Pablo y Otto en la playa - Las Bolas de Pablo

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26 abr 2014

Pablo y Otto en la playa


CONTIENE:

-sexo homosexual

-ballbusting hombre/hombre

Israel se habĆ­a instalado cĆ³modamente en la casa de su padre, laboraba lunes a viernes en su nuevo consultorio odontolĆ³gico, donde iban algunos de sus pacientes que vivĆ­an en la ciudad capital, tambiĆ©n algunos empleados de la fĆ”brica constructora, o algunos talentos de la televisiĆ³n recomendados por SimĆ³n ChacĆ³n. Su Ć©xito mermaba rĆ”pidamente y empezaba a ver la miel de su cosecha, su evoluciĆ³n y cambio de lugar era un Ć©xito, aunque el costo, era ver un solo fin de semana por mes a sus hijos, donde ademĆ”s aprovechaba aquellos fines de semana para inspeccionar la dentadura de sus antiguos clientes en la ciudad que lo vio crecer. AdemĆ”s de eso Israel se desempeƱaba como nadador profesional, aunque su talento en todos sus aƱos habĆ­a sido pobremente explotado y no era mas conocido que en su club de nataciĆ³n. Ahora en su mudanza entrenaba en un prestigioso club de nataciĆ³n donde estaban destacados atletas reconocidos en el mundo del deporte nacional e internacional.

A pesar de desempeƱarse en lo que mas le gustaba, terminaba de lunes a viernes, mucho mas que exhausto.

Igualmente con su carĆ”cter conquistador ya habĆ­a conocido a mas de una mujer en aquella capital, su atractivo fĆ­sico hacia crear las mejores de las fantasĆ­as en las fĆ©minas y hombres tambiĆ©n. Ya habĆ­a estrenado su consultorio como hotel la noche de un jueves cuando falto a su entrenamiento de nataciĆ³n, pero todo valĆ­a con aquella morena espectacular.

Y en la piscina, podĆ­a crear el magnetismo de miradas voluntarias que se marcaban en su indecente paquete. Relleno de una rica salchicha con unas colgantes y gordas bolas heredada desde sus antepasados ChacĆ³n. En las clases de nataciĆ³n estaba una chica, Elisa, una linda mujer de tez clara, con cabellos negros que recurrĆ­a a la nataciĆ³n mĆ”s como pasatiempo que por pasiĆ³n, Israel le coqueteaba, y ella se dejaba hacerlo, aunque el guapo rubio lo que ganĆ³ con eso, fue un gran enemigo en aquella escuela.

El hombre en cuestiĆ³n era Adam, un muchacho robusto, de tez morena, novio de aquella mujer, un disciplinado atleta de nataciĆ³n que desde la entrada de Israel al lugar, su competencia por ser el mejor se habĆ­a desatado, y sobretodo cuando el rubio le coqueteaba a su novia, logrando que el moreno sintiera odio por Ć©l ademĆ”s por intentar destronar su talento como nadador.

-honestamente no encuentro el chiste revisa dientes- dijo el forzudo sentƔndose en la banca al lado de su novia y abrazƔndola por la espalda

-es solo que los niƱos no se cuidan de sus caries- concluĆ­a Israel sin prestar atenciĆ³n a Adam, mirando atentamente a la chica -hay que cuidarlos.

-si, mis sobrinos comen mucho dulces… todo el dĆ­a- hablaba Elisa- tendrĆ© mĆ”s cuidado.

-pero en cuanto a los dulces…- continuaba Israel sonriendo con los perlados dientes.

La conversaciĆ³n hubiera continuado, con pequeƱos chistes de muelas, dientes, higiene bucal, e Israel poniendo su mano delicadamente en el rostro de la chica revisando su dentadura, pero el entrenador le llamĆ³ para que iniciara 4 vueltas a lo largo de la piscina con movimientos especiales.

-lo odio- declaro Adam cuando el rubio se habĆ­a alejado caminando con su pomposo trasero a la piscina -no te quiero cerca de ese revisa dientes, no se que carajo hace aquĆ­. No te quiero ver hablando con Ć©l.

-por dios Adam ¿QuĆ© dices? Si es agradable- comentaba Elisa peinĆ”ndose los cabellos

-¿no ves lo que Ć©l pretende? eres mi novia, respĆ©tame.

-no seas inseguro Adam, ningĆŗn reciĆ©n llegado nos va a separar- dijo ella, abrazĆ”ndolo, pero mirando hacia Israel que se preparaba para zambullirse en la piscina.

Desde lo alto del taco, Israel echo una mirada hacia la chica, sus ojos brillaron, dado su carĆ”cter de Don Juan, por supuesto que no querĆ­a nada serio con ella, solo un ratito de placer en una habitaciĆ³n. SonriĆ³, y se zambullĆ³ riendo bajo el agua haciendo aparecer un montĆ³n de burbujas sobre la superficie.

En casa, habĆ­a desarrollado una excelente relaciĆ³n con Yenny, su hermana, le contaba chistes y le daba tips picaros acerca de su nuevo novio Santiago. Con Pablo charlaban hasta altas horas de la noche, acerca de la vida social, o de mujeres o tambiĆ©n simplemente del trabajo, hablaba con su padre de cosas de la niƱez conociendo los gustos de cada uno, y con la seƱora Jenny hablaba tranquilamente de algunas cosas de la vida desarrollando una agradable simpatĆ­a el uno por el otro.

Ese viernes Pablo no estaba en casa, ya habĆ­a avisado a su padre con anterioridad que viajarĆ­a con un “muchacho” que habĆ­a conocido y que aquel viaje seria el decisivo para iniciar una relaciĆ³n.

En todo ese tiempo Pablo y Otto no habĆ­an tenido alguna relaciĆ³n sexual de penetraciĆ³n, todo se habĆ­a limitado a que Otto golpeara las bolas desnudas de Pablo y le hiciera sexo oral, le hombre maduro parecĆ­a encantarle las pelotas colgantes del joven ademĆ”s del grueso falo, pero siempre que la relaciĆ³n iba mas allĆ”, Pablo le detenĆ­a, hasta que cierta maƱana en su oficina Pablo le indico a Otto cerca del oĆ­do.

-estoy seguro que podemos llevar esto mas allĆ”.

Otto abriĆ³ los ojos de sorpresa y su pene se endureciĆ³ dentro del pantalĆ³n.

-¿QuĆ© dices?

-Lo que oƭste, pero me tienes que acompaƱar este viernes a un viaje, sin decir nada.

-¿A dĆ³nde?

-solo acompƔƱame, si asƭ lo deseas

El sitio ya es conocido, un departamento a la orilla de la playa propiedad del seƱor Marcos y su esposa, Pablo tomĆ³ las llaves del sitio sin el menor problema, y sin el permiso de los padres, simplemente la oculto entre sus cosas, hizo las maletas, avisĆ³ que volverĆ­a el domingo por la noche y se fue. Otto no aviso que irĆ­a de viaje ese fin de semana en el trabajo para no levantar sospechas ante el seƱor Marcos.

Instalados en el departamento, salieron a caminar por la playa y charlaron sentados en la arena.

Al caer la noche regresaron al departamento donde Otto harĆ­a de las suyas con Pablo.

Pablo tenia el corazĆ³n palpitĆ”ndole por segundos, se sentĆ­a estĆŗpido, pero era la primera vez que literalmente se acostarĆ­a con una persona mayor que Ć©l. En cambio Otto comenzĆ³ a pasar su nariz por el cuerpo del muchacho, le quito la franelilla y comenzĆ³ a olisquear palmo a palmo su cuerpo, su fuerte pecho, sus duros abdominales adornados de lindos chocolates, su color de piel, olio su zona genital, la palpĆ³ con la mano, estaba duro. Otto tambiĆ©n tenia su pene erecto, se le observaba considerablemente con el pantalĆ³n, Otto enterrĆ³ la cabeza en el cuello de Pablo, oliĆ©ndolo, Pablo jadeaba excitado, Otto paso la mano por el pecho del muchacho, sus tetillas duras, su rostro, su espalda gruesa, su hombro… su hombro, y allĆ­ se detuvo, lanzando sobre el joven un traidor rodillazo en las pelotas.

“ahhhh” chillĆ³ Pablo

Otto lo mantuvo agarrado para que no cayera al suelo, pero las piernas del muchacho comenzaron a temblar. La mano turista de Otto toco el pecho del joven, acaricio por largo tiempo sus abdominales, duros, como rocas y se adentrĆ³ en el short, pasando por un lado del pene erecto y adueƱƔndose de las pelotas. Grandes, adoloridas, velludas.

Con su mano libre la alejo del hombro de Pablo ChacĆ³n y de un solo tirĆ³n hizo caer al short. Otto lo mirĆ³ directo a los ojos, su mirada era dura, como un amo, mientras apretaba mĆ”s fuerte aquel dĆŗo de pelotas.

-¿QuiĆ©n es tu amo?- le preguntĆ³ sin compasion, con el rostro cuadrado de ira.

Pablo intentĆ³ responder, pero sus labios estaban sellados.

-¡ahhhh!- pudo soltar, una vez que Otto le halĆ³ los huevos hacia abajo.

Pablo bajo la cabeza, una fuerza enigmƔtica le impedƭa ver la mirada dura de Otto, sus ojos se posaron sobre sus huevos apretados y su pene inmenso apuntƔndo a la cara, miro el bulto de Otto, estaba grande tambiƩn, y de vez en cuando lo frotaba contra su cuerpo.

-el amo soy yo ¿quieres que te suelte? ¡pedazo de basura!

A Pablo se le aguaron los ojos, estaba excitado y adolorido, querĆ­a que le reventara las bolas y a la vez que lo soltase, era una difĆ­cil decisiĆ³n.

-no me importa tu salud. Quiero que me complazcas, aquĆ­ quien ordena soy yo.

Le apretĆ³ las bolas lo mĆ”s fuerte que pudo y Pablo arqueĆ³ la espalda gritando y cerrando los ojos al echar la cabeza hacia atrĆ”s.

Otto lo soltĆ³ y Pablo cayĆ³ enseguida al suelo sobando sus cojones, Otto se inclino sobre Ć©l y le dio un pegajoso beso en la mejilla, saliĆ³ de la sala y se fue a duchar, dejando a Pablo respirando entrecortado.

Cuando saliĆ³ del baƱo, Otto se asomo a la sala y vio a Pablo sentado en el sillĆ³n con las manos acunando sus huevos.

“ven” lo invito Pablo

Otto le dio una sonrisa, pero saliĆ³ de la sala, entro a su habitaciĆ³n y cerro la puerta con seguro. Tras unos minutos, Pablo toco a su puerta, pero Otto, desde el interior le deseo las buenas noches, sintiĆ©ndose solo, Pablo fue a otra habitaciĆ³n donde paso la noche, se desconoce que hizo Pablo en la habitaciĆ³n antes de quedarse dormido, pero Otto lo habĆ­a dejado fieramente excitado.

A la maƱana siguiente almorzaron en un restaurant cercano y se divirtieron en la playa, se reƭan y se decƭan muchas cosas.

Al anochecer y luego de cenar, Otto se acercĆ³ excitado a Pablo, era la primera vez que caminaba en calzoncillos hacia el joven y se ponĆ­a tras Ć©l, pegĆ”ndole la excitaciĆ³n al trasero, aunque con anterioridad lo mas morboso que habĆ­a hecho fue arregostar su pene erecto a su muslo, esta vez lo estaba abrazando mientras se pegaba mucho a ChacĆ³n.

Con su mano acaricio el pecho de Pablo y metiĆ³ de nuevo la juguetona mano por el short del muchacho, tocando su pene erecto y sus bolas grandes, esta vez sin apretarlas, lo hizo inclinar sobre la mesa, con la verga dura pegada al trasero.

-¿estas preparado Pablo?

-.........si.

Otto bajo el short por las piernas de Pablo, al dejarlo en el talĆ³n, subiĆ³ a travĆ©s de la pierna dejando suficientes besos, paso la lengua por la nalga, y se bajo el calzoncillo blanco, Pablo comenzaba a sentirse nervioso, se dejo llevar por Otto y comenzĆ³ a sentir la presiĆ³n del glande del cincuentĆ³n, el hombre dio un suspiro e introdujo de golpe su pene en el interior de Pablo que soltĆ³ un gruƱido sintiendo la vara atravesarlo.

Otto besaba la nuca de Pablo, su cuello, su espalda, acariciaba con la mano su abdominal, su cara, su verga empalmada, luego le pellizcaba los pezones, le mordƭa el cuello, Pablo comenzaba a jadear emocionado, moviƩndose contra Otto, que cogƭa tiempo para tomarlo de la cadera y moverse tambiƩn hacia delante y atrƔs.

Los minutos transcurrĆ­an, Pablo sentĆ­a gran dolor en el ano, pero unido a otro placer, su punto G estaba al limite, deseaba que todo terminara y a la vez no.

Cuando por fin Otto acabĆ³, su semen se derramaba en el interior de Pablo, quedando fatigado y descansando sobre el hombro de Pablo. Ambos jadeando y sudando.

Y asĆ­ era como se iniciaba Pablo con su nueva pareja treinta y tantos aƱos mayor que Ć©l, aunque cuando se acostĆ³ esa noche sin querer hacerlo se acordĆ³ de Alfredo, decidiĆ³ abandonar aquel pensamiento y se abrazĆ³ a Otto.

El domingo al caer la tarde fue cuando abandonaron el departamento de la familia ChacĆ³n, viajaban en autobĆŗs y regresaron a la ciudad capital.

-no habĆ­a pensado en algo cuando decidĆ­ que vendrĆ­amos aquĆ­- declarĆ³ Pablo cuando iban en el autobĆŗs

-¿QuĆ©?

-nuestra bronceado, mi padre se enterara que tĆŗ y yo estuvimos juntos

Otto moviĆ³ la cabeza queriendo decir “es cierto”.

Cuando Pablo llegĆ³ a su casa, y colocĆ³ las llaves del departamento de playa en su lugar, recibiĆ³ un regaƱo de su padre por haberlas tomado sin previa autorizaciĆ³n. Pero en la noche antes de dormir, su padre charlĆ³ con Ć©l. Fue cuando Pablo decidiĆ³ explicarle con quien estuvo cuando le preguntĆ³ como habĆ­a resultado aquel viaje con la persona que conocĆ­a.

-todo fue muy bien- miraba al seulo -y he decidido contĆ”rtelo, antes que lo sepas maƱana y… reacciones peor a como estarĆ”s ahora.

-¿QuĆ©?- doblo el ceƱo el seƱor Marcos.

-todo este tiempo he estado saliendo con Otto… Otto Salinas.

-¡carajo Pablo!- dio un manotazo contra el colchĆ³n su padre -con Otto ¡no! te prohibĆ­ cualquier relaciĆ³n con Ć©l. ¡NO! ¿Que no entiendes que es malo? Es tramposo, es lo peor ¡NO Y NO!

-Otto no es malo, quizƔs yo conozca otras cualidades que tu desconoces de Ʃl, y es vƔlido.

-¡te lleva muchos aƱos, Pablo! ¡por dios! Termina toda relaciĆ³n con Ć©l. Te lo advertĆ­, me opongo, no te quiero ver con Ć©l, la terminas tĆŗ o me encargarĆ© yo.

-al fin y al cabo serĆ© yo quien corra los riesgos, tĆŗ no- decĆ­a Pablo comenzando a malhumorarse -¡no debes meterte en mis asuntos! ¡son mĆ­os! dĆ©jame vivir y no te metas en mi vida.

El seƱor Marcos se contuvo para no abofetearlo, que decepciĆ³n.

-¿ya te destripo las pelotas? Al fin y al cabo es eso lo que le gusta a ambos ¿no? machacarse los huevos, cuando te deje en el hospital ni me llames.

-¡no es tu problema!

-¡eso se acaba maƱana!

-¡ni te atrevas!

-vas a terminar arrepentido

-En este caso serĆ© yo, no tĆŗ.

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