Cuando Armando le dio su número de contacto a Pablo, el protagonista de este blog dejó la tarjeta olvidada en su automóvil, al llegar a casa, se durmió, lo único que le interesaba en ese momento era conocer a Antonio, al despertar la mañana siguiente consiguió a su hermana Jenny, a Simón y a su mamá que también se llamaba Yenny, desayunando en el comedor de la casa
"¿y que hiciste anoche Pablo?"pregunto la madre
"con unos amigos, de fiesta" dijo Pablo
"yo, fui a terminar el trabajo con mis amigas" dijo Jenny mas tarde
"y yo... familia, tengo que decirles algo" hablo Simón con la boca llena, al tragar, siguió "conocí a una nueva chica, y tengo tiempo saliendo con ella, se llama Claudia... y... me gusta mucho"
"felicidades Simón" dijo Pablo recordando la mala experiencia que vivió Simón meses atrás con su ahora ex esposa
"cuida bien que no sea una de esas perras" alego Jenny
"modera ese vocabulario Jenny" regaño la señora Yenny "que bueno hijo... quisiera conocerla... ¿cuando podría venir?"
Simón explico como era la muchacha y cuando la podía presentar en el hogar, pero esos comentarios no los escucho Pablo porque le pregunto a su hermana donde estaba su padre
"salió a comprar unas pocas cosas para el almuerzo" le respondió Jenny "salió en tu auto Pablo"
"ah, no hay problema" dijo el chico sin recordar la tarjeta de contacto de Armando.
En tanto el señor Marcos, padre de Pablo, fue hasta el mercado y compro parte de las verduras que faltaban para el almuerzo, al introducir los paquetes en el automóvil se encontró con la tarjeta amarilla con los medios de contacto de Armando.
"pero mira donde deje la tarjeta" dijo el señor Marcos sonriendo y agarrando la tarjeta errónea "tenia tiempo buscando la tarjeta que me dio el asistente de aquel comerciante"
El señor Marcos Chacón creía que la que tenia en sus manos era una tarjeta que un constructor que fue a hacer contrato en su empresa y nunca el padre de familia se puso en comunicación con él, si había leído la tarjeta y sabia que era amarilla, pero tenia tan mala memoria últimamente que creyó perderla, y efectivamente eso pensó, ahora guardo la tarjeta en su chequera para al día siguiente ponerse en contacto con él.
Al Lunes siguiente Marcos llamo al numero telefónico que aparecía en la tarjeta.
"señor Armando" dijo cuando le contestaron "le habla Marcos Chacón, de la empresa constructora para afinar los detalles del contrato"
Al otro lado del teléfono Armando, el organizador de las batallas en especial de Ballbusting doblaba las cejas.
"¿Chacón?... ah... !Chacón¡" dijo, recordándose de Pablo, pero no por su nombre, ahora él creyendo que se llamaba Marcos Pablo Chacón.
"usted me dio su tarjeta de contacto, y quiero saber si nos podemos reunir para realizar el negocio en el que quedamos"
"ah, si, muy bien" dijo con entusiasmo Armando pensando que a Marcos Chacón le avergonzaba hablar de ballbusting y lo refería como "negocio"
"muy bien Armando" dijo Marcos evitando decir "señor", así ganaba mucha confianza con sus socios en materia de construcción "dígame cuando podríamos reunirnos"
"esta misma tarde" dijo Armando sintiendo su pene crecer
A finalizar la llamada Armando quedo pensativo
"si... Chacón es su apellido... ¿Marcos?... voy a practicar ballbusting con él... que emoción"
El sitio de reunión era la casa de Armando, Marcos llego a la residencia bajo instrucción por llamada telefónica, al verlo bajar de la camioneta, Armando noto que no era Pablo Chacón, el chico que luchaba los fines de semana, pero este hombre se parecía a él, y dijo llamarse Chacón, probablemente era el primo que se había inscrito antes en el concurso y el que le cedió su cupo. Sin embargo su idea de practicarle ballbusting no desapareció de su cabeza, esa tarjeta era la que le daba a todos los hombres para sesiones de ballbusting.
Entraron al interior de la casa, ahí Armando observo mas el hombre maduro, era fuerte, alto, y sus pantalones un poco ajustados, le marcaba un prominente bulto, así hiciera todo lo posible, Marcos Chacón no podía ocultar su bulto. "si, este viene por ballbusting, debe ser el primo del otro muchacho Chacón... pero su edad..." pensó.
"esta bien Armando" decía Marcos "ante todo, debo disculparme por la demora con la llamada. Pero todo esta bien, ahora vengo hasta acá para que hagamos el negocio que usted deseaba"
Armando sonrió mirando el amplio pecho del hombre, recordando lo que decía, y certificando cada vez mas que lo estaba buscando para hacer el ballbusting, pero era tan penoso que lo llamaba: negocio.
"entonces, ¿empezamos?" pregunto Armando
"empezamos" confirmo Marcos lanzándole una sonrisa que Armando creyó que invitaba a la seducción, era invitación a trabajar.
Con un movimiento rápido Armando se doblo y su mano derecha agarro el bulto de Marcos Chacón, directamente las 2 bolas, tan grandes como las de sus hijos, herencia Chacón, una herencia que torturo a miles de hombres de esa familia siglos tras siglos. Y con un movimiento brusco las tiro hacia abajo, sin soltar los huevos.
Marcos Chacón observaba con miedo y grito cuando Armando apretó y tiro sus bolas hacia abajo, estaba todavía de pie, con las rodillas dobladas, pero siempre que recibía un golpe allí, caía debilitado en el suelo, estaba buscando aire y no podía hablar del dolor. De todos los hombres Chacón a él era quien mas le impactaban los golpes en los huevos impidiéndole el habla o cualquier otro movimiento que no fuera el de acariciar sus bolas. Luego Armando las volvió a templar con fuerza hacia abajo, deseando doblegarlo en el suelo.
Marcos gritó y trató de proteger sus huevos, pero Armando no le hizo caso.
"¡Escucha! este negocio es el mejor de la vida. Ustedes muy bien lo saben, tu primo estuvo por aquí. Casi gana, es muy bueno. Pero otro lo venció"
Marcos no podía hablar, el dolor magullante en sus bolas y en su estomago le impedía todo, solo quería que lo soltaran y salir corriendo de ahí.
"¿pero que es esto...?"dijo Armando al sentir el pene de Marcos crecer por encima de sus grandes bolas de familia "pero, tenemos que bajar a ese animal" susurro el hombre de penetrante ojos azules y para sorpresa de Marcos que estaba inmóvil con su mano en el brazo de Armando, el agresor le bajo la cremallera de su pantalón.
El señor Marcos era de todos los hombres de la familia Chacón que al recibir un impacto en sus testículos quedaba inmóvil y preso del dolor, tenía su mano sobre el brazo de Armando, pero no le aplicaba fuerza alguna para que soltara la mano de sus testículos. Armando bajó su ropa interior como pudo, sin aflojar sus manos de aquellas bolas colosales. Al tenerlo hermosamente desnudo seguía apretando sus testículos con una mano y con la otra la envolvía sobre el pene del señor maduro que todavía era apuesto.
El señor Marcos sentía vergüenza, pero no lograba desmovilizarse. Nunca hubiera imaginado que otro hombre lo estuviera masturbando y le apretara las bolas. Nunca había pasado eso por su mente, no le causaba asco, pero tampoco le gustaba, solo deseaba que el dolor menguará y escapara de ese feo lugar para no volver jamás. Armando masturbaba al que creía primo de Pablo con fuerza, no había creído que fuera tan mayor, posiblemente tenían la misma edad. Marcos cerró los ojos y sintió que su corazón se aceleraba cuando sentía que el clímax recorría su adolorida zona genital.
"Voy a acabar suéltame por favor." Susurró Marcos al sentir la adrenalina y el éxtasis recorrer su bien adolorido cuerpo.
Con una mano apretando sus bolas, Armando volvió a jalar hacia abajo aquellas grandes pelotas de familia Chacón cuando sintió la primera explosión de semen que manchaba su mano izquierda. Marcos gimió cuando hilos gruesos de esperma salpicaba sus piernas y manchaban sus pantalones de tela sobre sus talones. Armando apretaba con más fuerza las grandes pelotas del señor Chacón, no lo soltaría hasta que drenara la última gota de semen, ya no se preocupaba por ballbustear a Pablo, le importaba mas al que creía su primo.
"Por favor señor Armando, suélteme” jadeó Marcos drogado de placer.
“no… esto apenas comienza” dijo Armando enamorado de aquel atractivo hombre “espere todo este tiempo por una llamada” se refería al fin de semana que había transcurrido, pero Marcos pensó que se refería a todas las semanas en que le habían entregado la tarjeta de contacto.
Armando suspiró y dio una mirada tierna. "Bueno, estoy seguro de que debes complacer a otras personas, pero quiero que volvamos a vernos” ofreció esperanzador.
“suéltame” rogó Marcos casi llorando con los huevos apretados, y el estomago dándole vueltas.
Armando sonrió excitado. Finalmente soltó las bolas del señor Marcos, y este, debilucho como estaba, se apoyo sobre Armando tratando de respirar aire puro. Armando sonrió y subió sus manos hasta ambos lados del hombro de Chacón. Marcos lo miro a la cara, vio sus ojos y pensó en la acción que iba a hacer, lanzo una expresión de terror, porque ya sentía el peligro, pero era demasiado tarde. La rodilla de Armando se hundió en los testículos frágiles de Marcos Chacón.
Marcos grito, pero sus gritos fueron emitido con una vocecita débil en degradación por los continuos rodillazos de Armando a sus bolas una y otra vez. Y la polla de Marcos empezó a temblar.
Tomando pausa, Armando se echó hacia atrás y emitió un último golpe, a los quebrantables huevos de Marcos Chacón. El golpe fue devastador sus bolas impactaron contra su pelvis, y Marcos se levanto en el aire. Su pene inmediatamente comenzó a chisporrotear y llenar su impecable ropa de tela fina con una segunda carga poderosa de semen. Completamente agotado y exhausto, Marcos se derrumbó en el suelo en agonía.
“¿Para que fuiste a la constructora?” le pregunto cuando pudo hablar Marcos Chacón minutos después, todavía estaba en el suelo semi desnudo acariciando sus bolas.
“yo nunca fui para allá…”negó Armando, acariciando su entrepierna sentado en el sillón, seguía excitado y aun mas al ver al hombre como deseaba verlo, tendido en el suelo agarrando sus huevos.
“…no entiendo”
“¿eres del mismo apellido de Pablo?” pregunto Armando “debes ser familia del muchacho este, que practicaba las luchas y… le gustaba este mundo del ballbusting… ¿eres su familia?”
“¿hablas de Pablo?… ¡ay!... si hablas de un luchador debe ser él”
“… ¿Pablo?.. ¡Si! ¡Pablo! No recordaba su nombre… ¿eres su primo?”
El señor Marcos estaba confundido, que relación tenia su hijo Pablo con ese hombre que le golpeo las bolas. ¿Qué era el Ballbusting? Todavía seguía en el suelo y con muchas interrogantes en la cabeza.
“si… tu primo Pablo muy buen luchador…” hablaba Armando deleitado, como si recordara buenas cosas “hubiera ganado, pero un golpe en las bolas le bloqueo el triunfo jajaja, obviamente le di mi tarjeta de contacto, para que practicáramos sesiones privadas de ballbusting. Pero parece ser que se divierte mas con el ganador del campeonato”
“¿se divierte mas?” pregunto el señor Marcos con cara de dolor apretando sus desnudas bolas contra su cuerpo.
“si, ya sabes” respondió Armando uniendo sus manos “le di la tarjeta pero tal parece que prefirió dártela a ti… Para ser su primo te ves muy mayor de edad, creí que eras mas joven... y el campeonato era para gente muy joven”
El señor Marcos guardo silencio, tenia muchas dudas en su cabeza que Pablo tenia que responderle. Armando también callo contemplaba al hombre en el suelo. Rato después el señor Marcos se alzo lentamente del piso, subió sus pantalones de tela fina manchados de semen y salió de la sala con paso lento y cojeando como cada vez que le pegaban en las bolas cuando era joven.
“¿volveremos a vernos?” pregunto Armando, pero Marcos no le contesto, cojeando intento salir rápido de la casa, y lo logro.
Al montarse en su camioneta se sentía adolorido, tanto física como mentalmente, tenia ideas de lo que podía ser su hijo, y le dolía tanto como sus bolas palpitantes en la entrepierna. ¿Qué era en realidad su hijo? ¿Y su sobrino?¿que tendría que ver Rodrigo con Pablo? Con dolor colocó en marcha su camioneta y fue hasta su propia casa. Allí estaba solo su esposa, no le conto nada de lo sucedido por vergüenza, le mintió diciéndole que se había vuelto a doblar el talón al bajar por las escaleras del edificio de su trabajo. Y con éxito oculto la mancha de semen en su pantalón. Lamentablemente recordó cuando mese atrás un empleado que despidió le aplico golpes a sus testículos.
“Pablo será gay” se preguntaba mentalmente mientras colocaba su pantalón dentro de la lavadora “se divierte mas con el ganador del campeonato” grave equivocación la que tuvo al agarrar la tarjeta equivocada, se estaba arrepintiendo de haberlo hecho.
Pablo llego esa tarde a casa, su padre no le relato del suceso, y llego a la conclusión de no hacerlo. El señor Marcos tuvo la solución de investigar por su propia cuenta, porque creyendo lo que pensaba, le dolería mucho más que su hijo le mintiera. Cojeo por muchos días y se alegro cuando el tamaño de sus grandes testículos volvió al volumen original.
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