Esta historia es una continuación de: visita-en-casa-parte-2
Era el domingo y el Ćŗltimo dĆa del fin de semana de Rodrigo en casa de su primo Pablo, ambos estaban compartiendo habitación y durante los Ćŗltimos dos dĆas Pablo habĆa estado golpeando a su primo en los testĆculos, durante ese Ćŗltimo dĆa Rodrigo no habĆa recibido ningĆŗn golpe testicular por parte de Pablo y estaba contento por eso. Rodrigo se fue a dormir a las nueve de la noche diciendo que al dĆa siguiente debĆa irse temprano al sitio militar. Pablo entró a su habitación hora y media despuĆ©s de la despedida de Rodrigo.
Cuando Pablo entro a la habitación estÔ estaba oscura, cerró la puerta e iba a caminar en la oscuridad, pero de repente, sin previo aviso, recibió una patada con el pie desnudo en su entrepierna. El pie de Rodrigo se estrelló contra las grandes bolas de Pablo que crujieron mientras chocaban contra las caderas.
Los ojos de Pablo se abrieron de sorpresa dejando escapar un triste lamento en susurro que de igual manera si gritaba no se oirĆa en el exterior de la habitación por la potencia del aire acondicionado. Entonces con la boca abierta se desplomó en el suelo agarrĆ”ndose los testĆculos.
Rodrigo lo miró fijamente y encendió la luz.
Pablo se retorcĆa de dolor en el suelo agarrando sus pelotas
"¿dolió la patada?" Dijo Rodrigo maliciosamente.
āputoā insulto Pablo desde el suelo
Rodrigo sonrió. Se inclinó hacia Pablo y le pasó la mano por todo el torso hasta llegar al trasero. Sus dedos se colaron en la apertura de las nalgas de su primo, y Pablo gimió cuando insertó un dedo en su agujero.
Pablo solo gemĆa, el dolor de bolas se irradiaba por todo el cuerpo.
Rodrigo sonrió y movió su dedo dentro del agujero de Pablo, haciendo que el pobre muchacho emitiera otro gemido de dolor o placer.
"EstÔ bien", dijo Rodrigo rÔpidamente y se sentó en el suelo, agarrando los tobillos de Pablo y separÔndole las piernas.
Pablo protestó, pero habĆa perdido su fuerza con la potente patada de Rodrigo.
Rodrigo plantó su pie grande entre los muslos de Pablo. Haciendo contacto el talón pesado contras las grandes pelotas de Pablo
Pablo gritó de dolor cuando sus huevos chocaron contra la pelvis y el talón del primo. Agarró el pie de Rodrigo y trató de sacarlo fuera de su entrepierna, pero Rodrigo afincó mas su pie aplastando mÔs las bolas de Pablo. Era suerte o desgracia que los gritos fueran bloqueados por el aire acondicionado.
Mientras tanto, Rodrigo seguĆa torturando las bolas de Pablo con el talón, afincando y hundiĆ©ndolo, Pablo sentĆa la presión de sus 2 bolas siendo torturadas y que no se adaptaban al ritmo del pie, con cada aplastamiento mas dolor emitĆa a su cuerpo, verdaderamente hacia el estomago y las caderas.
A pesar del dolor, a Pablo, la polla se le empezó a poner erecta, y su cabeza estaba emanando lĆquido pre seminal. Sus ojos se llenaron de lĆ”grimas y su cuerpo estaba mojado de sudor.
Rodrigo movió su pie, pisando fuerte las bolas de Pablo como si estuviera poniéndose un zapato que ya no calzaba. Pablo escapó de su garganta un grito demostrando su dolor. Entonces su polla disparó una carga fuerte y larga de semen pegajoso al aire, que aterrizó sobre su abdomen y pecho, en la tibia de Rodrigo y parte de su pie, sus dedos de los pies estaban llenos del semen blancuzco de Pablo.
"SĆ" sonrió Rodrigo mirando el liquido de su primo.
Rodrigo alzó mas alto las piernas, y de un solo golpetazo dio una patada a las bolas de Pablo.
Pablo gritó de dolor. Trató de cubrir su entrepierna con las manos. Pero Rodrigo fue demasiado rÔpido ante él. Cerró el pie nuevamente en las bolas de Pablo, y los ojos del golpeado dejaron de mirar a Rodrigo para ponerse blancos producto del fuerte dolor.
Rodrigo se echó a reĆr y se acarició la polla, dentro del jeans que tenia puesto, se le marcaba rotundamente como si en vez de pene se hubiera metido muchos calcetines que le marcaran un paquete asombroso.
"SĆ" dijo Rodrigo abriendo su jeans y masturbĆ”ndose, se sentĆa tan caliente que de tan solo tocar el tronco de su pene derramó una lluvia de esperma pegajosa que cayó sobre el cuerpo de Pablo, en el pecho y sus genitales mezclĆ”ndose con el suyo... semen de ambos primos se mezclaban en el cuerpo de Pablo.
Rodrigo levantó las cejas y sonrió. "juego concluido" dijo y plantó un puntapié en las pelotas de su primo. Pablo parpadeó volviendo a recibir desventuradamente el dolor inmóvil por su cuerpo.
Rodrigo se burló.
"el juego ahora si termina" dijo cambiando su jeans manchado de esperma por un bóxer blanco, apagó la luz āahora primo, no creas que dormirĆ© aquĆ⦠he decidido dormir en la sala de estar⦠”buenas noches!ā y salió de la habitación mientras Pablo gemĆa tirado en el piso sobĆ”ndose las bolas y lleno de semen.
A la maƱana siguiente cuando Pablo bajó al primer piso descubrió que su primo Rodrigo se habĆa ido muy temprano al servicio militar
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