Pablo el trabajador - Las Bolas de Pablo

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24 sept 2013

Pablo el trabajador

Contiene: ballbusting hombre/ hombre

Tiene relacion con: http://lasbolasdepablo.wordpress.com/2013/09/08/israel-es-presentado-en-casa/

Pablo se despertĆ³ ese lunes a las 7:06 a.m. su hermana Yenny ya habĆ­a salido 15 minutos antes a la universidad con una maqueta que habĆ­a hecho un dĆ­a antes ayudada por sus hermanos, el joven de 22 aƱos reciĆ©n graduado se duchĆ³ y saliĆ³ rĆ”pidamente del baƱo, aquel era su tan esperado primer dĆ­a de trabajo como economista en la empresa constructora donde laboraba como presidente su padre. TendrĆ­a al fin su oficina y un sustancioso sueldo, nada de seguir dependiendo de sus padres, o eso creĆ­a. Se colocĆ³ un pantalĆ³n un tanto ajustado, sonriĆ³ al ver su paquete, no tan llamativo, pero marcado para quien le mirara, la camisa azul, la chaqueta, vaya calor habrĆ­a si se disponĆ­a a caminar en plena calle, acomodo su cabello, que lo habĆ­a cortado, se acomodo la barba, sonriĆ³ al verse en el espejo, asĆ­ parecĆ­a todo un magnate de las empresas.

“y solo soy un vulgar reciĆ©n graduado” pensĆ³ riĆ©ndose

TomĆ³ algo de la mesa de su habitaciĆ³n y bajo al segundo piso, allĆ­ estaba su padre y madre, el seƱor Marcos desayunaba mientras oĆ­a a todo volumen las noticias del televisor, en contraste con la seƱora Jenny que desde la cocina escuchaba el programa radial de SimĆ³n, su hijo, tergiversando todas las noticias del paĆ­s junto a sus dos compaƱeros de trabajo.

“necesito que me enreden la corbata” fue el saludo de Pablo alzando la pieza

“yo lo harĆ©” hablo el seƱor Marcos

“pero primero quiero que comas” hablo la seƱora Jenny

“dios que ruido hay en esta casa, no se como ustedes pueden oĆ­r la radio y la televisiĆ³n al mismo tiempo”

Se sentĆ³ a desayunar, en medio de la sobria cara del conductor de noticias y los aplausos y risotadas de SimĆ³n ChacĆ³n a travĆ©s de la radio criticando a un ministro.

Terminado el desayuno y teniendo todavĆ­a la cara mojada despuĆ©s de cepillarse los dientes fue el seƱor Marcos el que empezĆ³ a hacerle el nudo de la corbata a su hijo, sonreĆ­a ampliamente.

“¿tengo cara de payaso?” sonriĆ³ Pablo que estaba de buen humor

“no, simplemente estoy muy orgulloso de mis hijos”

“oh… vaya… ¡gracias!”

El seƱor Marcos se le quedĆ³ mirando con brillo especial en los ojos y revolviĆ³ la cabellera de su hijo

“¡no!” se quejo Pablo volviĆ©ndose a peinar

“solo espero que seas muy maduro para el trabajo”

“serĆ© tan maduro que te sorprenderĆ”s”



Pablo subiĆ³ a la camioneta de su padre, allĆ­ se irĆ­an ambos, sintonizando como la mayorĆ­a de las veces la emisora donde SimĆ³n laboraba.

“hoy pinta ser un dĆ­a muy especial” asegurĆ³ su padre

“y lo creo” confirmĆ³ Pablo, deseando mentalmente arreglar su situaciĆ³n con Alfredo

“mi hijo empieza a trabajar, conmigo, Yenny estoy seguro saldrĆ” bien en la universidad, SimĆ³n esta muy feliz con Vicente… ustedes conocerĆ”n a Israel… si, espero que todo salga bien”

“y… oye papĆ”… ¿QuĆ© sentirĆ­as tu… ahora… por la madre de Israel?”

El seƱor Marcos ChacĆ³n dio un suspiro y contesto

“simplemente siento una profunda decepciĆ³n, mira que usar a un hombre y negarle u ocultarle un hijo. No te creas Pablo, yo tambiĆ©n me siento culpable, pude haber pensado que Soraya aquella vez quedĆ³ embarazada, pude haber hecho mas Ć©nfasis en eso, pero quizĆ”s como estaba joven, y como ella me dijo que me habĆ­a usado para darle celos a aquel tipo… y despuĆ©s ella desapareciĆ³ para siempre”

“¿QuĆ© le dirĆ­as si la volvieras a ver?”

“que no le perdono que me ocultara a Israel”

Pablo lo miro fijamente, apretĆ³ los labios y le sonriĆ³

“bueno, al menos ahora tienes a Israel, y la familia es mas grande”

“deberĆ­a llamarlo y saber si vendrĆ” hoy” recordĆ³ su padre

Llegaron al edificio donde estaba situada la empresa constructora que importante se sentĆ­a Pablo cuando escuchaba saludos como

“buenos dĆ­as seƱores ChacĆ³n,” o “¿CĆ³mo estĆ”n ustedes seƱores?” y “¿CĆ³mo amanecieron seƱor Marcos, seƱor Pablo?” “arquitectos buenos dĆ­as”

“jajaja me siento como un importante empresario” dijo Pablo al entrar al ascensor “algĆŗn dĆ­a serĆ© el dueƱo de todo esto”

“de todo esto” dijo irĆ³nico su padre “no te olvides que Yenny serĆ” la arquitecta”

“si, pero Yenny es una pendeja”

El seƱor Marcos lo miro con los ojos entrecerrados, y acompaƱo a su hijo hasta la oficina, si, la propia oficina de Pablo, con computadora con acceso a internet, un pequeƱo radio, aire acondicionado, una persiana, full iluminada, un amplio escritorio, sillas ¿QuĆ© mas podrĆ­a pedir? Pero… con mucho trabajo.

“afuera estarĆ” Viviana, que te puede ayudar en todo lo que tengas dudas”

“wow” hablaba Pablo fascinado “gracias… gracias papĆ””

“tengo mucho tiempo guardĆ”ndola para ti”

“wow” repetĆ­a Pablo abrazando a su padre “no te arrepentirĆ”s papĆ”, en nada”

“eso espero” sonriĆ³ el seƱor ChacĆ³n “dentro del escritorio, esta tu trabajo” dijo antes de irse, y al pararse en la puerta recordĆ³ “y tienes caramelos… de licor, pero no abuses”

“perfecto” se alegrĆ³ mucho Pablo.

Marcos ChacĆ³n uso el ascensor para llegar a presidencia, allĆ­ estaba antes de su oficina Alfredo tecleando en la computadora

“buen dĆ­a seƱor Marcos” fue Ć©l quien saludo

“buen dĆ­a Alfredo ¿CĆ³mo estas? ¿CĆ³mo te sientes despuĆ©s del viaje?”

“pues… “tanteaba Alfredo “bien”

“¿bien? ¿QuĆ© sucediĆ³ entre Pablo y tĆŗ? Que mi hijo llego ayer pasada la madrugada”

“no quisiera hablar de eso”

“algo malo sucediĆ³ entre ustedes y ninguno me lo dirĆ””



“prefiero no hacerlo… y no quisiera entrar en detalles seƱor Marcos, que sea Ć©l quien le diga, discĆŗlpeme”

Marcos ChacĆ³n dio un suspiro y decidiĆ³ caminar hacia su oficina

“el seƱor Otto Salinas le esta esperando”

“¿tiene mucho tiempo Alfredo?”

“no, tendrĆ”... ¿eh?… unos quince minutos”

El seƱor Marcos camino por el largo pasillo que conducĆ­a a su despacho, para que querrĆ­a verle Otto tan temprano, aquel hombre, ya no formaba parte de su simpatĆ­a cuando meses atrĆ”s habĆ­a quedado envuelto en un escĆ”ndalo cuando se filtro en la empresa un video de Otto siendo golpeado en un juego sexual con su pareja, otro hombre, descubriĆ©ndose asĆ­ tambiĆ©n lo que pudiera llamarse la verdadera sexualidad de Otto. Aunque al final Otto pareciĆ³ que volviĆ³ con aquel hombre que tanto le chantajeo. Cosas del amor quizĆ”s.

“Otto Salinas” fue el saludo de friĆ³ de Marcos ChacĆ³n

“mi estimadĆ­simo Marcos” le saludo Otto dejando de usar su celular, estaba sentado frente a la silla del presidente



“¿y a que debo tu visita tan temprano?” pregunto el padre de Pablo luego de variados saludos “digo, no veo que tengas un plano, o un documento que mostrar”

“no, tienes razĆ³n” confirmo Otto “pero te tengo esto” y levantĆ³ el maletĆ­n que tenia en el piso, lo abriĆ³ y saco de el una mĆŗltiple colecciĆ³n de cds, Marcos ChacĆ³n lo miro confundido

“¿ahora te dedicaras a la piraterĆ­a de mĆŗsica o video?”

“no tonto” negĆ³ su colega “son mis videos”

“¿los venderĆ”s? ¡tanto orgullo te dan!”

“ah Marcos tu siempre con tu simpĆ”tico humor” ironizo Otto “¿no entiendes todavĆ­a? Estos son todas, TODAS, las copias de mi video, si, de aquel feo video que vieron tu, y casi todos los trabajadores de esta empresa, aquel que me puso en el escarnio”

“ah… entiendo” confirmo Marcos alzando las cejas “¿y entonces?”

“que ya no hay de que preocuparse, o avergonzarse. Ya puedo hacer mi vida libremente, sin miedo a mi futuro, o a la reputaciĆ³n de la empresa”

“ah, te felicito, solo ahora hay que pedir disculpa y milagrosamente todo se borrara de la memoria de quien vio… eso. Ademas rogar que algun cristiano no descargara a sus computadoras eso”

“bueno, la huella siempre quedara, pero ahora quiero que sepas, que soy yo quien tiene las copias y el original. Me encargue tambiĆ©n de que fueran borrados los links del video, en general de todo. Y si alguien lo descargo, lo demandare, si lo hace publico”

“wow, me sorprendes Otto”

“Entiende, se borraron todos los link, paginas, ya no hay nada del video. Ahora quemare todos estos malditos discos”

“felicidades, estuviste en boca de todos por mucho tiempo. A propĆ³sito Otto, pensĆ© que habĆ­as vuelto con aquel tipo”

“de cierto modo si, pero fue para recuperar mi dignidad de videos”

(“si a eso le llamas dignidad”) pensĆ³ Marcos ChacĆ³n

“me entere de que tu hijo… ¿como se llama?... no, el otro… si, Pablo, estarĆ” desde hoy trabajando aquĆ­… ¿DĆ³nde esta en la oficina que preparabas para Ć©l?... que bien, pasare a visitarlo”

“eh… no… no, yo opino que no. Le deje mucho trabajo y quiero que lo haga perfectamente, pasa despuĆ©s”

“eh… bien, eso hare Marcos, irĆ© a mi despacho. Recuerda, ya no hay ningĆŗn rastro de ese video” dijo Otto y saliĆ³ de la oficina con maletĆ­n en mano

Marcos ChacĆ³n se acomodĆ³ en su sillĆ³n, por nada del mundo deseaba que Pablo tuviera algĆŗn tipo de amistad con Otto, un tipo tan ordinario, tan criticado, tan seƱalado por aquel sucio video. Y lo peor es que Otto y Pablo tenĆ­an varios gustos en comĆŗn… entre ellos el ballbusting, Marcos ChacĆ³n negĆ³ lentamente con la cabeza.

Otto Salinas saliĆ³ del despacho de presidencia, camino el largo pasillo, paso al lado del fuerte rubio que tecleaba en la computadora, ni lo miro, le parecĆ­a la mar de engreĆ­do. Y fue directo a su oficina, se encerrĆ³ en ella y medito su triunfo al obtener todos los videos que daƱaban su reputaciĆ³n, bueno, ya la habĆ­a daƱado, pero al menos los tenĆ­a todos en su poder.

HabĆ­a conocido a Dario aƱos atrĆ”s, en un evento de inauguraciĆ³n de un conjunto presidencial, Dario le habĆ­a mirado disimuladamente el paquete, y Ć©l lo habĆ­a captado todo, mas las miradas que se dirigieron, unas cuantas palabras estĆŗpidas de presentaciĆ³n, y todo saliĆ³ en bandeja de plata, luego obtuvo su numero de contacto y se hicieron amigos, ninguno de los dos tenia hijos, ni esposa, simpatizaban mucho, pronto se hicieron amantes y vivieron juntos. Fue Dario quien una noche le hablo de ballbusting.

“vamos, solo apriĆ©tame las bolas” le indico en la cama abriĆ©ndose de piernas

“¿estas seguro?” le pregunto con miedo Otto

Finalmente Otto se termino acostumbrando a aquel sadismo morboso, sentĆ­a cuando le apretaba las bolas, su expulsiĆ³n de semen era mayor. Empezaron a grabarse, hasta que llegĆ³ aquel dĆ­a en que se separĆ³ de Dario y este lo chantajeo.

“no quiero que te separes de mi” le habĆ­a dicho

“la quĆ­mica se extinguiĆ³” hablo Otto

“te joderĆ© la carrera” le dijo DarĆ­o, nunca pensĆ³ que lo habĆ­a hecho en serio.

Para intentar recuperar su reputaciĆ³n volviĆ³ a vivir con DarĆ­o, y cuando estaba solo en casa investigaba cada rincĆ³n en busca de todos los videos, los consiguiĆ³ dentro de una colecciĆ³n de DVD de Aerosmith que el hombre tenia, allĆ­ estaba el video original y 20 copias. Ya estaban en su poder, una noche mientras DarĆ­o dormĆ­a, indago en el maletĆ­n del hombre un cuadernillo marrĆ³n, en el estaba escrito su contraseƱa de correo, de computador, y de todos los sitios web donde colgĆ³ el video.

“Otto ¿QuĆ© haces?” le pregunto Dario caminando hacia el salĆ³n

RĆ”pidamente Otto guardo el libro en su lugar y saliĆ³ a toda prisa del salĆ³n, encontrĆ”ndose con el hombre en la puerta

“miraba por la ventana… iba a fumar un cigarrillo”

Dario lo miro fijo por mucho tiempo

“ven, vamos a dormir mi perro faldero” le indico apretĆ”ndole los testĆ­culos

“uggg”


Y es que ya, lo tenĆ­a todo, pero Dario creĆ­a que habĆ­a recapacitado, y que vivirĆ­a siempre con Ć©l, la verdad es que se sentĆ­a obstinado de Ć©l, cuadrĆ³ un plan, y ese seria El PLAN de planes, recuperarĆ­a parte de su honor. Y una tarde al llegar DarĆ­o del trabajo, Otto le recibiĆ³, lo elogio de besos y caricias, Dario se quito la ropa, ambos hombres estaban en calzoncillo en la sala

“quiero hacerte ballbusting” indico Dario

“no, yo te lo quiero hacer a ti”

“no, quiero apretarte las bolas y que luego me penetres, duro…”

Otto sonriĆ³, simplemente besaba a su amante odiado, muy en el fondo, los nervios derramaban sus lĆ­quidos por todo el cuerpo, pero Dario con su rapidez, iniciĆ³. Posando el dorso de la mano derecha en la entrepierna abultada de Otto. Y apretĆ³ a mĆ”s no poder, el rostro de Otto se contorsionĆ³ de dolor e hizo un grave esfuerzo por no gritar y dejarse ganar por el apretĆ³n, hacia un ruido con la garganta, finalmente DarĆ­o lo soltĆ³ y cayĆ³ de bruces al suelo con las manos enterradas entre las piernas.

"te partirƩ los huevos" reƭa Darƭo estimulando a su hombre y a Ʃl tambiƩn

Otto gimiĆ³ desde el frio piso mientras yacĆ­a, tratando de aminorar el dolor en sus huevos. DarĆ­o lo miraba deleitado, le gustaba la hombrĆ­a y fuerza de Otto, a pesar de sus millones, Dario se inclinĆ³ sobre Otto, lo recogerĆ­a del suelo, lo tomo por el brazo y lo ayudo a incorporar, Otto miro como Dario apretaba el puƱo, entonces actuĆ³ con rapidez, su venganza y la recuperaciĆ³n de su medio-honor habĆ­a llegado, y acercĆ³ la mano a la virilidad de Dario, en ese momento su ropa interior parecĆ­a una carpa, Otto cerro los dedos alrededor de la protuberancia de sus bolas, y las apretĆ³ como nunca lo habĆ­a hecho, sintiendo el sabor de la venganza navegar por su sangre.

MatĆ­as chillĆ³ al sentir sus huevos ser apretados por la mano grande de Otto, instantĆ”neamente se generĆ³ una larguĆ­sima erecciĆ³n en el bĆ³xer de Otto y su propio dolor de huevos se desvaneciĆ³. DespuĆ©s de una eternidad de segundos Otto soltĆ³ a DarĆ­o y este rodĆ³ por el suelo, gimiendo como nunca antes. Otto lo miraba de manera detenida, se sentĆ­a tan excitado, tan impresionado por el poder y debilidad de cualquier testĆ­culo.

Otto se inclino sobre el y metiĆ³ la mano en sus bolas y volviĆ³ a apretarlas de forma hermĆ©tica, Dario sentĆ­a el dolor de sus bolas a su cintura, y despuĆ©s al estomago, cerro las piernas aun con la mano de Otto sobre sus pelotas.

"Ayyyyyy, mis bolassssssss" gritaba.

Otto soltĆ³ las bolas, y DarĆ­o se acurruco en el suelo con las manos sobre sus huevos y las piernas protegiĆ©ndolos, Otto corriĆ³ al sofĆ”, su pene estaba parado como un misil y encontrĆ³ unas telas, las ato a los brazos y piernas de darĆ­o y le susurrĆ³.

“recuperare mi dignidad”

Y lo demĆ”s es historia, entro al computador de Dario y borrĆ³ todos los registros del video, tomo los cd`s y saliĆ³ de casa con la maleta y parte de su dignidad, todavĆ­a recibĆ­a amenazas del desgraciado Dario.


Ahora Otto miro a su entrepierna y miro como parte de su pene se marcaba en el pantalĆ³n.

Pablo termino su primera parte del trabajo, habĆ­a adelantado mucho, orgulloso guardo las hojas impresas en una carpeta y saliĆ³ de su oficina, pidiĆ³ a la archivista que le multigrafiara 3 hojas importantes y fue directo a la oficina de su padre, pero antes…

“Alfredo, necesito hablar contigo”

El joven ni lo miraba, tenia la mirada puesta en la agenda que configuraba en la computadora

“es sobre lo que paso el sĆ”bado, a mi me obligaron, fueron los amigos de Rodrigo, tienes que creerme… me dijeron que tu me esperabas en ese lugar crĆ©eme”

Alfredo seguĆ­a tecleando en la PC

“Alfredo…”

El muchacho seguĆ­a sin mirarlo y Pablo empezaba a impacientarse

“¿no piensas hablarme? ¿Escucharme?... yo no hice nada”

Lo Ćŗnico que le contestaba a Pablo era el ruido de las teclas

“¡Eres majadero!” insulto Pablo dĆ”ndole un manotazo a un cĆŗmulo de bolĆ­grafos que el rubio tenia sobre la mesa que cayeron haciendo ruido en el suelo, el muchacho se dio media vuelta y puso marcha hacia la oficina de su padre, que en ese momento leĆ­a unos documentos

“papĆ” te tengo mi primera parte del trabajo realizado” le sonriĆ³ Pablo, el seƱor Marcos tomĆ³ las hojas, las leyĆ³ con detenimiento, entrecerraba los ojos, evaluaba mentalmente y aclarĆ³.

“perfecto” respondiĆ³ con buen humor “puedes pasar a la segunda parte del informe, totalizar las ganancias… y perfecto hijo”

Pablo estaba mĆ”s que satisfecho y antes de salir de la oficina preguntĆ³

“¿iremos a almorzar?”

Su padre se mordiĆ³ el labio inferior antes de contestar

“creo que ya no podrĆ­amos… hace poco me llamo Israel… me dijo que ya venia saliendo para acĆ”… y… bueno hijo… quisiera almorzar con Ć©l antes de presentĆ”rselo a ustedes… discĆŗlpame, pero podrĆ­as comprar algĆŗn aperitivo cuando venga de regreso acĆ”. Llama Yenny seguramente ya habrĆ” hecho el almuerzo”

“papĆ”… prometiste que irĆ­amos a almorzar” recriminĆ³ Pablo celoso

“hijo…”

Pablo pareciĆ³ entenderlo, siempre compartĆ­a con su padre, quizĆ”s ahora Ć©l deseaba charlar con el nuevo hijo “aparecido”. El muchacho saliĆ³ de la oficina y cuando caminaba por el pasillo se encontrĆ³ con Otto que estaba mĆ”s corpulento desde la Ćŗltima vez que lo viera. Se dieron los respectivos saludos, las felicitaciones al hijo del presidente por ahora laborar allĆ­ y unas respectivas sonrisas, Otto se alejo con los planos que tenia en la mano y Pablo sintiĆ³ la imperiosa necesidad de girar la cabeza, habĆ­a visto que Otto vestĆ­a un semi-ajustado pantalĆ³n, y por respeto a Ć©l no quiso turistear con su mirada, si le veĆ­a el trasero no le harĆ­a daƱo a nadie, asĆ­ que mientras caminaba girĆ³ la cabeza. Y asĆ­ sus ojos se abrieron de sorpresa, Otto tambiĆ©n estaba mirĆ”ndolo mientras caminaba, el hombre maduro se parĆ³ en seco y le sonriĆ³ mientras afirmaba con la cabeza.

“irĆ© a entregarle esto a tu padre” aclarĆ³ alzando los planos, sonriĆ³ y siguiĆ³ caminando.

Pablo hizo lo propio, se sentĆ­a extraƱado, contento y excitado, paso mirando con el rabillo del ojo a Alfredo que ahora probaba la calidad de la tinta que minutos antes Pablo le tirara los bolĆ­grafos por la mesa. Y volviĆ³ a su oficina.

Pero las sorpresas no acababan ahĆ­, cerca de las 11:39 de la maƱana la puerta del despacho del licenciado Pablo ChacĆ³n, sonĆ³, cuando la persona entro Pablo volviĆ³ a sonreĆ­r y comenzĆ³ a sentir internamente los latidos endurecedores de su pene, era Otto.

“hola” se saludaron, pero fue Otto quien hablĆ³ “Pablo que emociĆ³n verte… y que bonito saber que me pareces que juegas para este equipo, mi equipo, bueno, eso me ha parecido”

“¿QuĆ© equipo?” pregunto Pablo sonriendo, no era tonto, sabĆ­a a que equipo se referĆ­a Otto despuĆ©s de aquel juego de miradas, pero deseaba saber que querĆ­a decir su mensaje oculto de su propia boca.

“este equipo…” hablaba descaradamente Otto

“todavĆ­a no se a cual equipo hablas” decĆ­a mas pĆ­caro Pablo

“pues a este equipo, el de la empresa constructora… felicidades Pablo… bienvenido a mi equipo, te recibo con los brazos abiertos…”

“gracias” sonriĆ³ Pablo, sabia perfectamente que en sus palabras no se basaba en su desempeƱo en la empresa, sino en las miradas que se dieron, las sonrisas… su amor hacia los hombres “gracias” concluyĆ³

“bueno, ahora si, bienvenido a la empresa”

“me la acabas de dar”

“si… espero que aproveches muy bien el juego en este equipo, porque yo soy un experto”

(“viejo verde”) pensĆ³ Pablo, pero a pesar de todo se sentĆ­a agradable al estar con Otto, y agradecĆ­a a su suerte por estar sentado, porque dentro de su pantalĆ³n, su pene tenia una fiera erecciĆ³n, y sabia que si en ese momento se paraba, mostrarĆ­a un grueso salchichĆ³n bajo la tela, pero Otto era un hombre ameno

“hable con tu padre… me dijo que irĆ­as a almorzar a tu casa, me ofrecĆ­ a invitarte a almorzar, y categĆ³ricamente me dijo que NO, entonces, yo quiero ser agradable e invitarte personalmente... No se ¿que dices tu?”

Pudo haber dicho que no, pero sintiĆ³ la soberbia decisiĆ³n de decir que si

“perfecto” hablĆ³ Otto “ya que tu padre no querĆ­a que te invitara a almorzar ¿que te parece si este es un secreto nuestro?”

“…… bueno”

“uno de tantos…”

Pablo sonriĆ³ empezando a sentirse incomodo

“entonces pasare por aquĆ­… a las doce”

Otto se paro de la silla y camino hacia la puerta, luego se detuvo y tanteo algo en su celular, parĆ”ndose de perfil ante Pablo, que vislumbro un pecho fuerte, unas piernas como de futbolista, unas nalgas paradas y un pene que se marcaba como una “D” en el pantalĆ³n.

“eh, mejor guarda mi numero telefĆ³nico, no vaya a ser que tenga la mala oportunidad de pasarte buscando y este Marcos por aquĆ­”

En aquel momento intercambiaron nĆŗmeros, y cuando Otto saliĆ³ de la oficina, Pablo reajusto su pene en el pantalĆ³n, debĆ­a buscar la manera de que aquel grueso monstruo no lo delatara cuando salieran a caminar por allĆ­. A las doce saliĆ³ a almorzar con Otto, que no paraba de decir mensajes ocultos o con doble intenciĆ³n en sus palabras, finalmente Pablo decidiĆ³ seguirle el juego, a pesar de todo, no hubo falta de respeto en el almuerzo, y solo culminaron como dos nuevos amigos. Por el resto de la tarde, Pablo intento volver a hablar con Alfredo, sin conseguir resultados. Su padre brindĆ³ con el hijo celebrando su ingreso al trabajo con un pastel de Arequipe que tanto le gustaba al joven.

“no, resolvĆ­ ir a comer a casa de SimĆ³n Rojas” mintiĆ³ Pablo

“ah, muy bien” confirmo su padre recordando al mejor amigo de su hijo

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