Escuadrón Verde (5/6): por culpa de la tijera - Las Bolas de Pablo

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25 nov 2013

Escuadrón Verde (5/6): por culpa de la tijera

Contiene:

Sexo homosexual

ballbusting hombre/hombre

Gerónimo lustraba sus botas aquel domingo por la tarde, se hallaba sentado en lo más alto del escuadrón militar una sala conducida por unas escaleras y que desde allí se podía observar por una ventana sin protector lo lejano de la ciudad y el más cercano campo, además de la plaza. Desde la última vez que había sido golpeado y traicionado por el que consideraba su amigo no había tenido mas contacto con él, Samuel. Que al parecer se había convertido en un fiel seguidor de Emilio y Ricardo, sus explotadores, lo habían mudado de habitación y ahora parecía vivir los mejores tratos en el escuadrón, miraba con odio a Gerónimo y ahora lo trataba con superioridad si estaba cerca Emilio o Ricardo, al final de todo ahora eran enemigos.

Aquel domingo, Gerónimo, en su día libre había preferido alejarse de todo aquel mundo cruel de la milicia, todavía seguía terco en su decisión de quedarse ahí y lograr un alto rango militar, pero de igual manera durante toda esa semana había sido seguido por Emilio su mayor enemigo en todo el lugar y del cual dudaba por que lo odiaba tanto, ¿por un estúpido golpe a los testículos? ¡Pero si el mismo Emilio se lo había ganado! Además en todo ese tiempo fue Gerónimo quien había sufrido los más humillantes golpes a su doliente virilidad.

Con su agudísimo oído escucho que alguien subía las escaleras, así que abandono su labor y se inclino para observar de quien se trataba, no era uno, sino dos, arrugó la frente y sintió que se le aproximaba lo peor. Ricardo y Samuel subían las escaleras, a por él

.Cuando los 2 hombres llegaron a lo alto de la torre se encontraron con un preparado Gerónimo, alto y con el pecho inflado, valiente.

“¿Qué quieren?” les pregunto con odio.

“venimos por ti, así que coopera” le anunció Ricardo.

“¡¿Qué?!”

“Gerónimo” habló Samuel “sabemos que eres un hombre cooperador, así que ven con nosotros”

“no, ¿A dónde coño me llevaran?”

“usaremos la fuerza” amenazó Ricardo

“ya no aguantare mas, ni me resistiré, todo el mundo se enterara de cómo tratan a las personas aquí. Luchare si es necesario. ¿Y tu Samuel? ¿No eras mi amigo?”

“era” contesto Samuel fríamente “tiempo pasado”

Gerónimo apretó el puño, sentía miedo, y fue en ese momento que los 2 hombres se lanzaron contra él.

Gerónimo pudo defenderse enviando un puñetazo en la cara a Ricardo, que perdió el equilibrio, Samuel lo agarró por el cuello pero empezó a recibir una lluvia de puñetazos del que fue su amigo, Ricardo miró la batalla y espero el preciso momento en que Gerónimo estaba tras el, para clavarle una traicionera patada en su zona masculina y punto mas delicado sus huevos, estrellándolos con fuerza contra la pelvis y haciendo al muchacho gritar tan fuerte que cayó al piso al sentir sus bolas aplastadas por la bota del militar.

“así comienza tu sufrimiento” anunció Ricardo “hoy serás deshuevado. Eso es lo que se merecen hombre como tú”

Samuel que tenia un hilo de sangre en la boca, sacó un pañuelo de su camisa, y le amordazo la boca a Gerónimo, con ayuda de Ricardo lo irguieron y lo bajaron por las escaleras.

-4 horas antes-

Emilio estaba sentado en una silla ante Samuel y Ricardo, los 3 hombres estaban en una oficina alejada de toda interrupción en la guarnición militar.

“Ahora que ya sabes por que odio a Gerónimo quiero que me ayudes” decía Emilio lleno de odio “y con su desaparición nos beneficiariamos, es solo una muestra… ¿lo harías?”

“no creo que pueda ayudarte” dijo Samuel “es algo difícil… no quiero ser cómplice de eso”

“no serán cómplice, yo enfrentare todo problema que pueda haber en el futuro”

Ahora 

Gerónimo fue apostado contra un escritorio, con las piernas abiertas y el pecho contra la tabla de la mesa, sus manos atadas y dejado solo con Emilio.

“todo estará bien” aseguró el militar cuando sus 2 cómplices se iban para dejarlos solos...

Viendo el trasero fornido Emilio sonrió, le habían quitado el pantalón al muchacho y descansaba únicamente con un ligero calzón que no cubría para nada a sus genitales del cruel destino que le esperaba. Emilio agarró impulso y lanzó una patada a la entrepierna de Gerónimo. La punta de la bota llegó a los testículos del joven con un ruido minucioso pero fuerte, enganchando sus huevos contra la pelvis llenando el lugar con un grito de dolor.

"de aquí no sales mas que deshuevado y muerto" aseguró Emilio “ya me encargare de hacerte desaparecer y que mas nadie nunca encuentre tu cochino cuerpo”

Gerónimo intentó hablar, pero sentía un dolor desgarrador que provenía de sus gónadas. El dolor en sus testículos era sorprendente. Sentía como si sus cojones fueran a explotarle debido a la multitud de veces que le palpitaban hinchándoseles por la fuerza de la bota golpeadora.

“te aniquilare soldado” hablaba duramente Emilio.

Gerónimo sentía miedo, por la frialdad que le hablaba y con la dureza que siempre lo había tratado estaba seguro que primero le jodería los huevos para después matarlo. Lo hundiria en un sadico dolor ante todo.

Desgraciadamente para Gerónimo el puño de Emilio chocó contra sus bolas renovando para su cuerpo aquella licencia de dolor masculino. Gerónimo gritó arrugando su salvaje cara, cerrando los ojos y mostrando los dientes con su boca hecha una torcida mueca.

Emilio se echó a reír con maldad.

"me gusta verte sufrir" declaró Emilio "me gusta hacer sufrir"

"¿qué?" Logró hablar Gerónimo tras un gran esfuerzo retorciéndose contra las ataduras.

"cuando era niño me gustaba aplastar hormigas... las enterraba vivas en sus nidos, quemaba nidos de avispas, despues en bachillerato me di cuenta lo divertido que era golpear a mis compañeros en las bolas, sufrian un mundo. Era facil y divertido, pero siempre he querido arrancarle las bolas a alguien, me daba miedo. Pero apareciste tú, lo suficiente grande, macho y prepotente"

"¿ah? eres un desquiciado"

Entonces Emilio desde atrás le pateó con todas sus fuerzas las bolas a Gerónimo reactivándole el pesado dolor.

"fue divertido, desde el primer momento" hablaba Emilio con verdadero odio en la voz "te hubiera dejado en paz, pero te rebelaste contra mi. Sabes tengo un futuro prometedor, me estan ofreciendo ser parte de un grupo pesado en el pais, ya sabes la politica. Pero, me estan pidiendo que mate a alguien para ser parte de ese selecto grupo, tendre poder y riqueza y tu me ayudaras como carnada" y sintiendo ira desde que lo vio por primera vez volvió a pegarle  los huevos con soberana fuerza que el pobre muchacho abriera la boca con un dolor desesperado.

Tenia los ojos cruzados mientras su frente formaba algunas perlas de sudor, gimió de dolor.

Emilio puso su mano entre los muslos duros de Gerónimo y apretando su mano en forma de puño las estrelló en su entrepierna.

A Gerónimo los ojos se le desorbitaron sintiendo el puño en sus testículos, haciendo crujir sus huevos. Su cuerpo estaba cubierto de intenso sudor.

Emilio castigó a Gerónimo con una nueva patada en las bolas. La cadera del chico ascendió al recibir el nuevo golpe “antes de hacer lo que tengo planeado, te voy a enseñar lo que es bueno, tendrás un solo momento de gozo hijo de las mil putas. Te voy a violar, no sere tan malo contigo, y después te voy a castrar, como a un toro, aunque ese animal es mejor que tu, tú únicamente eres una cucaracha”

Gerónimo aterrado intento erguirse, pero fue reducido a estar postrado en la mesa tras un rodillazo desde atrás en sus huevos por Emilio.

“ha sido tanto tiempo sin estar yo con una mujer, que no me importara taladrarte el agujero, pero me sentiré feliz al saber que moriras en amor jajajaja”

“que yo no…” pero las palabras de Gerónimo fueron silenciadas tras Emilio colocar un pañuelo en su boca.

El alto militar empezó a frotar su entrepierna que bajo ilusión de otros pensamientos comenzó a abrirse como un asta de bandera, de un solo jalón el bóxers de Gerónimo bajo por sus muslos rebelando sus redondas y carnosas nalgas morenas, Emilio se abría el pantalón.

Con la poca luz que iluminaba el lugar, el miembro blanco de Emilio salió a la luz, lleno de cortos vellos y con un par de testículos pequeños, el pene ya estaba erecto y el militar se situó tras Gerónimo para adentrarse en su cuerpo, como un fugitivo el pene entraba por el ano de Gerónimo de manera rápida y violenta, desde la boca de Gerónimo se escuchaban gemidos lastimeros mientras sus ojos se llenaban de lagrimas, una vez que los huevos de Emilio chocaron contra la carne de su enemigo el malvado militar comenzó a bambolear rápidamente sobre Gerónimo.

Gerónimo apretaba los labios, de dolor, humillación, odio, de derrota, Gerónimo sonriendo maliciosamente se detuvo, intento saca su pene del interior de Gerónimo pero se lo enterró abruptamente en los intestinos, Emilio intento gritar de dolor al sentir como lo desvirgaban sin clemencia.

Emilio se movía de adelante hacia atrás con furia, con venganza, después que terminara con eso, lo castraría, lo dejaría desangrarse y lo tiraría por un barranco fuera del lugar, se había dedicado en los últimos meses a falsificar la letra de aquel idiota y ya tenia preparada una carta donde detallaría su absurda huida del escuadrón.

Aunque sabiendo que penetraba a un hombre, su solo instinto de macho y su verga penetraba al máximo ese agujero, su pene estaba duro como el hierro. Emilio comenzó a sentir el orgasmo y con el la corrida que estaba a punto de realizar, con ritmo rápido empujaba su cadera en breve soltaría borbotones de leche acumulada por semanas, dentro de aquel maldito.

Hasta que le inundó el trasero con su semen caliente.

“ahhh, ahhh…. Maldito” dijo cansado Emilio, agarró de la cintura a Gerónimo y se alzo con un contundente rodillazo en los huevos. El cuerpo resentido de Gerónimo convulsiono sobre la mesa “¿Dónde? ¿Dónde carajos puse esa mierda?” decía el militar tanteando algo en sus pertenencias “¿Dónde? ¡Carajos!”

Gerónimo respiraba como un animal herido sobre la mesa

“¡maldición!” dijo Emilio.

Jadeando pesadamente para restablecer su respiración habitual, Emilio agarró su interior, se lo puso al igual que el pantalón y su demás vestimenta militar.

“iré a buscar la tijera hijo de perra” le dijo antes de irse.

10 minutos demoró Emilio en conseguir la tijera con la que le cortaría los huevos a Gerónimo, cuando entró en el poco iluminado salón, el cuerpo del muchacho contra la mesa, se había desvanecido del lugar con todas sus pertenencias. Tampoco estaba en el escuadrón verde.

Había desaparecido del lugar y hasta de la faz de la tierra cuando lo buscaron en casa de sus familiares.

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