Transcurridos varios dĆas, GermĆ”n habĆa entrado en depresiĆ³n, su doctor personal habĆa muerto, y en mala hora cuando su tratamiento de alargamiento de pene y testĆculos habĆa iniciado, necesitaba aumentar su autoestima, hacer crecer su pene que por tantos aƱos le costo su burla y humillaciĆ³n. El proceso de alargamiento se realizaba por medio de un donante compatible, en el que su cargar espermĆ”tica se pareciera a la de GermĆ”n y tuviera su aparato reproductor en optimo tamaƱo, GermĆ”n a la fuerza, lo habĆa encontrado, se trataba de un hombre que ejercĆa como guardaespaldas, para el proceso se le extraĆa el semen al hombre y se inyectaba dentro de la bolsa escrotal del paciente, para dĆas despuĆ©s su pene comenzar a crecer de poco a poco hasta llegar a un tamaƱo deseado. Era un proyecto nuevo y realizado como experimento entre mĆ©dicos, justamente a GermĆ”n lo hacĆan como practica con excelentes resultados.
"necesito el semen de ese hombre" pensaba atormentado GermĆ”n "¿por que Ć©l debĆa ser el donante?" odiaba la posiciĆ³n en la que se encontraba Francisco, el donante que ejercĆa como guardaespaldas de la que era una mujer millonaria que habĆa recibido varios intentos de secuestro de su parte
Por otro lado de la ciudad Francisco compraba algunas cosas en el supermercado, paseaba lentamente mientras recordaba unas proposiciones que escuchĆ³ de su jefa
"usted es un hombre muy apuesto" habĆa dicho la seƱora Natalia tomĆ”ndolo de la mano "usted podrĆa hacer a cualquier mujer feliz... a cualquiera... y yo que estoy tan triste"
"¿de verdad?" pregunto Francisco sonriĆ©ndole "¿y como podrĆa yo hacerla feliz?"
Ella no le habĆa contestado nada, pero delicadamente se acaricio los senos con una sonrisa encantadora.
Ahora en la actualidad Francisco caminaba lento por el supermercado, iba por el Ć”rea de salud y farmacia, con un brillo en los ojos y una sonrisa de picardĆa, agarro una caja de condones.
Pedro el hijo de la seƱora Natalia justifico el haber ballbusteado a ArĆstides cuando este lo vio al dĆa siguiente
"te lo tenias bien merecido por entrometido" dijo Pedro
"por cuidarte me pagan" respondiĆ³ ArĆstides
"vete a la mierda... y no me cansarĆa de hacerlo de nuevo si te sigues metiendo en mis asuntos"
"me defenderƩ"
"ah, ¿me vas a pegar?... hazlo. AsĆ te corren y mas nunca conseguirĆ”s un trabajo"
"le dirƩ a su mama que me releve por otro empleado, renunciare al cuidar a sujetos irresponsables como usted, desde hoy"
Y asĆ sucediĆ³, ArĆstides fue cambiado por otro hombre y ahora solo se dedicaba a custodiar la casa de la empresaria
Al transcurrir varios dĆas, la puerta del apartamento donde vivĆa Francisco fue fĆ”cilmente abierta, gracias a una llave maestra, mientras el dueƱo del lugar se encontraba trotando como normalmente lo hacia en sus dĆas libres. Un hombre entro al lugar, y cerro la puerta como si nunca hubiera entrado, observo y detallo el lugar, sin mover nada, haciendo parecer todo normal, escondido en un sitio estratĆ©gico en la pared, espero junto a la ventana que hacia observar a la entrada del edificio la llegada del exhausto Francisco.
Tuvo que esperar mucho tiempo hasta que observo que el deportista hombre llegaba trotando por la calle e igual entraba al edificio, ya no tenia mucho tiempo, el hombre, GermĆ”n, corriĆ³ hasta una habitaciĆ³n que observo en tiempo previo y parecĆa ser un lugar de objetos viejos y allĆ se escondiĆ³ empuƱando un arma que contenĆa un dardo con somnĆfero en caso de que Francisco se apresurara con sus planes. El hombre entro a su apartamento sin sospechar que la puerta habĆa sido abierta y vuelta a cerrar, saco su revolver del pantalĆ³n y lo instalo en la mesa. Francisco se quito la camisa sudada y la tiro en la cesta de basura, su cuerpo brillaba del sudor y gotas del mismo abrillantaban su pecho, tomo agua frĆa, y tarareando una canciĆ³n de moda se quito el pantalĆ³n de deporte. Caminaba por su residencia semidesnudo, mientras su pene se movĆa de un lado al otro dentro de la ajustada ropa interior con su manera rĆ”pida de caminar. GermĆ”n oĆa desde la habitaciĆ³n el tarareo de Francisco. Escucho que el hombre abriĆ³ la llave de la regadera, pero aun asĆ no comenzĆ³ a baƱarse, pues seguĆa canturreando por el apartamento. Francisco tomo su interior por la caderas y lo dejo caer, enseguida su desnudez hizo aumentar el atractivo de su cuerpo, su polla grande y aun flĆ”cida se movĆa de un lado al otro, acompaƱada de dos grandes bolas que rebotaban con su caminar. Con los oĆdos bien concentrados en lo que deseaba escuchar, GermĆ”n escucho el contacto del agua con el cuerpo desnudo, y aun asĆ saliĆ³ de la habitaciĆ³n con el arma cargada preparada para hacer dopar a Francisco.
A pesar de tener sus zonas erĆ³genas de buen tamaƱo, Francisco tenia unas nalgas redondas y paradas, de eso se dio cuenta GermĆ”n al verlo de espaldas duchĆ”ndose, pero Francisco tampoco era un mal vigilante, al escuchar unos pasos tras Ć©l, se dio media vuelta, con los ojos abiertos y alerta y vio a un hombre que no era desconocido, GermĆ”n con el arma apuntĆ”ndole le disparo y un dardo saliĆ³ disparado cayendo en el pecho de Francisco, el hombre asustado retrocediĆ³ pegando su cuerpo mojado contra la pared, mientras el liquido entraba a su cuerpo y hacia efecto al instante. En seguida Francisco cayo inconsciente en el suelo y solo se oyĆ³ en el lugar la caĆda del chorro de agua.
ArĆstides tomaba agua en la cocina, y en mal momento Pedro entro allĆ, estaban los dos solos en el sitio
"¿que me miras?" replico Pedro
"la cara de tonto que tienes" respondiĆ³ ArĆstides entre risas
"las bromas no se hicieron para mi, no se como... pero me encargare que te despidan"
"perro que ladra no muerde"
"imbĆ©cil" contesto Pedro, y con la toalla en el brazo se fue directo al gimnasio de su casa, ArĆstides tomo agua y se rasco los testĆculos.
Con el cuerpo aun mojado, GermƔn deposito a Francisco sobre la cama, mojando las sabanas. Lo ato de brazos y piernas y se quedo contemplando con envidia y ansias su pene y huevos. Deseando extraerles todas las gotas de su medicamento y aumentador de autoestima.
"¿cuanto semen tendrĆ”?" se preguntaba mientras con los dedos acariciaba el frasco que tenia en la mano.
El tiempo transcurriĆ³ y finalmente Francisco despertĆ³
"¿que... que haces aquĆ?" preguntaba "¿como entraste?.... ¿que pretendes?... ¡suĆ©ltame!"
GermĆ”n descargo un puƱetazo en el estomago de Francisco y este soltĆ³ un gruƱido
"cĆ”llate, que ahora viene lo peor" contesto GermĆ”n amordazando la boca de Francisco con un paƱo a su alrededor, la mirada de Francisco tenia una mezcla de miedo e ira. TenĆa la leve sospecha de que iba a sufrir, y mucho.
La mano de GermĆ”n se fue acercando de manera lenta a los huevos de Francisco y este con miedo vio como los dedos desgarradores se apoderarĆan de sus gĆ³nadas. La punta de los dedos de GermĆ”n se hincaron sobre los testĆculos del hombre, aprisionĆ”ndolos y viendo como el hombre se batĆa sobre la cama resistiĆ©ndose a la compresiĆ³n, la cara de Francisco revelaba el dolor que lo desgarraba, apretĆ³ los labios y cerro los ojos resistiendo, pudiendo gritar, pero sin ser escuchado. La presiĆ³n de los dedos comprimĆan las grandes y fuertes bolas y el cuerpo de Francisco se tensaba ¿cuanto podrĆa resistir ese grato hombre? sus huevos eran frĆ”giles y resistentes a la vez. Como GermĆ”n lo deseaba, la polla de Francisco empezĆ³ a moverse, y eso para el era de mĆ”s ayuda, a parte de hacer sufrir al hombre que odiaba, podrĆa extraerle fĆ”cilmente su jugo saludable. Francisco gimiĆ³ estando amordazado y unas lĆ”grimas escaparon de sus ojos, al instante que su pene se alzaba venoso sobre el yugo apretĆ³n de GermĆ”n.
"solo... serĆ” un corto periodo" decĆa GermĆ”n "si tu me ayudas, nada pasara... solo necesito tu semen"
Al oĆr eso Francisco trato de liberarse en vano de la cama, pero fue aniquilado al recibir un jalĆ³n en sus testĆculos, su fuerza se redujo a la de un animal herido.
Y la estimulaciĆ³n habĆa empezado, Francisco miro con asco cuando GermĆ”n aproximo sus labios a su verga y procediĆ³ a meterla dentro de su boca, la presiĆ³n sobre sus bolas se habĆa acabado. Ahora la cabeza de GermĆ”n se movĆa de arriba hacia abajo sobre el largo palo de Francisco, sus bolas reposaban adoloridas comenzando a palpitar, a hincharse.
Sin esperar GermĆ”n agarro y apretĆ³ las bolas de Francisco, compactando los huevos entre la palma de la mano y sus gruesos dedos, Francisco quiso gritar y agarrarse las bolas, pero no pudo, su cuerpo musculoso se retorcĆa del dolor y solo conseguĆa ahogar a GermĆ”n empujĆ”ndole la polla lo mas profundo en su garganta. GermĆ”n soltĆ³ los huevos mientras comenzaba a respirar y toser, la verga morena y grande de Francisco se veĆa iluminada por la saliva del otro hombre.
Francisco intento gruƱir cuando GermĆ”n descargo un puƱetazo sobre sus bolas, mas 3 golpes furtivos, cada contusiĆ³n produciendo oleadas de dolor y revoltijos en el estĆ³mago. Sus testĆculos latĆan con fuerza en su escroto. GemĆa de dolor y de cansancio deseaba que esa tortura culminara lo mas pronto... querĆa eyacular si era lo que necesitaba para terminar todo, pero GermĆ”n lo torturaba aun mas y con saƱa golpeaba mas sus bolas conectando sus puƱos en las 2 orbes.
Haciendo caso omiso de los quejidos silenciosos de Francisco, el nudillo conectĆ³ un fuerte golpe entre sus piernas y la polla de Francisco vibro con el golpe mientras el hombre se retorcĆa de dolor sobre la cama sollozando.
La lengua de GermĆ”n volviĆ³ a ensalivar la gruesa verga de Francisco, y el muchacho sacudĆa la cabeza con odio y asco, incapaz de poder defenderse. GermĆ”n movĆa la lengua por el orificio del pene del muchacho, lamia su glande y ensalivaba su tronco que se mantenĆa firmemente erecto.
La mano del agresor se apoderaron de nuevo de los testĆculos del muchacho y este doblo los ojos incapaz de resistir tanto dolor, estaba llegando al clĆmax, pero un clĆmax doloroso. Y acomodĆ”ndose en la cama y sacando la polla de su cara, el codo de GermĆ”n pego de lleno en los huevos del enemigo cautivo. Francisco grito sin ser escuchado, y el codo de GermĆ”n volviĆ³ a clavarse sobre sus bolas y aplastĆ”ndolas miserablemente contra la pelvis. La mano de GermĆ”n volviĆ³ a apretar las bolas, mientras con ansia lo masturbaba con la mano derecha. Francisco estaba empezando a jadear, llegando al cielo, al Ć©xtasis, GermĆ”n tragaba saliva, necesitaba ese semen lo mĆ”s pronto posible, se sentia deseoso, angustiando.
La mano se movĆa con fuerza, la otra apretaba las bolas, las rodillas de Francisco trataban de proteger sus huevos, su cuerpo sudaba, su mente volaba, el dolor irradiaba su cuerpo y viajaba en conjunto con el placer, de pronto exploto en un mar de semen, que viajo y aterrizo por el aire, GermĆ”n soltĆ³ los huevos y trato de recolectar la mayor cantidad de semen que pudo en el frasco, acto seguido comenzĆ³ a lamer el semen que salĆa por la polla de Francisco, lo lamia, los probaba, lo tragaba, era salado y cĆtrico, Francisco parecĆa deleitado con la boca abierta y los ojos cerrados. DspuĆ©s GermĆ”n se separo de Ć©l.
"gracias" dijo guardando el frasco muy lleno de semen sonriĆ³ malĆ©volamente y se alejo unos pasos, para tirar sobre las bolas de Francisco una pelota de goma que tenia guardada en su bolsillo de nuevo renaciĆ³ el dolor en el cuerpo del hombre, despuĆ©s Francisco escucho el arma ser disparada y perdiĆ³ el conocimiento nuevamente.
Cuando se hubo despertado, estaba tirado en la cama y todavĆa desnudo, sus brazos y pies estaban libres, apretĆ³ el puƱo con odio.
Los pasos de ArĆstides eran silenciosos en el gimnasio, mas aun cuando Pedro estaba de espaldas a Ć©l, con el pecho desnudo y sudoroso, estaba en una perfecta posiciĆ³n, habĆa estado haciendo pesas, y en ese momento la pesa de pocos kilos estaba sobre el suelo, y el muchacho jadeaba, con las dos manos sobre ella y las piernas abiertas, dispuesto a volverla a levantar. Cuando Pedro vio los zapatos de ArĆstides tras Ć©l, pero ya era muy tarde, puesto que el guardaespaldas subiĆ³ el zapato de cuero haciĆ©ndolo golpear en sus bolas, por lo tanto Pedro hizo una mueca de dolor y cayĆ³ sobre el suelo haciĆ©ndose mas daƱo al golpearse contra la pesa
"eso... es para que aprendas a respetar a tipos como yo" aseguro el muchacho "y me vale nada que vayas con tu mamita y le cuentes"
"grrrrrrr.... imbĆ©cil" hablo Pedro tirado en el suelo sobando sus huevos apenas podĆa respirar
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