolas con los dedos, revolviĆ©ndolas dentro del escroto mientras el grueso hombre gritaba lleno de dolor, incapaz de defenderse, solo reviviendo una y otra vez la terrible tortura, Antonio soltĆ³ las bolas y vio cono gruesas lagrimas resbalaban por la cara de Alfredo, le sonriĆ³ con malicia, se sentia orgulloso de lo que causaba, tomĆ³ aire, para luego estrellar con fuerzasu puƱo en los gordos huevos del rubio, Alfredo gritĆ³ mientras sacudĆ­a su cuerpo en un nulo intento por soltarse y por reaccion a sus bolas pulverizadas.

Antonio se levanto de entre las piernas de Alfredo, ya que estaban abiertas en forma de "V" y su pene pegado con una cinta le miro las bolas con mirada maligna mientras advertia como el miedo invadĆ­a el cuerpo del fuerte rubio, el pie de Antonio se echo hacia atrĆ”s, a tiempo que Alfredo le imploraba con lagrimas en lo ojos que "no se atreviera, que no lo hiciera" pero el pie de Antonio aterrizo con fuerza en las bolas sin protecciĆ³n de Alfredo. El muchacho aullĆ³ por el dolor que irradiaba sus huevos, y se retorciĆ³ en el aire llorando como un chiquillo desamparado, humillado ante Antonio.

"¿te alejaras de Pablo?" pregunto con odio Antonio

"no, maldito" negĆ³ con voz debilitada y llorando Alfredo

"¿ni por tus bolas?"

Alfredo nada contesto.

Antonio se arrodillo a su frente y empezĆ³ a tirar de sus bolas, las metĆ­a entre sus manos y luego las jalaba con fuerza una y otra vez, sin prestar atenciĆ³n a los gritos del hombre y a sus sobresaltos. Alfredo estaba sudando a chorros sintiendo el mas infinito dolor y deseando desmayarse y abandonar aquel mundo de dolor o morir de una vez por todas, mas que desmayo estaba empezando a tener nauseas. Aburrido de los ataques, Antonio dejo de lado las bolas. Dejo de arrodillarse frente a Alfredo, y desde arriba, sintiĆ©ndose mas fuerte le pregunto.

"¿juras alejarte de Pablo?"

"mal... malnacido"

Antonio le pateĆ³ las bolas, se sentĆ­a excitado de poder gobernar a ese esteroides con patas como le decĆ­a. Se bajo el jeans y expuso su pene frente a Alfredo y comenzĆ³ a masturbarse frente al hombre, Alfredo lleno de dolor no paraba de maldecirlo y soltarle los peores insultos. Mientras Antonio en deleite se masturbaba y de vez en cuando se dedicaba a patearle los huevos a Alfredo aumentando los gritos, el dolor, las ganas de rubio por sobar sus bolas, llegando al orgamos cada vez mas que se dedicaba con el sufrimiento del rubio. Se masturbaba cada vez mĆ”s rĆ”pido llegando al clĆ­max y comenzĆ³ a apretar con fuerza su pene duro y patear cada vez mĆ”s seguidas las bolas de Alfredo que gritaba con mĆ”s fuerza excitĆ”ndolo. Antonio gemia, tenia los ojos con un brillo especial, dilatados, verdes...

Ya estaba a punto de estallar su descarga de semen sobre el humillado rubio, el cuerpo de Antonio se tenso, preparandose para la humillacion que estaba por disfrutar y su espalda de puso tan dura como lo estaba su pene lleno de venas. Antonio provoco un suave gemido de placer cuando su semen brotaba de su pene y salĆ­a disparado directo a la cara del maltratado rubio y sobre su pecho, asi era su excitacion que su leche salia como a caƱonazos.

"ahhhhh" decia Antonio y se desplomo sobre el suelo reposando de su excite

"maldito seas" exclamo Alfredo moviendo la cabeza para desviar el hilo de semen que iba a estrellarse cerca de su boca

"eso ha sido excitante" dijo desde lejos Miguel que observaba la escena con Armando

"si" aprobĆ³ Armando con una voz mas que seductora "levantarte de allĆ­" invitĆ³


Miguel acepto y se paro junto a Armando, en seguida y sin aviso, el hombre maduro lo beso en los labios, Miguel se dejo besar, sintiendose atraido por el placentero beso, tenia dĆ­as sin tener noticias de Oswaldo, y es que el muchacho se negaba a verlo. Pero como el beso llego de improviso tambiĆ©n fue el rodillazo en las pelotas que le dio Armando. Mandandolo directo al suelo tociendo y protegiendolas con las manos poniendose ademas en posicion fetal.

"... gracias" dijo Ćŗnicamente Armando sentĆ”ndose en la silla acomodando su verga semi erecta en el pantalon

Restablecido de su orgasmo Antonio se volviĆ³ a Alfredo que estaba oliendo a semen

"alƩjate de Pablo pedazo de mierda"

"no me alejare de Ć©l......... AHHHHHHHH" gritĆ³ Alfredo cuando nuevamente Antonio hacia renacer el dolor en el cuerpo al apretarle las bolas con la mano, durante veinte segundos las bolas de Alfredo fueron apretadas por la mano de Antonio, cuando dejo de hacerlo Alfredo quiso sobarlas, pero no podĆ­a, en cambio vio como el pene de Antonio volvĆ­a a endurecerse.

Pero Antonio no mostraba clemencia dio reiterados puƱetazos a los testĆ­culos de Alfredo una y otra vez, mientras el hombre en sus sobresaltos y gritos de dolor vio como el pene del joven se movĆ­a y crecĆ­a cuando el puƱo conectaba de lleno una y otra vez sobre las bolas hinchadas y amoratadas. Cansado, Antonio volviĆ³ a apretarle las bolas a Alfredo haciendo caso omiso al jadeo y gritos del fortachĆ³n, Alfredo se sentĆ­a debilitado, adolorido, era la peor humillaciĆ³n y la peor tortura que habĆ­a tenido en la vida, su corazon latia acceleradamente, le daria un infarto, no soportarĆ­a mucho, o vomitarĆ­a y perdĆ­a el conocimiento o sus huevos se partirĆ­an, pero no renunciarĆ­a a Pablo.

"mal... ditoooo" hablĆ³ Alfredo y lo que consiguiĆ³ fue que Antonio le clavara un fuerte puƱetazo con los nudillos en las bolas, dejandolo con los ojos vidriosos, la boca abierta y paralizado del dolor.

Respirando pesadamente Antonio se quedo mirando las amoratadas bolas de Alfredo, y el muchacho aun sintiĆ³ mĆ”s miedo, sabia que no saldrĆ­a con vida de allĆ­, o con huevos, Antonio se veina que estaba seguro de rompĆ©rselos. Sin esperar mas tiempo Antonio le dio un nuevo golpe muy fuerte en las bolas a Alfredo, el hombre grito de dolor y empezĆ³ a gesticular con la boca como si quisiera vomitar, en su garganta se sentia el efecto... acto seguido le empezĆ³ a jalar los testĆ­culos a medida que iba apretĆ”ndolos con la mano, Alfredo abriĆ³ la boca y vomito como reacciĆ³n a los duros golpes de Antonio, el otro hombre molesto, limpio parte de su brazo vomitado en la cara de Alfredo y siguiĆ³ golpeĆ”ndole las gĆ³nadas con puƱetazos y patadas al rededor de cinco minutos sin descanso.

"alĆ©jate de Pablo, eso es para que aprendas" dijo Antonio cansado al darle la ultima patada en las pelotas al rubio.

El rubio humillado miraba con dolor sus maltratadas bolas a tiempo que escupĆ­a mas vomito por la boca, olia a porqueria, vomito, semen, sudor, dolor, pena. Segundos pasaron para que Antonio se arrodillara frente a el y le toco las bolas.

"¿pero por que rayos no se te parten?" dijo molesto

"porque soy mas hombre que tĆŗ"

Y Antonio le apretĆ³ las bolas una vez mas.

Alfredo empezĆ³ a toser descontroladamente, para luego su cuerpo abandonar el mundo del dolor y desmayarse.

En la casa de Pablo, su padre llamo al hijo por celular

"¿tienes alguna idea de donde carajos esta Alfredo?" pregunto el seƱor Marcos con voz de pocos amigos

"no papĆ”, tengo mucho tiempo enviĆ”ndole mensajes de texto y aun no me ha respondido" negĆ³ Pablo

"que no se crea que porque tiene una relaciĆ³n contigo puede venir al trabajo a la hora que se le pegue la gana"

"no padre, no creo que Alfredo sea muchacho de pensar asĆ­"

"entonces por que carajos no ha llegado"

"papa cƔlmate, lo llamare a su casa"

"encuƩntralo" amenazo el seƱor Marcos antes de cerrar la llamada

Pero Pablo llamo al numero telefĆ³nico de la casa de Alfredo y no tuvo ninguna contestaciĆ³n.

Fue casi a las cuatro de la tarde de ese dĆ­a que el auto de Miguel dejo inconsciente en un terreno olvidado a Alfredo, completamente vestido, el muchacho al reaccionar le costo mucho tiempo recordar la tortura que habia sufrido, su cuerpo estaba mugriento, y ni decir de su olor, sus testiculos  estaban amoratados y palpitĆ”ndole, y le costaba caminar, tenia que hacer un gran esfuerzo, porque todo contacto le dolia. Pero no se rendirĆ­a tan fĆ”cilmente, al llegar a casa vio las llamadas perdidas de Pablo y el seƱor Marcos ChacĆ³n

"Pablo... de verdad te pido disculpas a ti, y al seƱor Marcos" dijo al llamar a su pareja, tendido en el sofa sintiendo como si sus bolas le fueran a estallar.


"¿pero donde estabas? ... " dijo Pablo al sentir la voz dĆ©bil de Alfredo

"estuve... acompaƱando a una vecina al hospital con su hija, de verdad... se sintiĆ³ mal la niƱa y es madre soltera, se altero mucho ella, y me altero a mi, y se me olvido todo... comunicarme contigo, tu papĆ”... de verdad que muchas disculpas..."

Continuo hablando con Pablo sentado en el sofĆ” de su casa, estaba desnudo y con una bolsa de hielo sobre sus testĆ­culos hinchados, habĆ­a decidido mentir para no preocupar a Pablo acerca de Antonio, sabia que si habrĆ­a una prĆ³xima vez, estarĆ­a mejor preparado para defenderse. En cuanto a disculparse con el seƱor Marcos, pudo hacerlo con satisfacciĆ³n gracias a la ayuda de Pablo.

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