CONTIENE:
-Ballbusting hombre/hombre
Marcos Chacón se sintió verdaderamente emocionado cuando un dĆa el mayor de sus 4 hijos, Israel, a travĆ©s de llamada telefónica le confirmó que se mudarĆa en definitiva a la ciudad capital. No de manera definitiva, pero vivirĆa allĆ probando suerte. Contando brevemente su vida, sin conocer a su padre biológico vivió con su mamĆ” y padre de crianza en un estado a una hora y cuarenta minutos de distancia con respecto a la capital del paĆs. Trabajaba como odontólogo y como deportista, entrenaba la natación y era un talento perdido y solo reconocido en su localidad, si hubiera tenido mayor apoyo, serĆa el nadador favorito de la nación.
Su padre, el seƱor Marcos Chacón le ofrecĆa abrirle un consultorio para su labor de odontólogo y ademĆ”s habĆa hablado con un excelente entrenador para su disciplina de natación. Cuando finalmente Israel se decidió mudarse, comenzó enviando parte de su equipo de ortodoncia que comprendĆa entre aquellos sillones tan temidos y parte de sus metales horrendos de braquets, ademĆ”s de algunos expedientes de pacientes que decĆan venir de la capital para ser atendidos por Ć©l.
-no- rechazo Pablo dejando de usar su celular -espero aprovechar a que llegue y tranquilamente esperar a que me haga la limpieza.
-oh claro- alegó sarcĆ”stico el padre -que se parta el lomo sin ayuda para mudarse, ya cuando este aquĆ, bien instalado que de manera gratuita me blanquee los dientes.
Pablo lo miro como si hubiera recibido un insulto y su padre lo miro como si hablara con absoluta razón.
-esta bien, me comunicare con Ć©l para saber en que lo podrĆa ayudar- aceptó Pablo
En todos aquellos meses Israel no habĆa visitado la casa de su padre, donde vivirĆa ese tiempo, Ćŗnicamente se limitaba a enviar sus equipos por camión.
Cuando Pablo lo contacto por celular, Israel le dijo que fuera a su estado un viernes āmejor si llegas en la maƱanaā le habĆa dicho. Se ofreció a realizarle el blanqueamiento de dientes en su propio consultorio, de manera gratuita, aunque el pago de Pablo seria ayudarlo con su mudanza casi definitiva, casi definitiva porque el muchacho seguirĆa viajando a su estado para consultas con sus pacientes y visitar a sus hijos los dos Ćŗltimos fines de semana de cada mes, o en algĆŗn tiempo libre.
Cuando Pablo llegó al estado viajando en su propio automóvil era viernes a las 9:23 de la maƱana, habĆa faltado al trabajo, donde su propio padre era su jefe. El consultorio del hermano quedaba en un edificio donde tambiĆ©n estaban dispuestas otras oficinas de otras personas que laboraban en la rama de la salud. Su consultorio en el tercer piso. Tras usar el ascensor, Pablo tocó el timbre y miró a travĆ©s de la puerta de cristal una habitación iluminada, de paredes blancas y rayas azules. Un conjunto de sillas que rodeaban la habitación 4 pacientes esperando, 3 jóvenes y una mujer adulta. Fue recibido por un hombre gordo que su trabajo ahĆ, era abrir la puerta, cambiar los canales del televisor y atender las llamadas. Pablo se sentó en una silla sin mirar las revistas que tenia a su lado con noticias del espectĆ”culo tan concurrido en su paĆs.
Echó un vistazo a los cuadros, los tĆpicos esbozos de las partes de la boca, en otro, habĆa un dibujo con un niƱo siendo atendido por un sonriente odontólogo, y en un tercer cuadro, estaban una fila de felices dientes siendo guiados por una crema dental. El televisor, sintonizaba un programa matutino, donde sus conductores sentados en el sofĆ” veĆan algunos absurdos videos, aquella televisora, ofrecĆa programas de calidad, Ćŗnicamente que no era favorecida en rating por mĆ”s esfuerzos que hicieran. Pablo se puso a usar el celular, mientras el hombre gordo le abrĆa la puerta a una mujer y su hijo pequeƱo.
AllĆ le confirmaba a Otto que habĆa llegado muy bien al sitio. HabĆa empezado a querer a Otto, le parecĆa un hombre sabio y tranquilo, hasta ese momento no habĆan ido mas allĆ” de encuentros de ballbusting o sexo oral de Otto hacia Ć©l, no sabia por que, pero en todos esos meses no se habĆa acostado con aquel hombre maduro, y es que a veces pensaba en Alfredo, y le daba molestia, el imbĆ©cil seguĆa molesto con Ć©l, tenia que olvidarlo como fuera necesario.
De una puerta corrediza, salió un muchacho moreno, dio un āhasta luegoā y salió del consultorio. Por otra puerta, el hombre gordo que ejercĆa de botones, llamó al siguiente paciente que lo siguió por la puerta. Pasado unos minutos Pablo vio como por la puerta corrediza, salĆa un nuevo paciente y como nuevamente entraba otro paciente de la espera, fue cuando el botones con una carpeta y hoja en mano le hablo a Pablo.
-buen dĆaā¦ā¦ por aquĆ se atiende con previa cita. Se le agradece llenar sus datos en esta hoja y en breve el doctor le atenderĆ”.
Pablo apretó los labios al oĆr tanto formalismo de aquel seƱor, solo dijo.
-el doctor ya sabia que vendrĆa, no me informó nada de la previa cita. Ćnicamente vengo por blanqueamiento dental, soy su hermano.
El botones arrugó el ceƱo y lo miro de pies a cabeza, jamĆ”s habĆa visto a ese ciudadano entre los 2 hermanos de Israel, debĆa ser algĆŗn idiota amigo de su jefe que le querĆa tomar el pelo.
-espere un momento- dijo, y dando media vuelta entro por la enigmƔtica puerta blanca.
(- lo primero que debĆ hacer era avisarle que llegue-ā) pensó Pablo mirando su telĆ©fono, tenĆa una poderosa herramienta de comunicación a la mano que no usaba en los momentos indicados.
-Āæes usted Pablo Chacón?............... perfecto, el doctor dice que usted puede pasar, sĆgame, Pierina, sĆgueme tambiĆ©n.
La mujer mayor se paró de la silla y entro con Pablo habĆa un largo pasillo y bajo las ordenes del botones fue a la primera habitación, ahĆ Pablo vio a Israel de espaldas leyendo una carpeta.
-sĆgame- continuó el botones.
Y Pablo fue introducido a la habitación siguiente donde se acostó en la cama de examen odontológica.
Primero fue atendido por una mujer robusta y de tez blanca que comenzó a ponerle una pasta en la boca, rellenando sus dientes, la mujer debĆa tener entre 45 o 55 aƱos. Se limitaba a preparar todo entre los pacientes y el odontólogo, las ligas para braquets, las pastas, los exĆ”menes, y hasta el pago.
Ese pasillo tenĆa 4 habitaciones donde 4 pacientes eran atendidos, pero como Israel envió 2 de sus quipos de ortodoncia a casa de su padre. Ćnicamente atendĆa a 2 pacientes en su oficina. Cuando Israel vio a Pablo lo saludo con euforia, Ćŗnicamente que Pablo no podĆa saludarle por la cantidad de pasta que tenia entre los dientes y por aquel maligno aparato que le chupaba la saliva. Pero Israel comenzó a saludarle y hablarle de cuantas trivialidades se le ocurriesen desde tortuosos tratamientos, lindas mujeres con una boca apestosa, niƱos con caries, ancianitos con los viejos y desusados dientes de oro, adolescente que no seguĆan muy bien la ultima parte del tratamiento y los dientes se les volvĆan a separar. Y aquel viejo sistema de remover las impurezas de la encĆa, rompiĆ©ndolas con esa maldita aguja o lo que fuera.
-ahora la tecnologĆa ha avanzado- explicaba Israel ensaƱƔndose con la encĆa inferior de su hermano para quitarle una pelotita negra -Āæya paso?- y removia la saliva y la sangre de su hermano, volvĆa a reclinarse -y ahora todo es con lĆ”ser, pero ya llegara el momento que compre esos equipos- y continuo en su charla, mientras Pablo mentalmente deseaba que esa tortura terminase pronto.
Israel siguió charlando animosamente, casi nunca lo hacia, es mas, cuando estaba frente a un cliente, hacia una broma de rutina, pero se enfrascaba en su trabajo. Pero estando frente a aquel sujeto que era su medio-hermano o hermano, un ser cercano y aquella limpieza bucal era tan temida por muchos pacientes, lo mejor era animar la situación.
Le tenia tanta confianza a Pablo, que el rumbo de la conversación giro a otro temas. Cuando era muy de noche y sus empleados se retirasen Israel comenzaba a coquetear con sus clientes mĆ”s bellas, Pablo se enteró de todo. Israel habĆa tenido sexo con mas de una de sus clientes en aquel lugar, se iban satisfechas, algunas no volvĆan mĆ”s, y otras regresaban con mas ganas de sexo duro. U otras solo iban para tener sexo con Ć©l.
-supieras como se divierte mi pito- hablaba Israel mientras Pablo sentĆa la encĆa doler ādicen que les gustan mis cojones, que son grandes Ā”mira como se marcan!⦠se rĆen.
SeguĆa hablando muy divertido, sin prestar atención que Pablo habĆa puesto sus manos sobre su paquete, ocultando una indiscreta erección.
-y el sexo oralā¦. Uffff hermano- continuaba Israel -debes saber que el sexo oral de mujer a hombre es excelente, el semen contiene sustancias que fortalecen a los dientes, pero hermano el sexo de hombre a mujer no es nada recomendable, daƱa los dientes las secreciones de las fĆ©minas⦠pero veras, en el consultorio de al lado tuve a una morena queā¦
Y asà siguió el discurso de Israel, allà también Pablo se entero que la causa de divorcio del hermano mayor fue una relación extramarital con una prima de su ex-esposa.
Lo que Pablo sentĆa por Israel o lo que pensaba de Ć©l, es una situación difĆcil de explicar. A diferencia de su hermano Simón, con quien creció a su lado, lo respetaba considerablemente, lo amaba como su hermano y era su fuerte pilar despuĆ©s de su padre. JamĆ”s le golpearĆa en los testĆculos, sin mencionar las interminables veces que lo veĆa desnudo con el par de huevos colgĆ”ndole entre las piernas. Pero con Israel la situación era otra, desde que lo habĆa visto por primera vez le pareció una representación mortal del dios griego Ares, o Apolo. Cuerpo fornido, labios carnoso, alocado, con un paquete llamativo, y con los huevos grandes, como su familia. E incluso esa maƱana cuando llegó a su oficina, disimuladamente le miró el bulto, mirando un montĆculo hermoso. Pero por su misma relación filial nunca le pegarĆa en las bolas, aunque su puƱo desease ser enterrado en el medio de aquellas bolas llenas semen.
Pablo cerró los ojos, prestando atención a la realidad donde Israel le decĆa que emanaba mucha sangre.
- pero ya casi terminamos.
Cuando culminó la sanguinaria limpieza bucal, Pablo sonrió al espejo y observó sus dientes blanquĆsimos y sus encĆas enrojecidas. Israel se quito los guantes y le dijo que lo siguiera al despacho.
-mientras llega el mediodĆa, me ayudaras con el pago de la mensualidad de las personas- le explico como efectuar aquel pago y antes de irse caminando con su agrandado paquete dijo -le dirĆ© a FĆ©lix que te vaya a comprar un helado, te ayudara con las encĆas. Hoy no puedes comer nada caliente.
Pablo se quedo en el pequeƱo despacho atendiendo a los clientes y comiendo helado. En la oficina colgaba un cuadro con el diploma de graduación de Israel, ademĆ”s de diferentes adornos que hacĆan apetecible el espacio y las fotos de sus hijos.
Llegada la hora del mediodĆa, Israel informo que se irĆan de allĆ y se prepararĆan para ir a su departamento de soltero o divorciado, allĆ estaban sus hermanos que lo ayudarĆan en la respectiva mudanza. Cuando llegaron Pablo conoció a los otros 2 hermanos de su medio hermano.
AndrĆ©s era el segundo hijo de la madre de Israel, un muchacho que debĆa rondar la edad de Pablo, de estatura alta, tez blanca, cabellos castaƱos y cuerpo fuerte, tenia ciertos rasgos fĆsicos semejantes a Israel, aunque el hermano mayor era el mas simpĆ”tico, y RubĆ©n, un adolescente con la cara llena de acnĆ©s que daƱaban su atractivo juvenil entre 15 y 17 aƱos.
-no, solo algunas ropas, eso lo quisiera ordenar yo, y mis libros si. AdemĆ”s de algunas fotos, mi computador, agendasā¦
Israel camino a un lado rascƔndose la cabeza pareciendo pensativo.
El departamento era grande aunque desordenado con algunas cajas esparcidas, polvo en el suelo reciĆ©n barrido con la escoba. Pablo dio un suspiro y se sentó en una silla viendo un libro que explicaba las distintas enfermedades bucales, sintió asco de hojearlo por las fotos que podĆa contener.
-mamĆ” dijo que querĆa venir a verte- informo RubĆ©n batiendo un jugo de naranja -que no podĆas irte sin escucharla, y que la perdonaras.
Israel chasqueo la lengua con molestia. Desde que supo que el señor que lo crió no era su padre sino Marcos Chacón entro en cólera con su mamÔ.
Pablo almorzó espaguetis tibios preparados por RubĆ©n, Ā”nada de comidas calientes! HabĆa vuelto a repetir Israel. Luego de almorzar se sentaron en lo que quedaba de sala, en unos sillones improvisados, contĆ”ndose cosas de la vida y chistes mientras empaquetaban algunos perfumes, libros, o pequeƱos equipos electrodomĆ©sticos.
A las 2 de la tarde Israel dijo que se irĆa, que saldrĆa del consultorio a las 6 de la tarde, visitarĆa a sus hijos, y regresarĆa temprano en la noche.
-tienes que regresar temprano para tu despedida- alego sonriendo AndrƩs -tendrƩ algunas bebidas.
-y para que hables con mamÔ- recordó Rubén
-hey, ayúdame a desconectar los cables de la computadora- pidió Andrés a Pablo una vez que Israel cerró la puerta.
Cuando comenzaron a desconectar cada tedioso y sucio cable, Pablo aprovechó para mirar el trasero de AndrĆ©s, que ocupado en su trabajo no se fijaba en el otro hermano del odontólogo. Su trasero parecĆa redondo y esponjoso en su jeans, ademĆ”s de unas piernas fuertes y atlĆ©ticas. RubĆ©n regresaba del patio cargando la ropa que ya estaba seca despuĆ©s del lavado hasta tirarla en el sofĆ” y su celular comenzó a sonar, y salió de allĆ para atender.
AndrƩs termino su labor y Pablo lo ayudo a guardar cada parte de la pc en una caja.
Al finalizar AndrĆ©s fue a sentarse en el mueble donde estaba el montón de ropa del hermano mayor, comenzó a doblarla entretenido, Pablo se sentó en otra silla para tomar agua frĆa.
ājajajajaā rió AndrĆ©s sujetando unos calzoncillos verdes de Israel, debĆan quedarle perfectamente ajustados, pensando eso, tuvo una erección.
-Āæde que te rĆes?- le preguntó
-de las pelotas de Israel- respondió sin vergüenza AndrĆ©s, Pablo arqueó las cejas y coloco su mano en la entrepierna, ocultando la silueta de sus huevos -es algo tonto, pero, viendo sus calzones me hizo acordar de sus huevos, son muy grandes, mĆ”s, que los mĆos, o los de RubĆ©n. De niƱo creĆa que Israel tenia una enfermedad en las bolas, pero mamĆ” me saco de dudas diciendo que era la propia anatomĆa de Israel, aunque en cuestiones de anatomĆa o genĆ©tica, RubĆ©n y yo tambiĆ©n debĆamos heredar esos huevotes, pero esto me hace recordar algunas diabluras que nos hacĆamos cuando Ć©ramos adolescentes.
-¿Qué clase de cosas?
-Āæpromete que no soltaras palabra alguna?
-⦠lo prometo
-esta bien, en base a sus testĆculos yo comencĆ© a defenderme de mi hermanito, Israel era fastidioso cuando Ć©ramos jóvenes, ahora solo veo que el abusaba porque era mi hermano mayor, pero cuando comenzó a crecer, y yo notaba que sus testĆculos, se le marcaban por cualquier cosa, comencĆ© a pegarle cuando me molestaba. Terminaba clavado en el suelo llorando por minutos⦠jajaja Ā”que Ć©pocas aquellas!
Pablo sonrió, cruzo las piernas para ocultar su erección y su propio bulto.
Al poco rato regreso Rubén y todos volvieron a la labor de ordenar, empaquetar y clasificar cosas. Pablo sonrió, el único recuerdo que tenia de pegarle a Simón en los huevos, fue un terrible golpe que dejó a su hermano inconsciente, desde entonces nunca mÔs se atrevió a golpearle.
AndrĆ©s recordó una tarde soleada, aƱos atrĆ”s cuando Israel terminaba de ducharse, se habĆa colocado un apretado speedo rojo y camino por su solitaria casa, intercambiaba ropa con su hermano, pero habĆan reƱido porque el rubio hermano mayor, tenido una tonta discusión con su hermano acerca de mujeres. Se inclino sobre el closet para buscar un jean raĆdo que tanto le gustaba y era de AndrĆ©s. Cuando de prontoā¦
La palma de la mano del joven AndrĆ©s se adueñó de los cojones que se le abultaban en el speedo, apretĆ”ndolo lo mĆ”s fuerte que pudo, ignorando el profundo grito ahogado de su hermano mayor, hundiendo sus dedos pulgares en la suave carne de los grandes huevos colgantes, asesinando a millones de sobrinos que aquellos testĆculos fabricaba por horas, minutos.
-te dije que no hurgaras mi ropa- dijo con odio Andrés -no te metas con mi ropa ¿Qué haces en mi cuarto? ”LÔrgate!
-”ahhhh!
AndrĆ©s dobló el par de testĆculos y los estiró hacia abajo, haciendo flexionar las rodillas de su hermano, hasta que soltó los cojones y el derrotado Israel cayó indefenso al suelo llorando de dolor.
-no te quiero hurgando mi ropa.
Todos esos recuerdos estaban en la mente de AndrĆ©s, despuĆ©s que su hermano se fue de casa, mĆ”s nunca volvió a abusar de sus testĆculos grandes. Inconscientemente se los envidiaba.
-ĀæQuĆ© te pasa enano?- habĆa preguntado un Israel de 17 aƱos tiempo atras -Ā”ay! El nene llora porque su novia lo termino jajajajaā
AndrĆ©s estaba tan dolido de que su novia lo terminara y que oyera de su boca *deberĆas ser mas hombre, aprende de Israel* que pago su molestia lanzando una patada en medio de las piernas de su hermano, aplastando los huevos frĆ”giles de Israel contra los huesos de la pelvis y provocĆ”ndole aullar un grito que se oyó en toda la calle, Israel cayó indefenso en el suelo agonizando con las manos en la entrepierna, la madre de ambos se entero y AndrĆ©s fue castigado, mientras Israel tenia un hielo que le quemaba la ingle, pensaba que se lo tenia bien merecido, quizĆ”s por besar y hasta cosas mĆ”s con la novia de su hermano.
Volviendo a la realidad Israel regresó a casa con un compacto de comida en agradecimiento a sus colaboradores hermanos, llegó mas temprano de lo habitual.
Cerca de las 9, Pablo conoció a la madre de Israel, una mujer madura todavĆa atractiva, de cabellos castaƱos con reflejos rubios y ojos verdes, charló con su hijo, querĆa su disculpa por haberle ocultado la verdad de quien era su verdadero padre, estuvieron mucho tiempo charlando, la mujer al despedirse, le dio un beso a sus 3 hijos y a Pablo le dijo.
-saludos a tu padre.
Pablo sonrió por cortesĆa, pero en su interior se dijo āvieja perraā
Casi a las 11 de la noche, ya las cervezas frĆas habĆan ido acabĆ”ndose en el congelador, RubĆ©n dijo que se sentĆa muy cansado por el dĆa y se fue a dormir en una habitación casi vacĆa. Israel estaba semidormido, cansado por el trabajo y mas por terminar de organizar su mudanza, se despidió diciĆ©ndole a sus hermanos que no tardaran mucho en irse a dormir, porque debĆan estar agotados y el siguiente dĆa seria aun mas fatigoso.
AsĆ que Pablo y AndrĆ©s terminaron sentados en la charla, bebiendo cerveza y contando historias absurdas, Pablo se sentĆa excitado ante AndrĆ©s, por su parecido a Israel, por su crianza, veĆa prohibido fantasear con su propio hermano, pero siendo AndrĆ©s, medio hermano de su tambiĆ©n medio hermano, no era ningĆŗn tipo de familiar para Ć©l y AndrĆ©s era una copia barata de Israel.
Mientras AndrĆ©s hablaba sobre los conciertos que habĆa ido a lo largo de su vida con o sin el odontólogo de la familia, Pablo visitaba con la mirada, la parte baja del cuerpo del joven, su entrepierna en el jeans. Esa tarde habĆa asegurado tener testĆculos pequeƱos, grandes o no, eso a Pablo no le importaba, eran testĆculos, y dolorosos al fin y al cabo, le gustarĆa ver a ese muchacho alto y fuerte, doblegado en el suelo acariciando su dĆŗo de pelotitas.
Pablo observó que su bebida habĆa terminado, hacia calor en ese estado del paĆs. Espero paciente que AndrĆ©s terminara su cerveza mientras sonriente le mostraba un video en su celular de su presencia en un concierto de Oasis, el mismo al que habĆa ido 5 aƱos atrĆ”s en la capital. Cosas de la vida, habĆa estado con Simón en el mismo lugar donde estuvo al mismo tiempo su medio hermano Israel con AndrĆ©s..
-irƩ a buscar otras dos cervezas- dijo Pablo
Se paro tambaleando del sofÔ, camino unos pasos, y giro la cabeza, estaba la gruesa espalda fuerte de Andrés, moviendo la cabeza canturreando el coro de Wonderwall, estaba borracho también. Pablo abrió el congelador, y abrió mucho los ojos, quedaba solo una cerveza, adornada de una divina capa de hielo.
Cuando se sentó frente a AndrĆ©s, ya su loca cabeza adueƱada por el alcohol habĆa planeado algo ante ese joven fuerte.
-queda solo una cervezaā dijo āy mira como esta⦠frĆa⦠congelada, y tanto calor que hace...
-hey, dĆ”mela, yo trabaje maĆ” que tĆŗ hoy- sonreĆa AndrĆ©s
-Āæte gusta mucho la cerveza?
-”pues si!
-puede ser tuya⦠solo con una condición
-¿CuÔl? Dilo, que se descongela
Pablo sonrió y volvió a admirar disimuladamente la fisonomĆa de AndrĆ©s
-que te dejes patear las bolas
-¿Qué? ”Tú estas loco!
-no, ese es el precio de esta congelada cerveza, sino, me la tomare yo.
-no lo vale, tómala toda si quieres.
-vamos, entiende Andrés, solo un golpe ¿CuÔntos golpes en tu vida le has dado a Israel en los cojones?
-montones de veces, pero ya no
-¿y cuantas veces él te regreso el golpe?
-nuncaā¦
-¿entiendes? considera eso una paga para defender a mi también hermano, es solo un golpe, al final, te puedes poner el hielo en las bolas⦠no dolerÔ por mucho
-no se Pabloā¦- AndrĆ©s doblaba los labios pensĆ”ndolo -esta bien, pero que no sea tan fuerte.
-vamos, levƔntate
-oh dios.
AndrĆ©s se paro del asiento abrió las piernas, y cerro los ojos levantando la vista al techo, Pablo, miró al Ć”rea genital, imaginĆ”ndose un flĆ”cido pene blanco y unos testĆculos pequeƱos, sonrió.
Su pie fue hacia atrÔs, hasta ir con fuerza contra el aire, para estrellarse en las bolas de Andrés, y aplastarlas contra la pelvis con un golpe seco y fuerte. Andrés brincó en el aire, se agarró las bolas, abrió los ojos como platos y su boca también sin emitir algún tipo de grito, quedando inmóvil, y estupefacto del dolor, cayó al suelo lentamente emitiendo un chillido y derramando lÔgrimas mientras de golpe se le pasaba la borrachera.
-Āæestas bien?- le preguntó Pablo inclinĆ”ndose a su lado, sintiendo miedo, habĆa ido muy lejos, aunque aun asĆ se sentĆa excitado, si esa era la reacción con un golpe, deseaba imaginarse miles de patadas mĆ”s.
Andrés emitió un desesperante gemido.
Pablo apretó los labios, su corazón palpitaba de miedo y su pene estaba duro dentro del jeans.
...
A la mañana siguiente, cuando Israel salió de su habitación se encontró con Pablo dormido en el sofÔ, Andrés dormido en el piso con las manos en su entrepierna y una cerveza sin destapar puesta en la mesa.
-par de borrachos- susurró caminando para preparar café.
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