EL PEOR DOLOR DE UN HOMBRE
Este es un relato ficticio, de contenido heterosexual y con ballbusting M/M
Todos los hombres alguna vez hemos sufrido algĆŗn golpe en nuestros testĆculos, si... esa muy sensible zona de nuestro cuerpo; algunos golpes leves, otros golpes devastadores...este es un relato de la horrible y dolorosa experiencia que tuve en esa delicada zona, gracias a mi primo Eduardo.
Me llamo AndrĆ©s tengo 17 aƱos, ayer vino a visitarme mi primo Eduardo, es de mi misma edad, cuando Ć©ramos niƱos compartĆamos vecindario y jugĆ”bamos juntos…A veces nos baƱƔbamos juntos, hasta los 10 aƱos lo hicimos... en esas jornadas nos enjabonĆ”bamos, correteĆ”bamos y hasta luchĆ”bamos en el baƱo...a ver quien era mas fuerte. Tiempos inocentes y divertidos; pero su familia se mudĆ³ y no nos veĆamos seguido, a los 13 aƱos definitivamente dejamos de vernos (su familia se mudĆ³ mas lejos)...pero una vez mas 4 aƱos despuĆ©s nos volvemos a cruzar...el vino a pasarse las vacaciones en mi casa.
Pero en 4 aƱos las hormonas en su divina sabidurĆa, hicieron de las suyas y dejamos de ser niƱos, para ser hombres...nos volvimos muy diferentes...dimos grandes estirones...pero a pesar de que en la infancia tenĆamos estaturas similares...ese ya no era el caso, pues Eduardo de alto no me pasaba de la punta de la nariz.
Pues bien, ayer por la tarde sin nadie en casa, Eduardo entrĆ³ a mi cuarto en toalla...iba a baƱarse en el baƱo de mi cuarto, ya que en el de huĆ©spedes no habĆa baƱo, yo estaba en cama viendo revistas, al verlo pasar se me ocurriĆ³ hacerle una broma....yo soy bastante bromista...y de bromas algo pesadas…EsperĆ© unos 20 minutos hasta cuando Eduardo saliĆ³...y antes de que abandonara mi habitaciĆ³n...lo ataquĆ© por detrĆ”s...tirĆ© de su toalla arrancĆ”ndosela de golpe, dejĆ”ndole desnudo.
Una carcajada AJAJAJAAAA! saliĆ³ de mi boca…mientras Eduardo apenado buscaba cubrirse con las manos, pues yo tenĆa la toalla en mi poder.
YO: no te cubras…somos hombres y primos, cual es la pena?...ya sĆ©!(otra de mis tontas ideas se me acababa de ocurrir)...me bajĆ© pantalĆ³n y calzoncillos quedando en bolas como Eduardo...dije: a ver como hemos crecido primo
Eduardo se quejo de mis bromas pesadas y de lo vergonzoso del asunto. Yo le tratĆ© de calmar y mostrĆ© lo mĆo, esperando el accediera a la enferma idea...al rato, luego de mucha insistencia cediĆ³ y allĆ estĆ”bamos los 2, lado a lado… con nuestras vergĆ¼enzas al aire.
Le vi su aparato y lo comparĆ© con el mĆo...una sonrisa apareciĆ³ en mi boca, cuando notĆ© solo a ojo, que mi polla superaba por un par de centĆmetros a la de Eduardo
Yo: te ganƩ!
El que aceptaba su desventaja "mĆ©trica" solo volteĆ³ la cara de mala gana y dijo: aun me falta crecer...hay que esperar. Pero ahora venia comparar nuestras pelotas...y mi sonrisa aumentĆ³, pues de antemano sabia que ganarĆa pues de testĆculos yo estaba bien dotado... (Leer mas adelante como lo supe.); al comparar, Eduardo no dijo palabra, yo tampoco...no era necesario...si bien las bolas de Eduardo entraban en la categorĆa de promedio...las mĆas sin duda...se catalogaban como Grandes!, y me colgaban bastante.
Con mi Ego engrandecido, pues estaba mas dotado que mi primo, solo pensaba: las tengo mas grandes que Ć©l...las bolas son la fuente de nuestra hombrĆa...SOY MAS HOMBRE QUE EL!...Como veĆa la incomodidad de Eduardo decidĆ cambiar el tema
Le preguntƩ mientras le mostraba mi verga: Eduardo dime...ya las has Estrenado?
Eduardo… que evitaba ver mis atributos (aunque le pillĆ© mas de una vez viendo de reojo mis colgantes bolas)de pronto respondiĆ³ azorado: Hablas de..Estrenarla con una chica? o de tocarse uno mismo?
RompĆ en carcajadas: no...Una paja no cuenta como Estrenada....me refiero con una chica
Eduardo bajĆ³ la cabeza apenado..Balbuceaba …no le entendĆa… al fin dijo coherentemente: pues si..
Yo: y como fue? cuƩntame..
Eduardo volviĆ³ a balbucear… Solo le entendĆ: todo fue idea del tĆo Harold...Ć©l un dĆa...
El tĆo Harold...entendĆa perfectamente lo que trataba de decir Eduardo, no era necesario escucharle...ya me imaginaba todo...pues gracias al tĆo Harold yo tambiĆ©n perdĆ mi virginidad, les contarĆ©...
Resulta que nuestro tĆo Harold es el ebrio y pervertido de la familia..todo un mujeriego...y a cada rato anda con putas, pues un dĆa me propuso hacerme hombre y me llevĆ³ a un burdel...yo, ya ansioso por esa clase de experiencias aceptĆ© con gusto; allĆ estaba entonces yo frente a esa Dama de burdel(no me gusta decirles prostitutas), ella estaba en sus 30`s y era atractiva (no me quejaba para nada)...vestĆa una divina ropa interior negra; enseguida dejĆ³ sus tetas a mi vista… por lo que al instante mi Pene reaccionĆ³ por si solo; mas mi cabeza era un manojo de nervios y no sabia que hacer, por suerte ella que sabia de mi inexperiencia(gracias tĆo Harold) se portĆ³ muy linda conmigo.
Me pidiĆ³ desnudarme; mas de la pena no daba para desprenderme de mi ropa interior... ella comprensiva de mis nervios de principiante… tomĆ³ la iniciativa, se agachĆ³ frente a mi y lentamente bajĆ³ mis calzoncillos… dejando expuestos mis Genitales… apenas me viĆ³ las pelotas NotĆ³ el tamaƱo considerable.
Dama: Vaya, chico!....si que las tienes grandes!
Yo, que hasta esa fecha pensaba que las mĆas debĆan ser grandes, pero no habĆa tenido una confirmaciĆ³n de ello...me sentĆ alagado por su expresiĆ³n y quise asegurarme
Yo: de verdad? Lo dices en serio?
Ella ahĆ agachada, frente a mis genitales… levantĆ³ su rostro (viĆ©ndome a los ojos) y exclamĆ³: "mira chico, como podrĆ”s imaginar a diario veo las Bolas de muchos tĆos y...crĆ©eme cuando te digo que”…(en ese momento estirĆ³ una mano y me agarrĆ³ las bolas, sopesĆ”ndolas....casi di un brinco al sentirme tocado en tan intima parte por primera vez... y por una mujer hincada frente a mi)"...las tuyas son bastante grandes".
Yo le di las gracias...de pronto mi orgullo se inflĆ³, una mujer(que me las tocaba con sus manos)confirmaba que mis bolas eran grandes...con esto dejĆ© atrĆ”s la timidez y me desenvolvĆ mas natural desde ese momento frente a ella; estaba muy orgulloso y como no sentirme asĆ, si un virgen como yo, habĆa impresionado a una experimentada trabajadora sexual... bueno fueron mis pelotas las que se llevaron el crĆ©dito...en fin, esa noche fue placentera y especial... y la verdad le agradecĆ por dĆas al pervertido tĆo Harold por su "invitaciĆ³n".
Pero volviendo al presente Eduardo seguĆa balbuceando frases incomprensibles...yo ahorrĆ© tiempo y le dije: ya se lo que tratas de decir...el tĆo Harold te llevĆ³ a un burdel cierto?, ante la expresiĆ³n de sorpresa de Eduardo y su inminente pregunta , me anticipĆ©: lo mismo me pasĆ³ a mi...tambiĆ©n me llevĆ³ y tuve mi primera vez.
Luego le comentĆ© que no habĆa vuelto a hacerlo (el admitiĆ³ que tampoco)...pero tenia muchas ganas de hacerlo con mi novia actual Laura
Yo: pero Laura es muy Santa, si le pidiese eso ahora...se molestarĆa conmigo y hasta me terminarĆa por pervertido...
Eduardo: es que aun somos muy jĆ³venes
Yo: pues yo no lo creo asĆ...AARGG!!(Molesto por aĆŗn no tener sexo con Laura), ni modo! tendrĆ© que esperar para cojĆ©rmela...pero me la voy a cojer -me agarrĆ© la verga y exclamĆ©- Con esta!... mira Eduardo… con esta... voy a hacerla mujer -le enseƱaba la verga a Eduardo-...y con estos... -me agarrĆ© los huevos con mi mano derecha- ... le voy a hacer un par de hijos.
Eduardo se alarmĆ³: oye no!, aun es pronto para traer bebĆ©s...es mucha responsabilidad ser padre, eso es para despuĆ©s!, no seas irresponsable AndrĆ©s!.
Como tenia razĆ³n… y yo solo exageraba, pues no tenia intenciĆ³n de cargar con hijos aĆŗn...por supuesto, querĆa disfrutar mi juventud sin responsabilidades todavĆa , le calmĆ©: claro que no todavĆa....los hijos vendrĆ”n con el tiempo
MĆ”s las hormonas estaba de fiesta en mi cabeza y con mi orgullo de macho por las nubes, no paraba de decir tonterĆas machistas...una ves mas me agarre las bolas, ahora con ambas manos....se las mostraba jactancioso a Eduardo...quien desviaba la mirada, pues no le agradaba mi actitud
Yo: mira primo, con estos Grandes Huevos, voy a preƱar a un montĆ³n de mujeres y a hacerles un montĆ³n de hijos... con Estos! Porque yo soy muy Macho!
Eduardo ya no aguantaba mi actitud prepotente y se dispuso a marchar, tomĆ³ la toalla de la cama y se la iba a colocar, pero yo la tomĆ© del otro extremo : espĆ©rate, no te vayas todavĆa....OcurriĆ³ un leve forcejeo... el cual se hizo mas fuerte; Eduardo exigĆa que soltase la toalla y yo no cedĆa...de pronto otra de mis ideas pesadas llegĆ³ a mi mente; tomĆ© a Eduardo de una mano y luego de la otra y quedamos ambos frente a frente, agarrĆ”ndonos de las manos...
Eduardo: que traes??... que se te metiĆ³ AndrĆ©s?...suelta ya!
Yo: Eduardo, recuerdas cuando de niƱos luchĆ”bamos en el baƱo? … a veces ganabas tu y otras veces yo...que tal unas vencidas ahora?...a que te gano!
Eduardo se negĆ³, pero como yo no lo soltaba y aplicaba mas fuerza, no le quedĆ³ de otra que batir fuerzas conmigo...obviamente me gustaba este pequeƱo duelo...era divertido y a la ves era otra forma de mostrarme superior a Eduardo...como una especie de afĆ”n inmaduro por superarle en todo...lo hacia en estatura, en tamaƱo de nuestras cosas allĆ” abajo y ahora querĆa demostrar mi fuerza mayor.
El forcejeo se extendiĆ³ por unos segundos....ambos con brazos en alto y piernas abiertas..Nuestros mĆŗsculos tensados probando fuerzas, lo hacia retroceder unos pasos, luego el contraatacaba haciĆ©ndome retroceder...ante tanta tensiĆ³n muscular...mis pelotas no cesaban de balancearse entre mis fuertes piernas…(parecĆan una par de campanas llamando a la gente a la iglesia); pero pronto quedĆ³ claro que le aventajaba en fuerza...llevĆ© las cosas mas allĆ” y aprovechando que habĆa alfombra en el cuarto, le hice una leve barrida a su pie...Eduardo perdiĆ³ el equilibrio y caĆmos al suelo...el golpe no fue fuerte por la alfombra, el cayĆ³ acostado y yo caĆ arrodillado sobre el, aunque sin nunca soltarle de las manos...allĆ estaba yo sobre Eduardo...imponiendo mi fuerza; su resistencia era inĆŗtil y lleve sus manos a nivel del suelo..la victoria era mĆa...pero Eduardo debĆa admitirla; aunque el tenia fama de terco, tarde o temprano debĆa ceder.
Yo: rĆndete Eduardo, perdiste!
El no aceptaba la derrota...y como yo estaba arrodillado sobre el, Eduardo no podĆa evitar ver debajo mĆo, como mis grandes bolas no dejaban de moverse entre mis piernas abiertas...pensĆ³: si le pego en las.... no, no es para tanto.
NOTA: foto de vista posterior; Eduardo las veĆa por el frente
Como no se rendĆa...le comencĆ© a instigar: RĆndete!, no puedes ganarme!, soy mas fuerte que tu!... y tambiĆ©n mas alto!...esto no inmutĆ³ a Eduardo… de pronto se me ocurriĆ³ ir mas lejos.
Yo: y tambiƩn soy mucho mas hombre que tu!!! Soy mas macho!...era mi forma "sutil" de hacerle ver que tenia el pene y las bolas mas grandes que Ʃl.
Eso lo molestĆ³ , el decirle que era mas hombre que Ć©l, ofendiĆ³ su orgullo, su enfado se hizo evidente; esto era una pelea de juego, entre primos...pero de pronto su enfado hizo que mis grandes pelotas (que colgaban libremente entre mis piernas y al alcance de sus rodillas) fueran vistas como un objetivo ya no prohibido de ser golpeado.
Le insistĆa que se rindiera, era inĆŗtil resistirse, mi fuerza lo aplastaba..El renegaba: aĆŗn no ganas
Yo: que puedes hacer? acepta la derrota, no puedes conmigo
Eduardo: estas muy equivocado!... Enfadado pensĆ³: a ver si sigues presumiendo tus grandes bolas despuĆ©s de esto!
Entonces levantĆ³ su Rodilla derecha, con toda su fuerza e ira y golpeĆ³ certeramente entre mis huevos, dĆ”ndole a ambos… (con una increĆble velocidad retirĆ³ su rodilla cesando su traicionero ataque)...el brutal golpe hizo que mis pelotas chocaran contra mi cuerpo a gran velocidad y rebotaran de inmediato; en ese segundo sentĆ como mi pelvis ascendiĆ³ por la fuerza del impacto; el dolor subiĆ³ por mi espalda ...chocĆ³ contra mi cerebro , se manifestĆ³ en mis ojos, (los cuales se abrieron al mĆ”ximo)....y finalmente estallĆ³ en mi boca con un atroz AAAAAHHHHHHH!!!!!!!,(de haber alguien en la casa lo hubieran escuchado) me caĆ de encima de Ć©l y rodĆ© por el suelo, agarrĆ”ndome los huevos que dolĆan sin fin, rodaba y rodaba hasta que me detuvo la pared, quedĆ© allĆ...viendo hacia la pared en posiciĆ³n fetal, mis manos cubrĆan y sobaban mis adoloridos testĆculos.
Eduardo al oĆr mi alarido y verme revolcar de dolor, supo que se habĆa pasado...golpearme en las bolas y en serio, no era justificable en ninguna forma...lo habĆa molestado, pero no era para lastimar de tal manera a su primo....se acercĆ³ a mi y tratĆ³ de tenderme la mano, mientras pedĆa perdĆ³n...yo solo atinĆ© a manotearle… El entendiĆ³ y se alejĆ³...solo se sentĆ³ en la cama, nervioso esperando a que mejorara.
El dolor era indescriptible, sentĆa mis pelotas ardiendo...no tenia fuerzas en mi cuerpo; una oleada de electricidad ascendĆa por mi columna...comencĆ© sudar a montones, un sudor frio...gĆ©lido me empapĆ³ por completo; estaba pĆ”lido, mi estomago se sentĆa raro, tuve ganas de vomitar… tosĆ varias veces, pero no vomitĆ©… Solo una espesa saliva blanca saliĆ³ de mi boca...el dolor me atormentaba... --RecordĆ© cuando algĆŗn tiempo atrĆ”s por curiosidad me di a propĆ³sito una leve palmada en las bolas..."a ver que se sentĆa"...el dolor fue intenso y no lo repetirĆa, pero me pasmĆ³ la posibilidad de que algo asĆ podrĆa ser peor: que pasarĆa si me dieran una patada?...uyy!!!... solo de imaginarme se me puso la piel de gallina...seria TERRIBLE! me respondĆ;-- pues asĆ era, TERRIBLE era la palabra para el sufrimiento que ahora sentĆa... comencĆ© a exclamar: AHIII, AHIII , MIS HUEVOS!, unas leves lagrimas inundaron mis ojos.
Eduardo seguĆa allĆ, viĆ©ndome quejar, de repente se levantĆ³, y fue a la cocina...saco algo de hielo del refrigerador, busco una bolsa y un pedazo de tela...todo para empaquetarlo. Cuando volviĆ³ yo estaba boca arriba en la alfombra tomando bocanadas de aire, con mis piernas flexionadas y abiertas... mis manos sobaban sin cesar mis aĆŗn lastimadas bolas, Ć©l me dijo que me pusiera el hielo, ante tal auxilio no dije que no... Me ayudĆ³ a mover hasta recostarme contra la cama!. .. allĆ me quedĆ© sentado con las piernas abiertas, colocĆ”ndome el hielo en los huevos,(los tenia algo rojos por cierto)
Yo: ..Ahh. Bendito hielo!
El sentado frente a mi, comenzĆ³ a pedirme disculpas una vez mas...suplicando que no me enojara con Ć©l....mi cerebro no pensaba en estar enojado...solo pensaba en dos cosas:1-porque los huevos duelen tanto? y 2-porque el dolor aun no se alivia? , con el paso de los minutos, muy lentamente comencĆ© a mejorar...
“Me ayudĆ³ a mover hasta recostarme contra la cama! ... AllĆ me quedĆ© sentado con las piernas abiertas, colocĆ”ndome el hielo en los huevos.
Mientras tanto pensaba: maldito Eduardo...el maldito me puso en mi sitio...eso me pasa por andar fanfarroneando!...el miserable uso el mejor antĆdoto contra un Machista que presume su virilidad.....antĆdoto que no es otro mas que atacar la fuente de esa virilidad....osea mis Bolas.. OUCH!! (Ese Ouch, si saliĆ³ de mi boca)
PasĆ³ otro rato y Eduardo insistĆa en hablar, me pedĆa que por lo menos lo insultara ....yo solo atinĆ© a decir: Tra...Tramm..Tramposo!.
Eduardo: Tramposo?
Yo: Tramposo, no se vale dar en las bolas
Eduardo: en las peleas se vale todo
Yo: nada de eso...Pegar en las bolas es ...es de mujeres!
Eduardo: yo no soy mujer y pego ahĆ..Porque cuando peleas contra alguien mas grande y fuerte...es obvio que le debes dar donde mas duele no?...en su punto dĆ©bil… asĆ igualas las cosas no?
Yo: claro que no!..Entre hombres no nos damos golpes bajos...eres un sucio y un Tramposo.
Eduardo: bueno ya ,ya… PerdĆ³name, no lo vuelvo a hacer
A pesar de que ya me estaba aliviando, En ese momento sentĆ otra descarga de dolor recorriendo mis bolas y me quejĆ©: AHHHH DIOS... COMO DUELE QUE TE DEN EN LOS HUEVOS!
Eduardo. Ya, ya, ya se te pasarĆ”
Yo: como tu no sabes lo que se siente!
Ante esto Eduardo contĆ³ que El si sabia..Pues hace un par de aƱos se accidentĆ³ en su bicicleta y se golpeĆ³ fuerte en las bolas contra la barra superior de la bici. Ante esto ya no hable mĆ”s. Al rato Eduardo comenzĆ³ a reĆr...ante lo cual yo recriminĆ©: de que te rĆes!?
Eduardo: es que yo sufrĆ eso tambiĆ©n, pero la verdad tu debes sentirte peor, no? despuĆ©s de todo ...entre mas grandes mas duelen
Yo: entre mas grandes mas duelen?...en serio?. Eduardo: si!, eso me han dicho; Yo: y..y.. porque la risa?
Eduardo: pues veras... (Risa) seguro que ahora no quisieras tenerlas tan grandes verdad? (risa);yo me coloreĆ© un poco y respondĆ. Pues no...La verdad ahora quisiera tenerlas pequeƱas (risas de Eduardo)
Eduardo: como cuando nos baƱƔbamos juntos?... las tenĆamos como canicas
Yo: si, si!, asĆ!...no!...miento...que sean mucho mas pequeƱas(risas de Eduardo)...al oĆrlo reĆr, me contagie tambiĆ©n…trate de reĆr, pero el dolor no me dejaba...me dolĆa mas.
Eduardo se me acercĆ³ y me pidiĆ³ acostarme sobre la alfombra...no sabia que querĆa, entonces me explicĆ³ que me harĆa unas flexiones de piernas, como se ve en los partidos de futbol cuando golpean a un jugador allĆ abajo...de inmediato aceptĆ©: "tiene sentido".
AsĆ entonces por unos largos 10 minutos el tomĆ³ mis tobillos y flexionĆ³ mis muslos contra mi abdomen, mientras yo no despegaba el efectivo hielo de mis partes golpeadas.
Ya superado el dolor de bolas, me incorporĆ©...mi fuerza habĆa vuelto por completo y una vez mas Eduardo me pidiĆ³ que lo perdonara...mi cara aun denotaba molestia...pero lo disculpĆ©...la verdad en el fondo no me sentĆa molesto, ademĆ”s mi inflado Ego como hombre estaba casi intacto…seguĆa siendo mas alto que el, mis atributos masculinos eran mas grandes que los suyos y habĆa demostrado mi fuerza superior a mi primo..Quien sin nada con que igualarme en fuerza, tuvo que recurrir a pelear sucio... (Nada mas sucio que golpear en partes nobles)...prueba misma esto de su incapacidad de ganarme...es cierto que en una pelea real se vale todo...incluso pegar en las bolas, pero esta no era una pelea real...asĆ que Eduardo habĆa roto las reglas, y con eso perdiĆ³ la pelea.
Pero como ya dije ...mi inflado orgullo estaba casi intacto…CASI...asĆ que debĆa aun desquitarme en algo....agarrĆ© a Eduardo que ya estaba en toalla presto para irse y lo lancĆ© contra el suelo: AĆŗn no acabo de ganarte primo!!!, estando sobre el, forcejeamos con nuestros brazos..Pero esta vez me sentĆ© en su abdomen...no iba a dejar mis pelotas nuevamente expuestas y al alcance de sus rodillas… asĆ que allĆ estaba yo sentado sobre...mis bolas sobre su ombligo...muy a salvo; luego lo volteĆ© y sentĆ”ndome en su espalda, lo inmovilicĆ©, le tome el brazo derecho y le hice una llave torciĆ©ndoselo hacia atrĆ”s...una llave de rendiciĆ³n ,como en las luchas...Eduardo se quejaba, y yo le exigĆa rendirse...unas leves lagrimas aparecieron en sus ojos, Eduardo sabia que no podĆa hacer nada, y no tardĆ³ en rendirse: OK..OK me rindo!
Me levantĆ© triunfante, brincando por toda la habitaciĆ³n (mis pelotas iban de un lado a otro), bailando y celebrando como si hubiera ganado una medalla de Oro OlĆmpica...Eduardo se levantĆ³ algo molesto, se sobaba el hombro…pero no protestĆ³...Ć©l con gusto aceptĆ³ la derrota, pues la considerĆ³ una leve compensaciĆ³n para conmigo por el enorme sufrimiento que le causĆ³ a mis pelotas.... solo atinĆ³ a decir ante mi baile: Que inmaduro eres primo!
Les confieso a todos que el de ayer fue el dolor mas fuerte que he sentido en mi vida hasta el momento…un dolor que no se lo deseo ni a mi peor enemigo; en total fueron mas de 30 minutos de agonĆa, 30 minutos en los que no dejĆ© de sobarme los huevos. Con este relato doy fe, de que un golpe en las bolas … Es sin duda el Peor Dolor de un hombre.
FIN
GRACIAS.
Comentarios a zatniktiel@hotmail.com
Que la hagan pelicula wey, es muy profunda y podria servir para alcanzar el septimo chakra.
ResponderBorrarbuena historia erotica pero lastima que las fotos del pene no sea el de willian
ResponderBorrarEsto de hetero tiene poco,marikitas
ResponderBorrarik
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