Pablo el trabajador - Las Bolas de Pablo

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24 sept 2013

Pablo el trabajador

Contiene: ballbusting hombre/ hombre

Tiene relacion con: http://lasbolasdepablo.wordpress.com/2013/09/08/israel-es-presentado-en-casa/

Pablo se despertó ese lunes a las 7:06 a.m. su hermana Yenny ya había salido 15 minutos antes a la universidad con una maqueta que había hecho un día antes ayudada por sus hermanos, el joven de 22 años recién graduado se duchó y salió rÔpidamente del baño, aquel era su tan esperado primer día de trabajo como economista en la empresa constructora donde laboraba como presidente su padre. Tendría al fin su oficina y un sustancioso sueldo, nada de seguir dependiendo de sus padres, o eso creía. Se colocó un pantalón un tanto ajustado, sonrió al ver su paquete, no tan llamativo, pero marcado para quien le mirara, la camisa azul, la chaqueta, vaya calor habría si se disponía a caminar en plena calle, acomodo su cabello, que lo había cortado, se acomodo la barba, sonrió al verse en el espejo, así parecía todo un magnate de las empresas.

“y solo soy un vulgar reciĆ©n graduado” pensó riĆ©ndose

Tomó algo de la mesa de su habitación y bajo al segundo piso, allí estaba su padre y madre, el señor Marcos desayunaba mientras oía a todo volumen las noticias del televisor, en contraste con la señora Jenny que desde la cocina escuchaba el programa radial de Simón, su hijo, tergiversando todas las noticias del país junto a sus dos compañeros de trabajo.

“necesito que me enreden la corbata” fue el saludo de Pablo alzando la pieza

“yo lo harĆ©” hablo el seƱor Marcos

“pero primero quiero que comas” hablo la seƱora Jenny

“dios que ruido hay en esta casa, no se como ustedes pueden oĆ­r la radio y la televisión al mismo tiempo”

Se sentó a desayunar, en medio de la sobria cara del conductor de noticias y los aplausos y risotadas de Simón Chacón a través de la radio criticando a un ministro.

Terminado el desayuno y teniendo todavía la cara mojada después de cepillarse los dientes fue el señor Marcos el que empezó a hacerle el nudo de la corbata a su hijo, sonreía ampliamente.

“¿tengo cara de payaso?” sonrió Pablo que estaba de buen humor

“no, simplemente estoy muy orgulloso de mis hijos”

“oh… vaya… ¡gracias!”

El señor Marcos se le quedó mirando con brillo especial en los ojos y revolvió la cabellera de su hijo

“¡no!” se quejo Pablo volviĆ©ndose a peinar

“solo espero que seas muy maduro para el trabajo”

“serĆ© tan maduro que te sorprenderĆ”s”



Pablo subió a la camioneta de su padre, allí se irían ambos, sintonizando como la mayoría de las veces la emisora donde Simón laboraba.

“hoy pinta ser un dĆ­a muy especial” aseguró su padre

“y lo creo” confirmó Pablo, deseando mentalmente arreglar su situación con Alfredo

“mi hijo empieza a trabajar, conmigo, Yenny estoy seguro saldrĆ” bien en la universidad, Simón esta muy feliz con Vicente… ustedes conocerĆ”n a Israel… si, espero que todo salga bien”

“y… oye papĆ”… ¿QuĆ© sentirĆ­as tu… ahora… por la madre de Israel?”

El señor Marcos Chacón dio un suspiro y contesto

“simplemente siento una profunda decepción, mira que usar a un hombre y negarle u ocultarle un hijo. No te creas Pablo, yo tambiĆ©n me siento culpable, pude haber pensado que Soraya aquella vez quedó embarazada, pude haber hecho mas Ć©nfasis en eso, pero quizĆ”s como estaba joven, y como ella me dijo que me habĆ­a usado para darle celos a aquel tipo… y despuĆ©s ella desapareció para siempre”

“¿QuĆ© le dirĆ­as si la volvieras a ver?”

“que no le perdono que me ocultara a Israel”

Pablo lo miro fijamente, apretó los labios y le sonrió

“bueno, al menos ahora tienes a Israel, y la familia es mas grande”

“deberĆ­a llamarlo y saber si vendrĆ” hoy” recordó su padre

Llegaron al edificio donde estaba situada la empresa constructora que importante se sentĆ­a Pablo cuando escuchaba saludos como

“buenos dĆ­as seƱores Chacón,” o “¿Cómo estĆ”n ustedes seƱores?” y “¿Cómo amanecieron seƱor Marcos, seƱor Pablo?” “arquitectos buenos dĆ­as”

“jajaja me siento como un importante empresario” dijo Pablo al entrar al ascensor “algĆŗn dĆ­a serĆ© el dueƱo de todo esto”

“de todo esto” dijo irónico su padre “no te olvides que Yenny serĆ” la arquitecta”

“si, pero Yenny es una pendeja”

El seƱor Marcos lo miro con los ojos entrecerrados, y acompaƱo a su hijo hasta la oficina, si, la propia oficina de Pablo, con computadora con acceso a internet, un pequeƱo radio, aire acondicionado, una persiana, full iluminada, un amplio escritorio, sillas ¿QuĆ© mas podrĆ­a pedir? Pero… con mucho trabajo.

“afuera estarĆ” Viviana, que te puede ayudar en todo lo que tengas dudas”

“wow” hablaba Pablo fascinado “gracias… gracias papĆ””

“tengo mucho tiempo guardĆ”ndola para ti”

“wow” repetĆ­a Pablo abrazando a su padre “no te arrepentirĆ”s papĆ”, en nada”

“eso espero” sonrió el seƱor Chacón “dentro del escritorio, esta tu trabajo” dijo antes de irse, y al pararse en la puerta recordó “y tienes caramelos… de licor, pero no abuses”

“perfecto” se alegró mucho Pablo.

Marcos Chacón uso el ascensor para llegar a presidencia, allí estaba antes de su oficina Alfredo tecleando en la computadora

“buen dĆ­a seƱor Marcos” fue Ć©l quien saludo

“buen dĆ­a Alfredo ¿Cómo estas? ¿Cómo te sientes despuĆ©s del viaje?”

“pues… “tanteaba Alfredo “bien”

“¿bien? ¿QuĆ© sucedió entre Pablo y tĆŗ? Que mi hijo llego ayer pasada la madrugada”

“no quisiera hablar de eso”

“algo malo sucedió entre ustedes y ninguno me lo dirĆ””



“prefiero no hacerlo… y no quisiera entrar en detalles seƱor Marcos, que sea Ć©l quien le diga, discĆŗlpeme”

Marcos Chacón dio un suspiro y decidió caminar hacia su oficina

“el seƱor Otto Salinas le esta esperando”

“¿tiene mucho tiempo Alfredo?”

“no, tendrĆ”... ¿eh?… unos quince minutos”

El señor Marcos camino por el largo pasillo que conducía a su despacho, para que querría verle Otto tan temprano, aquel hombre, ya no formaba parte de su simpatía cuando meses atrÔs había quedado envuelto en un escÔndalo cuando se filtro en la empresa un video de Otto siendo golpeado en un juego sexual con su pareja, otro hombre, descubriéndose así también lo que pudiera llamarse la verdadera sexualidad de Otto. Aunque al final Otto pareció que volvió con aquel hombre que tanto le chantajeo. Cosas del amor quizÔs.

“Otto Salinas” fue el saludo de frió de Marcos Chacón

“mi estimadĆ­simo Marcos” le saludo Otto dejando de usar su celular, estaba sentado frente a la silla del presidente



“¿y a que debo tu visita tan temprano?” pregunto el padre de Pablo luego de variados saludos “digo, no veo que tengas un plano, o un documento que mostrar”

“no, tienes razón” confirmo Otto “pero te tengo esto” y levantó el maletĆ­n que tenia en el piso, lo abrió y saco de el una mĆŗltiple colección de cds, Marcos Chacón lo miro confundido

“¿ahora te dedicaras a la piraterĆ­a de mĆŗsica o video?”

“no tonto” negó su colega “son mis videos”

“¿los venderĆ”s? ¡tanto orgullo te dan!”

“ah Marcos tu siempre con tu simpĆ”tico humor” ironizo Otto “¿no entiendes todavĆ­a? Estos son todas, TODAS, las copias de mi video, si, de aquel feo video que vieron tu, y casi todos los trabajadores de esta empresa, aquel que me puso en el escarnio”

“ah… entiendo” confirmo Marcos alzando las cejas “¿y entonces?”

“que ya no hay de que preocuparse, o avergonzarse. Ya puedo hacer mi vida libremente, sin miedo a mi futuro, o a la reputación de la empresa”

“ah, te felicito, solo ahora hay que pedir disculpa y milagrosamente todo se borrara de la memoria de quien vio… eso. Ademas rogar que algun cristiano no descargara a sus computadoras eso”

“bueno, la huella siempre quedara, pero ahora quiero que sepas, que soy yo quien tiene las copias y el original. Me encargue tambiĆ©n de que fueran borrados los links del video, en general de todo. Y si alguien lo descargo, lo demandare, si lo hace publico”

“wow, me sorprendes Otto”

“Entiende, se borraron todos los link, paginas, ya no hay nada del video. Ahora quemare todos estos malditos discos”

“felicidades, estuviste en boca de todos por mucho tiempo. A propósito Otto, pensĆ© que habĆ­as vuelto con aquel tipo”

“de cierto modo si, pero fue para recuperar mi dignidad de videos”

(“si a eso le llamas dignidad”) pensó Marcos Chacón

“me entere de que tu hijo… ¿como se llama?... no, el otro… si, Pablo, estarĆ” desde hoy trabajando aquĆ­… ¿Dónde esta en la oficina que preparabas para Ć©l?... que bien, pasare a visitarlo”

“eh… no… no, yo opino que no. Le deje mucho trabajo y quiero que lo haga perfectamente, pasa despuĆ©s”

“eh… bien, eso hare Marcos, irĆ© a mi despacho. Recuerda, ya no hay ningĆŗn rastro de ese video” dijo Otto y salió de la oficina con maletĆ­n en mano

Marcos Chacón se acomodó en su sillón, por nada del mundo deseaba que Pablo tuviera algĆŗn tipo de amistad con Otto, un tipo tan ordinario, tan criticado, tan seƱalado por aquel sucio video. Y lo peor es que Otto y Pablo tenĆ­an varios gustos en comĆŗn… entre ellos el ballbusting, Marcos Chacón negó lentamente con la cabeza.

Otto Salinas salió del despacho de presidencia, camino el largo pasillo, paso al lado del fuerte rubio que tecleaba en la computadora, ni lo miro, le parecía la mar de engreído. Y fue directo a su oficina, se encerró en ella y medito su triunfo al obtener todos los videos que dañaban su reputación, bueno, ya la había dañado, pero al menos los tenía todos en su poder.

Había conocido a Dario años atrÔs, en un evento de inauguración de un conjunto presidencial, Dario le había mirado disimuladamente el paquete, y él lo había captado todo, mas las miradas que se dirigieron, unas cuantas palabras estúpidas de presentación, y todo salió en bandeja de plata, luego obtuvo su numero de contacto y se hicieron amigos, ninguno de los dos tenia hijos, ni esposa, simpatizaban mucho, pronto se hicieron amantes y vivieron juntos. Fue Dario quien una noche le hablo de ballbusting.

“vamos, solo apriĆ©tame las bolas” le indico en la cama abriĆ©ndose de piernas

“¿estas seguro?” le pregunto con miedo Otto

Finalmente Otto se termino acostumbrando a aquel sadismo morboso, sentía cuando le apretaba las bolas, su expulsión de semen era mayor. Empezaron a grabarse, hasta que llegó aquel día en que se separó de Dario y este lo chantajeo.

“no quiero que te separes de mi” le habĆ­a dicho

“la quĆ­mica se extinguió” hablo Otto

“te joderĆ© la carrera” le dijo DarĆ­o, nunca pensó que lo habĆ­a hecho en serio.

Para intentar recuperar su reputación volvió a vivir con Darío, y cuando estaba solo en casa investigaba cada rincón en busca de todos los videos, los consiguió dentro de una colección de DVD de Aerosmith que el hombre tenia, allí estaba el video original y 20 copias. Ya estaban en su poder, una noche mientras Darío dormía, indago en el maletín del hombre un cuadernillo marrón, en el estaba escrito su contraseña de correo, de computador, y de todos los sitios web donde colgó el video.

“Otto ¿QuĆ© haces?” le pregunto Dario caminando hacia el salón

RÔpidamente Otto guardo el libro en su lugar y salió a toda prisa del salón, encontrÔndose con el hombre en la puerta

“miraba por la ventana… iba a fumar un cigarrillo”

Dario lo miro fijo por mucho tiempo

“ven, vamos a dormir mi perro faldero” le indico apretĆ”ndole los testĆ­culos

“uggg”


Y es que ya, lo tenía todo, pero Dario creía que había recapacitado, y que viviría siempre con él, la verdad es que se sentía obstinado de él, cuadró un plan, y ese seria El PLAN de planes, recuperaría parte de su honor. Y una tarde al llegar Darío del trabajo, Otto le recibió, lo elogio de besos y caricias, Dario se quito la ropa, ambos hombres estaban en calzoncillo en la sala

“quiero hacerte ballbusting” indico Dario

“no, yo te lo quiero hacer a ti”

“no, quiero apretarte las bolas y que luego me penetres, duro…”

Otto sonrió, simplemente besaba a su amante odiado, muy en el fondo, los nervios derramaban sus líquidos por todo el cuerpo, pero Dario con su rapidez, inició. Posando el dorso de la mano derecha en la entrepierna abultada de Otto. Y apretó a mÔs no poder, el rostro de Otto se contorsionó de dolor e hizo un grave esfuerzo por no gritar y dejarse ganar por el apretón, hacia un ruido con la garganta, finalmente Darío lo soltó y cayó de bruces al suelo con las manos enterradas entre las piernas.

"te partirƩ los huevos" reƭa Darƭo estimulando a su hombre y a Ʃl tambiƩn

Otto gimió desde el frio piso mientras yacía, tratando de aminorar el dolor en sus huevos. Darío lo miraba deleitado, le gustaba la hombría y fuerza de Otto, a pesar de sus millones, Dario se inclinó sobre Otto, lo recogería del suelo, lo tomo por el brazo y lo ayudo a incorporar, Otto miro como Dario apretaba el puño, entonces actuó con rapidez, su venganza y la recuperación de su medio-honor había llegado, y acercó la mano a la virilidad de Dario, en ese momento su ropa interior parecía una carpa, Otto cerro los dedos alrededor de la protuberancia de sus bolas, y las apretó como nunca lo había hecho, sintiendo el sabor de la venganza navegar por su sangre.

Matías chilló al sentir sus huevos ser apretados por la mano grande de Otto, instantÔneamente se generó una larguísima erección en el bóxer de Otto y su propio dolor de huevos se desvaneció. Después de una eternidad de segundos Otto soltó a Darío y este rodó por el suelo, gimiendo como nunca antes. Otto lo miraba de manera detenida, se sentía tan excitado, tan impresionado por el poder y debilidad de cualquier testículo.

Otto se inclino sobre el y metió la mano en sus bolas y volvió a apretarlas de forma hermética, Dario sentía el dolor de sus bolas a su cintura, y después al estomago, cerro las piernas aun con la mano de Otto sobre sus pelotas.

"Ayyyyyy, mis bolassssssss" gritaba.

Otto soltó las bolas, y Darío se acurruco en el suelo con las manos sobre sus huevos y las piernas protegiéndolos, Otto corrió al sofÔ, su pene estaba parado como un misil y encontró unas telas, las ato a los brazos y piernas de darío y le susurró.

“recuperare mi dignidad”

Y lo demÔs es historia, entro al computador de Dario y borró todos los registros del video, tomo los cd`s y salió de casa con la maleta y parte de su dignidad, todavía recibía amenazas del desgraciado Dario.


Ahora Otto miro a su entrepierna y miro como parte de su pene se marcaba en el pantalón.

Pablo termino su primera parte del trabajo, habĆ­a adelantado mucho, orgulloso guardo las hojas impresas en una carpeta y salió de su oficina, pidió a la archivista que le multigrafiara 3 hojas importantes y fue directo a la oficina de su padre, pero antes…

“Alfredo, necesito hablar contigo”

El joven ni lo miraba, tenia la mirada puesta en la agenda que configuraba en la computadora

“es sobre lo que paso el sĆ”bado, a mi me obligaron, fueron los amigos de Rodrigo, tienes que creerme… me dijeron que tu me esperabas en ese lugar crĆ©eme”

Alfredo seguĆ­a tecleando en la PC

“Alfredo…”

El muchacho seguĆ­a sin mirarlo y Pablo empezaba a impacientarse

“¿no piensas hablarme? ¿Escucharme?... yo no hice nada”

Lo Ćŗnico que le contestaba a Pablo era el ruido de las teclas

“¡Eres majadero!” insulto Pablo dĆ”ndole un manotazo a un cĆŗmulo de bolĆ­grafos que el rubio tenia sobre la mesa que cayeron haciendo ruido en el suelo, el muchacho se dio media vuelta y puso marcha hacia la oficina de su padre, que en ese momento leĆ­a unos documentos

“papĆ” te tengo mi primera parte del trabajo realizado” le sonrió Pablo, el seƱor Marcos tomó las hojas, las leyó con detenimiento, entrecerraba los ojos, evaluaba mentalmente y aclaró.

“perfecto” respondió con buen humor “puedes pasar a la segunda parte del informe, totalizar las ganancias… y perfecto hijo”

Pablo estaba mÔs que satisfecho y antes de salir de la oficina preguntó

“¿iremos a almorzar?”

Su padre se mordió el labio inferior antes de contestar

“creo que ya no podrĆ­amos… hace poco me llamo Israel… me dijo que ya venia saliendo para acĆ”… y… bueno hijo… quisiera almorzar con Ć©l antes de presentĆ”rselo a ustedes… discĆŗlpame, pero podrĆ­as comprar algĆŗn aperitivo cuando venga de regreso acĆ”. Llama Yenny seguramente ya habrĆ” hecho el almuerzo”

“papĆ”… prometiste que irĆ­amos a almorzar” recriminó Pablo celoso

“hijo…”

Pablo pareció entenderlo, siempre compartĆ­a con su padre, quizĆ”s ahora Ć©l deseaba charlar con el nuevo hijo “aparecido”. El muchacho salió de la oficina y cuando caminaba por el pasillo se encontró con Otto que estaba mĆ”s corpulento desde la Ćŗltima vez que lo viera. Se dieron los respectivos saludos, las felicitaciones al hijo del presidente por ahora laborar allĆ­ y unas respectivas sonrisas, Otto se alejo con los planos que tenia en la mano y Pablo sintió la imperiosa necesidad de girar la cabeza, habĆ­a visto que Otto vestĆ­a un semi-ajustado pantalón, y por respeto a Ć©l no quiso turistear con su mirada, si le veĆ­a el trasero no le harĆ­a daƱo a nadie, asĆ­ que mientras caminaba giró la cabeza. Y asĆ­ sus ojos se abrieron de sorpresa, Otto tambiĆ©n estaba mirĆ”ndolo mientras caminaba, el hombre maduro se paró en seco y le sonrió mientras afirmaba con la cabeza.

“irĆ© a entregarle esto a tu padre” aclaró alzando los planos, sonrió y siguió caminando.

Pablo hizo lo propio, se sentía extrañado, contento y excitado, paso mirando con el rabillo del ojo a Alfredo que ahora probaba la calidad de la tinta que minutos antes Pablo le tirara los bolígrafos por la mesa. Y volvió a su oficina.

Pero las sorpresas no acababan ahí, cerca de las 11:39 de la mañana la puerta del despacho del licenciado Pablo Chacón, sonó, cuando la persona entro Pablo volvió a sonreír y comenzó a sentir internamente los latidos endurecedores de su pene, era Otto.

“hola” se saludaron, pero fue Otto quien habló “Pablo que emoción verte… y que bonito saber que me pareces que juegas para este equipo, mi equipo, bueno, eso me ha parecido”

“¿QuĆ© equipo?” pregunto Pablo sonriendo, no era tonto, sabĆ­a a que equipo se referĆ­a Otto despuĆ©s de aquel juego de miradas, pero deseaba saber que querĆ­a decir su mensaje oculto de su propia boca.

“este equipo…” hablaba descaradamente Otto

“todavĆ­a no se a cual equipo hablas” decĆ­a mas pĆ­caro Pablo

“pues a este equipo, el de la empresa constructora… felicidades Pablo… bienvenido a mi equipo, te recibo con los brazos abiertos…”

“gracias” sonrió Pablo, sabia perfectamente que en sus palabras no se basaba en su desempeƱo en la empresa, sino en las miradas que se dieron, las sonrisas… su amor hacia los hombres “gracias” concluyó

“bueno, ahora si, bienvenido a la empresa”

“me la acabas de dar”

“si… espero que aproveches muy bien el juego en este equipo, porque yo soy un experto”

(“viejo verde”) pensó Pablo, pero a pesar de todo se sentĆ­a agradable al estar con Otto, y agradecĆ­a a su suerte por estar sentado, porque dentro de su pantalón, su pene tenia una fiera erección, y sabia que si en ese momento se paraba, mostrarĆ­a un grueso salchichón bajo la tela, pero Otto era un hombre ameno

“hable con tu padre… me dijo que irĆ­as a almorzar a tu casa, me ofrecĆ­ a invitarte a almorzar, y categóricamente me dijo que NO, entonces, yo quiero ser agradable e invitarte personalmente... No se ¿que dices tu?”

Pudo haber dicho que no, pero sintió la soberbia decisión de decir que si

“perfecto” habló Otto “ya que tu padre no querĆ­a que te invitara a almorzar ¿que te parece si este es un secreto nuestro?”

“…… bueno”

“uno de tantos…”

Pablo sonrió empezando a sentirse incomodo

“entonces pasare por aquĆ­… a las doce”

Otto se paro de la silla y camino hacia la puerta, luego se detuvo y tanteo algo en su celular, parĆ”ndose de perfil ante Pablo, que vislumbro un pecho fuerte, unas piernas como de futbolista, unas nalgas paradas y un pene que se marcaba como una “D” en el pantalón.

“eh, mejor guarda mi numero telefónico, no vaya a ser que tenga la mala oportunidad de pasarte buscando y este Marcos por aquĆ­”

En aquel momento intercambiaron números, y cuando Otto salió de la oficina, Pablo reajusto su pene en el pantalón, debía buscar la manera de que aquel grueso monstruo no lo delatara cuando salieran a caminar por allí. A las doce salió a almorzar con Otto, que no paraba de decir mensajes ocultos o con doble intención en sus palabras, finalmente Pablo decidió seguirle el juego, a pesar de todo, no hubo falta de respeto en el almuerzo, y solo culminaron como dos nuevos amigos. Por el resto de la tarde, Pablo intento volver a hablar con Alfredo, sin conseguir resultados. Su padre brindó con el hijo celebrando su ingreso al trabajo con un pastel de Arequipe que tanto le gustaba al joven.

“no, resolvĆ­ ir a comer a casa de Simón Rojas” mintió Pablo

“ah, muy bien” confirmo su padre recordando al mejor amigo de su hijo

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