Junto a ti (3/5): las locuras romanticas de Alicia - Las Bolas de Pablo

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18 sept 2013

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Junto a ti (3/5): las locuras romanticas de Alicia

CONTIENE: ballbusting mujer/hombre

Esa mañana Fernando Alcalde había tenido una erección en plena cÔmara de diputados, su pene había comenzado a crecer entre su pantalón marcÔndose como un tubo muy abultado, se tapo su vergüenza con el pequeño maletín negro que había llevado ese día y todo por los excitantes comentarios de su alocada mujer.

ā€œcuando vengas a casa quiero que llegues con ya por lo menos una hora de haber cenado, te esperare desnuda en nuestra habitación, lubricada, mojada… oh, Fer. EstarĆ© excitada y caliente esperĆ”ndote, toda, toda para ti. Quiero una buena ración de carne, leche y huevos.ā€

Fernando se ruborizo y se tapó la erección en pleno pasillo del parlamento, solo esperaba que alguno de sus opositores políticos no viera como su anatomía crecía y fuera objeto de burlas en los medios de comunicación.

Al salir de su trabajo, decidió visitar a su familia, como detestaban a su adorada esposa prefería no llevarla a casa. Allí cenó y casi hora y media después decidió ir a casa con una nueva y repetida erección entre las piernas al leer los mensajes de texto de su esposa referente a lo sudorosa que ya estaba y que haría incendiar la cama con su cuerpo, pero que se apurara en llegar para la gran sorpresa que le tenía.

("¿Pero que debía ser?") Se preguntaba mientras el semÔforo cambiaba a luz roja.

ā€œespĆ©rate un momentito gobernadorā€ dijo Fernando susurrĆ”ndole a su entrepierna, citando el nombre que le habĆ­a puesto a su pene, mientras el apodo de sus bolas eran secretarias. Dado su apellido, todo el cuerpo de Fernando era una polĆ­tica, el Gobernador y las secretarias en el Alcalde.

La luz verde se dio e inicio su paseo a casa, pero seguĆ­a preguntĆ”ndose que debĆ­a ser lo planeado por su esposa si ya antes habĆ­an leĆ­do el kamasutra, todas, Ā”todas! Las posiciones ya las habĆ­an hecho, desde el inicio del libro hasta el final, y mas que eso, habĆ­an inventado nuevas posiciones, como aquella mariposa lechera, o el pilar del inframundo, todas bautizadas por la loca imaginación de Alicia… ĀæQuĆ© seria de su vida sin ella?... un total fastidio.

Cuando llegó al departamento, ya comenzaba a quitarse la corbata.

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ā€œĀ”llegue amor!ā€ dijo emocionado quitĆ”ndose la camisa

ā€œvenā€¦ā€ invitó Alicia desde el interior de la habitación, tenia voz sexy ā€œĀ”desnĆŗdate!ā€

El zapato quedó en el pasillo, luego los pantalones, una pierna, la otra, el calzón verde y enseguida salieron a relucir el alto y grueso gobernador y sus colgantes secretarias casi peludas. Fernando sonrió con sus ocurrencias. Casi corrió por el pasillo con su desnudes. Abrió la puerta de su habitación y casi grito del susto. Se quedo inmóvil, paralizado y  ahora ocultando con sus manos, a su gabinete de gobierno sexual, alto y venoso.

ā€œĀ”vamos! No te asustes amorā€ dijo Alicia ā€œpensĆ© que te iba a gustarā€

ā€œĀ”estas loca!ā€ declaro Fernando dando media vuelta y salió de la habitación.

ā€œespera un momentitoā€ exigió Alicia y salió desnuda tambiĆ©n de la habitación.
Acostada en la cama se quedó una rubia rusa aguardando a que los esposos arreglaran su pequeña diferencia. Pero sonrió.

ā€œĀæestas loca?ā€ repitió Fernando ahora con el calzón verde y su pene completamente flĆ”cido.

ā€œpero Āæpor que?... amor, es una prostituta, yo la contrate para ambos, pensĆ© que te gustarĆ­aā€

ā€œme gustarĆ­a… mi posición polĆ­tica no me deja prestarme para estas fantasĆ­asā€

ā€œĀ”no seas idiota! Si supieras que ella se la chupa tambiĆ©n a Riquelmeā€

Fernando abrió los ojos imaginÔndose a aquella mujer dentro de su habitación succionÔndole el pene a su homologo anciano.

ā€œpero no te preocupes, su jefe me dio su palabra que ella es de las caras, los polĆ­ticos la buscan, los cantantes… todos… supieras el dineral que me costoā€

ā€œĀ”ĀæQuĆ©?!ā€

ā€œsi, ademĆ”s, ni siquiera habla bien el espaƱolā€¦ā€

ā€œno seā€ comento Fernando dudando

ā€œesos no se, ya los conozco y se traducen a puede serā€

Fernando no dijo nada.

ā€œbueno, si tu, no entras la usare yoā€ detalló Alicia ā€œquizĆ”s y la penetre con mis dedos y la bese rico en los labiosā€

ā€œĀ”tĆŗ estas loca!ā€

ā€œsi no entras, la usare yoā€ repitió Alicia divertida ā€œya la oirĆ”s gritar mi nombre con su acento de Rusa o Rusia, si Rusia jajajaja…. Oh, oh, oh, Alicia, oh, ohā€

Sonriendo Alicia dio media vuelta y entró a la habitación de casados.

Fernando dio un largo suspiro, 2 mujeres en la misma cama ”que delicia! ”Que loca era Alicia! Pero aun así le encantaba, quizÔs ya estaba contagiado de su locura, con el pene asomÔndose por el calzón camino a la habitación.

Al Fernando entrar en la habitación vio que Alicia hablaba lentamente y agitaba las manos para que la rusa captara lo que quería decir.

ā€œvamos pequeƱo pervertidoā€ dijo Alicia entretenida ā€œsomos todas tuyasā€

Fernando sonrió, la rusa estaba tendida en la cama, blanca, rubia con su desnudez rosa, Alicia a su espalda, con la espalda preciosamente poco iluminada y sus nalgas redondas, firmes, Fernando no pudo mĆ”s que saborearse. Caminó hacia su esposa y le beso el cuello, jugó con sus tetas, tocĆ”ndolas con la punta de los dedos, su mano, su boca besaba el cuello, la nuca, mientras la rusa encantada comenzaba a tocarse en la cama, movĆ­a seductoramente sus labios carnosos, se movĆ­a mucho en la cama con tal de hacer mostrar sus tetas grandes y firmes.

Alicia se separo de su marido y caminó a la cama

ā€œvenā€ invitó sonando el colchón con la palma de la mano.

Fernando se sonrojó, estaba nervioso ante todo y caminó a la cama dejÔndose llevar por su instinto salvaje. Y con sus manos empezó a tocar los senos de su esposa y de la efímera amante pagada y rusa, Fernando volvió a besar a su esposa y luego beso a la rusa, olía a perfume, perfume caro, nada de olores a rosas o flores, era un perfume costoso.

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La rusa se rĆ­e, dijo algo en su idioma, y con sus largas uƱas, empujo al hombre por el pecho, Fernando cayó de espaldas, y ella se puso sobre sus piernas, sonriendo y lamiĆ©ndose el labio inferior con los ojos apuntando a su pene. Alicia se incorporó sobre el pecho de su marido, lamiendo el cuello, el pecho, sus duros pezones, su abdominal, fuerte como roca, la rusa, bajó al pene y comenzó a lamer el pubis, le probó las bolas, el par de secretarias cuyo labor era hacer escupir semen al gobernador.

Fernando hacia risas graciosas, divirtiéndose de los cosquilleos provenientes de su glande. Siguió por besar el pecho de su esposa, los lamia, chupaba y estiraba con sus finos labios. Alicia sonríe y lo besó en los labios, sus lenguas se tocaban.

Mientras que en su parte inferior la rusa pasaba su lengua despacio por el fuerte falo del asambleísta, tenia garganta profunda, volvía a chupar el pito de arriba abajo, metía en su boca después las bolas succionÔndolas como lo hizo una vez con Riquelme. Y él mientras continuaba besando a su esposa, abrió los ojos y pudo ver como su pene brillaba por la saliva mientras sus pelotas eran probadas por la boca rusa, se sentía tan caliente, tan potente, se creía un dios en su propio cuarto. Alicia siguió tocÔndolo y la rusa lo masturbaba con la mano, contuvo la respiración y arqueó la espalda, su orgasmo estalló, Alicia sonrió y se inclinó al lado de la rusa, lamiendo ella su pene que recién había eyaculado, mientras la rusa lamia sus piernas.

Fernando volvƭa a jadear, estaba en la galaxia entera, un nuevo orgasmo que le proporcionaba aquel par de benditas fƩminas. Alicia se movƭa rƔpidamente sobre el grueso pene, mientras su esposo sƔdica o depravadamente volvƭa a eyacular sobre ella y la propia conservacionista se tragaba las muestras de su hombrƭa.

Alicia se separó exhausta y cogiendo aire con los labios repletos del semen, la rusa sonrió y sin dejar pasar la oportunidad recogió con su lengua pequeños trazos blancos de aquella lefa.
Fernando cerró los ojos, descansando pero todavía sediento de sexo, lo que quería era penetrar a su esposa, a aquella caliente rusa, hacerlas tragar litros y litros de su nutritivo semen, atiborrarlas de placer, con los ojos cerrados y con la mente imaginÔndose a las dos mujeres sobre la cama recibiendo las descargas de leche de Fernando, él no estaba consciente de las miradas de complicidad de las dos mujeres para con sus testículos hermosos.

De repente, Alicia chocó un puñetazo en las bolas de Fernando, haciendo que su esposo provocara un sofocado grito de dolor.

"”aaaayyy! mis bolas... mis bolas, aaayyyy mi bolas..." suplicaba Fernando olvidando de su mente toda cachonda imagen de las dos mujeres y sintiendo como se esparcía el feo dolor a su cadera y estómago.

La rusa dijo algo con palabras mezcladas entre español y ruso, a lo que Alicia frunció el ceño y dijo.

ā€œno te entendĆ­, pero si. Solo escuchĆ© eso de pegar, pero siā€ afirmaba moviendo la cabeza en seƱal de confirmación.

Entonces la rusa comenzó a abofetear el par de huevos de Fernando con la mano abierta durante 12 segundos seguido.

"hermososā€ murmuró la rubia mirando los testĆ­culos y como Fernando se habĆ­a sentado en la cama sobĆ”ndolos con las manos.

ā€œno seas aguafiestas Ferā€ habló Alicia ā€œvamos, queremos seguir apretando bolasā€

ā€œnoā€¦ā€ gimió el muchacho

ā€œvamos, en el catalogo, especificaba…. Que ĀæEstefana es tu nombre?... bueno, como sea, era una experta ama, le gustaba el lĆ”tex, el masoquismo y fulminar testĆ­culosā€

ā€œnoā€¦ā€ dijo Fernando entre decidido y adolorido.

ā€œayĆŗdame como te llamesā€ dijo Alicia

Y haciendo gestos significativos, logró que la rusa, se situara tras la espalda de Fernando y le sostuviera de los brazos.

ā€œno, no, noā€ decĆ­a el hombre casi asustado, pero con la polla rĆ­gida de emoción.
Alicia acariciaba aquel pedazo largo de carne, blanco, venoso y con una cabeza de hongo sonrosada, Fernando cerraba los ojos sintiendo un placer culposo, su erección de aproximadamente 18 cm lo llevaría a escupir mas semen nutritivo, Alicia le guiñó el ojo y apretó también uno de los testículos de su adorado esposo, mientras halaba de arriba abajo su fiera polla erecta.

Tras varios minutos, Fernando gruñó queriendo resistir, pero el dolor y placer mezclados, hicieron que arqueara la espalda sobre los grandes pechos de la rubia eyaculara otra nueva porción de semen salado.

Sintiendo una húmeda sensación en su vagina, Alicia se sentía aun mas caliente, tenia sobre sus senos un disparó de leche de su marido, aun así, lo agarró de las dos bolas apretÔndolas al mismo tiempo.

Fernando dejó escapar un grito arrasador, estremeciéndose de dolor, mientras la fuerte rubia luchaba por tenerlo sujeto de brazos.

ā€œsuelta a mi pobre bebĆ©ā€ dijo Alicia dejando salir de sus manos las hinchadas bolas de su marido, hizo otro gesto a la rubia que terminó soltando al hombre y dejĆ”ndolo acurrucarse en la cama soltando pocas lĆ”grimas ā€œay, mi bebito lindoā€
…

Al amanecer del día siguiente, Fernando estaba sentado en la cama, con una nueva bolsa de hielo en los testículos, era la cuarta que se ponía, Alicia se peinaba para irse al trabajo, aquel hombre llamó a su trabajo y dijo que estaba enfermo para poder ir.

ā€œme hubiera encantado, follarlas a las dos en vez de un apretón de huevosā€

Alicia lo miro tiernamente desde el espejo y dijo.

ā€œcariƱo, no soy tonta, te amo demasiado, no podĆ­a aguantar verte metiendo tu pene en otra mujer, tampoco podrĆ­a verte besĆ”ndola, ese fue el trato ayer, ni un beso a mi marido. No… yo te quiero solo para mĆ­,, y si te veo con otra, te corto los huevosā€

Y la rubia esposa le dio un largo beso en la mejilla a su esposo adorado.

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