La nueva vida de Rodrigo y Fabian - Las Bolas de Pablo

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13 feb 2014

La nueva vida de Rodrigo y Fabian


Bien me recomendaron leer elementos de la narraciĆ³n y para que vean que sĆ­ he estado en eso aquĆ­ aplico uno de los primeros cambios en el blog. A partir de esta historia, los diĆ”logos ya no aparecerĆ”n entre comillas ("") sino a partir del guion (-) eso sĆ­ usare el guion corto por motivos del teclado. Estoy re-editado futuras publicaciones para el blog de historias de ballbusting.



CONTIENE:


-BALLBUSTING HOMBRE/ HOMBRE

-SEXO HOMOSEXUAL

Rodrigo habĆ­a decidido mudarse de la casa de sus padres porque querĆ­a cambiar de ambiente, junto a Ć©l se fue FabiĆ”n. Se sentĆ­an enamorados. Rodrigo tenia un buen capital para formarse un prospero futuro, en contraste con FabiĆ”n, pero los dos estaban juntos y se apoyaban... ambos podĆ­an prosperar. Rodrigo contaba con una preparaciĆ³n universitaria, y era veterinario. FabiĆ”n habĆ­a pertenecido a una familia adinerada que perdiĆ³ toda su fortuna habĆ­a estudiado administraciĆ³n mas no culminĆ³ la universidad por sus problemas econĆ³micos.

El sitio donde decidieron juntos marcharse fue a la capital del pais, allĆ­ donde vivĆ­a su primo Pablo junto a su familia, pero debido a la situaciĆ³n como se mudaba Rodrigo quiso evitar contar razones a su tĆ­o Marcos, la primera semana de su estadĆ­a en la ciudad fue en un hotel, y con respectoa los gastos y presupuesto para el futuro Rodrigo consiguiĆ³ lo mas pronto posible un pequeƱo departamento al centro de la ciudad. Con poco espacio y casi feo.

El gran plan de Rodrigo era inaugurar un pequeƱo consultorio veterinario, tenĆ­a gran meta, comenzar por algo pequeƱo e ir creciendo poco a poco. FabiĆ”n lo apoyaba, los dos no podĆ­an darse el lujo de invertir mucho dinero en el negocio sin pensar en el pago de alquiler, servicios, Rodrigo tambiĆ©n se podĆ­a demostrar a si mismo que sin el dinero de su papĆ” tambiĆ©n podĆ­a prosperar, aunque gran parte de la suma que tenia era de su padre el seƱor Rodrigo ChacĆ³n.

El local donde se inaugurarƭa el consultorio era un espacio reducido de 2 cuartos y un baƱo.

-En este lugar… podrĆ­amos comenzar por vender comida para caninos, o utensilios, si, empezaremos con eso, ademas de atender a los pocos animales que nos traigan- decĆ­a Rodrigo con emociĆ³n en la voz.
FabiƔn siempre callaba, aunque asentƭa con la cabeza y en sus ojos se mostraba una perruna fidelidad.

Al pasar los dĆ­as, el dinero iba gastĆ”ndose igual que la comida para ambos, los gastos para la inauguraciĆ³n del consultorio, movimientos legales para la apertura.

-nadie dirĆ­a que seria fĆ”cil- alegĆ³ dĆ­as despuĆ©s Rodrigo contando sus escaso porcentaje de dinero.

-¿pĆ­dele ayuda a tu primo Pablo?- sugiriĆ³ FabiĆ”n, dudando de las palabras que le dijo Rodrigo tiempo atrĆ”s de "vida larga en dinero" era solo eso, palabras.-

-no, yo solo puedo- negĆ³ Rodrigo arrugando la frente -a Pablo lo invitarĆ©, cuando empiece a ver los resultados de mi negocio.

FabiĆ”n dio un suspiro, y mirĆ³ a Rodrigo, estaba preocupado

-pero no te preocupes, con lo que tengo, todavĆ­a podemos vivir unos cuatro meses… y un poco mĆ”s. Y en pocos dĆ­as abriremos el consultorio, mira todo lo que hemos hecho

FabiĆ”n sonriĆ³, en ese corto periodo de tiempo, habĆ­an pintado y decorado el local, se veĆ­a limpio y confiable, habĆ­a utensilios para mascota y sus tipos de comida. FabiĆ”n las venderĆ­a, mientras Rodrigo atendĆ­a a los animales.

-estoy cansado- confesĆ³ Rodrigo sobĆ”ndose el cuello -jajaja, y algo estresado…

-se te ve- sonriĆ³ Fabian -creo que te hace falta relajarte en algo que no hemos hecho en todo este tiempo.

-¿… en que?

-…… ballbusting- sonriĆ³ a pesar de todo Fabian

Rodrigo callo, pero no dijo nada, sus ojos brillaron notablemente. FabiĆ”n se levanto del suelo y caminĆ³ hacĆ­a Rodrigo, el joven veterinario echĆ³ una ojeada a la entrada, que tonto era, nadie los verĆ­a ni los escucharĆ­a afuera. Con sus ojos se puso a cautivar al cuerpo del ex peĆ³n, se quitĆ³ la franela, sus bĆ­ceps enormes, cada parte de su cuerpo que desbordaba fuerza y virilidad. La juguetona mano de Rodrigo empezĆ³ a abrir el pantalĆ³n del bien dotado FabiĆ”n, cuando pasaron los segundos del reloj que colgaba en la pared con la imagen de un conocido gato abrazando la imagen de su amigo un perro color crema, ya FabiĆ”n estaba desnudo y con las bolas colgando entre sus piernas, correctamente afeitadas.

-¿estĆ”s seguro?- preguntĆ³ Rodrigo

-¡completamente!

Y el veterinario enviĆ³ una cruel patada en los colgantes testĆ­culos de FabiĆ”n. CrujiĆ©ndose las bolas contra la pelvis, al instante FabiĆ”n cayĆ³ de rodillas al suelo con desconsuelo, con los ojos cerrados, apretando los dientes y las manos agarrando su entrepierna.

-¿terminamos?- le preguntĆ³ Rodrigo sintiĆ©ndose preocupado de haber causado un fuertĆ­simo dolor en los cojones de aquel macho pero dejando mostrar claramente su verga erecta en el pantalĆ³n.

Parecƭa que su amor ya no le permitƭa golpear a FabƔn como lo hacia atrƔs en el campo, pero, todavƭa le gustaba el ballbusting con Ʃl, tan grande, fuerte... cojonudo.

FabiĆ”n negĆ³ con Ć­mpetu y se las arreglĆ³ para ponerse de pie y llevarse las manos a ambos extremos de la cadera. Se veĆ­a excitable.

Repetidamente la pierna de Rodrigo cruzĆ³ el aire y poniĆ©ndose en contacto con las bolas del ya adolorido FabiĆ”n. A la Ćŗltima el muchacho cayĆ³ de nuevo al suelo de rodillas emitiendo un chillido casi ahogado.

En el reloj con la imagen del gato naranja transcurrieron 3 minutos y medios cuando ya FabiĆ”n estaba de nuevo de pie. Rodrigo ya tenĆ­a sus manos en el hombro del macho y estrellĆ³ la rodilla en los testĆ­culos del torturado. El hombre cayĆ³ instantĆ”neamente al suelo, comenzando a chillar por sus testĆ­culos magullados que comenzaban a crecer hinchados.

FabiĆ”n logrĆ³ alzarse en cuatro patas, respiraba con jadeos y sus fuertes brazos temblaban, sus bolas colgantes estaban entre sus piernas. Rodrigo sonreĆ­a y lo miraba con satisfacciĆ³n, tenia la boca hecha agua y el pito parado, caminĆ³ detrĆ”s de FabiĆ”n y le dio una fuerte patada a las pelotas que lo hizo pegar un brinco y caer de boca al suelo acurrucĆ”ndose en posiciĆ³n fetal.

Rodrigo se inclinĆ³ a su lado, paso la mano por su lampiƱo pecho mientras el hombre retiraba las manos de sus testĆ­culos y hacia un grave esfuerzo por dejar de temblar y normalizar su respiraciĆ³n. Le dio un beso en la mejilla y se alejo a la pequeƱa nevera que ahĆ­ habĆ­a.

Regreso al poco tiempo con una bolsa de hielo que aplicĆ³ con cuidado en los testĆ­culos hinchados de su amor. Lo trataba con sumo cuidado como si fuera un cachorrito enfermo, FabiĆ”n se sintiĆ³ protegido y querido, eso era amor.

Miguel era un joven nadador, amigo de Pablo ChacĆ³n y a su vez habĆ­a mantenido una relaciĆ³n de amor/amistad con Oswaldo, otro muchacho interesado en el ballbusting, pero Oswaldo terminĆ³ rompiendo toda relaciĆ³n con Miguel tras conocer a su actual pareja, y tras eso y otras aventuras Miguel se decidiĆ³ por conocer a nuevas personas, entre ellas conociĆ³ a TobĆ­as, un hombre que trabajaba como publicista para una conocida empresa de jugos. Hasta aquel momento TobĆ­as desconocĆ­a la aficiĆ³n de Miguel por el ballbusting, incluso tras varias discusiones el hombre de 30 aƱos se decidiĆ³ tener relaciones sexuales con Miguel actuando como activo.

Para aquel momento los dos hombres se miraban desnudos desde una habitaciĆ³n de cualquier lugar, TobĆ­as de tez morena tenĆ­a la polla erecta y pocos vellos adornaban sus huevos. Miguel lo contemplaba y besaba su cuello al mismo tiempo que acariciaba al pene.

La boca de Miguel probĆ³ el falo de TobĆ­as, lo acariciaba con la lengua y calentaba con su garganta, la sacaba de su boca, la contemplaba y volvĆ­a a meter a cada instante. El pene estaba ahora mas ensalivado y mĆ”s grande.

TobĆ­as inclinĆ³ a Miguel sobre la cama, el hombre sonriĆ³ al verle el trasero, tras varias semanas de discusiĆ³n Miguel habĆ­a decidido ser pasivo, siempre escuchaba respuestas de TobĆ­as como “nunca en una relaciĆ³n serĆ© pasivo, nada de eso. No me gusta, no va conmigo”, se acomodĆ³ sobre la espalda del nadador, y empezĆ³ a introducir su miembro a travĆ©s del ano de Miguel, provocando al deportista suspirar y gemir, entre dolor y la emociĆ³n.

Seguido de los primeros movimientos leves y a medida que los segundos del reloj transcurren, los movimientos de Tobƭas se hacƭan cada vez mƔs rƔpidos.

Tras seguidos movimientos entre los dos hombres, empezaron a cansarse, hasta que los movimientos fueron leves y TobĆ­as parecĆ­a quedarse inmĆ³vil, hasta que su lĆ­quido lechoso comenzaba a salir de su pene y quedar depositado en el lĆ”tex que envolvĆ­a su pene.

Y es con Tobias que Miguel sale de los relatos del blog

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