Graduado - Las Bolas de Pablo

Lo mƔs nuevo

25 jul 2013

Graduado

Aquella maƱana seria la mejor para Pablo, por fin se graduaba de economista. Tantos aƱos de estudio, sonreĆ­a y recordaba cuando se opuso ante su padre y se decidiĆ³ por aquella carrera, en definitiva ninguno de los dos hijos varones de Marcos ChacĆ³n se decidieron a ser arquitectos como su padre, en cambio Yenny, la hija menor fue quien heredĆ³ aquel gusto por los planos y maquetas de edificios. Aun asĆ­, ese era su dĆ­a y Pablo ChacĆ³n ahora seria economista, respiraba y exhalaba aire con orgullo y triunfalismo, habĆ­a tenido muchas ofertas de empleo, pero aun asĆ­ acepto la de su querido padre. En el teatro estaba apoyĆ”ndolo su familia, junto a Alfredo y Claudia que al fin y al cabo eran su misma familia y claro, por su puesto el pequeƱo Vicente en el vientre de Claudia que pronto nacerĆ­a.

Tantas metas, tantos logros, tantos obstƔculos superados

“ahora empieza el verdadero reto hijo” le dijo su padre horas antes cuando le amarraba la corbata al cuello

“siempre ha habido un reto” asegurĆ³ Pablo

“siempre ha habido” repitiĆ³ su padre “esta bien, pero ahora todo aumentara… y la presiĆ³n serĆ” mas fuerte… bienvenido al nuevo nivel de la competitividad”

“gracias por esos Ć”nimos papĆ”” sonriĆ³ Pablo irĆ³nico

Marcos ChacĆ³n tambiĆ©n sonriĆ³, revolviĆ³ el cabello de su hijo y fue a buscar la cĆ”mara fotogrĆ”fica para tomarse una foto con Ć©l.

“Pablo Alejandro ChacĆ³n Bosh” lo llamaron desde lo alto del escenario

Escucho los aplausos de los presentes, caminĆ³ enĆ©rgico al escenario a buscar su diploma, que triunfal se sentĆ­a. En realidad que la adrenalina de una graduaciĆ³n solo se vive en su momento. Saludo a su ahora ex profesores, un apretĆ³n de mano por aquĆ­, un beso en la mejilla por acĆ”, una fotografĆ­a, pose, miro a lo lejos, sus familiares reĆ­an y aplaudĆ­an. Sus compaƱeros y amigos estaban tan contentos como Ć©l. Miro hacia su familia, allĆ” estaban presentes, riendo y aplaudiendo.

Horas mƔs tarde la ceremonia habƭa culminado, las fotografƭas grupales de amigos y familiares tambiƩn habƭa concluido, era el momento en donde la familia se iba a celebrar o para prepararse para la fiesta nocturna. Decidieron por ir a cenar a un restaurante, hubo un momento en el que Pablo y Alfredo se separaron del grupo.

“es de lo mas sencillo, pero te servirĆ” de mucho” decĆ­a Alfredo


Pablo reĆ­a sosteniendo un bolĆ­grafo azul que le habĆ­a regalado Alfredo

“gracias, me gusta” sonreĆ­a Pablo

“para que marques con tu firma ahora que trabajaras en la constructora”

Pablo sonriĆ³

“mi padre me puso a escoger, entre un viaje o un nuevo automĆ³vil, decidĆ­ por el viaje, contigo, y seleccione a donde iremos”

“tengo mucho trabajo Pablo”

“pues te darĆ” permiso de una semana, bueno, nos darĆ” permiso de una semana. Quise que fuĆ©ramos a la finca de mi tĆ­o, es grato estar allĆ­”

“bueno... ¡gracias!” dijo Alfredo sonriĆ©ndole a su pareja

Como Pablo disfrutaba con sus familiares, lejos de allĆ­, su primo Rodrigo tambiĆ©n disfrutaba con 2 amigos que habĆ­a conocido por la web semanas atrĆ”s, ellos eran fotĆ³grafos de una empresa que se encargaba de grabar videos ballbusting entre modelos que se golpeaban. CompartĆ­an el mismo gusto con Rodrigo, e incluso el muchacho estaba empezando a simpatizar demasiado con uno de los dos hombres. Guillermo, ese era el hombre, apuesto, de tez morena y musculado, era en la empresa quien entrevistaba a los guerreros de la arena y Johan, te piel blanca, muy maleable y fotĆ³grafo de la empresa.


Esa noche y despuĆ©s de conocerse, pasear por el pueblo y bromear, por fin decidieron hacer la sesiĆ³n de ballbusting que tanto deseaban, entre Rodrigo y el sexy de Guillermo, el lugar seria en las viejas caballerizas lejos de la casa de Rodrigo, pero que igual pertenecĆ­an a la misma zona, el muchacho Johan cuidarĆ­a de que nadie llegara al lugar, estaban seguros que nadie llegarĆ­a, pero mas valĆ­a vigilar que ser descubiertos por alguien.

Rodrigo respiraba con dificultad, tenĆ­a el pecho desnudo y su sudor bajaba en lĆ­nea por sus fuertes tetillas, Guillermo tambiĆ©n estaba provisto de voluminosas y apetecibles tetillas, cualquier persona quisiera lamer sus pezones, su pantalĆ³n marrĆ³n ocultaba la sexy erecciĆ³n que tenia entre las piernas.

Guillermo camino hasta Rodrigo y puso su nariz cerca de su cuello, respirando de Ć©l, poniĆ©ndolo nervioso, el mismo Guillermo sabia que le gustaba a Rodrigo, el joven ChacĆ³n respiraba con dificultad, le gustaba mucho aquel hombre moreno, su pene se dibujaba perfectamente en aquel jeans ajustado de montar a caballo. La mano de Guillermo pasĆ³ por la entrepierna de Rodrigo y agarrĆ³ los huevos, se sentĆ­an grandes, frĆ”giles y dĆ©biles, Rodrigo resistiĆ³ conteniendo el aire.

Ambos hombre se miraron a los ojos, Rodrigo lleno de miedo y excitaciĆ³n esperando que sus bolas fueran aplastadas por el poder de la mano y Guillermo mirĆ”ndolo fijamente, embrujĆ”ndolo con los ojos negros que tenĆ­a.

Finalmente Rodrigo recibiĆ³ lo que tanto querĆ­a, pues la mano de Guillermo soltĆ³ sus bolas, pero lo tomo de los hombros y choco su rodilla entre las piernas del muchacho. Rodrigo gritĆ³ de dolor y sorpresa, y Guillermo sintiĆ³ la rotula aplastĆ³ la carne dĆ©bil de las gĆ³nadas contra la pelvis, si que eras grandes los huevos de aquel muchacho.

Rodrigo se doblĆ³, con una mano sobre sus bolas y la otra agarrĆ”ndose a Guillermo para evitar caerse al suelo.

Guillermo sentĆ­a que su pene romperĆ­a la protecciĆ³n de la tela de su interior, decidiĆ³ ser mas cruel, aparto el brazo de su hombo y desprotegiĆ³ las bolas de Rodrigo, y volviĆ³ a pegarle en los testĆ­culos con un segundo rodillazo.

Rodrigo se elevĆ³ en el aire, con la boca abierta y se desplomĆ³ en el suelo, llorando y agarrĆ”ndose las bolas, moviĆ©ndose de un lado a otro. TenĆ­a la cara contraĆ­da por el dolor, las lĆ”grimas corrĆ­an por su varonil rostro de macho de campo, mientras que sus pectorales sudorosos excitaban mostrĆ”ndose baƱados en sudor.

AhĆ­ estaba imponente y orgulloso Guillermo, con la mirada severa y en una pose de macho fuerte y dominante, asĆ­ lo veĆ­a desde el piso Rodrigo ChacĆ³n, su musculoso cuerpo se retorciĆ³ en el suelo tratando de calmar su dolor de bolas. Guillermo se arrodillĆ³ al lado del debilitado Rodrigo, su mano empezĆ³ a curiosear sobre el pecho de ChacĆ³n, le abriĆ³ el pantalĆ³n y comenzĆ³ a acariciar su desnuda polla, por eso era que se le veĆ­a un prominente el bulto, no tenia nada mas bajo el jeans. Le acariciaba el pene erecto con ternura, Rodrigo se sentĆ­a en el cielo a pesar del dolor; pero sin previo aviso, Guillermo enterrĆ³ su mano bajo las bolas de Rodrigo y las apretĆ³ en su mano, un chorrito de lĆ­quido preseminal le saliĆ³ de la cabeza del pene de Rodrigo.

"Oh, no… oh..." gimiĆ³ Rodrigo.

Guillermo doblĆ³ su mano retorciĆ©ndole los testĆ­culos a Rodrigo, el hombre arqueĆ³ la espalda pensando que asĆ­ liberarĆ­a el dolor de su cuerpo, Rodrigo volteo los ojos, y su pene vomito una amplia capa de semen, mojando la mano de Guillermo. El hombre moreno sonriĆ³ satisfecho, y soltĆ³ las bolas, para despuĆ©s pegarle con el puƱo cerrado  Rodrigo llorĆ³ de dolor y sobĆ³ sus bolas que comenzaba a hincharse. Guillermo se alejĆ³ de Rodrigo, y lo dejĆ³ recuperarse del dolor.

A Rodrigo le costo veinte minutos, para que sus huevos dejaran de doler.

“¿quieres continuar con esto? Mi vida” dijo dulcemente Guillermo

Rodrigo lo mirĆ³, lentamente confirmĆ³ con la cabeza, sus huevos aun le dolĆ­an, pero no en el estado de minutos atrĆ”s, Guillermo ejercĆ­a sobre Ć©l una fuerza atractiva, salvaje y embrujadora, debĆ­a disfrutar cada momento con Ć©l, con sesiones ballbusting que se hacĆ­an desear, y no impuesta como en el caso de FabiĆ”n.

Guillermo se arrodillĆ³ al frente de Rodrigo, hundiĆ³ su cabeza entre las piernas de ChacĆ³n, y se metiĆ³ la semi dura polla en la boca. Con una habilidad magistral, chupaba y ordeƱar la polla de Rodrigo con los labios, con la lengua, pegĆ”ndole su calor corporal.

El pene se mostraba bajo la mejilla derecha de Guillermo. Las bolas de Rodrigo se movƭan tambiƩn, chocando contra la barbilla del periodista moreno. El cuerpo de Rodrigo estaba confundido por el terrible dolor de bolas, y la mejor mamada que recibƭa aquella noche.

El pene del muchacho saliĆ³ ensalivado de la boca de Guillermo. Y el hombre moreno, se separo de su lado.

Rodrigo se mordiĆ³ los labios, sabĆ­a lo que estaba por seguir y abriĆ³ de nuevo las piernas mientras cerraba los ojos, gruesas gotas de sudor resbalaban por su frente, tenĆ­a los dedos de las manos apretados mientras esperaba el golpe.

¡PAFF!

Rodrigo abriĆ³ la boca como un gran plato, sintiendo sus bolas siendo machacadas por la planta del pie de Guillermo contra el suelo de paja. Su espalda se tenso, sus ojos se llenaron de lagrimas mientras sujetaba la vigorosa pierna trituradora. Pero su verga se empalmĆ³ con orgullo pese al gran dolor que sentĆ­a el mallugado cuerpo de Rodrigo, estaba erecta y dura como una piedra.

¡PASS! PASS! PASS!

Era el monĆ³tono ruido que provocaba el suelo con el contacto del triturador pie de Guillermo aplastando las bolas de Rodrigo que ya no las podĆ­a sentir, las tenias muy hinchadas y a punto de soltar toda su eyaculaciĆ³n contenida a causa de su dolorosa excitaciĆ³n.

¡FISS! ¡FISS!

¡FISS!

Guillermo creĆ­a que apagaba un cigarrillo… un cigarrillo que no apagaba nunca.

"¡me!... ¡me duele!" balbuceĆ³ Rodrigo apenas podĆ­a hablar, las lagrimas bajaban por su rostro

Guillermo se apartĆ³ de encima de los huevos de Rodrigo el cual se acurrucĆ³ en el piso meciĆ©ndose las bolas con las manos. Guillermo miro al techo y se metiĆ³ la mano dentro de su pantalĆ³n, en el paquete. Trago saliva y se arrodillo al lado de Rodrigo agarrĆ”ndole la verga, y comenzando a masturbarlo.

"por favor… me estas devastando" susurro Rodrigo protegiendo sus pelotas, mientras su pene era mimado por el otro atractivo hombre.

EspontĆ”neamente, su dolor de bolas, y la excitaciĆ³n que estaba sintiendo hizo que su pene estallara en una deliciosa escupitajo de semen caliente que resbalo por la mano de MoisĆ©s, otro lote atravesĆ³ el aire cayendo en el cuerpo de Rodrigo, su pecho, el suelo, la cara de su amigo. Color blanco, caliente, como crema. Rodrigo mirĆ³ con asombro como habĆ­a expulsado su lava blanca, era mucho a comparaciĆ³n con el dolor que sentĆ­a su cuerpo. MĆ”s esperma brotĆ³ de su pene moreno, el muchacho exhalo todo el dolor y placer que su cuerpo experimentaba. Guillermo se aparto del lado de Rodrigo deleitĆ”ndose mirando al hombre tirado en el piso sobĆ”ndose las bolas hinchadas, su pene semiduro y su abdomen cubierto de abundante semen blanco.

El amigo de MoisĆ©s, Johan estaba en las afueras de las caballerizas, vigilaba, pero ni siquiera se dio cuenta de cĆ³mo FabiĆ”n se aproximaba al lugar en medio de la noche, con un sobre salto reacciono cuando lo vio a su frente. Aunque no se veĆ­a como un sudado vaquero, esta vez vestĆ­a decentemente y olĆ­a a perfume caro.

“¿QuĆ© haces aquĆ­?” le pregunto, habĆ­a visto al peĆ³n hace tiempo y le pareciĆ³ la mar de seductor, sexual, caliente, macho. Usaba unos ceƱidos jeans que hacia que sus ojos se posasen siempre sobre su paquete y trasero.

“¿QuĆ© hace la luz de ahĆ­ dentro encendida?” preguntĆ³ FabiĆ”n, sus fosas nasales se abrĆ­an de manera rĆ”pida.

“creo que yo pregunte primero que ¿QuĆ© haces aquĆ­?” continuo Johan desde su posiciĆ³n, acomodĆ”ndose en su butaca, pero manteniendo su nerviosismo.

“¿ahĆ­ dentro estĆ” Rodrigo?”

“no”

“claro que sĆ­… estĆ”… estĆ”… ¿con tu amigo?”

“¿QuĆ© quieres de aquĆ­? LĆ”rgate, si sabes lo que te conviene”

“voy a entrar, no me importa” asegurĆ³ FabiĆ”n caminando para adentrarse al lugar.

Johan debĆ­a detener a FabiĆ”n, porque quizĆ”s tanto Rodrigo, como  Guillermo y Ć©l mismo estarĆ­an perdidos, sin pensar mucho, y sintiĆ©ndose tentado por el paquetazo del peĆ³n en su pantalĆ³n, lo detuvo poniĆ©ndole rĆ”pidamente ambas manos en el hombro y subiendo la rodilla izquierda con fuerza por las piernas del tipo. La rĆ³tula de Johan chocĆ³ contra el marcado paquete del interesante trabajador FabiĆ”n con una fuerza formidable de tal manera que FabiĆ”n se elevĆ³ en el aire. FabiĆ”n aturdido y adolorido cayo de bruces a la tierra sin emitir alguna clase de chillido vocal.

“¡Johan! ¡Johan!” se oĆ­a la voz de Guillermo llamando desde dentro.

Johan ingreso al lugar dejando a FabiƔn sin fuerzas tirado en el suelo

“¿ocurre algo?” pregunto Guillermo, estaba semidesnudo con un calzĆ³n azul, a su lado Rodrigo parecĆ­a limpiarse la boca “se oyĆ³ como si algo hubiera caĆ­do con fuerza”

“Si… eh… fue el peĆ³n, el peĆ³n lindo que me atrae que se acerco aquĆ­” informo Johan

“¿FabiĆ”n?” interrumpiĆ³ Rodrigo

“si… Ć©l, lo tuve que frenar con un rodillazo en los huevos”

“tengo que ver como esta”

“no” negĆ³ categĆ³ricamente Guillermo “nos vamos de aquĆ­”

Obedeciendo a Guillemro, Rodrigo paso por un lado de FabiĆ”n que seguĆ­a quejĆ”ndose en el suelo, ni siquiera lo mirĆ³, pero en su interior se sintiĆ³ preocupado por Ć©l. TambiĆ©n se preguntaba ¿QuĆ© fue a hacer allĆ­ tan de noche?

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