Junto a ti (4/5): hombre de alquiler en casa - Las Bolas de Pablo

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20 nov 2013

Junto a ti (4/5): hombre de alquiler en casa

Contiene:

Ballbusting mujer/hombre

Ballbusting hombre/hombre

Sexo oral gay

Fernando apenas introducĆ­a la llave en la cerradura de la puerta de su casa, Alicia le habĆ­a dicho que lo esperaba para otra larga noche de acciĆ³n y aventura, sonriĆ³ el esposo placentero, recordando como la noche del miĆ©rcoles anterior su esposa lo habĆ­a castigado con una dosis doble de lĆ”tex, ahora que otra clase de locura se habrĆ­a adueƱado de la loca mente de su amante y esposa.

“amor… ya llegue” anunciĆ³ Fernando a viva voz

Entro en la sala de estar y se topĆ³ con una hoja de papel con un escrito a mano de Alicia.

*estarĆ© dentro de la habitaciĆ³n, quiero que te duches, y entres con la toalla terciada a la cintura como a mi tanto me gusta* leyĆ³


“oh… Alicia” dijo sonriendo caminando hasta la habitaciĆ³n de ambos “vamos amor, abre la puerta… estoy como un fierro” decĆ­a con su pene montando una abultada protuberancia en el pantalĆ³n, intento abrir la puerta pero estaba bajo seguro, dentro se oyĆ³ la risita de Alicia.

“¡no seƱor!” negĆ³ ella “vamos, ve a ducharte, y cuando regreses, estarĆ” abierta”

“¡amor! ¡No! ¡A lo menos ven a baƱarte conmigo!”

“¡he dicho a ducharte!”

“puedo arrepentirme entonces de no tener sexo contigo”

“me obligarĆ­as a que te buscara y te castre con un cuchillo de sierra, despuĆ©s quemare tus bolas en el microondas y le darĆ© tu pito a Margaret como cena, dentro de un hot dog, le dirĆ­a que es una nueva salchicha del mercado, argumentarĆ­a que es polaca, alemana… o quizĆ”s africana, no sĆ© del paĆ­s donde las hagan mas grandes, ya se me ocurrirĆ” alguno”

“oh cielos” dijo Alfredo sintiĆ©ndose mas excitado y lleno de gracia imaginĆ”ndose a la anciana del piso de abajo comiĆ©ndose su pito “irĆ© a ducharme tan pronto como canta el gallo”

Fue hasta la habitaciĆ³n de al lado donde siempre colocaba su toalla, se quito los zapatos, negros y lustrosos, abriĆ³ la bragueta y sonriĆ³ a su pene duro dentro del bĆ³xer blanco. Se quito la chaqueta y la camisa, y caminĆ³ en calcetines blancos hasta el baƱo con el paƱo situado en el brazo, se veĆ­a como un hombre dominante con su cuerpo musculoso, piernas torneadas y trasero grande ademĆ”s de la blancura de su ropa interior y calcetines. Dentro del baƱo termino de desnudar su cuerpo y se ducho bajo el agua tibia, cuidando de no masturbarse y derramar todo su jugo sexual por el drenaje a pesar del largo tamaƱo de su pene impaciente por hacer travesuras con su esposa.

Al terminar su ducha, camino descalzo a la habitaciĆ³n con la toalla amarrada a la cintura y con el corazĆ³n latiĆ©ndole a prisa, morĆ­a por comerse a su esposa, que tambiĆ©n le pateara las bolas y ordeƱase con sus manos. Que lo dominase. Vio por el pasillo la puerta de la habitaciĆ³n abierta y sus Ć”nimos aumentaron, cuando abriĆ³ la puerta, todas sus fuerzas de voluntad se quebraron al ver a su esposa semidesnuda junta en la cama con otro hombre.


“¡PERO QUE DIABLOS ES ESTO!” exclamĆ³ con las venas hinchĆ”ndole la cara

“¡amor!” exclamĆ³ Alicia “para nada es lo que tu crees!”

“¿QuĆ© no es que? ¡EstĆ”s loca! LARGATE DE MI CASA PENDEJO ¡TE MATARE CON MIS PROPIAS MANOS!”

“no, mi amor, Gabriel es gay” aclaraba Alicia con los ojos brillosos.

Fernando se quedĆ³ callado y doblando las cejas mirĆ³ al hombre sentado a un lado de la cama, de tez blanca, cabellos largos y castaƱos con cuerpo marcando los mĆŗsculos.

“¡LƁRGATE DE MI CASA JOTO!”

“¡no amor! Esto tambiĆ©n serĆ” parte de nuestras aventuras”

“NO VOY A COMPARTIR MI CAMA CON UN HOMOSEXUAL ESTƁS DEMENTE ALICIA”

“entonces yo… ¿TUVE QUE COMPARTIR MI CAMA CON UNA PUTA?”


“porque tu asĆ­ lo decidiste”

“entonces yo ahora decido QUE COMPARTAS LA CAMA CON UN PUTO”

“JAMAS, ESTƁS LOCA, DE REMATE”

“Gabriel…” dijo Alicia con voz dulce tomando entre sus manos las del hombre que la acompaƱaba “creo que… tendrĆ­as que aplicar tu fuerza bruta en esta ocasiĆ³n”

“¿fuerza que?” repitiĆ³ Fernando viendo como el hombre se paraba de la cama y caminaba hacia Ć©l, era muy alto y con un cuerpo marcado, el asambleĆ­sta comenzĆ³ a retroceder poco a poco asustado.

Para cuando intento dar media vuelta y escapar, ya el hombre llamado Gabriel, lo habĆ­a agarrado de la toalla puesta en la cintura, Fernando lanzĆ³ un grito atemorizado y Gabriel lo agarrĆ³ del brazo y lanzĆ³ sobre la cama. Alicia riĆ³ y rĆ”pidamente fue a ponerle llave a la puerta, y la guardo a un lado de una mesa.

“¡NO, NO, NO!” gritaba Fernando desesperado dĆ”ndole manotazos al fuerte Gabriel.

“ahora mi amor… tendrĆ”s que pedirle disculpa a Gabriel… ¿QuĆ© es eso de decirle joto? Ɖl es muy profesional en su trabajo”

“NO… NO… NOOOOO” grito Fernando.

“querido Gabo… si Fernando no quiere pedirte disculpas… a Ć©l… le encanta el ballbusting”

“¡NOOOOOOO!” grito Fernando alterado con los ojos como platos

Sin pensarlo 2 veces el puƱo de Gabriel se clavĆ³ en los huevos de Fernando, aplastĆ”ndole las bolas contra la pelvis. Fernando se quedĆ³ sin aliento y en estado de shock, apenas con las manos inmĆ³viles en el hombro de Gabriel, que lo miraba entretenido.

Alicia mirĆ³ a su esposo fijamente, observĆ³ su cuerpo duro sobre la cama y como el pene de su querido amor, comenzaba a endurecerse, ella sonriĆ³ excitada tambiĆ©n, sintiendo que humedecĆ­a su ropa interior.

“mas duro” rogĆ³ a Gabriel

Y presenciĆ³ como el prostituto subiĆ³ y bajo su brazo pegĆ”ndole al diputado en la ingle 3 veces seguidas, por cada impacto Fernando temblĆ³ en convulsiones de dolor, gruƱendo adolorido.

"amorcito, pĆ­dele disculpas a Gabriel" exigiĆ³ Alicia

Fernando no tenia fuerzas para hablar. El dolor era terrible y sentĆ­a como si fuera a vomitar, sus testĆ­culos palpitaban y el estomago lo sentĆ­a comprimido. El hombre tembloroso sobre la cama, deseaba estar solo, acurrucado acariciando sus huevos, aunque su pene estuviese empalmado.

“hazte a un lado Gabriel” pidiĆ³ Alicia “algo me dice que le voy a tener que enseƱar a este niƱo malo normas de educaciĆ³n. De nada le sirve ser diputado si es un asno sin educaciĆ³n”

Fernando la mirĆ³ a los ojos y lo Ćŗnico que pudo soltar fue un largo gemido perspicaz.

“niƱo malo… abre las piernas”

Fernando no hizo nada, seguƭa con las manos en sus cojones y sus piernas protegiƩndolos.

“he dicho que abras las piernas”

Fernando seguĆ­a inmĆ³vil.

“QUE ABRAS LAS PUTAS PIERNAS O TE CORTO EL PITO” grito su esposa dĆ”ndole una dura bofetada

Fernando lentamente aparto toda protecciĆ³n de su ingle, dedico una mirada a Gabriel, y vio como su ropa interior estaba abultada. Alicia poso suavemente sus delicadas manos en el pubis de su marido. MirĆ³ su polla color rosa, pene carnoso y esbelto, delicadamente deslizĆ³ su mano a sus huevos y poco a poco comenzĆ³ a acariciarlos.

“niƱo malo… no se puede insultar a las personas… niƱo malo… asĆ­ que pide disculpas… sino…”

Fernando dejĆ³ escapar un leve gemido cuando sintiĆ³ que las manos de su esposa se envolvĆ­a sobre sus bolas, sus ojos se llenaron de lagrimas mientras apretaba los dientes, sin poder soportar, intentĆ³ quitar de sus testĆ­culos las manos de Alicia y fue cuando Gabriel con su hombruna fuerza, lo sostuvo de los brazos.

“¡AAAAAARGGGGGG!” gritĆ³ Fernando.

SintiĆ©ndose apoyada Alicia presionĆ³ sus pulgares en los testĆ­culos de su marido que gritĆ³ moviendo sus piernas, mientras Gabriel hacia un gran esfuerzo en aferrarse a los brazos. Alicia moviĆ³ cruelmente sus dedos intentando exprimir todo el nĆ©ctar viril de su joven y apuesto marido, eran tan grande, fuerte, apuesto, no era suficiente, querĆ­a verlo hecho nada, lanzando leche desde sus huevos. Fernando lleno de dolor sentĆ­a sus testĆ­culos ardiendo, palpitando en las manos de su mujer, el dolor que irradiaba de sus bolas, se esparcĆ­a poniĆ©ndolo en estado de shock sobre su abdomen.

"Aghhhhhhhhhhhhhhhhh!" gritĆ³ Fernando brotando lagrimas de sus ojos con sentimientos.

Alicia seguĆ­a maltratando los delicados huevos de su marido, mientras Gabriel sonreĆ­a y su verga gruesa se marcaba en su bĆ³xer, que buena visiĆ³n, ver al diputado chillando por sus huevos en la cama, tan seguro de si mismo que se veĆ­a en la televisiĆ³n, en aquel momento Fernando estaba tan dĆ©bil que no podĆ­a hacer mĆ”s que llorar y tratar de zafarse de los fuertes brazos de Gabriel.

Alicia observĆ³ los ojos de Fernando, con la mirada perdida y brillosa, sintiĆ³ piedad por Ć©l, pero estaba tan excitada que solo querĆ­a continuar, continuar y continuar, cerrĆ³ el puƱo y golpeo en las bolas con un contundente golpe. Fernando se sacudiĆ³ y levantĆ³ la cabeza. Alicia soltĆ³ los testĆ­culos de su pareja y junto a Gabriel lo dejaron acurrucarse en el seno de la cama, sus bolas estaban regordetas e hinchadas, rojas como un tomate, Alicia trago saliva y sintiĆ³ ansiedad.

“quiero chupar” hablĆ³ Gabriel

Alicia lo mirĆ³ con celos, pero despuĆ©s de unos segundos, afirmo con la cabeza.

Gabriel camino hasta Fernando y se acomodo en la cama, le abriĆ³ las piernas, y acomodo la verga del hombre que acariciaba sus huevos, comenzĆ³ recorriendo el miembro con la lengua desde la base hasta la punta, acentuando las caricias en el capullo rosĆ”ceo que sobresalĆ­a, Fernando exhalo un pequeƱo gemido.

Gabriel subiĆ³ y bajo rĆ”pidamente por la verga, y Fernando exclamo un grito gutural.

Un potente chorro de leche chocĆ³ contra la boca de Gabriel.

Gabriel degluto en su boca y trago, Alicia se acerco a Ć©l y le dijo.

“creo que va siendo hora que te vayas Gabo” le dijo, su voz era seca, celosa quizĆ”s.

Gabriel sonriĆ³ y saliĆ³ de la habitaciĆ³n, Alicia fue tras Ć©l.

“ahhhhh” exclamĆ³ Fernando, acurrucĆ”ndose en la cama sobando sus hinchadas pelotas.

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