La mudanza de Israel - Las Bolas de Pablo

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10 abr 2014

La mudanza de Israel

CONTIENE:

-Ballbusting hombre/hombre

Marcos ChacĆ³n se sintiĆ³ verdaderamente emocionado cuando un dĆ­a el mayor de sus 4 hijos, Israel, a travĆ©s de llamada telefĆ³nica le confirmĆ³ que se mudarĆ­a en definitiva a la ciudad capital. No de manera definitiva, pero vivirĆ­a allĆ­ probando suerte. Contando brevemente su vida, sin conocer a su padre biolĆ³gico viviĆ³ con su mamĆ” y padre de crianza en un estado a una hora y cuarenta minutos de distancia con respecto a la capital del paĆ­s. Trabajaba como odontĆ³logo y como deportista, entrenaba la nataciĆ³n y era un talento perdido y solo reconocido en su localidad, si hubiera tenido mayor apoyo, serĆ­a el nadador favorito de la naciĆ³n.

Su padre, el seƱor Marcos ChacĆ³n le ofrecĆ­a abrirle un consultorio para su labor de odontĆ³logo y ademĆ”s habĆ­a hablado con un excelente entrenador para su disciplina de nataciĆ³n. Cuando finalmente Israel se decidiĆ³ mudarse, comenzĆ³ enviando parte de su equipo de ortodoncia que comprendĆ­a entre aquellos sillones tan temidos y parte de sus metales horrendos de braquets, ademĆ”s de algunos expedientes de pacientes que decĆ­an venir de la capital para ser atendidos por Ć©l.


-podrĆ­as ayudar a tu hermano con la mudanza y asĆ­ aprovechar en hacer por allĆ” de lo que me hablas- dijo una tarde el seƱor Marcos ChacĆ³n a Pablo que hablaba de hacerse un blanqueamiento de dientes

-no- rechazo Pablo dejando de usar su celular -espero aprovechar a que llegue y tranquilamente esperar a que me haga la limpieza.

-oh claro- alegĆ³ sarcĆ”stico el padre -que se parta el lomo sin ayuda para mudarse, ya cuando este aquĆ­, bien instalado que de manera gratuita me blanquee los dientes.

Pablo lo miro como si hubiera recibido un insulto y su padre lo miro como si hablara con absoluta razĆ³n.

-esta bien, me comunicare con Ć©l para saber en que lo podrĆ­a ayudar- aceptĆ³ Pablo

En todos aquellos meses Israel no habĆ­a visitado la casa de su padre, donde vivirĆ­a ese tiempo, Ćŗnicamente se limitaba a enviar sus equipos por camiĆ³n.

Cuando Pablo lo contacto por celular, Israel le dijo que fuera a su estado un viernes “mejor si llegas en la maƱana” le habĆ­a dicho. Se ofreciĆ³ a realizarle el blanqueamiento de dientes en su propio consultorio, de manera gratuita, aunque el pago de Pablo seria ayudarlo con su mudanza casi definitiva, casi definitiva porque el muchacho seguirĆ­a viajando a su estado para consultas con sus pacientes y visitar a sus hijos los dos Ćŗltimos fines de semana de cada mes, o en algĆŗn tiempo libre.

Cuando Pablo llegĆ³ al estado viajando en su propio automĆ³vil era viernes a las 9:23 de la maƱana, habĆ­a faltado al trabajo, donde su propio padre era su jefe. El consultorio del hermano quedaba en un edificio donde tambiĆ©n estaban dispuestas otras oficinas de otras personas que laboraban en la rama de la salud. Su consultorio en el tercer piso. Tras usar el ascensor, Pablo tocĆ³ el timbre y mirĆ³ a travĆ©s de la puerta de cristal una habitaciĆ³n iluminada, de paredes blancas y rayas azules. Un conjunto de sillas que rodeaban la habitaciĆ³n  4 pacientes esperando, 3 jĆ³venes y una mujer adulta. Fue recibido por un hombre gordo que su trabajo ahĆ­, era abrir la puerta, cambiar los canales del televisor y atender las llamadas. Pablo se sentĆ³ en una silla sin mirar las revistas que tenia a su lado con noticias del espectĆ”culo tan concurrido en su paĆ­s.

EchĆ³ un vistazo a los cuadros, los tĆ­picos esbozos de las partes de la boca, en otro, habĆ­a un dibujo con un niƱo siendo atendido por un sonriente odontĆ³logo, y en un tercer cuadro, estaban una fila de felices dientes siendo guiados por una crema dental. El televisor, sintonizaba un programa matutino, donde sus conductores sentados en el sofĆ” veĆ­an algunos absurdos videos, aquella televisora, ofrecĆ­a programas de calidad, Ćŗnicamente que no era favorecida en rating por mĆ”s esfuerzos que hicieran. Pablo se puso a usar el celular, mientras el hombre gordo le abrĆ­a la puerta a una mujer y su hijo pequeƱo.


Allƭ le confirmaba a Otto que habƭa llegado muy bien al sitio. Habƭa empezado a querer a Otto, le parecƭa un hombre sabio y tranquilo, hasta ese momento no habƭan ido mas allƔ de encuentros de ballbusting o sexo oral de Otto hacia Ʃl, no sabia por que, pero en todos esos meses no se habƭa acostado con aquel hombre maduro, y es que a veces pensaba en Alfredo, y le daba molestia, el imbƩcil seguƭa molesto con Ʃl, tenia que olvidarlo como fuera necesario.

De una puerta corrediza, saliĆ³ un muchacho moreno, dio un “hasta luego” y saliĆ³ del consultorio. Por otra puerta, el hombre gordo que ejercĆ­a de botones, llamĆ³ al siguiente paciente que lo siguiĆ³ por la puerta. Pasado unos minutos Pablo vio como por la puerta corrediza, salĆ­a un nuevo paciente y como nuevamente entraba otro paciente de la espera, fue cuando el botones con una carpeta y hoja en mano le hablo a Pablo.

-buen dĆ­a…… por aquĆ­ se atiende con previa cita. Se le agradece llenar sus datos en esta hoja y en breve el doctor le atenderĆ”.

Pablo apretĆ³ los labios al oĆ­r tanto formalismo de aquel seƱor, solo dijo.

-el doctor ya sabia que vendrĆ­a, no me informĆ³ nada de la previa cita. ƚnicamente vengo por blanqueamiento dental, soy su hermano.

El botones arrugĆ³ el ceƱo y lo miro de pies a cabeza, jamĆ”s habĆ­a visto a ese ciudadano entre los 2 hermanos de Israel, debĆ­a ser algĆŗn idiota amigo de su jefe que le querĆ­a tomar el pelo.

-espere un momento- dijo, y dando media vuelta entro por la enigmƔtica puerta blanca.

(- lo primero que debĆ­ hacer era avisarle que llegue-”) pensĆ³ Pablo mirando su telĆ©fono, tenĆ­a una poderosa herramienta de comunicaciĆ³n a la mano que no usaba en los momentos indicados.

-¿es usted Pablo ChacĆ³n?............... perfecto, el doctor dice que usted puede pasar, sĆ­game, Pierina, sĆ­gueme tambiĆ©n.

La mujer mayor se parĆ³ de la silla y entro con Pablo habĆ­a un largo pasillo y bajo las ordenes del botones fue a la primera habitaciĆ³n, ahĆ­ Pablo vio a Israel de espaldas leyendo una carpeta.

-sĆ­game- continuĆ³ el botones.

Y Pablo fue introducido a la habitaciĆ³n siguiente donde se acostĆ³ en la cama de examen odontolĆ³gica.

Primero fue atendido por una mujer robusta y de tez blanca que comenzĆ³ a ponerle una pasta en la boca, rellenando sus dientes, la mujer debĆ­a tener entre 45 o 55 aƱos. Se limitaba a preparar todo entre los pacientes y el odontĆ³logo, las ligas para braquets, las pastas, los exĆ”menes, y hasta el pago.

Ese pasillo tenĆ­a 4 habitaciones donde 4 pacientes eran atendidos, pero como Israel enviĆ³ 2 de sus quipos de ortodoncia a casa de su padre. ƚnicamente atendĆ­a a 2 pacientes en su oficina. Cuando Israel vio a Pablo lo saludo con euforia, Ćŗnicamente que Pablo no podĆ­a saludarle por la cantidad de pasta que tenia entre los dientes y por aquel maligno aparato que le chupaba la saliva. Pero Israel comenzĆ³ a saludarle y hablarle de cuantas trivialidades se le ocurriesen desde tortuosos tratamientos, lindas mujeres con una boca apestosa, niƱos con caries, ancianitos con los viejos y desusados dientes de oro, adolescente que no seguĆ­an muy bien la ultima parte del tratamiento y los dientes se les volvĆ­an a separar. Y aquel viejo sistema de remover las impurezas de la encĆ­a, rompiĆ©ndolas con esa maldita aguja o lo que fuera.

-ahora la tecnologĆ­a ha avanzado- explicaba Israel ensaƱƔndose con la encĆ­a inferior de su hermano para quitarle una pelotita negra -¿ya paso?- y removia la saliva y la sangre de su hermano, volvĆ­a a reclinarse -y ahora todo es con lĆ”ser, pero ya llegara el momento que compre esos equipos- y continuo en su charla, mientras Pablo mentalmente deseaba que esa tortura terminase pronto.

Israel siguiĆ³ charlando animosamente, casi nunca lo hacia, es mas, cuando estaba frente a un cliente, hacia una broma de rutina, pero se enfrascaba en su trabajo. Pero estando frente a aquel sujeto que era su medio-hermano o hermano, un ser cercano y aquella limpieza bucal era tan temida por muchos pacientes, lo mejor era animar la situaciĆ³n.

Le tenia tanta confianza a Pablo, que el rumbo de la conversaciĆ³n giro a otro temas. Cuando era muy de noche y sus empleados se retirasen Israel comenzaba a coquetear con sus clientes mĆ”s bellas, Pablo se enterĆ³ de todo. Israel habĆ­a tenido sexo con mas de una de sus clientes en aquel lugar, se iban satisfechas, algunas no volvĆ­an mĆ”s, y otras regresaban con mas ganas de sexo duro. U otras solo iban para tener sexo con Ć©l.

-supieras como se divierte mi pito- hablaba Israel mientras Pablo sentĆ­a la encĆ­a doler “dicen que les gustan mis cojones, que son grandes ¡mira como se marcan!… se rĆ­en.

SeguĆ­a hablando muy divertido, sin prestar atenciĆ³n que Pablo habĆ­a puesto sus manos sobre su paquete, ocultando una indiscreta erecciĆ³n.

-y el sexo oral…. Uffff hermano- continuaba Israel -debes saber que el sexo oral de mujer a hombre es excelente, el semen contiene sustancias que fortalecen a los dientes, pero hermano el sexo de hombre a mujer no es nada recomendable, daƱa los dientes las secreciones de las fĆ©minas… pero veras, en el consultorio de al lado tuve a una morena que…

Y asĆ­ siguiĆ³ el discurso de Israel, allĆ­ tambiĆ©n Pablo se entero que la causa de divorcio del hermano mayor fue una relaciĆ³n extramarital con una prima de su ex-esposa.

Lo que Pablo sentĆ­a por Israel o lo que pensaba de Ć©l, es una situaciĆ³n difĆ­cil de explicar. A diferencia de su hermano SimĆ³n, con quien creciĆ³ a su lado, lo respetaba considerablemente, lo amaba como su hermano y era su fuerte pilar despuĆ©s de su padre. JamĆ”s le golpearĆ­a en los testĆ­culos, sin mencionar las interminables veces que lo veĆ­a desnudo con el par de huevos colgĆ”ndole entre las piernas. Pero con Israel la situaciĆ³n era otra, desde que lo habĆ­a visto por primera vez le pareciĆ³ una representaciĆ³n mortal del dios griego Ares, o Apolo. Cuerpo fornido, labios carnoso, alocado, con un paquete llamativo, y con los huevos grandes, como su familia. E incluso esa maƱana cuando llegĆ³ a su oficina, disimuladamente le mirĆ³ el bulto, mirando un montĆ­culo hermoso. Pero por su misma relaciĆ³n filial nunca le pegarĆ­a en las bolas, aunque su puƱo desease ser enterrado en el medio de aquellas bolas llenas semen.

Pablo cerrĆ³ los ojos, prestando atenciĆ³n a la realidad donde Israel le decĆ­a que emanaba mucha sangre.

- pero ya casi terminamos.

Cuando culminĆ³ la sanguinaria limpieza bucal, Pablo sonriĆ³ al espejo y observĆ³ sus dientes blanquĆ­simos y sus encĆ­as enrojecidas. Israel se quito los guantes y le dijo que lo siguiera al despacho.

-mientras llega el mediodƭa, me ayudaras con el pago de la mensualidad de las personas- le explico como efectuar aquel pago y antes de irse caminando con su agrandado paquete dijo -le dirƩ a FƩlix que te vaya a comprar un helado, te ayudara con las encƭas. Hoy no puedes comer nada caliente.

Pablo se quedo en el pequeƱo despacho atendiendo a los clientes y comiendo helado. En la oficina colgaba un cuadro con el diploma de graduaciĆ³n de Israel, ademĆ”s de diferentes adornos que hacĆ­an apetecible el espacio y las fotos de sus hijos.

Llegada la hora del mediodĆ­a, Israel informo que se irĆ­an de allĆ­ y se prepararĆ­an para ir a su departamento de soltero o divorciado, allĆ­ estaban sus hermanos que lo ayudarĆ­an en la respectiva mudanza. Cuando llegaron Pablo conociĆ³ a los otros 2 hermanos de su medio hermano.

AndrƩs era el segundo hijo de la madre de Israel, un muchacho que debƭa rondar la edad de Pablo, de estatura alta, tez blanca, cabellos castaƱos y cuerpo fuerte, tenia ciertos rasgos fƭsicos semejantes a Israel, aunque el hermano mayor era el mas simpƔtico, y RubƩn, un adolescente con la cara llena de acnƩs que daƱaban su atractivo juvenil entre 15 y 17 aƱos.

-hemos estado organizando algunas cosas, tus ropas y libros” explicaba AndrĆ©s con voz gruesa “¿te llevaras todo?

-no, solo algunas ropas, eso lo quisiera ordenar yo, y mis libros si. AdemĆ”s de algunas fotos, mi computador, agendas…

Israel camino a un lado rascƔndose la cabeza pareciendo pensativo.

El departamento era grande aunque desordenado con algunas cajas esparcidas, polvo en el suelo reciĆ©n barrido con la escoba. Pablo dio un suspiro y se sentĆ³ en una silla viendo un libro que explicaba las distintas enfermedades bucales, sintiĆ³ asco de hojearlo por las fotos que podĆ­a contener.

-mamƔ dijo que querƭa venir a verte- informo RubƩn batiendo un jugo de naranja -que no podƭas irte sin escucharla, y que la perdonaras.

Israel chasqueo la lengua con molestia. Desde que supo que el seƱor que lo criĆ³ no era su padre sino Marcos ChacĆ³n entro en cĆ³lera con su mamĆ”.

Pablo almorzĆ³ espaguetis tibios preparados por RubĆ©n, ¡nada de comidas calientes! HabĆ­a vuelto a repetir Israel. Luego de almorzar se sentaron en lo que quedaba de sala, en unos sillones improvisados, contĆ”ndose cosas de la vida y chistes mientras empaquetaban algunos perfumes, libros, o pequeƱos equipos electrodomĆ©sticos.

A las 2 de la tarde Israel dijo que se irĆ­a, que saldrĆ­a del consultorio a las 6 de la tarde, visitarĆ­a a sus hijos, y regresarĆ­a temprano en la noche.

-tienes que regresar temprano para tu despedida- alego sonriendo AndrƩs -tendrƩ algunas bebidas.

-y para que hables con mamĆ”- recordĆ³ RubĆ©n

-hey, ayĆŗdame a desconectar los cables de la computadora- pidiĆ³ AndrĆ©s a Pablo una vez que Israel cerrĆ³ la puerta.

Cuando comenzaron a desconectar cada tedioso y sucio cable, Pablo aprovechĆ³ para mirar el trasero de AndrĆ©s, que ocupado en su trabajo no se fijaba en el otro hermano del odontĆ³logo. Su trasero parecĆ­a redondo y esponjoso en su jeans, ademĆ”s de unas piernas fuertes y atlĆ©ticas. RubĆ©n regresaba del patio cargando la ropa que ya estaba seca despuĆ©s del lavado hasta tirarla en el sofĆ” y su celular comenzĆ³ a sonar, y saliĆ³ de allĆ­ para atender.

AndrƩs termino su labor y Pablo lo ayudo a guardar cada parte de la pc en una caja.

Al finalizar AndrĆ©s fue a sentarse en el mueble donde estaba el montĆ³n de ropa del hermano mayor, comenzĆ³ a doblarla entretenido, Pablo se sentĆ³ en otra silla para tomar agua frĆ­a.

“jajajaja” riĆ³ AndrĆ©s sujetando unos calzoncillos verdes de Israel, debĆ­an quedarle perfectamente ajustados, pensando eso, tuvo una erecciĆ³n.

-¿de que te rĆ­es?- le preguntĆ³

-de las pelotas de Israel- respondiĆ³ sin vergĆ¼enza AndrĆ©s, Pablo arqueĆ³ las cejas y coloco su mano en la entrepierna, ocultando la silueta de sus huevos -es algo tonto, pero, viendo sus calzones me hizo acordar de sus huevos, son muy grandes, mĆ”s, que los mĆ­os, o los de RubĆ©n. De niƱo creĆ­a que Israel tenia una enfermedad en las bolas, pero mamĆ” me saco de dudas diciendo que era la propia anatomĆ­a de Israel, aunque en cuestiones de anatomĆ­a o genĆ©tica, RubĆ©n y yo tambiĆ©n debĆ­amos heredar esos huevotes, pero esto me hace recordar algunas diabluras que nos hacĆ­amos cuando Ć©ramos adolescentes.

-¿QuĆ© clase de cosas?

-¿promete que no soltaras palabra alguna?

-… lo prometo

-esta bien, en base a sus testĆ­culos yo comencĆ© a defenderme de mi hermanito, Israel era fastidioso cuando Ć©ramos jĆ³venes, ahora solo veo que el abusaba porque era mi hermano mayor, pero cuando comenzĆ³ a crecer, y yo notaba que sus testĆ­culos, se le marcaban por cualquier cosa, comencĆ© a pegarle cuando me molestaba. Terminaba clavado en el suelo llorando por minutos… jajaja ¡que Ć©pocas aquellas!

Pablo sonriĆ³, cruzo las piernas para ocultar su erecciĆ³n y su propio bulto.

Al poco rato regreso RubĆ©n y todos volvieron a la labor de ordenar, empaquetar y clasificar cosas. Pablo sonriĆ³, el Ćŗnico recuerdo que tenia de pegarle a SimĆ³n en los huevos, fue un terrible golpe que dejĆ³ a su hermano inconsciente, desde entonces nunca mĆ”s se atreviĆ³ a golpearle.

AndrĆ©s recordĆ³ una tarde soleada, aƱos atrĆ”s cuando Israel terminaba de ducharse, se habĆ­a colocado un apretado speedo rojo y camino por su solitaria casa, intercambiaba ropa con su hermano, pero habĆ­an reƱido porque el rubio hermano mayor, tenido una tonta discusiĆ³n con su hermano acerca de mujeres. Se inclino sobre el closet para buscar un jean raĆ­do que tanto le gustaba y era de AndrĆ©s. Cuando de pronto…

La palma de la mano del joven AndrĆ©s se adueĆ±Ć³ de los cojones que se le abultaban en el speedo, apretĆ”ndolo lo mĆ”s fuerte que pudo, ignorando el profundo grito ahogado de su hermano mayor, hundiendo sus dedos pulgares en la suave carne de los grandes huevos colgantes, asesinando a millones de sobrinos que aquellos testĆ­culos fabricaba por horas, minutos.

-te dije que no hurgaras mi ropa- dijo con odio AndrĆ©s -no te metas con mi ropa ¿QuĆ© haces en mi cuarto? ¡LĆ”rgate!

-¡ahhhh!

AndrĆ©s doblĆ³ el par de testĆ­culos y los estirĆ³ hacia abajo, haciendo flexionar las rodillas de su hermano, hasta que soltĆ³ los cojones y el derrotado Israel cayĆ³ indefenso al suelo llorando de dolor.

-no te quiero hurgando mi ropa.

Todos esos recuerdos estaban en la mente de AndrĆ©s, despuĆ©s que su hermano se fue de casa, mĆ”s nunca volviĆ³ a abusar de sus testĆ­culos grandes. Inconscientemente se los envidiaba.

-¿QuĆ© te pasa enano?- habĆ­a preguntado un Israel de 17 aƱos tiempo atras -¡ay! El nene llora porque su novia lo termino jajajaja”

AndrĆ©s estaba tan dolido de que su novia lo terminara y que oyera de su boca *deberĆ­as ser mas hombre, aprende de Israel* que pago su molestia lanzando una patada en medio de las piernas de su hermano, aplastando los huevos frĆ”giles de Israel contra los huesos de la pelvis y provocĆ”ndole aullar un grito que se oyĆ³ en toda la calle, Israel cayĆ³ indefenso en el suelo agonizando con las manos en la entrepierna, la madre de ambos se entero y AndrĆ©s fue castigado, mientras Israel tenia un hielo que le quemaba la ingle, pensaba que se lo tenia bien merecido, quizĆ”s por besar y hasta cosas mĆ”s con la novia de su hermano.

Volviendo a la realidad Israel regresĆ³ a casa con un compacto de comida en agradecimiento a sus colaboradores hermanos, llegĆ³ mas temprano de lo habitual.

Cerca de las 9, Pablo conociĆ³ a la madre de Israel, una mujer madura todavĆ­a atractiva, de cabellos castaƱos con reflejos rubios y ojos verdes, charlĆ³ con su hijo, querĆ­a su disculpa por haberle ocultado la verdad de quien era su verdadero padre, estuvieron mucho tiempo charlando, la mujer al despedirse, le dio un beso a sus 3 hijos y a Pablo le dijo.

-saludos a tu padre.

Pablo sonriĆ³ por cortesĆ­a, pero en su interior se dijo “vieja perra”

Casi a las 11 de la noche, ya las cervezas frĆ­as habĆ­an ido acabĆ”ndose en el congelador, RubĆ©n dijo que se sentĆ­a muy cansado por el dĆ­a y se fue a dormir en una habitaciĆ³n casi vacĆ­a. Israel estaba semidormido, cansado por el trabajo y mas por terminar de organizar su mudanza, se despidiĆ³ diciĆ©ndole a sus hermanos que no tardaran mucho en irse a dormir, porque debĆ­an estar agotados y el siguiente dĆ­a seria aun mas fatigoso.

AsĆ­ que Pablo y AndrĆ©s terminaron sentados en la charla, bebiendo cerveza y contando historias absurdas, Pablo se sentĆ­a excitado ante AndrĆ©s, por su parecido a Israel, por su crianza, veĆ­a prohibido fantasear con su propio hermano, pero siendo AndrĆ©s, medio hermano de su tambiĆ©n medio hermano, no era ningĆŗn tipo de familiar para Ć©l y AndrĆ©s era una copia barata de Israel.

Mientras AndrĆ©s hablaba sobre los conciertos que habĆ­a ido a lo largo de su vida con o sin el odontĆ³logo de la familia, Pablo visitaba con la mirada, la parte baja del cuerpo del joven, su entrepierna en el jeans. Esa tarde habĆ­a asegurado tener testĆ­culos pequeƱos, grandes o no, eso a Pablo no le importaba, eran testĆ­culos, y dolorosos al fin y al cabo, le gustarĆ­a ver a ese muchacho alto y fuerte, doblegado en el suelo acariciando su dĆŗo de pelotitas.

Pablo observĆ³ que su bebida habĆ­a terminado, hacia calor en ese estado del paĆ­s. Espero paciente que AndrĆ©s terminara su cerveza mientras sonriente le mostraba un video en su celular de su presencia en un concierto de Oasis, el mismo al que habĆ­a ido 5 aƱos atrĆ”s en la capital. Cosas de la vida, habĆ­a estado con SimĆ³n en el mismo lugar donde estuvo al mismo tiempo su medio hermano Israel con AndrĆ©s..

-irƩ a buscar otras dos cervezas- dijo Pablo

Se paro tambaleando del sofĆ”, camino unos pasos, y giro la cabeza, estaba la gruesa espalda fuerte de AndrĆ©s, moviendo la cabeza canturreando el coro de Wonderwall, estaba borracho tambiĆ©n. Pablo abriĆ³ el congelador, y abriĆ³ mucho los ojos, quedaba solo una cerveza, adornada de una divina capa de hielo.

Cuando se sentĆ³ frente a AndrĆ©s, ya su loca cabeza adueƱada por el alcohol habĆ­a planeado algo ante ese joven fuerte.

-queda solo una cerveza” dijo “y mira como esta… frĆ­a… congelada, y tanto calor que hace...

-hey, dĆ”mela, yo trabaje maĆ” que tĆŗ hoy- sonreĆ­a AndrĆ©s

-¿te gusta mucho la cerveza?

-¡pues si!

-puede ser tuya… solo con una condiciĆ³n

-¿CuĆ”l? Dilo, que se descongela

Pablo sonriĆ³ y volviĆ³ a admirar disimuladamente la fisonomĆ­a de AndrĆ©s

-que te dejes patear las bolas

-¿QuĆ©? ¡TĆŗ estas loco!

-no, ese es el precio de esta congelada cerveza, sino, me la tomare yo.

-no lo vale, tĆ³mala toda si quieres.

-vamos, entiende AndrĆ©s, solo un golpe ¿CuĆ”ntos golpes en tu vida le has dado a Israel en los cojones?

-montones de veces, pero ya no

-¿y cuantas veces Ć©l te regreso el golpe?

-nunca…

-¿entiendes? considera eso una paga para defender a mi tambiĆ©n hermano, es solo un golpe, al final, te puedes poner el hielo en las bolas… no dolerĆ” por mucho

-no se Pablo…- AndrĆ©s doblaba los labios pensĆ”ndolo -esta bien, pero que no sea tan fuerte.

-vamos, levƔntate

-oh dios.

AndrĆ©s se paro del asiento abriĆ³ las piernas, y cerro los ojos levantando la vista al techo, Pablo, mirĆ³ al Ć”rea genital, imaginĆ”ndose un flĆ”cido pene blanco y unos testĆ­culos pequeƱos, sonriĆ³.

Su pie fue hacia atrĆ”s, hasta ir con fuerza contra el aire, para estrellarse en las bolas de AndrĆ©s, y aplastarlas contra la pelvis con un golpe seco y fuerte. AndrĆ©s brincĆ³ en el aire, se agarrĆ³ las bolas, abriĆ³ los ojos como platos y su boca tambiĆ©n sin emitir algĆŗn tipo de grito, quedando inmĆ³vil, y estupefacto del dolor, cayĆ³ al suelo lentamente emitiendo un chillido y derramando lĆ”grimas mientras de golpe se le pasaba la borrachera.

-¿estas bien?- le preguntĆ³ Pablo inclinĆ”ndose a su lado, sintiendo miedo, habĆ­a ido muy lejos, aunque aun asĆ­ se sentĆ­a excitado, si esa era la reacciĆ³n con un golpe, deseaba imaginarse miles de patadas mĆ”s.

AndrĆ©s emitiĆ³ un desesperante gemido.

Pablo apretĆ³ los labios, su corazĆ³n palpitaba de miedo y su pene estaba duro dentro del jeans.
...

A la maƱana siguiente, cuando Israel saliĆ³ de su habitaciĆ³n se encontrĆ³ con Pablo dormido en el sofĆ”, AndrĆ©s dormido en el piso con las manos en su entrepierna y una cerveza sin destapar puesta en la mesa.

-par de borrachos- susurrĆ³ caminando para preparar cafĆ©.

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