Los militares suelen ser crueles (2/3) - Las Bolas de Pablo

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18 jun 2011

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Los militares suelen ser crueles (2/3)

Esta es una continuacion de:militares_crueles

   Al dĆ­a siguiente, domingo por la maƱana, Emilio se duchaba en el baƱo de hombres cuando en silencio Rodrigo se acercó a Ć©l; y sin previo aviso le apretó las bolas fuertemente, de la sorpresa y el dolor Emilio empezó a llorar de terror. Trataba de librarse pero no podia.

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   "que sea la de ayer, la ultima vez que te metes conmigo" amenazó Rodrigo torciendo las gónadas.

   Rodrigo le soltó las bolas segundos despuĆ©s y, salió con paso apresurado del baƱo mientras Emilio rodaba por la pared para caer al suelo agarrĆ”ndose las bolas.


...

   Pero fue durante la noche de ese dĆ­a que Rodrigo recibirĆ­a su merecido por meterse con quien no debĆ­a, Emilio, este hombre tomarĆ­a represalia contra Ć©l junto a su amigo Ricardo. Ambos entraron a la habitación donde dormĆ­an los hombres que estaban por caso especial en el escuadrón.

   Ricardo tomó a Rodrigo que estaba acostado en su cama con fuerza. Ya habĆ­a decidido hacerlo desde tempranas horas del dĆ­a junto con Emilio. Rodrigo estaba tratando inĆŗtilmente de soltarse del los brazos del hombre, Emilio le estaba apretando los testĆ­culos. Y nadie de sus compaƱeros hacia nada para salvarlo, unos miraban con sorpresa la escena mientras otros se reĆ­an por la cara de dolor del pedante Rodrigo.

   Emilio vio que un simple apretón no obtendrĆ­a la reacción que querĆ­a sobre Rodrigo, merecĆ­a Ā”mas dolor! por estĆŗpido e irrespetuoso. Entonces se subió a la cama, mientras el primo de Pablo miraba con horror las duras botas que el hombre le seƱalaba con el dedo.

   "Tengo que ver como patean mis nuevas botas" dijo Emilio.

   "jamĆ”s" gritó Rodrigo tratando de proteger sus pelotas, pero su respiración pesada se convirtió en un grito de dolor, porque el pie de Emilio se estrello en sus adoloridos huevos.

   La patada no fue como Emilio querĆ­a, pero pegó de forma potente las bolas. Ricardo reĆ­a como algunos de los espectadores. No estaban seguros de lo era mĆ”s divertido, las sacudidas del cuerpo de Rodrigo por las reacciones de las patadas, o el sonido de las pelotas al ser golpeadas por la bota.

   Emilio echó hacia atrĆ”s su pierna  y la tiró hasta la entrepierna de Rodrigo, lo que le causó gritar de dolor por la violenta ola que explotaba en su intestino y que se actualizaba con cada nueva patada a sus testĆ­culos. Ricardo podĆ­a sentir el cuerpo de Rodrigo endurecerse debajo de Ć©l.

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   Ricardo vio como Emilio caminaba hacia ellos y dio otra patada con su bota a las bolas de Rodrigo. El chico, sentĆ­a como sus pelotas sufrĆ­an el daƱo pero no podĆ­a hacer nada, estaban siendo aplastadas contra su pelvis, de hecho el sudor de su cuerpo aumento por el sufrimiento, Emilio quitó finalmente su pie de las bolas de Rodrigo y dio otra dura patada, el hombre estuvo a punto de llorar pero se contuvo por orgullo.

   "Muy bien" Emilio aplaudĆ­a "estoy satisfecho, jamas vuelvas a meterte conmigo, o ya sabes. Y ustedes tambiĆ©n" dijo a los demĆ”s hombres "no se metan con Ricardo o conmigo porque ya saben que nosotros mandamos aquĆ­"

   Y junto a su amigo salió del dormitorio, dejando a Rodrigo llorando y sobĆ”ndose los testĆ­culos, ninguno de sus compaƱeros se acercó para ayudarlo, lo consideraban muy pedante y pensaban que se lo tenia bien merecido.

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