AL SALIR DE UN BAR (Los tres van a la fiesta ) - Las Bolas de Pablo

Lo mƔs nuevo

AL SALIR DE UN BAR (Los tres van a la fiesta )

Fabio1
Fabio

   ā€”Bueno, ya lo escuchaste —dijo Fabio masajeando mi hombro con su mano.
 

   ā€”Me irĆ© con HĆ©ctor —respondĆ­.
 
   ā€”HĆ©ctor, bro, neta puedes venir, va a estar chido —dijo Fabio con repentino interĆ©s en mi amigo, claramente no estaba dispuesto a darse por vencido, pasó su brazo por los hombros de mi compa— la noche es joven, tĆŗ tambiĆ©n, va a haber bebida, chicas y mota Āæte gusta alguna de las tres?

   ā€”Las dos, de hecho, pero aĆŗn asĆ­ no sĆ© si quiera ir —respondió HĆ©ctor. Fabio entrecerró los ojos por la sospechosa respuesta de mi compa.

    —Mientras decides, vamos por unos esquites —sentenció Fabio y abrazĆ”ndonos a ambos nos hizo caminar en sentido contrario para tomar una calle que nos llevarĆ­a directo al zócalo de la ciudad, donde habĆ­a carritos callejeros de comida, para la gente borracha que deambulaba tarde— no sĆ© ustedes, yo, muero de hambre.

   ā€”ĀæTraes carro? —le preguntĆ©.

   ā€”No, ayer choquĆ© el Meche contra una glorieta que salió de la nada, estĆ” en el taller y era nuevo güey, lo saquĆ© hace dos semanas de la agencia —respondió— pero tĆŗ si traes Āæno?


Esquites-caseros
Esquites
   Fabio invitó unos esquites y un hot dog a HĆ©ctor, yo no tenĆ­a hambre, caminamos hacia el estacionamiento donde dejĆ© mi camioneta Jeep Wrangler 2009, color negra, partimos rumbo a la fiesta, mi ex se adueñó del asiento de copiloto, mandando a HĆ©ctor a los asientos traseros. La famosa casa de Galo se encontraba al norte en una zona elevada, tenĆ­a una vista envidiable, su construcción aprovechaba la pendiente natural del terreno. Al entrar, habĆ­a que ascender por unas largas escaleras en tres niveles, en el primero se encontraba un amplio jardĆ­n, en el segundo una gran alberca, en el tercero la casa de dos niveles que contaba con una terraza que permitĆ­a apreciar las luces de toda la ciudad. 

    Por el momento se escuchaba rock en espaƱol,  seguramente en un par de horas comenzarĆ­an a escucharse las rolas de Luis Miguel, Shakira, Chayanne o Belinda, un dĆ­a nos pusimos a bailar el ā€œSapitoā€, eso sĆ­, lo que nunca se escuchaba era reggaetón o banda… ĀæquĆ©? no podĆ­a ser, la canción que acababa de empezar era ā€œYo perreo solaā€ de Bad Bunny, ĀæquĆ© pedo?Āædesde cuando?... Ā”claro! desde que Spotify se volvió el estĆ”ndar para escuchar mĆŗsica, ĀæquiĆ©n habrĆ” puesto esa horrorosa canción?

    En la fiesta no habĆ­a mĆ”s de cuarenta personas. Como es usual, todos repartidos en grupos, conviviendo y platicando. Galo era un cuarentón flaco y rubio con barba y bigote, se encontraba con un grupo de amigos cuando nos acercamos.
 
   ā€”Ā”Fabio! Ā”Aarón! quĆ© gusto verlos —dijo poniĆ©ndose de pie para saludarnos— no me digan que ustedes dos ya regresaron, me alegra, entre ustedes hay esa vibra chida Āæsabes?
 
   ā€”ĀæVerdad que sĆ­? —respondió Fabio.

   ā€”No hemos regresado, solo somos amigos —respondĆ­ y me movĆ­ a un lado para que Galo pudiera ver a mi compa– este es HĆ©ctor…

hector4
HƩctor
   ā€”Ā”Ah! ya veo, mucho gusto, oye, perdón por lo que dije, quĆ© chido que tengan ese tipo de relación, venir con tu novio y su ex a una fiesta sin sentir celos. Eso es lo que yo digo Āæpara quĆ© apegarnos a las cosas? ĀæquĆ© caso tiene? nacimos libres, seamos libres… de mente y espĆ­ritu —dijo apuntĆ”ndonos mientras sostenĆ­a su bebida.

   ā€”Tampoco somos novios, es un amigo —respondĆ­.
 
    —Pues siĆ©ntanse como en su casa —dijo Galo y retomó su conversación sobre por quĆ© el gobierno tenĆ­a razón al buscar construir refinerĆ­as, en vez de enfocarse en energĆ­as limpias y renovables.

    Fabio se sentó al pie de las escaleras y comenzó a prepararnos vasos negros de plĆ”stico con Whisky, hielo y agua mineral que compramos de camino para acĆ” en un OXXO (tienda de conveniencia). Cuando todos tuvimos nuestro vaso, Fabio dijo.

   ā€”Bueno, pues, salud —chocamos los vasos y bebimos.


   ā€”Entonces, segĆŗn me decĆ­as en la camioneta, tĆŗ y Aarón no son muy amigos realmente, no son cercanos —preguntó Fabio.
 
   ā€”No nos vemos muy seguido y antes de eso, solo le enseƱƩ Sanda —explicó HĆ©ctor.

   ā€”Eso del kickboxing Āæno?

Oxxo-entra-al-mercado-brasileno-minorista-inmobiliare
Esto es un OXXO, son muy populares en MƩxico.

   ā€”De por sĆ­, no soy de los que tiene amigos cercanos, no tengo un mejor amigo o un grupo de mejores amigos —dije a Fabio— eso ya lo sabes.

   ā€”ĀæA ti te gusta HĆ©ctor? —Fabio me preguntó de la nada.

   ā€”Eso.. a.. Āæa qué…?
 
   ā€”Supongo que en todo este tiempo ya lo has observado bien Āæte parece atractivo? —yo no respondĆ­ e incluso me puse algo rojo— ya veo. A mĆ­ sĆ­ me lo parece Āæhas escuchado, HĆ©ctor, eso de que si no le gustaste a un gay, fracasaste como guapo? —Fabio preguntó.

   ā€”Creo que sĆ­ vi un meme —él respondió.

   ā€”Pues yo te certifico aquĆ­ y ahora como guapo, a mĆ­ sĆ­ me gustas, mucho, eres muy atractivo, HĆ©ctor. Si fueras gay, cogerĆ­a contigo aquĆ­ mismo, en alguna recĆ”mara. DĆ©jame darte mi sello de aprobación —Fabio se puso de pie y lo besó en la mejilla— Ā”listo! sellado.

Fabio4b
Fabio

    Fabio lo acababa de marcar como suyo y contrario a lo que esperaba, HĆ©ctor no se molestó o incomodó, en cambio sonrió y lucĆ­a satisfecho, claramente vi cuando mi ex intencionalmente rosaba su paquete con la pierna al besarlo. No saber las pretensiones de Fabio me desconcertaba, ahora resultaba que si no me ponĆ­a listo, me lo iba a robar Āæneta? Lo peor era que quizĆ” solo lo hacĆ­a para alejarlo de mĆ­. DesearĆ­a ser tan descarado y cĆ­nico como Ć©l.


   ā€”Voy a mear —dije, me dirigĆ­ al baƱo de la planta baja. EncontrĆ© que estaba tomado por un grupo de mujeres quienes estaban afuera conviviendo, me cerraron el paso.

    —”Hey! Āæa dónde vas? este baƱo es de niƱas —dijo una de ellas, una gorda que en su celular buscaba quĆ© canción poner en la fiesta.

   ā€”Los baƱos de esta casa no estĆ”n separados por gĆ©neros —dije.

   ā€”BĆŗscate otro baƱo —me respondió imperativamente una mujer flacucha de pelo chino.
 
   ā€”Tienen razón, me irĆ© al piso ā€œsuperiorā€ que es donde debo mear —respondĆ­, se burlaron, me gritaron ā€œmachitoā€ y ā€œopresorā€ entre otras cosas. En el lugar comenzó a sonar la canción ā€œIngrataā€ de CafĆ© Tacvba en versión feminista.
 
   ā€”Volviste rĆ”pido —comentó HĆ©ctor cuando pasĆ© junto a ellos para subir al primer piso.

   ā€”Unas feministas tienen tomado el baƱo —le dije— voy arriba.

   ā€”SostĆ©n mi pisto —Fabio sonrió, encargó su vaso a HĆ©ctor y se dirigió al baƱo. De igual forma no lo dejaron pasar a lo que Ć©l respondió.

    —Yo me identifico como mujer, asĆ­ que soy mujer Ā”con permitza! —se metió al baƱo, sin cerrar la puerta, dĆ”ndoles la espalda, comenzó a mear en la taza para que vieran que podĆ­a hacerlo parado, se lo sacudió, lo guardó y se lavó las manos. Las mujeres comenzaron a hacer comentarios entre ellas para lanzarle indirectas que se le resbalaron, muy digno con la cabeza en alto, triunfante regresó.

Hector
HƩctor
    HĆ©ctor y Ć©l chocaron manos en el aire, reĆ­an, yo tambiĆ©n, seguĆ­ mi camino para buscar otro baƱo. Ya estando ahĆ­ me dieron ganas de cagar, no tardĆ© mĆ”s de diez minutos, cuando bajĆ©, HĆ©ctor estaba recargado contra una pared, a su lado, Fabio apoyaba su mano sobre el muro, se hablaban al oĆ­do, estaban platicando, sonreĆ­an como si estuvieran coqueteando. Verlos juntos tan alegres y sin mĆ­, me molestó, pero no era del tipo de persona que le gustara demostrarlo o hacer alguna escena. Para guardar la compostura, decidĆ­ servirme otra cuba, al hacerlo descubrĆ­ que nuestra bebida desapareció, ya no habĆ­a nada, ni el paquete de vasos desechables, ni los hielos.

   ā€”ĀæY el pomo (botella de bebida alcohólica)? —les preguntĆ©.

   ā€”ĀæEh? —respondió Fabio desconcertado. La mujer flacucha pasó sonriendo con un vaso negro de plĆ”stico que sĆ© que no tenĆ­a antes, bebió frente a mĆ­ y se alejó riĆ©ndose.

   ā€”Ā”Las feministas se robaron nuestro chupe! yo lo paguĆ© y ahora ellas… —les dije molesto— y todo porque ustedes estaban ahĆ­, riĆ©ndose, muy felices, como pendejos.
 
   ā€”Es lo que se hace en una fiesta —dijo Fabio— Ā”dĆ©jalas! podemos comprar mĆ”s, es mĆ”s, yo invito güey, acĆ” arriba hay un OXXO (tienda conveniencia) vamos y regresamos, podemos hasta ir caminando.

   ā€”RelĆ”jate, carnal, no pasa nada —dijo HĆ©ctor, fue entonces que notĆ© que en su mano derecha, oculta para mĆ­ hasta ese momento, llevaba un porro. De entre chicas, bebida y mota, ya me quedaba claro cuĆ”les dos cosas le gustaban.

   ā€”EstĆ” bien, vamos al OXXO —dije tranquilizĆ”ndome.
 
   ā€”Aarón —Galo me llamó— una amiga quiere remodelar su casa, se acaba de mudar Āæcrees que la puedas ayudar?

   ā€”ĀæMe esperan? —preguntĆ© a mis amigos.

   ā€”Simón carnal, no te apures.

   ā€”AquĆ­ yo te cuido al buen HĆ©ctor –dijo Fabio agarrĆ”ndolo por los hombros.

 
Aaron-ana
Ana mostrƔndome fotos
  La mujer era muy atractiva, su nombre era Ana, era casi tan alta como HĆ©ctor, ademĆ”s llevaba tacones, su cabello era oscuro, con una moderna coleta, tenĆ­a mĆ”s de treinta, llevaba un look rockero con una chamarra de cuero, pasĆ© con ella casi una hora, tenĆ­a su propia marca de ropa femenina, en su celular me enseñó fotos de su casa, le di algunos consejos de decoración y mejor uso del espacio, ella no dejaba de masajear mi bĆ­ceps y hombros, fue una conversación muy agradable, estuvimos en un sofĆ”, yo tenĆ­a mi brazo en el respaldo por detrĆ”s de sus cuello. Debido a nuestra cercanĆ­a con el bafle de la mĆŗsica, nos la pasamos hablĆ”ndonos al oĆ­do, me dio su nĆŗmero y yo le di mi tarjeta para que me marcara.

   Cuando regresĆ© a donde se supone me esperarĆ­an mis amigos, no los encontrĆ©. MarquĆ© a HĆ©ctor y no me respondĆ­a, le enviĆ© mensajes, sabĆ­a que los recibĆ­a, pero no me contestaba, recorrĆ­ la planta baja buscĆ”ndolos, iba de camino a las escaleras para subir al primer piso, si me los encontraba cogiendo en alguna recamara me iba a encabronar. De pronto tropecĆ© y caĆ­ de bruces, la flacucha de pelo chino me puso el pie, ella y sus amigas comenzaron a reĆ­r.

   ā€”Ser tan grandote solo te hace mĆ”s torpe, ni siquiera sabes caminar, machito.

Esta historia continúa, elige cómo quieres que termine, selecciona la opción de tu preferencia y sigue leyendo.


Aarón se pelea con las feministas


Aarón ignora a las feministas y va a la planta alta



No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Pages

undefined