De veterinario - Las Bolas de Pablo

Lo mƔs nuevo

7 jul 2014

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De veterinario

CONTIENE:
-SEXO HOMOSEXUAL
-BALLBUSTING HOMBRE/HIMBRE

Desde su inauguración en la ciudad capital, el local de Rodrigo había prosperado. Y su labor como veterinario mejoraba cada día, durante cada nueva semana sus clientes aumentaban y es que en gran medida los clientes satisfechos con sus mascotas cada vez invitaban a aquel lugar a sus amistades con el excelente veterinario.

Rodrigo Chacón trabajaba en aquel lugar junto a su pareja FabiÔn, un hombre que había empezado a laborar como peón en la finca de su padre mientras su familia estaba en un grave aprieto económico y fue por la astucia de Rodrigo y otras invitaciones que ambos empezaron a estrechar unos lazos muy grandes de amistad, sexo y amor.

Un lunes despuƩs de culminar con el trabajo del dƭa finalmente los estaban acostados en la cama extenuados.

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-¿Cómo estuvo el trabajo hoy?- preguntó FabiÔn, que se encargaba de vender productos de consumo para animales y medicinas.

-muy bien, pude vendar la pata de aquel cachorro que cayo por las escaleras, despuĆ©s aquella gata intoxicada si que dio lata… Cuando me llamaron, era para atender el parto de una perra, uno de sus cachorros nació sin vida Ā”el pobre!

-que pena, bueno… tu padre llamó a la oficina, no creo que me reconociera mi voz, o tal vez si, pero no me saludo. Muy al fondo creo que si sabe que era yo quien contestó el telĆ©fono.

-no le he dicho nada. La veces que he llamado al pueblo le digo que todo esta muy bien. Y le envió una colaboración económica, aunque se que no le hace falta.

-Āæcrees que tu tĆ­o le haya contado que me vine contigo?

-no lo creo, quizĆ”s Pablo le dirĆ­a que se callara, pero debe sospechar que vives conmigo… y ademĆ”s, no vas a desaparecer asĆ­ porque si del pueblo. Y justo el mismo dĆ­a en que yo me fui.
-Bueno... Cuando llamó a casa, mamÔ me pregunta donde estoy, solamente le digo que bien, y que no se preocupe por mi. El dinero que le envió ha servido para que mis hermanos continúen sus estudios.

-y tĆŗ Āæpiensas seguir con tus estudios?

-me gustarĆ­a

-yo te los podrƭa pagar FabiƔn

FabiÔn quedo en silencio, no dijo nada, sonrió y revolvió con la mano el cabello de Rodrigo.

-desde la próxima semana, podrías ir a las universidades y buscar los requisitos de ingreso

-eso harƩ -contesto FabiƔn.

Rodrigo sonrió y lo besó, FabiÔn correspondió con el gesto y se hicieron cariño mutuo.

Rodrigo acaricio la gruesa espalda de FabiÔn, lo obligó a acostarse de lleno en la cama, mientras el le quitaba el bóxer con la boca, sonrió al ver la polla flÔcida de su pareja y la metió en su boca, haciéndola crecer con los rÔpidos impulsos de la lengua.

FabiÔn cerró los ojos lleno de delicia al sentir como el veterinario le lamia los testículos, luego su pene, su cabeza, el orificio, su lengua tan caliente, de nuevo sus 2 pares de bolas. Rodrigo metía el pene entero en su boca ensalivaba aquella polla tan gruesa con la lengua, la calentaba con su boca, se movía de arriba abajo, masturbÔndola con los labios, el liquido preseminal empezó a desparramarse por su lengua, con un extraño sabor agridulce. FabiÔn se sentó en la cama y apartando a Rodrigo de su pene, lo despojo del único short que tenia.

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-no aguanto las ganas de penetrarte- aclaró.

Rodrigo jadeando sobre el colchón dejó que FabiÔn subiera sus piernas al hombro, cerró los ojos y respiro profundo mientras sentía como la polla se adentraba hasta que finalmente quedó completamente dentro, después de varios segundos de dolor FabiÔn se movía de adelante hacia tras su espada se veía gruesa y sus nalgas apretadas frente al espejo.

Sintiéndose drogado de placer FabiÔn saco su pene del trasero de Rodrigo, miro al techo extasiado mientras se masturbaba con vehemencia haciendo brotar sobre el cuerpo del veterinario sus hilos de semen caliente y espeso, Rodrigo excitado también, se masturbó. Su pene hinchado de sangre tras un silencioso y ricos segundo su pene gorgoteó su leche nutritiva.

FabiÔn jadeaba emocionado, desinflando su pene, estaba a punto de caer en la cama, pero Rodrigo tenia la vista fija en un solo sitio... 2 canicas que colgaban como péndulos entre las piernas del que alguna vez fue peón en su hacienda. Tenia que hacerlo, se sentía con potestad, con entusiasmo para levantar la pierna contra sus bolas.

Y asĆ­ lo hizo.

Levantó  con tanta fuerza la pierna, que las bolas se estrellaron contra la pelvis y FabiĆ”n dio un brinco en el aire y cayó al suelo, instantĆ”neamente Rodrigo se paró de la cama con el pecho todavĆ­a llenó de semen y se acerco a su adolorida pareja.

-permĆ­temelo por favor, quiero terminar este gran rato a mi manera.

-ay no, ay no- decƭa FabiƔn agarrƔndose los huevos.

Rodrigo quitó las manos de las bolas de FabiÔn y comenzó a frotÔrselas con cariño como si él mismo las guardara del dolor, enseguida se adueño del pene del hombre y comenzó a masturbarlo con fuerza, volviéndolo a hacer crecer.

-”aaaaayyyy!- exclamó FabiÔn.

DespuƩs de unos minutos Rodrigo masajeaba el pene de FabiƔn, masturbƔndolo con fuerza, mientras con la otra mano acariciaba los huevitos adoloridos, mientras la verga se agrandaba presa de los estƭmulos excitantes.

-acabare... -anuncio entre risas FabiƔn

-aguanta un poco- exigió Rodrigo desacelerando la fuerza de su mano.

FabiÔn cerró los ojos sintiendo como la masturbación de su pene había disminuido y ahora sentía la necesidad de botar su leche, esparcir por la cama todo su poderoso semen. La mano cerrada de Rodrigo conecto con la fuerza de un puño en la entrepierna de FabiÔn, pegÔndole de nuevo en las 2 bolas

-”ahhhhhhh!

Rodrigo tenĆ­a los ojos brillosos, viendo como las bolas del hombre se tornaban rojizas y comenzaban a crecer, mientras el pene continuaba semiduro soltando lĆ­quido preseminal.

-lindo- dijo.

FabiÔn lo miró, estaba muy excitado, vio como los 2 huevos del veterinario también se mecían, allí, redondos, y vulnerables, recogió su pierna disimuladamente y cogiendo fuerza, empujo el pie a los testículos de Rodrigo.

El hombre recibió el golpe abriendo los ojos y la boca, cayendo a un lado de FabiÔn agarrÔndose sus huevos, grandes, frÔgiles que enviaban el dolor a su estomago.

-para la próxima… cuida tambiĆ©n tus bolas- aconsejo FabiĆ”n acariciando sus huevos enrojecidos.

Tirados sobre la cama, estaban 2 hombres, riendo y sobando sus huevos llenos de dolor.

A partir de hoy, ellos salen del mundo ficticio de Pablo Chacón.

2 comentarios:

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    buuuu, me gustaba esta pareja

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    Me gustaria que escribas mas hitorias de mujer/hombre

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