Los Guardaespaldas (3/6): secretos en la cama - Las Bolas de Pablo

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16 may 2012

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Los Guardaespaldas (3/6): secretos en la cama

El ladrón GermÔn, había esperado por semanas los resultados del anÔlisis de semen que había robado a Francisco. Cuando su doctor le hubo dado el resultado, no oculto su emoción al ver que podía ser su donante de esperma, GermÔn, de nacimiento había sufrido de tener un micro pene y testículos pequeños, pero había una solución, difícil, pero la había, debía encontrar un donante, cuyo semen tuviera casi su misma carga genética, ya encontrado, podía iniciar su tratamiento y esperar como sus órganos sexuales crecieran como los de un actor porno.

"estoy muy preparado" dijo GermƔn aquel dƭa acostado en la camilla, no necesitaba sedante, todo era en base a inyectadora.

"serƔs famoso cuando veas el proceso y este estudio vea luz" declaro su medico, sosteniendo en su mano la inyectadora, que contenƭa el semen robado del guardaespaldas Francisco.

"solo quiero que esto crezca" dijo con desprecio GermÔn mirando hacia sus pequeños órganos

"acuƩstate GermƔn... y relƔjate"

El desapercibido hombre se recostó en la camilla, y respiro profundamente, cuando el doctor se acercaba a él. El medico agarro suavemente los testículos de GermÔn y los puso en la palma de la mano, acerco la inyectadora, y la introdujo dentro de uno de los huevos, ingresÔndole un pequeño lote del pegajoso zumo, luego, introdujo otro pequeño flujo en el siguiente testículo. Finalmente la otra cantidad de semen fue expulsada dentro de la bolsa escrotal de GermÔn.

El hombre al abrir los ojos dejo escapar sendas lagrimas, habĆ­a sentido fuertes pellizcos.

"sentirÔs por las 3 primeras horas, que tus testículos estarÔn pesados" explicaba el doctor "pero es parte de la unión de cargar informÔtica, nos volveremos a ver en un mes tu y yo GermÔn, tu donante debe venir, a lo menos 3 días antes de nuestro encuentro, para que done su esperma"

"el dijo que no deseaba venir" aclaro mintiendo GermƔn

"entonces, deberƭa darte la prueba GermƔn" informo el medico usando sus lentes.

El donante de GermĆ”n, Francisco, el atractivo vigilante, habĆ­a cumplido con su trabajo al pie de la letra, frustrando pequeƱos intentos de robo y secuestro con la jefa Natalia. Ella, estaba maravillada con el hombre, tanto por su desempeƱo, como la fuerza y sus dotes fĆ­sicas.

"es usted maravilloso" le dijo la mujer aquella maƱana

"¿por que lo dice señora?" le pregunto el bello hombre

"puede usted sentarse Francisco" lo invito la mujer, estaban en la oficina de su empresa

El hombre acepto y se sentó frente a ella

"Āæque no tiene usted que no lo haga perfecto?" quiso saber la mujer

"¿por que lo dice señora Natalia?"

"Es usted perfecto, se desempeña muy bien en el trabajo, me cuida usted al margen, es respetuoso, responsable, amigable... y sin Ônimos de ofenderle. Tiene un físico de maravillas......ahora bien, mi pregunta. ¿Que tendrÔ usted que no lo hace perfecto?... ¿duerme mucho? ¿O... no come bien? alguna maña... o algo físico que no le favorezca"

Francisco rio sin mostrar vergüenza alguna, ella estaba equivocada, el despertaba cada vez que lo propusiera, comía lo que deseaba sin olvidar las dietas, y algo físico que no le favoreciera... ”NADA! todo estaba muy bien, su cuerpo, su trasero, su pene, sino hubiera sido por su familia, seria actor porno. Alguna mala maña, quizÔs un poco celoso en sus planes a futuros

"Āæse quedo callado?... Āæson muchas las cosas?"

"oh... no señora" sonrió Francisco sobÔndose la nuca, le gustaba el tono de voz de su jefa, sabia que algo deseaba, sexo o conocerlo para enamorarse, pero lo mas seguro era sexo "es solo que... jamÔs imagine, que pudiera hablar así... con usted, se ve tan fuerte... tan... bueno, es un placer que estemos aquí intercambiando palabras"

"no te preocupes Fran... Āæte puedo llamar Fran?... gracias, Fran, siempre puedo hablar contigo, siempre y cuando este desocupada, como ahora. Pero, tu respuesta, no me la has contestado... Āæque cosa no te hace perfecto?"

"Jajaja, pues seƱora, se que perfecto no lo soy, pero quizĆ”s, si usted... me conociera un poco... podrĆ­a sacar conclusión de mi. Trato de estar muy bien con el trabajo y que tengan buena impresión de mi, en cuanto a fĆ­sico, lo cuido mucho... y creo que todo ahĆ­, si esta perfecto" concluyo recalcando las ultimas palabras

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"espero entonces conocerte.... mucho mas fuera del trabajo" concluyo la simpƔtica mujer haciendo una pose sexy en su asiento

Francisco sonrió al ver las piernas de la mujer, era bella y muy joven para tener un hijo, borrico de 20 años de edad.

"y no tengo problemas mi señora" negó Francisco sonriéndole a la mujer

Pero fueron interrumpidos por el sonido de la puerta, era un futuro cliente de la mujer, que tenia mucho tiempo conociéndola y no necesitaba presentaciones. Francisco sonrió a la dama antes de salir de la oficina

"ya hablaremos mejor Francisco" se despidió la mujer, mirando discretamente el trasero del hombre cuando salia. Hizo todo lo posible por no reír, que nerviosa la había puesto al intentar hablar con el apuesto hombre que la custodiaba tan bien, es mas, que trasero tan redondo y parado tenia.

Pero mientras algunos trabajan duro para tener dinero, otros lo derrochan, o simplemente no trabajan ni estudian ni aportan nada al tiempo, o le aportan la juventud, como el hijo de Natalia, Pedro, que lo único que le aportaba al tiempo era su físico, y su alegría de ser joven, apuesto y con dinero. A esa hora del día entrenaba en el gimnasio de su casa, ya había salido a trotar en la calle acompañado con uno de sus guardaespaldas, Arístides, que tanto odiaba, lo seguía a sol y sombra por todos lados, no había manera de ocultÔrsele. Y cuando lograba escaparse, Arístides hallaba la manera de encontrarlo. Esa mañana Pedro intento correr lo mÔs duro que pudo, pero Arístides aunque cansado, no lo perdió de vista. Al llegar, bajó al gimnasio. Pedro miro al techo fatigado, empezó a secarse el sudor con la toalla y salió del gimnasio

"no tienes que seguirme Arístides" negó el joven "estoy en mi casa"

"Pedro, creo que sabes muy bien. Que al estar en tu casa eso no disminuye el peligro" aconsejo Arƭstides llenƔndose de paciencia, detestaba a Pedro y que su propia mamƔ consintiera los caprichos del joven

"deja de seguirme Arístides, anda a tomar café... o que se yo" dijo Pedro caminando a su habitación y tras él, su cuidador.

Pedro entro en su habitación cerrando la puerta con fuerza sobre la cara de Arístides, el rubio respiro aire profundamente, miro al techo y conto mentalmente hasta 10 para no perder la poca paciencia que le restaba. En el interior de la alcoba, Pedro se quito la franela, sonrió frente al espejo al ver su tonificado cuerpo y jugueteo con su tetillas, fue hasta la mesa donde estaba la laptop y procedió a usarla, en la red social estaba conectada Roxana, una de sus amigas, tecleo, y la saludo por el chat, en pocos segundos le contesto, no era ella, era Félix, su gay amigo que estaba en su casa porque harían una pequeña reunión, como cosa regular invito a Pedro, el lindo niño de abdomen envidiable.


"en un momento salgo para allÔ" escribió Pedro

"¿y con quien vendrÔs? con tu rico gay de closet guardaespaldas?" pregunto Félix

"pues... yo creo que si... ya sabrƔs que me sigue a todas partes" le tecleo Pedro

"bien... asĆ­ lo emborrachamos y ya veras que lo saco del closet"

"ese tipo no es gay"

"mi mirada no se equivocaā€ escribió FĆ©lix

"me duchare e irƩ para allƔ... comprare algunas bebidas"

"aquĆ­ ya hay"

"entonces llevare mas jajaja"

"adiós amor"

"idiota"

Dejando de escribir Pedro tomo una toalla limpia y se fue directo al baño de su habitación se ducho y al rededor de 15 minutos después salió de allí con la toalla sobre la cintura. Miro la pantalla de su laptop y una sonrisa maliciosa se dibujo en su rostro, miro a su closet, se vestiría, sintió fastidio de ir a la reunión junto a Arístides, volvió a mirar a la pantalla y sonrió de nuevo, recordando el día de su fiesta en la piscina y en las miradas que le lanzaba Félix a Arístides y este negaba mirarlo con enfado.

"ese es gay" habƭa asegurado FƩlix

Pedro dejo de sonreír, con su denudes se le vino una idea a la cabeza, invitaría a pasar a Arístides, y así lo hizo, llamo al muchacho y este abrió la puerta. Ahora hablando de la sexualidad de Pedro, decía ser heterosexual, pero una vez, probo el sexo con alguien de su mismo sexo, con Félix y concluyo que no le había gustado.

"¿para que me llamas?" pregunto Arístides doblando el ceño

"para aclarar algunas dudas" contesto Pedro rƔpidamente cerrando la puerta

"no entiendo" contesto Arístides sin un dibujo de emoción en su rostro

"¿yo no te agrado?" pregunto Pedro caminando hasta él

"¿a que viene la pregunta?" repregunto Arístides sintiéndose nervioso y retrocediendo cuando mas se le acercaba Pedro

"solo quiero saberlo" respondió Pedro viéndolo de forma seductora moviendo mucho los labios al hablar

"simplemente soy un trabajador, cumplo con lo que hago" se limito a responder Arístides, parÔndose en seco al sentir el borde de la cama tras sus rodillas, ”vaya había retrocedido mucho! y pensaba que era poco

"¿te gusta mi cuerpo?" pregunto Pedro dejando caer la toalla sobre el suelo. Su pene parecía pequeño, y sus testículos medianos, tenia poco vello púbico, pero su pene no dejaba de ser feo

ArĆ­stides trago saliva

"no se a que quieres llegar" concluyo antes de irse

"no" negó Pedro agarrÔndolo del brazo y consiguiendo tirarlo sobre la cama

Aristides cayo sobre el colchón mirĆ”ndolo con nervio

"pareces estar nervioso" dijo Pedro "pero tu pene no" indico clavando la mirada sobre un abultado pene erecto en el pantalón que subia groseramente la tela como un asta.

"dƩjame ir" dijo Arƭstides casi en un susurro, excitado, nervioso.

"no pasara nada" hablo Pedro "solo deja que fluya esta quĆ­mica entre lo dos"

"no..."

"si... con esto... veremos al final que pasa entre ambos"

"no..."

"Si..." aseguro Pedro comenzando a gemir pĆ­caramente estimulando a ArĆ­stides

Y los labios de ambos se acercaron, se besaron, cerraron sus ojos, los abrieron, se tocaron, se acariciaron, Pedro alejo la pistola de la mano de Aristides cuando le abrió el pantalón, y la deposito en el suelo, al igual que las esposas que tenia, Pedro gemĆ­a estimulando al rubio y este lo besaba con fuerza, ArĆ­stides habĆ­a olvidado todo pensamiento que tenia sobre Pedro, Ćŗnicamente deseaba penetrarlo.

"Ā”dios! tremendas bolotas que tienes ArĆ­stides" abrió mucho los ojos Pedro al desnudar completamente al guardaespaldas, tenia el pene grande y blanco, y sus bolas eran tan grande como el de los mas famosos actores porno, estando de igual manera en boxer la verga y las se le marcaban perfectamente.



"es solo anatomía" sonrió Arístides besando el cuello del joven amante "ahora, solo date la vuelta y empezaremos"

"no" susurro Pedro asustƔndose. Miro al reloj, se le hacia tarde, tenia que ver si su plan funcionaba

Arístides le sonrió y lo puso de espaldas sobre el colchón para subirse sobre él y besarlo, sus vergas estaban erectas y tocÔndose tanto la de Pedro como la del guardaespaldas, las bolas de Arístides tocaban el muslo del muchacho. Cuando minutos antes Pedro estaba desnudo pensó en provocar sexualmente a Arístides para desnudarlo y causarle dolor en el único punto que se le ocurrió que lo debilitaría al instante, los testículos, así podría dejarlo adolorido y poder fugarse a la fiesta sin que le fastidiara cuidÔndolo. Tenia que intentarlo, un solo golpe bastaría.

"te la quiero chupar" exigió Pedro "es muy grande... debe ser rica"

Arístides le sonrió, acaricio su atractivo rostro y se acomodo en la cama, abrió las piernas, y Pedro se coloco entre ellas, bajo a su pene y paso su nariz por el tronco, Arístides cerro los ojos gimiendo, mientras Pedro hacia que empezara a retorcerse al pasarle los dedos por su zona erógena genital. Luego se detuvo, Pedro lo miro sonriendo y agarro algunas cosas del suelo.

"¿que harÔs con eso?" le interrogo Arístides abriendo los ojos de nervios

"es una... una fantasía que tengo" sonrió Pedro mirando las esposas

"no creas que yo..." negó Arístides

"oh... vamos" gimió Pedro pasando la lengua desde el abdomen de Arístides hasta su cuello

Arístides respiro profundamente y se relajo sobre la cama mientras su fiera erección tocaba los muslos de Pedro, el hijo de Natalia se acomodo en la cama y sostuvo los brazos del guardaespaldas mientras los ataba en la cama con las esposas, así Arístides quedaría completamente a sus anchas, Pedro sonrió se divertiría un rato con él y lo haría pagar por todas las fiestas que le arruino al seguirlo por todas partes. Pedro pasó la mano por todo el cuerpo del fuerte hombre hasta llegar a su pene erecto y a sus grandes bolas frÔgiles. Los dedos de Pedro se posaron firmemente sobre las bolas de Arístides que retozo como un gato pidiendo que se las lamiera como a dos caramelos.

Pero los dos preciosos y grandes caramelos de Arístides empezaron a ser apretados por la poderosa mano de Pedro. Aristides, abrió los ojos de par en par mientras dejaba escapar un chillido de dolor, sacudiéndose con fuerza sobre el colchón. Sin misericordia Pedro jalo las dos bolas de Arístides como si jalara una palanca y el fuerte hombre grito desesperado.

"shhhh" ordeno Pedro "cƔllate... o nos escucharan y se acabara el entretenimiento..."

"alguien... alguien que me..."

Y el grito de Arístides fue silenciado por un puñetazo en el estomago y el hombre se redujo a lastimeros tosidos. Mientras Pedro abandonaba la cama caminando desnudo por la habitación buscando algo.

"aaaaa... si... esto si" concluyo Pedro sacando de su closet un pequeño trapo "así, si nos divertiremos... ¿te gusta cuidarme eh Arístides?... vamos a ver si así por cuidarme, cuidas de tus bolas gay de closet" y se sentó a su lado en la cama, tapÔndole la boca con el trapo "así no chillaras por los golpecitos a tus huevotes... que son muy grandes por cierto... me dan envidia jejeje"

El corazón de Aristides latĆ­a con fuerza, mientras el dolor en sus bolas lo abandonaba lentamente, empezaba a sudar del miedo a pesar de la habitación tener encendido el aire acondicionado. Los gruesos dedos del lindo Pedro se posaron una vez mas sobre sus bolas haciĆ©ndole una fuerte presión que si no fuera por el trapo en su boca ArĆ­stides chillarĆ­a del inmenso dolor, sus bolas aplastadas transmitĆ­an el dolor a su abdomen, su pecho y le inmovilizaba el cuerpo, la presión estaba empezando a bloquearle el cerebro y su sudoración le estaba provocando nauseas, ni su mirada de niƱo triste provocaba mover sentimiento de culpa en Pedro.

La espalda de ArĆ­stides se arqueo al intentar soportar el quemante dolor, en su boca parecĆ­a que los dientes iban a caĆ©rseles de tanto apretar la tela, y su garganta se movĆ­a con fuerza de tanto gruƱir, en tanto los dedos de Pedro aplastaban los huevos de ArĆ­stides sin soltarlos por un segundo, el joven inmaduro le reprochaba a ArĆ­stides de ser un gran metiche y aguafiestas. Pedro se callo por un instante mirando las pelotas del hombre, las saco de la palma de la mano, para ahora poner ambas manos sobre las dos bolas del guardaespaldas, y apretar en ellas los 10 dedos. El falo del guardaespaldas seguia erecto frente a su obligo.

Arístides empezó a gritar con fuerza, pero nada saldría de su boca, estaba llorando como una Magdalena, su virilidad era destruida por los asfixiantes dedos de Pedro, o sino eran destruidas, por lo menos eran salvajemente torturadas, Pedro se sentía emocionado, era la primera vez que le apretaba las bolas a un hombre de esa manera, es decir, jamÔs lo había hecho y le estaba gustando a juzgar por la erección que mostraba su pene de tamaño regular, Arístides se sacudía con fuerza sobre la cama gruñendo, gritando, gimiendo, llorando, negando con la cabeza, dispuesto a renunciar a su trabajo si era necesario. ”Pero que ese imbécil le soltara las bolas!

ParecĆ­a como si Dios le hubiera escuchado sus suplicas mentales, Pedro le soltó las pelotas y se alejo de la cama, dejĆ”ndolo debilitado y con deseos de acurrucarse y sobar sus bolas, pero sus  brazos atados lo impedĆ­an, se conformo con unir las piernas y asĆ­ proteger sus huevos, sintio algo humedo entre sus muslos, estaba empezando a eyacular, deseó que Pedro no se devolviera y lo humillara aun mas por su eyaculacion, con odio y dolor se quedo mirando a Pedro que se vestĆ­a con paciencia, su erección se quito al vestirse con el jean, se coloco la franela y se paro en la cama

"ya nos veremos Arístides, y me iré solo" se despidió moviendo la mano

Al salir de la habitación se encontró con un guardaespaldas en la puerta de su casa

"hey Fabricio... necesito pedirte algo" le dijo mirÔndolo con preocupación "pero esto... que se quede entre ambos... o bueno entre los tres..." el empleado lo miraba con preocupación "no se que le paso a Arístides, pero entro en mi habitación retÔndome a pelear, bueno, luchamos y pude dominarlo. Es mas, lo deje inconsciente y lo desnude para que aprendiera la lección o no se que locura se apodero de su cabeza. Solo necesito un favor de tu parte... necesito que en 20 minutos subas, y ayudes a soltar al muchacho......... no, no me preguntes nada, solo obedece y que esto sea un secreto, me llego a enterar que estas de chismoso y me las arreglare para despedirte y que no consigas trabajo mas nunca en tu vida. Ya sabes, 20 minutos" Y Pedro se alejo dejando a un hombre con el ceño doblado consultando su reloj.

Alejados de la vivienda de Natalia, y en un distrito mÔs solitario y menos elegante, sin llegar a ser peligroso GermÔn responsaba en su casa, habían pasado muchos días de su tratamiento. El pequeño hombre se bajo el pantalón y su ropa intima, y se miro los testículos, se ajusto los lentes para comprobar lo que sus ojos veían, y es que ciertamente sus testículos se veían mas grandes y gordos, que hace semanas, su boca se abrió al tocarlos, parecía que sus testículos habrían crecido no mas de 1,5 centímetros, y su bolsa escrotal también parecía ser mas grande, empezó a masturbarse y con alegría comprobó que su pene parecía esta un poco mas grande, en pocos meses tendría el pene como su donador de semen. Pero la felicidad de GermÔn tal vez no duraría mucho, porque días después, su doctor seria asesinado al resistirse al robo de su automóvil y dinero personal, dejando a GermÔn con mucha ansiedad de seguir con su tratamiento medico.

3 comentarios:

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    me encanto esta historia uffff lastima la aprovacharia jejeje son muy buenos en eso y buenotes ustedes

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    Estoy mas en el facebook como lalo martinez cruz busquenme

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