Contiene: Ballbusting hombre/hombre
En el escuadrĆ³n habĆa ciertos permisos para los nuevos reclutas de visitar a los familiares ciertos fines de semanas, cuando finalmente fue el turno de GerĆ³nimo, y antes de irse recibiĆ³ una opiniĆ³n de Emilio que le cayĆ³ como otro golpe a la dignidad.
ālo esperamos de regreso el lunes para otra clase de humillaciĆ³nā le dijo.
GerĆ³nimo lo mirĆ³ con odio y se alejĆ³ a grandes pasos del escuadrĆ³n, descansarĆa como nunca ese fin de semana y terminarĆa de ejecutar una venganza que le tenia preparada a Emilio, por los constantes golpes a sus bolas, habĆa empezado a recibir burlas de sus superiores, como apodos de el hombre sin bolas, el casi hombre o el desbolado. GerĆ³nimo siempre reaccionaba con la frente en alto, o sonreĆa frente a los graciosos apodos, que ademĆ”s Emilio era quien los generaba.
El sĆ”bado en la maƱana, saliĆ³ a una tienda y comprĆ³ un objeto con una idea infantil que tenia en mente. El domingo relatĆ³ a sus familiares las cosas buenas que tenia en la milicia, obviando las partes negativas, yĆ©ndose a dormir a las 10 de la noche.
A la maƱana siguiente, a las 5 de la maƱana ya se hallaba plantado en posiciĆ³n firme en el frio campo del escuadrĆ³n junto a los demĆ”s miembros de futuros servidores de la patria. Realizaron los respectivos dictamines de orden cerrado, y posteriormente realizaron la limpieza de la zona finalizando con un informe escrito.
āmira lo que traje aquĆā presentĆ³ GerĆ³nimo un tubo que estaba escondido en su bolso, una vez pudo reunirse con su amigo.
āĀæQuĆ©?... Āæpara que es eso?ā preguntaba Samuel con los ojos brillantes de sorpresa.
āpara Emilioā respondiĆ³ el joven āĀæme quieres ayudar a escribirle algo en alguna pared?ā
āseria todo un honorā respondiĆ³ Samuel observando el spray rojo, quizĆ”s por ser la persona mas cercana a GerĆ³nimo en ese lugar, el fin de semana fue torturado por Emilio y Ricardo haciendo interminables labores de limpieza o mucho entrenamiento en el campo. Pero ese fin de semana en nada descanso.
ābueno, podrĆamos esperar a que pase unos dĆas y rayamos la paredā
āhacen vigilancia nocturna e intensivaā
ātu me ayudaras a cuidarā
Los dos amigos se sonrieron como cĆ³mplices.
El dĆa miĆ©rcoles fue el pautado para realizar la proeza, el reloj de pulsera del impaciente GerĆ³nimo marcaba como hora 2 y 15 a.m. Y fue cuando se paro en silencio y casi gateando por el suelo fue hasta la reconocida cama de MatĆas. Lo zarandeĆ³ hasta despertarlo y preguntarle si estaba listo para ayudarlo. El joven confirmo en un susurro que si, y en silencio salieron de la habitaciĆ³n para no despertar a los demĆ”s miembros del pelotĆ³n.
La noche era oscura, con pocas estrellas acompaƱada de la misteriosa brisa nocturna.
ātengo una pared en menteā explicaba GerĆ³nimo con el pequeƱo spray en su mano āy es la que esta cerca del comedor. Esta en forma de ele mayĆŗscula. Y tiene un solo camino para llegar, asĆ que yo podre escribir lo que quiera, y tĆŗ vigilaras. MaƱana todos se reirĆ”n de Emilio, asĆ como todos se han reĆdo de mi o de tiā
āperfectoā animĆ³ Samuel caminando con sus botas en sumo silencio.
Pudieron esconderse tras un arbusto, cuando uno de los militares de la vigilancia paso por un par de matorrales con un arma colgada a la espalda. Con el corazĆ³n latiĆ©ndole a prisa, apresuraron el paso por los caminos, hasta vislumbrar la casa del comedor, estaba alejada de toda simple vista y asĆ, Samuel observarĆa con suma atenciĆ³n el acercamiento de una luz desde la linterna de algĆŗn militar.
āpreparadoā hablĆ³ GerĆ³nimo casi emocionado
āĀ”vamos!ā alentĆ³ Samuel.
AgitĆ³ el tubo en sus manos y empezĆ³ a exprimir.
Piss
Piss
Piss
Piss
Piss
Piss
Piss
Piss
Piss
Piss, eran los sonidos del espray al salir por el tubo y colgarse en la pared.
Samuel giraba rĆ”pido la cabeza, leĆa de a poco y sonreĆa. VolvĆa a vigilar.
Un silbato se oyĆ³ de la nada y 1 luz de linterna iluminĆ³ a los vĆ”ndalos.
3 Hombres se encaminaban hasta ellos, Ricardo iluminaba con la linterna viniendo acompaƱado de 2 militares mĆ”s que los apuntaban con sus armas. Samuel tragĆ³ saliva y GerĆ³nimo dejĆ³ caer el tubito al suelo, haciendo un ruido incontrolable.
Ricardo se detuvo ante el dĆŗo y leyĆ³ mentalmente.
āustedes 2 acompƔƱenme ahora perrasā les gritĆ³ Ricardo.
Y los dos muchachos salieron tras Ć©l, cabizbajos.
ā¦
Samuel Y GerĆ³nimo fueron llevados esa madrugada al despacho del comandante del escuadrĆ³n, donde les impusieron castigo fĆsico hasta pintar durante todo ese dĆa todas las paredes sucias del escuadrĆ³n con ayuda de una muy pequeƱĆsima brocha. Hasta ofrecer una disculpa publica con el respetadĆsimo capitĆ”n Contreras y durante un mes estar bajo su servicios y ordenes, ademĆ”s de la prohibiciĆ³n de los fines de semanas libres por 10 semanas. Y tuvieron que firmar un acta por el castigo.
Para empezar esa madrugada estuvieron cerca de 3 horas parados en posiciĆ³n firme en el patio central, a las 6 de la maƱana, debĆan empezar a pintar las paredes mĆ”s sucias del sitio. Sin derecho a replica ni desayuno alguno.
GerĆ³nimo no habĆa tenido intercambio de palabra alguno con Samuel, que debĆa estar tan molesto como Ć©l. Ricardo se habĆa acercado muchas veces hasta el, simplemente para inspeccionar la pared que con mucho esfuerzo habĆa podido pintar y le reclamaba diciendo.
āapĆŗrate idiota, una anciana vieja y ciega es mas rĆ”pida que tĆŗā
Un general desconocido viendo que despuĆ©s de 3 horas habĆa logrado pintar la fachada principal de color blanco, uso un pote de pintura naranja y lo restregĆ³ contra la reciĆ©n pintada pared.
āahora debes esperar que seque y empezar de nuevoā se alejo diciendo.
āese es el castigo que se merecen los rebeldesā dijo un soldado raso que custodiaba la entrada de la milicia.
Cuando ya estaba sofocado por el calor y deshecho por el cansancio recibiĆ³ la comida de almuerzo, cerca de las 14 horas de la calurosa tarde. No podĆa moverse de aquella pared y debĆa volver a pintar apenas concluyera de comer.
ā¦
En informe los dos muchachos pintaron un total de 45 paredes con una brochita de minĆŗsculo tamaƱo, cuando GerĆ³nimo se ducho y fue directo a la habitaciĆ³n, se encontrĆ³ con Samuel acostado en su colchĆ³n, casi dormido.
āĀæCĆ³mo estas?ā le preguntĆ³
āmuertoā le respondiĆ³ Samuel āesos desgraciados cada vez que yo limpiaba una pared, ellos regresaban y la ensuciabanā
āa mi tambiĆ©nā¦ oyeā¦ disculpa por lo ocurridoā le dijo GerĆ³nimo
āno, no te preocupesā¦ pero te juro no se como nos encontraronā¦ nunca vi ninguna seƱal de linterna por ahĆā
āya nos jodimosā
āĀæviste a Emilio?ā
ānoā
āyo tampoco, pero era Ricardo quien ordenaba que nos daƱaran nuestro trabajo uno y otra vezā
āque hijo de putaā lanzĆ³ GerĆ³nimo.
A oĆdo de un sonido conocido, marcaba el momento de ir a dormir, aquel fue un dĆa exhausto y lo que primero se merecĆan era muchas horas de descanso y sueƱo. Era casi las 21 horas de la noche.
1:48 de la maƱanaā¦ la puerta del dormitorio se abriĆ³ y se encendieron las luces.
Los diferentes hombres que compartĆan la habitaciĆ³n comenzaron a despertarse, la luz iluminaba el rostro ovalado de Emilio acompaƱado de Ricardo, y 2 hombres mĆ”s que se quedaron custodiando la puerta con sus armas largas.
āuna vez mas tĆŗ, GerĆ³nimo, buscando problemasā le regaƱo Emilio parĆ”ndose frente a su cama āĀæQuĆ© haremos contigo? ĀæTe expulsamos?ā
āya he cumplido con parte de mi castigo seƱorā
āAsĆ que soy un corrupto de mierda e hijo de Āæde que? ĀæDe puta? ĀæO de perra?ā
GerĆ³nimo guardo silencio mirando al suelo pensando los mas terribles insultos para Emilio, su corazĆ³n estaba nervioso.
āĀæDE QUE SOY HIJO? ĀæDE PUTA O DE PERRA?ā gritĆ³ Emilio.
Algunos de los reclutas imprimĆan los labios para no reĆr, otros parecĆan nerviosos.
āsal de tu cama bastardoā ordenĆ³ Ricardo.
GerĆ³nimo dio un suspiro y saliĆ³ de su cama, estaba semidesnudo como acostumbraba a dormir..
āyo te detallare de que soy hijoā dijo Emilio mirando la fuerte anatomĆa del indigno rival.
ādiscĆŗlpeme seƱorā hablĆ³ GerĆ³nimo en voz baja, sintiĆ©ndose una vez mas inferior ante semejante bruto.
Samuel estaba en silencio en su cama, sintiĆ©ndose temeroso de lo que pudiera pasar, pero no querĆa represalias, al parecer GerĆ³nimo siempre era blanco fĆ”cil de Emilio, y Ć©l no lo querĆa ser tambiĆ©n.
GerĆ³nimo abriĆ³ los ojos de sorpresa cuando su temible miedo se volviĆ³ verdad, la bota de cuero negra de Emilio atravesĆ³ el aire y rompiĆ³ en su entrepierna abultada, el muchacho lanzĆ³ un fuerte gruƱido mientras caĆa al piso con dolor sobĆ”ndose los cojones que habĆan recibido una vez mas la fuerza completa del impacto a travĆ©s de la suave tela y fina de su bĆ³xer.
"te tienes merecido eso y mas por faltarme el respeto maricotaā dijo Emilio con odio y alzĆ³ la voz para todos los hombres ahĆ presentes āY SI ALGUNOS DE USTEDES ME FALTA EL RESPETO, SE LOS CORTO, YA VERAS COMO TARDE O TEMPRANO ESTE IDIOTA SERA UN EUNUCO DEL SIGLO 21, te voy a arrancar las bolas cabronā y el tirano militar lanzo una fuerte patada contra las costillas del muchacho.
Cuanta tortura habĆa allĆ, y siempre contra GerĆ³nimo, pensaba Samuel desde su cama, apretando las sabanas con su puƱo sintiĆ©ndose impotente de poder hacer algo, deseaba evitar represalias.
Emilio tomo a GerĆ³nimo por el cuello, y como si fuera un muƱeco de trapo lo alzĆ³ en el aire, tras apretarle el cuello y ahorcarlo.
āĀ”lo mataras!ā dijo un hombre desde su cama, enseguida fue apuntado con su arma por Ricardo.
GerĆ³nimo hacia muecas de dolor, mientras sus ojos se llenaban de lĆ”grimas, era una escena fascinante, con una mano sostenĆa sus bolas, y con la otra intentaba sacar de su cuello las dos manos de Emilio que lo miraba con rabia inyectada en los ojos.
āhijo de perraā gruƱeron los labios de GerĆ³nimo mirando fijamente a su raro enemigo.
Tras oĆr eso, las manos de Emilio se fijaron mĆ”s al cuello del aspirante a comandante, inundandole los ojos de lagrimas y haciendo brotar sus venas por el rostro.
āĀ”lo vas a matar pendejo!ā
Fue la voz de Samuel, potente, gruesa, se parĆ³ de la cama, quitĆ”ndose la sabana, dormĆa con un corto interior blanco. Enseguida Ricardo apunto a su pecho.
āĀæQuĆ©? ĀæMe vas a matas? AtrĆ©vete corrupto, ya he soportado mucho hoy. Ā”Esto no puede seguir asĆ!ā
Y caminaba con ellos agitando la mano y gritando sobre las humillaciones inhumanas a las que estaban y tenĆan que acostumbrarse, pero que ese ensaƱamiento era ya mĆ”s que el lĆmite. Graciosamente mientras caminaba agitando la mano, su paquete se movĆa de lado a lado.
Ricardo se preparo para disparar.
āĀæME VAS A MATAR? HAZLO O TE MATO YO A TIā gritaba Samuel.
Y con rĆ”pida destreza lanzo un puƱetazo directo contra la cara de Ricardo, el hombre se tambaleo y cayĆ³ al suelo con la cara ensangrentada.
āāno hagas nada Emirā calmĆ³ con la mano Emiro, ahora soltando a GerĆ³nimo y dejĆ”ndolo caer al suelo como una gallina muerta.
El militar que custodiaba la puerta estaba preparado para disparar a Samuel, pero bajo el arma ante el mando.
āesto no se queda asĆā dijo Emilio āa mi nadie me desafĆa, menos un par de inĆŗtiles como ustedesā
āno te tengo miedoā negĆ³ Samuel, parĆ”ndose firme ante el militar, pero con las manos delante de su paquete protegiĆ©ndose.
ācuĆdense la espalda, ustedes Y TODOS AQUĆā ordenĆ³ Emilio, paso de largo a Samuel para ayudar a levantar a Ricardo āoh, Āæestas bien Ricardo? Mira como te dejĆ³ ese inĆŗtilā
āsi, estoy bienā asegurĆ³ el hombre limpiĆ”ndose la sangre de la nariz.
āvamos, te ayudare a limpiar esoā asegurĆ³ Emilio āpero antesā se devolviĆ³ clavando la mirada sobre Samuel, que seguĆa plantado firme ante Ć©l āhoy acabas de firmar tu sentencia de fusilamientoā
āno te tengo miedoā negĆ³ MatĆas.
āSalgamos de aquĆā ordenĆ³ Emilio āya ven lo que le pasa a los revoltososā amenazĆ³ al resto de hombres antes de retirarse.
2 soldados quedaron sumidos en el dolor sin recibir ayuda de sus compaƱeros.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario