CONTIENE:
-SEXO HOMOSEXUAL
-BALLBUSTING HOMBRE/HOMBRE
Cuando Alfredo Klem regresĆ³ del departamento de Ventas encontrĆ³ en su escritorio una carpeta con asuntos financieros y ademĆ”s con una hoja con un escrito a lĆ”piz, con el tipo de letra tan redonda y con un diminuto espacio el hombre sabĆa de quien se trataba. En el texto se leĆa:
Me gusta el clima frĆo, la lluvia, la comida mexicana, el dulce de leche y en especial me gustas tĆŗ.
Alfredo dibujĆ³ una pequeƱa sonrisa doblĆ³ la hoja y guardĆ³ en su bolsillo, no tardĆ³ mĆ”s de cinco minutos en subir a la oficina de Pablo para encerrarse bajo llave con Ć©l y empezar a besarlo hasta llegar a meterse la polla en la boca y chuparla.
Pablo sujetaba la cabeza de Alfredo entre sus piernas casi no jadeaba para evitar que las secretarias afuera le escucharan aunque era la lengua y los labios de Alfredo quienes rompĆan con el momentĆ”neo silencio.
Pablo cerraba los ojos ante tan espectacular mamada, los labios gruesos comprimĆan su ya venosa verga.
Sus enormes testĆculos habĆan ya ascendidos y sentĆa como la leche se acumulaba en su falo a punto ya de ser liberada.
—Me corro ya, falta poco.
Me gusta el clima frĆo, la lluvia, la comida mexicana, el dulce de leche y en especial me gustas tĆŗ.
Alfredo dibujĆ³ una pequeƱa sonrisa doblĆ³ la hoja y guardĆ³ en su bolsillo, no tardĆ³ mĆ”s de cinco minutos en subir a la oficina de Pablo para encerrarse bajo llave con Ć©l y empezar a besarlo hasta llegar a meterse la polla en la boca y chuparla.
Pablo sujetaba la cabeza de Alfredo entre sus piernas casi no jadeaba para evitar que las secretarias afuera le escucharan aunque era la lengua y los labios de Alfredo quienes rompĆan con el momentĆ”neo silencio.
Pablo cerraba los ojos ante tan espectacular mamada, los labios gruesos comprimĆan su ya venosa verga.
Sus enormes testĆculos habĆan ya ascendidos y sentĆa como la leche se acumulaba en su falo a punto ya de ser liberada.
—Me corro ya, falta poco.
Alfredo continuĆ³ inclinado metiendo lo mĆ”s profundo de su boca aquel pollĆ³n, Pablo no pudo contener mas placer y eyaculĆ³ sobre la lengua de Alfredo que procediĆ³ a tragarse aquel semen con sabor fuerte y cĆtrico.
Cuando finalmente habĆa dejado de expulsar aquel maremoto caliente, el forzudo rubio continuĆ³ limpiando el pene a lengĆ¼etazos. GuardĆ³ el guevo ya flĆ”cido en el pantalĆ³n de Pablo y este le limpiĆ³ parte de la barbilla con la mano sino procediĆ³ tambiĆ©n a besarlo tragando tambiĆ©n parte de sus residuos.
—Me gustĆ³ tu carta.
—Lo sĆ©. Pero lo que me gustĆ³ mĆ”s es que pasaras estas fechas conmigo —Alfredo sonriĆ³—. ¿QuĆ© dijo tu madre cuando supo que no viajarĆas para pasar navidades con ellos?
—Se puso triste —contestĆ³ Alfredo—, dijo que en el aƱo poco nos veĆamos y que ahora menos.
—¿Y el coronel Klenm?
—No me importa lo que diga mi padre —respondiĆ³ crudamente el hombre, prefiriĆ³ cambiar de tema—. ¿Saldremos esta noche?
—Bueno quizĆ”s puedas viajar en aƱo nuevo con tu familia, el trabajo arrancarĆ” el 18. IrĆ© contigo y dirĆ”s que soy tu mejor amigo o cuƱado ja,ja,ja,ja.
Los labios de Alfredo se apretaron recordando que habĆa dicho a su madre que pasarĆa el resto del mes de diciembre con su nueva novia. PrefiriĆ³ insistir en su pregunta para desviar la conversacion.
—No puedo —respondiĆ³ Pablo consciente en el cambio de humor de Alfredo—. Acaba de llegar el tĆo Gaspar de Miami, mi padre estĆ” organizando algo en la casa. Iremos, ya despuĆ©s planeamos si salimos o no.
—Ahora entiendo por quĆ© Marcos se fue tan temprano. ¿Y tu tĆo harĆ” las paces con Lucas?
Pablo suspirĆ³.
—No creo. La casa creo que debe estar como un ring de boxeo en este momento.
—¿Por quĆ©?
—Gaspar estĆ” molesto de quĆ© papĆ” ayudĆ© a Lucas, Ć©l sigue negando que sea su hijo, y son como dos gotas de agua.
—¡Que desgraciado!
—Antes de que Lucas apareciese, Gaspar habĆa dicho que venĆa este diciembre como su hijo ahora vive en nuestra casa negĆ³ venir. Hace poco tiempo papĆ” lo contactĆ³ y le dijo que Lucas viajarĆa a Miami para pasar las fechas con sus amigos.
—Pero Lucas no se ha ido.
—SĆ, papĆ” lo engaƱo, cuando se tragĆ³ esa mentira Gaspar enseguida confirmĆ³ su viaje para acĆ”.
—Que cobarde es.
—Pues sĆ, lo peor es que ni tanto Lucas y Gaspar saben que se verĆ”n hoy. MamĆ” discutiĆ³ mucho eso con papĆ”, le parece una idea nefasta.
—Ya quisiera ver la cara de tu tĆo cuando se vea con Lucas, matarĆ” a tu papĆ” por haberlo engaƱado, y Lucas tambiĆ©n se decepcionarĆ”.
Pablo confirmĆ³ lentamente tragando saliva, ojalĆ” los acontecimientos en casa se desarrollaran con normalidad.
...
SimĆ³n fue hasta el aeropuerto para recibir a Gaspar, mĆ”s que tĆo y sobrino parecĆan hermanos, quizĆ”s por la corta diferencias de edad. Durante aquella estadĆa Gaspar accediĆ³ a dormir en casa de Marcos donde se celebrarĆa una reuniĆ³n por el arribo del hermano.
—Lucas es un buen muchacho —decĆa Marcos ChacĆ³n al estar en el jardĆn con su Gspar—, verlo es como verte a ti.
—Marcos, no insistas ese muchacho no me interesa. Nunca he querido tener hijos.
—¿CĆ³mo puedes decir eso? Y andar por la vida regando hijos como si fueras una planta. En algĆŗn momento te arrepentirĆ”s.
—No seas iluso, Marcos. Y no me jodas toda la estadĆa de diciembre aquĆ porque vine fue a compartir no para hacer de papĆ”.
Marcos ChacĆ³n consultĆ³ su reloj y dio una risa burlista.
—Nunca fallo esta es la hora en que llega, por allĆ” viene Lucas.
Gaspar girĆ³ la cabeza en direcciĆ³n a la calle, observĆ³ que Lucas tenĆa la vista fija en Ć©l y su cara tampoco denotaba felicidad, el joven cargaba un bolso sobre la espalda un pequeƱo short que denotaba el dibujo de su paquete y una franela sucia, venĆa de su Ćŗltimo entrenamiento de fĆŗtbol en el aƱo.
—¿QuĆ© mierda es esta, Marcos? Me habĆas dicho que ese pelao se habĆa ido del paĆs. ¿QuĆ© es esto? ¡Me engaƱaste!
—Tienen que reconciliarse.
—¡Come mierda, Marcos! No puedes pretender que sea como tĆŗ. ¡Come mierda!
El licenciado dio media vuelta y penetrĆ³ a la casa, Marcos ChacĆ³n lanzĆ³ un suspiro y esperĆ³ a que el muchacho llegara al hogar.
—TĆo —saludĆ³ Lucas abriendo la puerta de entrada—. ¿QuĆ© hace ese hombre aquĆ?
—Ese hombre es tu padre.
—Siempre ha negado serlo. Te considero mĆ”s mi padre que a Ć©l. ¿Por quĆ© no me avisaste que venĆa?
—Quiero que dialoguen y se reconcilien.
—EstĆ”s pidiendo mucho tiempo. No tengo Ć”nimos de compartir con Ć©l. Voy a ignorarlo. Espero que respetes mi decisiĆ³n.
Agachando la cabeza Lucas penetrĆ³ al interior de la casa, Marcos ChacĆ³n lanzĆ³ un otro suspiro, derrotado se dirigiĆ³ a la cocina, allĆ encontrĆ³ a su esposa comiendo del pastel de chocolate con frutas y nueces tradicional de navidad.
—Gaspar entrĆ³ hecho una furia, iba diciendo que se largarĆa maƱana mismo —tendiĆ³ una rebanada al marido—. Mucho te dije que no debĆas organizar una reuniĆ³n asĆ. Gaspar es muy desprendido —Marcos observĆ³ desde la ventana que Gaspar entablaba conversaciĆ³n con SimĆ³n que preparaba una barbacoa—. Espera, SimĆ³n sabe como calmarlo.
—Gaspar debe cambiar.
—Deja que SimĆ³n lo calme, son muy amigos.
Lucas ChacĆ³n subiĆ³ a su habitaciĆ³n dejĆ³ el morral sobre el mueble y sudado se acostĆ³ en su cama, dispuesto a quedarse ahĆ encerrado la estadĆa de Gaspar ChacĆ³n en esa casa.
—¡Hey, Vicente! —saludĆ³ al chiquillo cuando se asomĆ³ a la puerta acostumbraba a cargarlo, jugar con el y enseƱarle fĆŗtbol. El niƱo se lanzĆ³ sobre la cama y Ć©l lo cargĆ³.
—¿Sabes? ComprĆ© galletas oreo antes de venir. ¿Quieres?
—¡SĆ!
Lucas a toda velocidad llegĆ³ a su mochila, la abriĆ³ mirando por la ventana que daba directo al patio, allĆ” estaba Gaspar hablando con SimĆ³n que encendĆa el carbĆ³n para la barbacoa. Lucas sacĆ³ un balĆ³n de fĆŗtbol y hurgando mĆ”s abajo del bolso encontrĆ³ el paquetito de galletas. Vicente ya estaba a su lado.
—Ten —ofreciĆ³ Lucas—, dos galletas para ti y dos para mi.
Mientras el niƱo comĆa dedicadamente el dulce, Lucas volviĆ³ a mirar por la ventana mientras acariciaba el balĆ³n como si se le ocurriera una grandiosa idea mirĆ³ la pelota y a los hombres en el patio.
—Hey, Vicente, vamos a jugar fĆŗtbol abajo.
—¡SĆ!
AgarrĆ”ndolo de la mano ambos bajaron hasta la sala de estar, atravesaron la cocina y salieron al patio. Gaspar se dedicĆ³ a ignorar a Lucas, SimĆ³n tomaba una cerveza frĆa y Marcos ChacĆ³n se acercaba a ellos.
Lucas se dedicĆ³ a hacerle cortos y ligeros pases a Vicente que feliz acertaba.
Marcos hablaba calmadamente y Gaspar negaba con la cabeza. SimĆ³n mediaba riendo y moviendo las manos.
Lucas llevo el balĆ³n a los pies de Vicente que correspondiĆ³.
—Vicente, observa este gran golazo.
El niƱo se quedĆ³ expectante mirĆ”ndole con ojos iluminados. Lucas se arrodillo acomodando la pelota, tenĆa la vista fija en uno de los tres hombres que conversaban. Se enderezĆ³ maquinando su tĆ©cnica como si estuviese frente a una arquerĆa y pateĆ³ la pelota.
Gaspar ChacĆ³n era inocente del potente golpe que iba a sentir, dentro de su pantalĆ³n sus testĆculos pendulares casi perfectamente redondos y colgantemente pesados descansaban en su escroto, su pene grueso estaba ladeado a la derecha.
Fue un golpe violento y seco.
POFF
Gaspar gruĆ±Ć³ y se encorvĆ³, un rastro de saliva saliĆ³ volando de su boca.
—¡Mis bolas! —gritĆ³ antes de caer serpenteando de lado a lado en el suelo.
—¡¿QuĆ© pasĆ³, Lucas?!
—Lo siento, tĆo. Estaba enseƱando a Vicente unas nuevas tĆ©cnicas y se me escapĆ³ el balĆ³n. No era mi intenciĆ³n, disculpa.
—¡Lucas ve a tomar una ducha que en un momento vamos a comer!
Lucas confirmĆ³ con la cabeza, bajĆ³ la mirada y entrĆ³ a la casa con el ceƱo fruncido del tĆo encima, vio que Gaspar seguĆa moviĆ©ndose en el suelo mientras SimĆ³n intentaba consolarlo. Ya dentro de la cocina Lucas soltĆ³ una risotada sin darse cuenta que la tĆa Jenny lo observaba. El muchacho luego fue al baƱo y se ducho.
Media hora mĆ”s tarde Lucas regresĆ³ al patio donde parte de la familia estaba reunida charlando, Ćŗnicamente faltaba Pablo. El chico futbolista prefiriĆ³ sentarse a un lado con su prima Yenny, casi en susurro hablaron de los acontecimientos de ese dĆa. Gaspar estaba enfrascado en una perorata de litigios de empresas seguĆa ignorando a Lucas aunque en ocasiones le lanzaba malas miradas, Marcos ChacĆ³n en ocasiones hablaba de la uniĆ³n familiar en especial en fechas de navidad.
Aquellas personas charlaban y reĆan en el patio todo parecĆa en normalidad, comĆan y bebĆan a gusto. Hubo un momento en el que Gaspar se ausentĆ³ para ir al baƱo. Lucas tragando saliva se acercĆ³ al tĆo.
—Tengo ganas de hablar con mi padre —le explicĆ³ casi en susurros—. AprovecharĆ© la intimidad de la casa para comunicarnos. ¿PodrĆa?
—Pues, claro. Felicitaciones, ve y aprovecha, hablen sin miedo pueden mejorar su relaciĆ³n.
Lucas corriĆ³ a la casa, caminĆ³ en direcciĆ³n al baƱo y allĆ escuchĆ³ el sonido del orine chocando con el retrete, luego a su oĆdo llegĆ³ el cierre del pantalĆ³n y el agua del grifo. Cuando la puerta se abriĆ³ ambos hombres se encontraron cara a cara. Gaspar adoptĆ³ una mirada entre odio y furia.
—¿QuĆ© quieres aquĆ vividor? —dijo Gaspar—. A leguas se te nota la costura. ¿Quieres dinero, verdad? Pues olvida eso porque de mi parte no tendrĆ”s nada, no eres mi hijo y nunca lo serĆ”s.
—Soy tu hijo y lo sabes.
—Nunca he querido tener hijos. Las mujeres son fĆ”ciles y nunca pueden resistirse ante mi.
La sonrisa arrogante de Gaspar desapareciĆ³ cuando cinco dedos se clavaron contra su entrepierna. La mirada de Lucas habĆa cambiado a pesada y su boca estaba cerrada. Los ojos de Gaspar se desorbitaron en dolor, su boca formĆ³ una "O" perfecta pero ningĆŗn sonido escapĆ³ de ella. El joven lo agarrĆ³ como una marioneta y lo empujĆ³ contra la pared colocando el antebrazo en su garganta.
—¿QuĆ© acabas de decir? Que mi madre era una puta y no pudo resistirse a ti. ¡Explica!
Gaspar escapĆ³ un chillido parecĆa que sus testĆculos iban a ser arrancados de su cuerpo por aquel desdichado cabrochico.
—¡Si has tenido los huevos para regar hijos por el mundo, ten la valentĆa de responder por ellos. SE HOMBRE UNA VEZ EN TU MISERABLE VIDA. O QUIERES QUE TE AYUDE A ARRANCARLOS. TE HARE LA VASECTOMIA.
Gaspar estaba balbuceando con ganas de llorar, podĆa sentir sus pelotas como si fueran a quebrarse en la alargada mano de aquel muchacho.
—Suel... mucha... me haces... da... daƱo.
—Repite lo que acabas de decir tan idiota de todas tus mujeres. REPITE O TE LAS QUIEBRO.
Lucas volviĆ³ a apretar con intensidad, Gaspar casi perdĆa la fuerza y las rodillas se le doblaban, sus ojos estaban hĆŗmedos. SoltĆ³ las manos de la muƱeca del chico y rĆ”pidamente llevo los dedos a la entrepierna del futbolista agarrando tambiĆ©n el inmenso par de huevos indefensos -que eran tan grandes como los suyos-.
Lucas saltĆ³ de sorpresa lanzando un grito desprevenido aun asĆ no soltĆ³ los testĆculos de su padre.
Al mismo tiempo, los hombres estaban chillando y sufriendo. Gaspar jadeo en busca de aire, despuƩs de sentirse asfixiado por sus bolas, las piernas temblaban sin control.
Lucas estaba desesperado su dominancia disminuyĆ³ cuando le apretaron aquellas grandes papas en medio de sus piernas.
Y asĆ fue como Gaspar se dio cuenta de los grandes huevos que tenĆa Lucas, sin embargo al tener mĆ”s masa muscular estrujĆ³ los testĆculos con toda la fuerza que pudo reunir.
—¡AAAHHHHH! —chillĆ³ Lucas al sentir sus testĆculos crujir. Fue tan rudo su dolor que automĆ”ticamente soltĆ³ los huevos de su padre para ejercer presiĆ³n sobre la mano de Gaspar.
—SerĆ” mejor que aprendas a respetar, niƱo. DeberĆas de estar agradecido que Marcos se compadeciĆ³ de ti y te da comida y techo.
La mano de Gaspar se ponĆa blanca mientras los ojos de Lucas se desorbitaban y su boca se abrĆa como plato.
—Agradecido debes estar tĆŗ —hablĆ³ de manera seria la voz de Pablo. Estaba parado en el umbral marcando un prominente bulto, aunque nadie allĆ se dio cuenta por el miedo.
Gaspar instantĆ”neamente soltĆ³ de los cojones a Lucas y este cayĆ³ al piso agarrando sus testĆculos susurrando adolorido. Pablo siguiĆ³ mirando de mala manera a su tĆo.
—Agradecido de tener un buen hermano que siempre se ha hecho cargo de enmendar tus errores. ¿O ya olvidas el pasado, Gaspar? ¿CĆ³mo te atreves a hacerle eso a Lucas?
—Ćl comenzĆ³, Pablito.
Luchas se acurrucĆ³ en el suelo cerrando los ojos.
—Sal de aquĆ, Gaspar —ordenĆ³ Pablo—. No le contarĆ© nada a mi padre y espero que ustedes no lo hagan. No daƱare estas fechas.
Gaspar confirmĆ³ con la cabeza y saliĆ³ con la mirada baja. Pablo se acercĆ³ a su primo.
—¿EstĆ”s bien? Vamos, te ayudarĆ© a parar. Ya enseƱaremos a tu padre a respetar.
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