Dulces pesadillas (1/7): Por Alfredo - Las Bolas de Pablo

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4 may 2014

Dulces pesadillas (1/7): Por Alfredo

Hola lectores (a) de este blog estamos estrenando nuevo lugar, la razĆ³n por la que mudĆ© el blog a blogger es por lo simple y completo que este ofrece, en cambio wordpress, si, es un buen lugar, buena tecnologĆ­a y limitado. IntentĆ© que la interfaz se parezca a la versiĆ³n 2014 de wordpress, para que el cambio no sea tan drĆ”stico. Ahora, iniciamos en la "nueva" casa con una pequeƱa serie que planteo basado en Pablo y sus familiares.


Contiene: ballbusting hombre/hombre



Pablo pasĆ³ toda esa semana viendo un especial en televisiĆ³n de todas las sagas de la pelĆ­cula Saw o juego del miedo, las primeras 3 secuelas las compartiĆ³ frente al televisor con su hermano Israel, porque este decĆ­a que esas eran las mejores, durante las 2 siguientes las observo con su padre, que se asqueĆ³ con las matanzas vistas, y el resto la terminĆ³ viendo solo, observando como los miembros del reparto de dicha pelĆ­cula se mutilaban y soltaban sangre como nadie nunca en vida real lo harĆ­a. Cuando finalmente vio por primera vez la ultima pelĆ­cula, se dio cuenta de algunas faltas de coherencia y ademĆ”s de cĆ³mo los creadores ya no tenĆ­an el presupuesto indicado como sucediĆ³ en las primeras entregas, el sueƱo lo gobernĆ³, pues habĆ­a trabajado mucho aquel dĆ­a y se acostĆ³ a dormir cuando faltaban pocos minutos para el decepcionante desenlace.
Mientras dormĆ­a, todavĆ­a teniendo en el subconsciente, escenas de mujeres nadando en inyecciones, amantes asesinos, un policĆ­a tratando de rescatar a su hijo, un oficial con pantalĆ³n ajustado, un tĆ­tere que fue muy bien parodiado en otra pelĆ­cula, otra mujer muriendo calcinada en un horno al igual que un hombre, fue entonces que su cerebro se formo un sueƱo, o una pesadilla al mas puro estilo ballbusting.

En aquel sueƱo Pablo despertaba en un lugar poco iluminado y hĆŗmedo, al andaba semidesnudo con un pequeƱo interior gris, con los huevos y el pito guardados en la tela. Estaba encerrado en un cubĆ­culo de cristal, trato de romperlo pero el vidrio era irrompible. A continuaciĆ³n todas las luces se encendieron, mostrando ahora un baƱo limpio, con baldosas blancas, y 4 cubĆ­culos dispuestos en los puntos cardinales, en el punto norte, Pablo, al sur el seƱor Marcos ChacĆ³n, al este Israel y al oeste SimĆ³n ChacĆ³n. Lo mĆ”s aterrador, al centro de aquellas garitas de vidrio estaba Alfredo, desnudo y con su cuerpo dispuesto en forma de “X” sujetado con cadenas, y una especie de martillo en la entrepierna.

-¿QuĆ© es esto?- gritĆ³ Pablo

-no sabemos- dijo el seƱor Marcos ChacĆ³n que estaba desnudo asĆ­ como sus otros dos hijos..

Pablo presintiĆ³ algo extraƱo, aquellos cubĆ­culos de cristal no tenĆ­an puerta, no sabia como habĆ­a entrado a ellos, Ćŗnicamente tenia un recipiente con medidas en mililitros.

-SƁQUENME DE AQUƍ- gritĆ³ Alfredo.

-¡ALFREDO!- lo llamĆ³ Pablo asustado tratando de romper su celda de cristal.

Al fondo se oĆ­a a Israel gritar obscenidades, mientras SimĆ³n estaba callado, asustado.
De pronto una voz de ultratumba retumbĆ³ en la habitaciĆ³n ¡era el desgraciado tĆ­tere asesino cuyo nombre Pablo no recordaba! "¡Nos matarĆ”!" PensĆ³ el muchacho, con su frĆ­a voz indicĆ³ el diabĆ³lico plan de salvaciĆ³n de sus vidas y la de Alfredo, o mĆ”s concretamente la salvaciĆ³n de las regordetas pelotas de Alfredo, que Pablo bien conocĆ­a.

-El desafĆ­o de este juego es salvar los testĆ­culos del rubio en el suelo, de una dolorosa fragmentaciĆ³n por parte del martillo de hierro que le ira poco a poco golpeando las pelotas- susurraba Billy -El objetivo de los 4 concursante es masturbarse y con su semen depositado en cada uno de los recipientes en sus garitas ir deteniendo poco a poco la fuerza del martillo, cada hombre ChacĆ³n tiene en sus huevos y en su semen la fuerza para salvar los testĆ­culos de Alfredo de una dolorosa pĆ©rdida de sus testĆ­culos. Tienen pocos minutos para masturbarse y salvarlo.

A lo alto de la habitaciĆ³n brillo un reloj marcando un tiempo suficiente para que cada hombre de aquella familia hiciera la misiĆ³n y la lograse.

-te salvarĆ©- grito Pablo quitĆ”ndose las prendas -papĆ”… hermanos, saben lo importante que es Alfredo...

-¿QuĆ© coƱo?- decĆ­a Israel con las cejas dobladas

-¡te ayudarĆ©!- confirmĆ³ el seƱor Marcos

-y… yo tambiĆ©n- alegĆ³ SimĆ³n agarrando su pene.

-Israel… ayĆŗdame, ayĆŗdalo, luego te explicare- decĆ­a Pablo.

Israel apretĆ³ los labios, miro a su padre, y pareciendo decidido, agarrĆ³ tambiĆ©n su pene.

El martillo se moviĆ³ y con sed de piedad aplastĆ³ los 2 testĆ­culos de Alfredo.

-¡AAAAAAAAARRRGGG!- gritĆ³, temblando con su cuerpo sin poder sobar sus bolas.

Israel fue el primero en comenzar a jadear, cerrando los ojos y levantando la cabeza, mientras estimulaba a su pene con su mano, este se hacia grande, majestuoso y hermoso, mientras sus bolas heredadas de familia le colgaban inmensas y vulnerables entre las piernas.

Marcos ChacĆ³n dio un suspiro mientras su pene se ponĆ­a rĆ­gido apuntando al techo mientras su mano lo masajeaba lenta y cariƱosamente, pensaba en su esposa.

La polla de Pablo se bamboleaba tiesa de izquierda a derecha, el muchacho empezaba a sudar, mortificado en salvar del dolor a quien odiaba el ballbusting, pero aun asĆ­ movĆ­a sentimientos fuertes en su vida, Alfredo.

SimĆ³n tenia la boca abierta, sintiendo un rico placer desde la punta de su grueso pene, el sudor se acumulaba en su frente y pecho, apretaba lo dientes sabiendo que sus testĆ­culos no le fallarĆ­an y que desbordarĆ­a aquel recipiente de semen.

Alfredo continuaba en el suelo, sus regordetes testĆ­culos comenzaban a verse hinchados, mientras el martillo hizo un nuevo movimiento amenazantes en aniquilarle los huevos, el muchacho rogĆ³ una clemencia y cerrĆ³ los ojos despavorido, mientras el martillo se erguĆ­a y caĆ­a pesadamente en sus bolas, las piernas le temblaron bajo el escalofriante ruido de las bolas aplastadas y un grito desesperado lleno de impaciencia a los 4 hombres encerrados.

-¡resiste Alfredo!- rogĆ³ Pablo

Israel escapĆ³ un jadeo profundo, su pecho de nadador crecĆ­a con cada nuevo segundo, respirando y exhalando bocanadas de aire, excitado el hombre cerrĆ³ los ojos hinchando su larga verga.

Marcos ChacĆ³n hizo otro ruido con la boca, su torneado cuerpo brillaba de sudor. Su duro pecho y abdominales, trabajado por las maƱanas cuando salĆ­a a trotar brotaban el mas espeso sudor, empezaba a oler a macho y sus huevos se movĆ­an delante a atrĆ”s, mientras masturbaba su pene.

Pablo veĆ­a a Alfredo temblar en el suelo, era quien mas movĆ­a su pene, masturbĆ”ndose como loco, deseaba rescatar a quien necesitaba mĆ”s protecciĆ³n y estaba tirado en el suelo, se daba cuenta que a pesar del tiempo, todavĆ­a lo querĆ­a o amaba.

-¡ESPERA ALFREDO!- exigiĆ³ mientras vio moverse el martillo de nuevo.

El escroto de SimĆ³n comenzĆ³ el ascenso de sus testĆ­culos, mientras el muchacho arqueaba la espalda y mordĆ­a su labio inferior, lanzo un gemido largo, pero su pene empezĆ³ a rezumbar lĆ­quido preseminal que se chorreĆ³ por el falo erecto, venoso y grueso.

El martillo volviĆ³ a caer sobre Alfredo.

-¡AHHHHHRGGGGGG!- gritĆ³ de ultratumba.

Ante aquel espantoso grito un disparo de lava blanca saliĆ³ de la polla de SimĆ³n volando por el aire y cayendo pesada dentro del recipiente, seguido de otro chorrete semen, caliente y espeso volĆ³ como un disparo de caĆ±Ć³n, SimĆ³n parecĆ­a complacido.

A continuaciĆ³n el martillo se levantĆ³, pero no a una altura de 90 grados, sino alrededor de los 67 grados.
SimĆ³n se recostĆ³ contra el cristal jadeando, y se dejĆ³ caer por el suelo, mientras como si fuera caricatura, su pene comenzĆ³ a desinflarse, todavĆ­a emanando poco de su nĆ©ctar viril.

-falta poco Alfredo ¡resiste!- seguĆ­a dando Ć”nimos Pablo, pensaba que seria el primero en eyacular, quizĆ”s su propio stress en rescatar a Alfredo no lo dejaba concentrarse.

Israel comenzĆ³ a hacer un ruido gracioso con la boca mientras respiraba mas aire a sus grandes plumones de nadador, sus dedos se llenaban de un lubricado presemen que salĆ­a de su polla.

Marcos ChacĆ³n bajĆ³ la mirada a su entrepierna, su pene estaba hinchado y con la cabeza roja en forma de hongo escapando tambiĆ©n otra porciĆ³n de presemen, una lluvia de sudor resbalo de la frente al piso, mirĆ³ a Pablo y leyĆ³ el terror en sus ojos.

"debo acabar” pensĆ³ el maduro.

Pablo apretĆ³ los dientes y escapĆ³ un gruƱido de rabia tenia el pene hinchado y se masturbaba como esquizofrĆ©nico, pero no sentĆ­a placer, ni nada por el estilo, fallarĆ­a en su misiĆ³n de rescatar a Alfredo que terminarĆ­a con sus gordos huevos partidos.

El desgraciado martillo golpeĆ³ con fuerza a los cojones de Alfredo que empezaban a colorearse de rojos a morados, al parecer mientras mas bajo estuviera dicho mazo, mas fuerte era el aplastamiento. Alfredo tenĆ­a la mirada perdida, y los ojos llorosos, mientras el martillo volvĆ­a a aplastar sus testĆ­culos con fuerza que ya parecĆ­an dos pelotas de tenis.

Israel provocĆ³ un sonido con la garganta mientras doblaba las cejas y su sudor baƱaba su cuerpo, enseguida un disparo de leche caliente brotĆ³ de la punta de su polla, un solo disparo que parecĆ­a no ser suficiente.

Pero aquellos tres hombres no se rindieron, siguieron balanceando sus manos en sus pollas, y el martillo volviĆ³ a subir encorvado hasta caer de nuevo en los testĆ­culos de Alfredo. Su fuerte rostro se retorciĆ³ sintiendo sus huevos aplastados con el pesado fierro.

-AAAAAAAAARGGGGGGGG-

-¡Alfredo!- exclamĆ³ Pablo asustado.

El semen de Marcos ChacĆ³n saliĆ³ y resbalĆ³ como un pegote por el recipiente de vidrio. Seguido de otra potente carga de leche espesa y blanca saliĆ³ de su polla.

Y el martillo volviĆ³ a alzarse esta vez en una posiciĆ³n alrededor de 44 grados.

Alfredo estaba jadeando en el suelo mientras gruesos chorros de sudor se acumulaban en su frente, se sentĆ­a mareado.

-te salvare Alfredo- recordĆ³ Pablo.

Pablo siguiĆ³ moviendo su pene como un demente, jadeaba, y sudaba, su espalda tambiĆ©n estaba en forma de arco, pero su estrĆ©s por salvar a aquel muchacho parecĆ­a no hacerlo concentrar en su deber.

Marcos ChacĆ³n se fijo en sus dos hijos, Israel parecĆ­a no tener Ć”nimos de cooperar en la acciĆ³n, mientras SimĆ³n limpiaba pequeƱos hilos de esperma que reposaban en su muslo, dedico una mirada a Pablo, estaba preocupado, sintiĆ³ compasiĆ³n por Ć©l, pero vio con precauciĆ³n, como los testĆ­culos de su hijo ascendĆ­a, estaba pronto por acabar.

Pablo se mordiĆ³ el labio inferior, cerrĆ³ los ojos sintiendo el clĆ­max mientras frotaba la verga, resoplaba con cansancio.

Su leche se esparciĆ³ en el recipiente, semen blanco y acumulado durante dĆ­as, blanco-oscuro, oloroso a cloro. Fuerte.

Marcos sonriĆ³ con orgullo, asĆ­ eran sus hijos, asĆ­ eran los hombres ChacĆ³n, sementales. MirĆ³ a Israel que parecĆ­a no poder concluir la labor, parecĆ­a confundido a pesar de su excitaciĆ³n.
Pablo ahora tenia las manos llenas de semen y su polla se dormĆ­a entre sus piernas, se puso a limpiar los dedos en la orilla del recipiente.

El martillo se levantĆ³ a una altura aproximada de 22 grados. Y cayĆ³ con una fuerza superior a las veces anteriores en las bolas de Alfredo, atrapando los dos testĆ­culos entre el hierro y el suelo, Alfredo abriĆ³ la boca y los ojos sin poder escapar algĆŗn horrendo grito, estaba paralizado del dolor.

-Israel por favor, faltas tu, ayuda a Alfredo- rogĆ³ el seƱor Marcos pegando sus manos contra el vidrio de su cubĆ­culo.

Israel movĆ­a la mano lentamente de arriba hacia abajo en su pene que se llenaba de liquido preseminal, sus ojos se cerraron y tratĆ³ de concentrarse.

El martillo volviĆ³ a alzarse y machaco de nuevo los huevos de Alfredo, el muchacho hizo una mueca de dolor y gimiĆ³.

Pablo continuaba frotando su polla, gimiendo de placer, cerrĆ³ los ojos y apretĆ³ los dientes, logrando en pocos minutos descargar otra fila de semen en el recipiente. El semen viscoso y blanco cayĆ³ como una pega al vidrio, mezclĆ”ndose como una nutritiva sopa pegajosa pero blanca, ademĆ”s de hacer mover el pequeƱo peso bajo el recipiente, el martillo se alzĆ³ bajo el mismo Ć”ngulo, por lo que significaba que solo bastaba el semen de Israel para detener esa tortura.

El pesado martillo aterrizo una vez mas en las gĆ³nadas maltratadas de Alfredo, provocĆ”ndole un lastimero y gutural grito sofocado.

Israel lanzĆ³ un jadeo y Marcos ChacĆ³n vio como con los ojos entrecerrados, su hijo arqueaba la espalda, con el pene duro como una roca, los huevos ascendidos, soltando una expulsiĆ³n de pura lava blanca que aterrizĆ³ contra el cristal del recipiente, espesa, y dejando una marca mientras resbalaba lentamente al fondo hasta que se acumulĆ³ con todo su peso.

Con un movimiento rudo el martillo pegĆ³ por Ćŗltima vez las bolas de Alfredo, hasta que cayĆ³ al piso dando un fuerte ruido, finalmente los metales que ataban al hombre se abrieron, y el muchacho quedĆ³ postrado en el suelo sobando sus bolas maltratadas.

Pablo abriĆ³ los ojos despertando de aquella sexual pesadilla, estaba sudando a chorros y tenia el pito duro, se palpĆ³ la zona genital y descubriĆ³ que habĆ­a eyaculado mientras tenĆ­a esa horrenda pesadilla. Se cambiĆ³ el calzoncillo y no pudo evitar la tentaciĆ³n de escribirle un mensaje de texto a Alfredo y decĆ­a.

“Hola ¿como estas? Deseo que estĆ©s mejor que nunca y tengas buenos dĆ­as”


No tuvo respuestas, bueno, era de madrugada. Y se durmiĆ³ nuevamente.
Cuando despertĆ³ al amanecer se sorprendiĆ³ de tener una respuesta de Alfredo.

“muchas gracias, y tambiĆ©n te deseo que tengas buen dĆ­a, estarĆ© ocupado”
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1 comentario:

  1. a mi me gusto. sobretodo porque alfredo es el mejor candidato para pablo

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