el amor las vuelve locas - Las Bolas de Pablo

Lo mƔs nuevo

16 nov 2013

el amor las vuelve locas

CONTIENE:


-sexo heterosexual


-ballbusting mujer/hombre


El seƱor Ɓngel ChacĆ³n en sus tiempos de juventud, admirado por las mujeres del pueblo no dudaba en acostarse con cualquiera de ellas que lo quisiera unos minutos en sus brazos, en uno de esos momentos tuvo un hijo, Omar, del cual dudĆ³ de su paternidad y no le dio su apellido ChacĆ³n, aƱos despuĆ©s se casĆ³ y tuvo 2 hijos, Marcos y Rodrigo (omitiendo el resto de hijos que tuvo en posteriores hechos de su vida y no les dio su apellido). Pero volviendo a Omar, el mayor de todos, fue odiado por Rodrigo y admirado por Marcos ChacĆ³n, con el Ćŗnico que tuvo contacto afectivo de hermanos. Este Omar tenĆ­a un hijo, Douglas del cual vamos a centrar atenciĆ³n de nuestro relato.



Douglas era dueƱo de un cuerpo hermoso, sin tener una cara linda, lograba tocar los tĆ³picos de macho salvaje. Estaba casado con una mujer pocos aƱos menor que Ć©l, y era padre de 3 hijas, una pena para un gran hombre como Ć©l, el no haber tenido un varĆ³n entre sus descendientes, dentro de sus grandes y colgantes bolas habitaban espermatozoides cuya carga genĆ©tica abundaban las niƱas. Pero seguramente las hijas dentro de su ADN heredarĆ­an a sus hijos el gran tamaƱo de los testĆ­culos de su padre.


 


En aquel momento el joven Douglas estaba en un acto clandestino, porque si su esposa se enterase se volviera una furia. En un poco iluminado cuarto de hotel Douglas compartĆ­a habitaciĆ³n con una no fugaz amante. Lolita, un poco conocida por quienes han seguido los relatos de Rodrigo y FabiĆ”n.



Lolita en aquel momento parecĆ­a con el pensamiento fijo en lo que iba a disfrutar, Douglas GĆ³mez de grandes testĆ­culos y pene estaba sobre la mujer que ella feliz le bajĆ³ el bĆ³xer y en un dos por tres, sacĆ³ a la luz la reluciente polla de su amante, la introdujo en la boca hasta rozar la garganta. SubĆ­a y bajaba, estimulando con sus suaves labios, moviendo la lengua. Douglas la tomĆ³ por la nuca.


 


La linda mujer acaricio un testĆ­culos del hombre provocĆ”ndole un dulce cosquilleo, aƱos atrĆ”s la madre de lolita habĆ­a tenido un noviazgo con Rodrigo ChacĆ³n padre, pero hasta ahora el hijo Rodrigo (primo de Pablo) nunca habĆ­a caĆ­do a los encantos de Lolita. Douglas cerraba los ojos mientras clavaba con mĆ”s fuerza la polla dentro de la juguetona boca de aquella mujer. El clĆ­max lo abordĆ³, sintiĆ³ el liquido caliente correr por la polla, y saliĆ³… el semen saliĆ³ dentro de la boca de la mujer, una, dos, tres porciones del semen del nieto de Ɓngel ChacĆ³n, blanco, salvaje, macho. La mujer se lo tragĆ³ todo, y con delicadeza paso la lengua por el glande limpiĆ”ndolo de toda muestra del dulce.



El hombre casado se dedico a mirar los duros pechos de Lola, sus pezones duros; iniciĆ³ a lamer haciendo que gimiera de placer. La lengua de Douglas le recorriĆ³ el vientre y la cintura, la vagina afeitada y hĆŗmeda.



“penĆ©trame… penĆ©trame como siempre… que no me pueda parar mi macho” dijo Lolita como solo una amante se lo pudiera pedir “destrĆ³zame”.



La mujer no se hizo esperar y empujĆ³ a Douglas contra la cama, se subiĆ³ sobre Ć©l, y se acomodo sobre la verga de aquel exĆ³tico hombre, el pene se adentro por el hueco sintiendo el calor corporal de la mujer.



Lolita contorsiono su cuerpo sobrellevando al orgasmo que su amante le regalaba, aquellos majestosos huevos transmitidos gratuitamente de generaciĆ³n a generaciĆ³n empezaron a bombear semen hacia el exterior, Douglas extra sensitivo lo sentĆ­a. Los retuvo lo mĆ”s que pudo, satisfaciĆ©ndose Ć©l y a la mujer y finalmente explotĆ³ como nunca, inundando la vulva con abundantes chorros de leche caliente.



Y asĆ­ fue como aquella feroz sesiĆ³n culminĆ³



“¿CuĆ”ndo vas a dejar a tu esposa?” pregunto Lola cuando ambos cuerpos reposaban sobre la cama



Douglas sonrƭo, jamƔs dejarƭa a su esposa, podƭa divertirse con lola, pero nunca cometerƭa semejante burrada.



“¿Por quĆ© lo preguntas?”



“porque tu y yo, tenemos tiempo frecuentĆ”ndonos, ya va siendo hora que termines con tu esposa, y nos pongamos a formalizar esto”



“¿y mis hijas?” pregunto Douglas imaginĆ”ndose su tiempo sin ellas



“somos jĆ³venes, todavĆ­a podemos tener nuestros hijos” dijo Lola, al ver la forma como Douglas doblĆ³ las cejar, enseguida remendĆ³ el comentario egoĆ­sta que dijo “y darle hermanitos, ellas siempre serĆ”n tus hijas y serian bienvenidas en nuestra casa... imaginate, un niƱo”



“lola, dame tiempo, no, dĆ©jame pensar”



“no ¡yo quiero que te quedes desde hoy aquĆ­! ¡Quiero respuesta!”


 


“lola, estas loca ¡me voy!” alegĆ³ Douglas comenzando a levantarse de la cama, Lolita lo mirĆ³ con lastima, vio como se levantaba de la cama, sus testĆ­culos, solo algo se le ocurriĆ³, querĆ­a a ese hombre allĆ­ con ella ¡pero ya!



La bella mujer, celosa y herida sentimentalmente, apretĆ³ el puƱo y con un pesado y rĆ”pido movimiento de brazo estrellĆ³ el puƱo en la entrepierna de su amante. El exĆ³tico rostro de Douglas cambiĆ³ con una mezcla de sorpresa y dolor. RĆ”pidamente se llevĆ³ las manos a los testĆ­culos desnudos y cayo sobre la cama doblado de sufrimiento, pero la dolida mujer, sabiĆ©ndose una simple amante usada,  pasĆ³ la mano por el perineo del hombre y con las uƱas las hundiĆ³ en la tierna carne de los testĆ­culos de Douglas.



"¡maldita!" exclamĆ³ el hombre entre aullidos de dolor.



SintiĆ©ndose molesta Lolita se subiĆ³ sobre Douglas, le obligo a poner ambas manos contra la cama y subiĆ©ndose encima del debilitado hombre arqueĆ³ la rodilla para pegarle en la entrepierna, si no era completamente de ella, entonces tampoco echarĆ­a su semen sobre su pendeja esposa. Con un solido golpe la rodilla pegĆ³ sobre los huevos poco vaciados de semen. Por simple impulso Douglas saltĆ³ sobre la cama obligando a Lolita a caerse al piso el hombre se retorciĆ³ de dolor, sosteniendo sus huevos, buscando desesperadamente aliviar el dolor mientras comenzaba a lloriquear como todos los hombres de su familia hacĆ­an.


 "eres una perra loca" admitiĆ³ humillado


El hombre se acurruco en posiciĆ³n fetal, sin mirar como Lolita se paraba del suelo con un moretĆ³n en la frente, producto al caer y golpearse, con odio la mujer mirĆ³ como el hombre se abrazaba a su entrepierna, pero de nuevo la amante golpeĆ³ con el puƱo sobre la zona con las manos sobandolas e igualmente Douglas emitiĆ³ un grito.



Lola hurgĆ³ algo en su mesa de noche, sacando a relucir unas brillantes esposas que usaba con un viejo novio policĆ­a, caminĆ³ hasta el amante se situĆ³ en su espalda y tras forzar con el tipo le aprisionĆ³ los brazos.



“¿QuĆ© haces maldita loca?... ¡dĆ©jame ir!



“¿con tu esposa? ¡JamĆ”s! Son 3 aƱos juntos… ¡3 aƱos!”



“3 aƱos donde has tenido mas amantes”



“pero eres tu quien manda en mi corazĆ³n”



“tĆŗ estas desquiciada maldita loca”



Con total miedo, Douglas vio como Lola erguĆ­a el brazo con el puƱo apretado, para aplastar los Ć³rganos mas queridos del torneado cuerpo de Douglas. El bello estremeciĆ³ su fuerte cuerpo y gritĆ³ de dolor.



Una vez mĆ”s, Lola levantĆ³ el brazo derecho para descenderlo con mĆ”s fuerza que antes, pisando las bolas otra vez. Obteniendo repetidos resultados en el cuerpo del amante, gritos en agonĆ­a, mientras desenfocaba los ojos.



"me has enamorado como una estĆŗpida. Y tu esposa se va a enterar de esto"



LevantĆ³ el brazo de nuevo, decidida a bajarlo con todas sus fuerzas, hasta que los nudillos se estrellaron con el colgante escroto de Douglas.


El hombre moviĆ³ la cabeza de manera negativa resistiendo el fuerte dolor.


El bello escroto del hombre, con finos pelos y de testĆ­culos colgantes lucĆ­an hinchados, mĆ”s grandes de su tamaƱo habitual. TiƱƩndose a un morado claro. Lolita posĆ³ su mano sobre aquellas pelotas infladas.



“todo este tiempo he querido estar contigo, dormir contigo, tener una vida normal a tu lado, juntos tu y yo. Que te separes de tu mujer, y solo me mientes, como a una prostituta barata, no, ya no serĆ© siendo tĆŗ amante. Pero de esto te arrepentirĆ”s, tu mujer lo sabrĆ””


Douglas gemĆ­a mientras pronunciaba vagamente muchas incoherencias.


El largo pene del hombre estaba lƔnguido sobre el ombligo, tales proporciones genƩticas, mientras sus testƭculos descansaban palpitantes entre los muslos, los finos dedos de la que se desempeƱaba como sirvienta en una casa de campo empezaron a triturar los gordos objetos ovalados presionando mƔs y mƔs fuerte, Douglas aullaba de dolor, mientras gloriosamente sus ojos se ponƭan blancos, hasta hacerle perder el conocimiento y quedar inerte sobra la cama, como un muerto.


De momento Lolita se asustĆ³, pensĆ³ que lo habĆ­a matado, pero teniendo pocos conocimientos de enfermerĆ­a supo que solo se habĆ­a desmayado. Le mirĆ³ la cara, parecĆ­a un angelito, aun asĆ­ estando desmayado, el amor cuando se siente que es real, pone a las personas estĆŗpidas, y viĆ©ndolo allĆ­ postrado, desmayado del dolor, con las bolas amoratadas, Lolita se conmoviĆ³ por aquel bello hombre… y decidiĆ³ perdonarlo y brindarle una nueva oportunidad… “pobre estĆŗpida” dirĆ­a alguna vieja chismosa si se enterase de lo que en ese cuarto sucediĆ³ y de la pobre mentalidad de lola.


El amor pone a algunas personas estĆŗpidas y a otras tanto no.


Esa noche, pero en la ciudad, Yenny ChacĆ³n deseaba salir de fiesta, era viernes y como cualquier muchacha popular, hermosa y con muchas amigas querĆ­a ir de rumba a cualquier discoteca, y aunque su novio Daniel, le dijo que no podĆ­a salir con ella porque necesitaba estudiar para una evaluaciĆ³n de anatomĆ­a, eso no hizo que postergara sus planes. A la discoteca irĆ­a con su hermano favorito, Pablo, aunque amaba con locura a SimĆ³n, Pablo era su hermano favorito por la pequeƱa diferencia de edad y por la protecciĆ³n que este le daba, ademĆ”s, el hermano la ayudarĆ­a a costear los gastos y Ćŗltimamente parecĆ­a distraĆ­do, desde que supo del cese de la relaciĆ³n con Alfredo.


“¿Por quĆ© no me dices a quien le escribes tanto?” le interrogo Jenny en plena discoteca


“ese no es tu problema metiche” le indicĆ³ con una sonrisa el hermano


“¿a Alfredo?”


“no” indicĆ³ Pablo cambiando su semblante


“lo siento, no, no vuelvo a nombrarlo” hablo la muchacha poniĆ©ndose el dedo entre los labios


“Pablo baila conmigo” hablo una chica que ya parecĆ­a borracha. Pablo le sonriĆ³ y saliĆ³ con ella lejos de la mesa


“Yenny ¿DĆ³nde se supone que estĆ” Daniel?” preguntĆ³ Raquel la mas antipĆ”tica del grupo


“me dijo que tenia una evaluaciĆ³n el lunes, y que desde ya no podĆ­a salir”


“ah si… ¿eso te dijo?”


“si… pobrecito”


“pues, pienso que deberĆ­as ir por el pasillo que va al baƱo, pero subes las escaleras, hacia el final de las mesas”


“¿QuĆ© dices Raquel?” interrogo Yenny viendo con preocupaciĆ³n como los amigos miraban a la mujer, como deseĆ”ndole pedir silencio con la mirada


“solo soy tu amiga y te informo” dijo Raquel peinĆ”ndose el cabello, no era mas que una envidiosa y cizaƱera.


“¿no entiendo?”


“solo ve amiga… y comprueba el por que Daniel esta tan misterioso contigo de hace unas semanas para acĆ””


Una mala idea se formĆ³ en la mente de Yenny, que empujada se alejo de la mesa


“¿te acompaƱo Yenny?” preguntĆ³ uno de los amigos


“no ¡puedo ir sola!” agregĆ³ la chica sintiendo un malicioso impulso


“¿Por quĆ© coƱo le dijiste eso a Yenny?” dijeron algunos de los amigos


“simplemente es mi amiga” respondiĆ³ Raquel “y cuando vi a ese estĆŗpido, me dio coraje”


“estando aquĆ­, jamĆ”s se iban a encontrar. ¡Tenias que hablar tu!”


Yenny caminaba por la discoteca, deseando que no ocurriera lo que pensaba, paso por un lado de su hermano que bailaba tan apretado con la chica que quizĆ”s ni se dio cuenta de su transitar por allĆ­. Desde que habĆ­an vuelto de aquel viaje familiar de la playa, su novio se habĆ­a vuelto tan distante con ella, ahora tenia evaluaciones en la universidad por montĆ³n, casi no la visitaba, se habĆ­a distanciado. Solo una imagen se memoraba en la mente de la muchacha, la de ella y Daniel envueltos en sabanas en el departamento de la playa ¡que no fuera lo que ella estaba pensando!


Pero efectivamente era lo que ella estaba pensando. Ante sus ojos estaba Daniel, sentado con una muchacha peli roja, charlando y bebiendo, disfrutando y hablando muy cerca luego de intercambiar apasionados besos. De nuevo en su mente vino aquella noche, los dos en secreto en la cama… ¿solo querĆ­a su virginidad?


Con los ojos hĆŗmedos, pero sin derramar una lĆ”grima la muchacha caminĆ³ a la mesa, Daniel se quedĆ³ petrificado al verla.


“¿QuĆ©?... ¿QuĆ©?” intentaba hablar el novio


Yenny abriĆ³ la palma de la mano y le dio una soberana bofetada dejĆ”ndole instantĆ”neamente la cara marcada a Daniel, los clientes cercanos a la mesa voltearon la mirada hacia allĆ­, algunos riĆ©ndose, otros curioso, Yenny dio un suspiro y se alejo del lugar.


“¡quiero irme de aquĆ­!” le dijo al acercarse a Pablo


“¿pero por que? ¡Si la estamos pasando genial!”


“¡quiero irme!” ordeno Yenny comenzando a llorar


Por mĆ”s que lo intentara Pablo quiso tener informaciĆ³n de camino a casa, mas Yenny no cesaba de llorar.


“en la discoteca estaba Daniel… con otra muchacha, dĆ”ndose besos y demĆ”s, me mintiĆ³ Pablo ¡me mintiĆ³!” le dijo al entrar al vestĆ­bulo del hogar


“ese miserable me las pagara”


“¡ni te atrevas a salir de aquĆ­!” dijo en tono autoritario la hermana deteniĆ©ndolo en la puerta


Esa noche Pablo no saliĆ³ de casa, pero se fue a dormir con el humor quebrado, de un insuperable mal genio.

1 comentario:

  1. Muy buen relato. PodrĆ­as escribir uno donde un hombre humille a otro haciendole ballbusting delante de una mujer, algo muy parecido al del ladrĆ³n pero regodeandote mĆ”s en como observa la chica. Un saludo

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