Dulces Pesadillas (2/7): La pelea de Marcos - Las Bolas de Pablo

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9 sept 2014

Dulces Pesadillas (2/7): La pelea de Marcos

CONTIENE:
-BALLBUSTING HOMBRE/HOMBRE
Marcos ChacĆ³n tambiĆ©n sufrirĆ­a una pesadilla, cuando el mal sueƱo jugaras con los sentimientos que deseaba jamĆ”s se convirtieran en realidad, dormĆ­a profundamente en la cama junto a su esposa, mientras su subconsciente realizaba los peores horrores plasmĆ”ndose en una pesadilla que parecĆ­a real.
Se encontraba en un pasillo oscuro, habĆ­a estado dormido y por fin despertaba. Se palpĆ³ el cuerpo, era un sitio frio. Estaba semidesnudo con Ćŗnicamente un ajustado interior color naranja tapando su abultada virilidad. Dio media vuelta y a su espalda habĆ­a una puerta de hierro, intento abrirla pero estaba bajo llave. Vio al final del pasillo un umbral que conducĆ­a a otra habitaciĆ³n iluminado por una luz blanca, caminĆ³ hasta allĆ­ y al cruzar el umbral en forma de arco casi resbala con algo, sin figurarse parecĆ­a un pedazo de salchicha, pero aquello no llamĆ³ su atenciĆ³n sino un pedazo de masa que estaba tirado en el suelo alejado de Ć©l, siguiĆ³ caminando intrigado con el corazĆ³n latiendo deprisa.
Tras un largo grito de terror corriendo hacia SimĆ³n, su hijo, que ahora solo era una masa tirada en el suelo... Su amado hijo estaba ahĆ­ muerto, desangrado y sin pene ni testĆ­culos, alguien se los habĆ­a arrancado y dejado morir bajo un charco de sangre.
-no hijo, no- gritaba el seƱor ChacĆ³n derramando lagrimas bajo el cuerpo inerte de SimĆ³n- ¡no!
Y sucediĆ³ de pronto algo que no pudo creer al alzar la vista descubriĆ³ el resto humano de sus otros dos hijos. Israel, el mayor estaba tirado en una cama, sobre su virilidad estaba una roca grande, le habĆ­an aplastado los huevos, el odontĆ³logo tenia aun los ojos abiertos, Marcos llorĆ³ y corriĆ³ hacia Ć©l, le cerrĆ³ los ojos y siguiĆ³ llorando. MirĆ³ a Pablo, seguĆ­a vivo, fue hasta Ć©l.
Y allĆ­ estaba Pablo, moribundo, desnudo atado a unas cadenas, tenia pĆŗas sobre sus testĆ­culos que estaban estirados y su pene fracturado resbalaba sangre, inservible.
-¡Pablo! ¡Pablo! -gritaba su padre
Pero Pablo lanzo un Ćŗltimo suspiro y cerro los ojos
-¡NOOO! -grito el seƱor Marcos desesperado.
-jajajajaja -riĆ³ una sonora voz tras Ć©l.
Marcos sintiĆ³ odio y mirĆ³ sobre su espalda. Se le helĆ³ la sangre, quien estaba tras Ć©l era Armando, un hombre del pasado que le habĆ­a hecho daƱo a sus hijos, tenia un ajustado bĆ³xer y la piel sudorosa, sostenĆ­a un martillo de hierro en las manos.
-sigues tu Marcos -dijo balanceando el martillo en sus manos
-MALDITO -rugiĆ³ Marcos con odio limpiando sus lagrimas
-vaya, como me divertĆ­ con tus hijos. A uno lo penetre, a otro le dije que si me hacĆ­a sexo oral no lo mataba. Pero lo mate. Al otro, bueno a otro le di placer… y de placer tambiĆ©n muriĆ³. Pero sigues tĆŗ, mi siempre favorito.
-MALDITO TE MATARE- grito Marcos ChacĆ³n corriendo hacia Ć©l con todas sus fuerzas apretando sus puƱos.
El seƱor Marcos ChacĆ³n lanzĆ³ un puƱetazo en la mandĆ­bula a Armando tan fuerte que lo hizo tambalearse y caer al suelo.
-seria muy fĆ”cil -dijo Marcos dando un puntapiĆ© al martillo que escapĆ³ de la mano de Armando alejĆ”ndolo del lugar -te voy a hacer sufrir maldito asesino.
Armando sonriĆ³ e intentĆ³ pararse, aprovechando sus piernas abiertas Marcos lanzĆ³ una potente patada en la entrepierna a Armando. Pero el hombre pudo apartar la cadera y el pie solo pudo chocar contra el muslo haciendo que su oponente solo doblara las cejas. Armando pudo levantarse.
Ambos hombres se miraban a los ojos, uno furioso, el otro parecĆ­a burlĆ³n, pero atentos, ambos esperando el movimiento del otro para defenderse.

De pronto Armando alzĆ³ la pierna chocando su pie contra la ingle de Marcos crujiĆ©ndole las pesadas bolas contra la pelvis.



Marcos gritĆ³ y se agarrĆ³ la entrepierna.



 Armando se burlĆ³ a carcajadas.

-ahora ¿DĆ³nde quedĆ³ mi martillo? Necesito encontrarlo, para por lo menos reventarte una bola, ya despuĆ©s me encargare de la otra.
Y se alejĆ³ de su enemigo que estaba doblado del dolor sujetando sus testĆ­culos.



 -ahhhhh -gemĆ­a Marcos sobĆ”ndose los huevos, lo matarĆ­an, no defenderĆ­a la vida de sus hijos despuĆ©s de muertos.



Armando finalmente encontrĆ³ el martillo de acero y se acerco al hombre convaleciente en el suelo. AgarrĆ³ a Marcos fuertemente de la nuca, y le pegĆ³ con el martillo en el Ć”rea des costillas.

-¡ARRRGGG!
Nuevamente otro golpe en las costillas y lo tirĆ³ al suelo. Marcos se agarrĆ³ el Ć”rea con la mano derecha, mientras que con la izquierda abrazaba sus huevos. Armando se arrodillĆ³ a su lado y metiĆ³ la mano por el perineo de su enemigo, buscando con la mano el conjunto de pelotas grandes y hermosas de aquel despreciado y amado hombre.



Los ojos de Marcos se abrieron con horror cuando Armando agarrĆ³ sus pelotas y las apretĆ³ con fuerza.




-¡AAAARRRRRGGGGG!- gruƱo Marcos y tratĆ³ en vano de apartar las manos de Armando de sus huevos peludos.
Armando riĆ³ y apretĆ³ con mĆ”s fuerza, aplastando las bolas de Armando con sus gruesos dedos.
El pobre hombre boludo gritĆ³ de dolor doblando los ojos.



Armando torciĆ³ la mano, haciendo soltar un alarido a Marcos mientras reĆ­a. De pronto alzĆ³ el martillo y le pegĆ³ con fuerza en el abdomen.

-AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHH
Armando lo soltĆ³ y se alejĆ³ dando grandes pasos, Marcos quedĆ³ tendido en el suelo bajo un inmenso dolor sobando sus bolas mientras escuchaba que Armando arrastraba algo por el suelo, el ruido era fastidioso y era algo pesado, la luz lo ilumino y Armando regresaba arrastrando una cama.
-en esta cama te acostarƩ -dijo-, te amarrare, y te aplastare los huevos con este martillo.



RĆ”pidamente Marcos tomĆ³ fuerzas y se lanzĆ³ sobre Armando, aquel se defendiĆ³ pero el martillo saliĆ³ disparado de sus manos y se deslizĆ³ por el suelo hasta los pies del inerte Pablo.



Armando le pegĆ³ un puƱetazo en el rostro a Marcos.

Marcos respondiĆ³ con un puƱetazo a la nariz, se acomodo sobre Armando y chocĆ³ su rodilla contra las bolas de Armando.



Armando esbozĆ³ una mueca de dolor, uniĆ³ sus rodillas y con desespero logrĆ³ que Marcos cayera lejos de Ć©l, se acurrucĆ³ en el piso sobĆ”ndose los testĆ­culos.



Marcos estaba lleno de ira, corriĆ³ hacia Armando y lo pateĆ³ con fuerza en las costillas.


Armando se quejĆ³.

Marcos volviĆ³ a repetir la operaciĆ³n esta vez pateĆ”ndole la cabeza a su enemigo y asesino de sus hijos.

Armando se desplomĆ³.

Marcos se arrodillĆ³ a su lado y comenzĆ³ a pegar como un salvaje en la cabeza a Armando, con el puƱo cerrado, uno y otra vez.

Armando comenzaba a sentirse mareado, fatigado, cansado.

El puƱo de Marcos subĆ­a y bajaba rĆ”pidamente contra la cabeza de Armando, lo dejarĆ­a loco, lo matarĆ­a. ParĆ³ de golpearlo y lo agarro del cuello, ambos se levantaron, Armando estaba mareado, entonces Marcos acomodĆ³ la rodilla y la subiĆ³ entre las piernas de Armando.

 Armando chillĆ³.

Y nuevamente Marcos empujĆ³ su rodilla en los huevos de aquel asesino.

La mandĆ­bula de Armando y los ojos se desorbitaron. LanzĆ³ un largo quejido y se desplomĆ³ en el suelo.



Marcos llenĆ³ de ira agarrĆ³ los pies de Armando y los alzĆ³ a la altura de su cintura, el gran hombre ChacĆ³n subiĆ³ la rodilla y estrellĆ³ la planta del pie en los testĆ­culos de Armando, aquel hombre pegĆ³ un alarido al sentir un nuevo choque de dolor recorrer su cuerpo desde los testĆ­culos. Se retorciĆ³ en el suelo, agarrando sus gĆ³nadas.



Marcos habĆ­a retrocedido unos pasos para verlo, sentĆ­a odio por aquel hombre, que no habĆ­a hecho mas que torturar a sus hijos hasta matarlos, ahora Ć©l lo matarĆ­a. Se acerco a Ć©l y como si se tratara de un balĆ³n de futbol le pateĆ³ la cabeza, dejĆ”ndolo aturdido. 


Los ojos de Marcos no mostraban mĆ”s que maldad pura, odio, venganza. Entonces su pie pateĆ³ la ingle de Armando, golpeando las manos en las bolas. Haciendo que el rostro de Armando se contorsionara con una pequeƱa mueca de dolor.

Marcos se arrodillĆ³ entre las piernas de Armando y comenzĆ³ a hacer fuerza sobre las manos del hombre para alejarla de sus bolas.

 Armando trago saliva

Los ojos de Marcos brillaron y se apodero de los cojones de Armando, apretando el par de mĆŗsculos, haciendo gemir al rubio postrado en el suelo. Aplicando toda su fuerza Marcos sostenida los huevos de su enemigo con una mano, y con la otra formĆ³ un puƱo y comenzĆ³ a lanzarlo contra la cara del asesino. Armando gritĆ³ de dolor. 

Marcos volviĆ³ a echar la mano contra el aire y lo empujĆ³ contra la hinchada cara de Armando, amoratĆ”ndole el ojo.

 Armando rugiĆ³. 

Nuevamente lo golpeo contra la cara con tal fuerza que el cuerpo de Armando quedĆ³ tendido inerte en el suelo.

Marcos trago saliva, busco algo en el ambiente y a lo lejos diviso el martillo, lo harĆ­a por sus hijos. 

TomĆ³ el martillo con sus fuertes manos y se acercĆ³ a Armando tendido en el suelo, agarrĆ³ la cintura del hombre y le quito el bĆ³xer que tenia puesto. InstantĆ”neamente saliĆ³ a relucir su flĆ”cido pene y 2 conjunto de bolas, hinchadas y rojas, Marcos las dejo reposar sobre el suelo. Alzo el martillo sobre su cabeza y lo bajĆ³ con intensidad.

testĆ­culos fueron quebrados llenando su cara de sangre.


De un sobresalto el seƱor Marcos ChacĆ³n, se despertĆ³ de aquella pesadilla, tenia el cuerpo lleno de sudor y misteriosamente su pene duro como roca. Estaba jadeando y su esposa Yenny estaba despierta a su lado.
-tienes rato inquieto, no sabia si despertarte o no -le dijo.
-wow… me hubieras despertado -le reprocho.
-¿QuĆ© soƱabas?-
-una maldita pesadilla. IrĆ© a beber agua ¿quieres?
-no.
SaliĆ³ de la habitaciĆ³n matrimonial, tocĆ”ndose los huevos, los tenia intactos. BuscĆ³ agua frĆ­a y la tomĆ³ con deleite. SubiĆ³ a la habitaciĆ³n de sus hijos. Israel, roncaba desde la cama. En la habitaciĆ³n de Pablo, este dormĆ­a con un rastro de saliva desde su cara a la almohada, estaba con un pequeƱo bĆ³xer blanco y se le dibujaban los huevos intactos. Su hija Jenny tambiĆ©n dormĆ­a como una bebe en su alcoba.
-fue una ridĆ­cula pesadilla -se dijo, y volviĆ³ a dormir a la habitaciĆ³n abrazado a su esposa.


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