Navidades Felices (2/2) - Las Bolas de Pablo

Lo mƔs nuevo

19 dic 2015

Navidades Felices (2/2)

Esta es la ultima historia por este aƱo, de mi parte no queda mas que dar las gracias por leer y seguir el blog por otro aƱo y nos volvemos a leer en 2016. Felicess fiestas y feliz aƱo nuevo.

CONTIENE:

-SEXO HOMOSEXUAL
-SEXO HETEROSEXUAL
-HISTORIA SIN BALLBUSTING

   Gaspar ChacĆ³n desde su primer dĆ­a de visita a sus familiares prefiriĆ³ cambiar de planes y dormir en casa de SimĆ³n. Sus cambios de planes fueron tan radicales que sus vacaciones en el paĆ­s no duraron el  tiempo estipulado sino que se marchĆ³ a los tres dĆ­as del recibimiento dejando pendiente una venganza fraguada entre Lucas y Pablo que guardaron el secreto entre el mal encuentro entre padre e hijo.

   La maƱana del 25 de diciembre Pablo despertĆ³ en casa de Alfredo ambos estaban metidos en su cama y el hijo de Marcos ChacĆ³n recibĆ­a los besos del forzudo por su pecho.

   —¿CĆ³mo has pasado esa noche buena que te di?

   —¿Que me diste, Alfredo? Creo que ambos nos dimos una buena noche buena. Ja,ja,ja.

   —Te amo, Pablo —asegurĆ³ Alfredo besĆ”ndole y agarrando el duro y grueso miembro del muchacho para masturbarlo.

   —¡Uuuuuufffff!

   —¿Te gusta, eh? Lo sĆ©.

   EmpezĆ³ a mover la mano cada vez mĆ”s rĆ”pido, mientras Pablo se relajaba cerrando los ojos y jadeaba.

   La cabeza del pene de Pablo tan sonrosado sobresalĆ­a bajo la gruesa mano de Alfredo, la verga se ponĆ­a tan grande y robusta como sus inmensos testĆ­culos ascendĆ­an dentro del colgante saco escrotal.

   Alfredo no se detenĆ­a, tampoco paraba los besos y acariciaba con las otra mano el pecho y cuello de Pablo que suspiraba deleitado.

   —Ya... ya... ya falta poco... voy a...

   Una explosiĆ³n de semen saliĆ³ volando de la punta de la polla de Pablo surcando el aire para aterrizar sobre su ondulado abdomen, lucĆ­a blanco y caliente, grueso y pegajoso. Otra expulsiĆ³n se quedaba entre los dedos de Alfredo y otros humedecĆ­an las sĆ”banas.

   —Creo que tendremos que ducharnos —aseguro rato despuĆ©s Alfredo tras besar en la boca a Pablo.

   —Vamos, ahĆ­ seguimos con la acciĆ³n. Te invito despuĆ©s al desayuno.

   —Si es que hay algo abierto por ahĆ­.

   —Si lo hay, navidad no es tan importante como aƱo nuevo.

   Cuando ambos salieron abrazados y desnudos de la alcoba de Alfredo y se disponĆ­an a entrar al baƱo oyeron desde la calle el estacionar de un vehĆ­culo. Alfredo doblĆ³ las cejas.

   —Ven, entra, eso no es aquĆ­. Las visitas a primera hora un 25 de diciembre estĆ”n prohibidas.

   —IrĆ© a ver.

   Pablo abriĆ³ la llave de la regadera el agua estaba tibia y sonriĆ³, dando un suspiro espero la llegada de Alfredo que regresĆ³ exaltado.

   —¡Son mis padres! ¡Viajaron hasta aquĆ­! Ve a esconderte.

   —¿QuĆ©? Estas loco, Alfredo. Mi vehĆ­culo estĆ” en el garaje.

   —¿Que hago, quĆ© hago?

   Alfredo seguĆ­a nervioso pues sus padres ignoraban que era gay. Pablo intentĆ³ tranquilizarlo habĆ­a adquirido la coloraciĆ³n de un papel y ya se escuchaban sus llamados desde la puerta.

   —RecĆ­belos.

   —No puedo... ¿QuĆ© hago contigo?

   —Se me estĆ” ocurriendo algo. Ve a vestirte y recĆ­belos.

   —No.

   —ConfĆ­a en mi. Ve. EstarĆ”s bien.

   Alfredo lo mirĆ³ suplicante, dio media vuelta y lanzĆ³ un grito en seƱal de que ya abrirĆ­a. Se fue a la habitaciĆ³n y de un puntapiĆ© lanzĆ³ su ropa interior bajo la cama rĆ”pidamente se colocĆ³ un pantalon y luego una franelilla. Pablo tambiĆ©n entrĆ³ a la habitaciĆ³n mientras Alfredo salĆ­a con las llaves.

   "Puta madre" pensaba Pablo mirando las cobijas" eso estĆ” lleno de semen "comenzĆ³ a limpiar con su mano pero recordĆ³ que debĆ­a vestirse lo mas pronto posible.


   Afuera Alfredo retenĆ­a lo mĆ”s posible a sus padres, su madre era un mujer regordeta de ojos claros y cabellos castaƱos. Su padre por el contrario estaba erguido con cabellos rubios y barba poblada, su tez parecĆ­a severa y de actitud firme, como su carrera militar, Alfredo quizĆ”s en algunos aƱos se parecerĆ­a a Ć©l.

   —Quisimos darte este regalo de navidad, mi amor.

   —Gracias, mamĆ”, pero me hubiera gustado que me avisaran para estar preparado y hasta tenerles un desayuno... digno.

   —Es lo de menos —negĆ³ el coronel Klemn—, traemos la comida que preparamos para la temporada y regalos que mandĆ³ tu hermana.

   —QuĆ© pena con ustedes. Para estar a esta hora aquĆ­ tuvieron que haber salido en la madrugada.

   —Me gusta viajar asĆ­, Alfredo, lo sabes. Y tu madre fue la de la idea.

   —¿Nos invitas a pasar, hijo? ¿Ese vehĆ­culo de quien es? No sabĆ­a que habĆ­as comprado otro. ¿Estas con alguien? Oh, perdĆ³n. ¿Somos inoportunos?

   —No, mamĆ”, para nada —negĆ³ Alfredo creyendo que el corazĆ³n le saldrĆ­a por la boca—. Es... es un amigo que estĆ” aquĆ­ —su mamĆ” lo mirĆ³ fijamente y el coronel Klemn carraspeĆ³—. Pasen para que lo conozcan.

   Alfredo casi iba temblando de nervios y no por el frĆ­o que hacĆ­a, su madre preguntaba por quĆ© estaba ahĆ­ un amigo y el prefiriĆ³ callar, el coronel Klemn tenia el semblante mas duro que de costumbre, con la cara cuadrada de molestia.

   Cuando penetraron al interior consiguieron a Pablo sentado en el mueble usando el celular no estaba tan prolijo como la noche anterior pero el haberse vestido tan rĆ”pido lo hacĆ­a ver aceptable.

   —Pablo ellos son mis padres: Elsa y Jhon.

   Pablo intentĆ³ dar una sonrisa mientras lucĆ­a una faceta triste. SaludĆ³ dando un apretĆ³n de manos.

   —Feliz navidad, seƱores —deseĆ³—.  AdemĆ”s, quiero felicitarlo por haber tenido un hijo tan bueno.

   Alfredo lo mirĆ³ con los ojos abiertos mientras la seƱora Elsa se sorprendĆ­a, John Klemn cruzaba los brazos y Pablo continuĆ³ con su dramatizacion.

   —Es uno de los mejores amigos que he podido encontrar aquĆ­ —explicĆ³—. Ayer tuve una de las peores noche buena que he podido pasar con mi familia, mi familia es totalmente disfuncional. Y Alfredo, muy amablemente me llamĆ³ y se asegurĆ³ de aconsejarme y escuchar mis penas. ¡Gracias, Alfredo!

   —De... ¿nada?

   —Ahora bien, veo que llegaron tus padres y serĆ” mejor que me vaya. Ya me siento mejor. Y estoy seguro que lo pasaras muy bien con ellos como lo mereces.

   —Por el contrario muchacho, quĆ©date.

   —Oh no, seƱora. Ya hoy me siento mejor que ayer. Ustedes querrĆ”n hablar y no los culpo. Me irĆ©.

   —Quedate con nosotros para el desayuno.

   —Gracias, seƱor, pero ya me puse en contacto con una amiga e irĆ© hasta su casa. Me gustarĆ­a quedarme pero ya la llamĆ©. De nuevo, un placer conocerlos y gracias por todo, Alfredo.

   Pablo se despidiĆ³ y saliĆ³ acompaƱado de Alfredo mientras la seƱora Elsa exclamaba una expresiĆ³n a su esposo sobre "ese pobre muchacho". El coronel Klemn doblaba la boca en seƱal de desinterĆ©s y se sentaba en el mueble quitĆ”ndose las botas. La seƱora Elsa tambiĆ©n saliĆ³ al vestĆ­bulo impidiendo asĆ­ alguna clase de comunicaciĆ³n entre Pablo y Alfredo.

   Cuando pudo escribirle un whatsapp situado frente a un semĆ”foro Pablo texteĆ³ con una amplia sonrisa.

   "Muy triste con mi familia disfuncional. JAJAJA! Cuando ayer estuvimos gozando y riendo hasta tarde con ellos, muy bueno me saliĆ³ la obra verdad? Sorry por mentirle a tus padre pero fue lo Ćŗnico que se me ocurriĆ³. Te amo mucho, feliz navidad y que pases unos bonitos dĆ­as con ellos. Deseo que puedas mejorar la relaciĆ³n con el coronel Klemn y sĆ­, cuando estĆ©s viejo te parecerĆ”s a Ć©l, sĆ³lo que no te dejarĆ© crecer la barba y no incrementare tu malhumor que se lo ganaste en herencia".

   Alfredo leyĆ³ el mensaje y sonriĆ³. SeguĆ­a mintiendole a sus padres sobre la "disfuncional" familia de Pablo, un padre borracho y una esposa que lo engaƱaba y donde cada fiesta terminaba a golpes.

   Pero Ć©l siempre habĆ­a tenido mala relaciĆ³n con el coronel Klemn que desde su crianza le habĆ­a dado un trato cruel con mano dura, Alfredo habĆ­a desarrollado un resentimiento por Ć©l, inclusive de joven su padre lo habĆ­a obligado a entrar a la escuela militar, deseaba que siguiera sus pasos, en aquella oportunidad Alfredo pudo huir del escuadrĆ³n y cuando John Klemn lo consiguiĆ³ escondido en casa de un amigo lo sacĆ³ a fuertes golpes humillĆ”ndolo en el lugar, nuevamente lo encerrĆ³ en el sitio militar, deseaba que su Ćŗnico hijo varĆ³n siguiera sus pasos. Alfredo estuvo allĆ­ encerrado por 7 largos meses. Cuando pudo reunir un buen capital pudo huir de madrugada asĆ­ fue como pudo llegar a la ciudad y pasar por un largo y tortuoso camino para llegar a donde estaba ahora.

   —Eres una vergĆ¼enza como hijo —le habĆ­a reclamado mĆ”s de una vez el coronel Klem.

   Ahora sentado en el mueble, Alfredo le observaba, estaba mĆ”s viejo sĆ­ pero aun con ese intimidante porte marcial.

   —Te comprĆ© turrones —rompiĆ³ el silencio el coronel.

—¿QuĆ©, tu a mi? —preguntĆ³ su hijo incrĆ©dulo.

   —Te comprĆ© turrones. Recuerdo que te gustaban para navidad de pequeƱo. Por ahĆ­ estĆ”n, Elsa, mujer, ve a buscarlo.

   —Gracias —susurrĆ³ Alfredo sorprendido y confundido.


...

   Yenny ChacĆ³n tocaba la puerta de la habitaciĆ³n de Lucas, Ć©l ya previa comunicaciĆ³n por celular le habĆ­a dicho que estaba despierto. Ɖl le abriĆ³ la puerta.

   —Hola, feliz navidad —deseĆ³ la prima dĆ”ndole un beso y un abrazo—. ¿QuĆ© haces?

   —Veo televisiĆ³n —respondiĆ³ Lucas cerrando la puerta tras ella.

   —Vine a entregarte tu regalo de navidad.

   —Oh, ¡gracias! —sonreĆ­a Lucas sonrojando las mejillas apenado porque no habĆ­a comprado ningĆŗn regalo para la chica. LanzĆ³ su peculiar sonrisa de aspecto angelical.

   —Espero que lo disfrutes mucho.

   —SĆ© que lo harĆ© —confirmĆ³ el muchacho empezando a quitar la envoltura de lo que parecĆ­a una caja. MoviĆ³ con cuidado la cinta roja y luego la bolsa con dibujos de arboles de navidad de distintos colores. Al quitar todo abriĆ³ los ojos sorprendido—. ¡Oh, wow, gracias. No me los esperaba!

   —Ja,ja. Recuerdo que hace dos semanas tus audĆ­fonos se te habĆ­an daƱado y que estabas molesto por eso.

   —¡Wow! Y con sonido HD.

   Yenny sonriĆ³ y Lucas la abrazĆ³ tan duro sosteniendo un par de audĆ­fonos color azul.

   —Lo confieso, te debo tu regalo —la mirĆ³ a los ojos verdes—, serĆ” para aƱo nuevo.

   —Despreocupate.

   —¡Ya sĆ©!

   —¿QuĆ© sabes?

   —Te darĆ© un mejor regalo. Mi declaraciĆ³n.

   —¿Tu declaraciĆ³n? —Yenny riĆ³—. EstĆ”s loquito.

   —Mi declaraciĆ³n de amor, desde que te vi me gustaste y sĆ© que yo a ti tampoco te soy indiferente.

   —¡EstĆ”s loquito, Lucas!

   —SĆ© que tambiĆ©n te gusto. Y ese novio que tienes a escondidas no te conviene para nada. DeberĆ­as terminar con Ć©l.  Vamos a probar.

   —Somos primos, Lucas. Y mi relaciĆ³n con Kevin quizĆ”s no sea la mejor pero ya va a fluir.

   —¿A fluir? Te estĆ” usando.


 El rostro amigable de Yenny empezaba a transformarse a confusiĆ³n para dar paso a molestia. Lucas antes de que ella dijera algo optĆ³ por callar, cerrĆ³ los ojos y se acercĆ³ a ella con los labios abiertos. Yenny ChacĆ³n no se moviĆ³, aguardĆ³ y con su boca hizo contacto con los labios de Lucas, se besaron. Lucas la agarrĆ³ de los brazos y la acercĆ³ a Ć©l, ella de pronto acariciĆ³ su espalda, era cierto, le habĆ­a gustado el primo desde el primer momento que lo vio llegar a casa.

   —Detente —pidiĆ³ ella alejĆ”ndolo.

   —PerdĆ³n, perdĆ³n no querĆ­a molestarte.

   —No, Olvidalo. AquĆ­ no ha pasado nada entre nosotros.

   —Yenny tĆŗ y yo podemos hablar con el tĆ­o y Ć©l aceptarĆ”.

   —Has silencio. No te hagas una pelĆ­cula que entre nosotros no ha pasado mĆ”s que yo darte un regalo.

   Yenny dio media vuelta y saliĆ³ sin hacer mucho ruido de la alcoba. Lucas se sentĆ³ en la cama preocupado consciente de que quizĆ”s se meterĆ­a en un problema, le costarĆ­a seis minutos a su pene bajar aquella erecciĆ³n.

   Yenny no contarĆ­a nada de lo ocurrido en la pieza de Lucas, de hecho paso frente a la habitaciĆ³n de sus padres riendo al rememorar aquel beso.

   Dentro de la alcoba de los dueƱos de aquella casa Marcos ChacĆ³n se acostaba en la cama sosteniendo el celular con la mano.

   —Estoy llamando a mi hermano Omar y no me contesta. Igualmente telefoneo a Douglas y tampoco tengo retorno.

   —Igual es muy temprano para llamar, ChacĆ³n.

   —SeguirĆ© intentĆ”ndolo.

   La seƱora Yenny de ChacĆ³n se acomodĆ³ en la cama cerca de su marido, acariciando su rostro y ronroneando.

   —Esa gata como que quiere leche —riĆ³ su marido dejando el celular a un lado. Con ese comentario su esposa ronroneĆ³ como una confirmaciĆ³n.

   Marcos ChacĆ³n se recostĆ³ en la cama mientras su mujer se sentaba encima de Ć©l para acariciar con sus uƱas los fuertes pectorales del hombre. A ese punto la polla comenzĆ³ a endurecer bajo la pelvis de su mujer que tambiĆ©n se movĆ­a excitandole.

   —¿Quieres leche, gatita? Ja,ja,ja.

   La seƱora Yenny besĆ³ el cuello de su esposo y luego hizo cĆ­rculos alrededor del pezĆ³n marron del seƱor ChacĆ³n. Le abriĆ³ de a poco el pantalĆ³n y agarrĆ³ con firmeza el duro pene.

   —¡Oh, mi amor!

   La seƱora Yenny descubriĆ³ el blanco pene, metiĆ³ los grandes huevos en la boca y dedicĆ³ su lengua a cada uno. Eran grandes, velludos y robustos. Marcos reĆ­a y pedĆ­a que se tragara su polla. La seƱora Yenny gimiĆ³ y abriĆ³ muy grande la cavidad bucal poco a poco empezĆ³ a meter el largo pene de su marido a lo mĆ”s profundo de su garganta. Dentro de los cojones de Marcos ChacĆ³n hervĆ­a su grueso lote de semen, pegajoso y nutritivo que sĆ³lo en algunos segundos su esposa disfrutarĆ­a en deglutir. 


...

   Israel se encontraba en la planta abajo hablando por celular con sus hijos, el niƱo relataba la fabulosa tablet que encontrĆ³ bajo el Ć”rbol de navidad mientras la nena al tomar el aparato preferĆ­a obviar el regalo que recibiĆ³ para mejor contar sus sentimentalismos:

   —Quiero verte, papi. Ya es mucho tiempo que no te veo. Quiero abrazarte.

   —He estado muy ocupado, lindura. Pero te aseguro que para fin de aƱo estarĆ© con ustedes.

   —¿Lo prometes?

   —SĆ­, lo juro amor. Saldremos y comeremos muchos helados.

   —De fresa.

   —SĆ­... ¿EstĆ” tu madre por ahĆ­?

   —SĆ­.

   A peticiĆ³n del padre la niƱa saliĆ³ corriendo en bĆŗsqueda de su madre.

   —Raquel, feliz navidad. ¿CĆ³mo estĆ”s?

   —Israel. QuĆ© sorpresa. No esperaba hablarte.

   —Le comentaba a los niƱos que viajarĆ© para allĆ” la prĆ³xima semana.

   —Que bien. Tus hijos te estarĆ”n esperando a gusto.

   —¿DĆ³nde pasaste la noche buena?

   —En casa de mamĆ” con mi hermana y su novio y los niƱos.

   —Me alegro por ti. La prĆ³xima semana nos veremos y vamos a conversar.

   —¿De quĆ©, Israel?

   —De tĆŗ y yo, no podemos seguir asĆ­.

   —Ay, te voy a pasar a los niƱos que quieren hablar contigo, adiĆ³s y feliz navidad.

   Y asĆ­ La perra acabĆ³ con la conversaciĆ³n y con la erecciĆ³n que disfrutaba Israel. Tres minutos mĆ”s tarde la conversaciĆ³n telefĆ³nica cesaba y su hermana Yenny se acercaba a Ć©l con el plato del desayuno.

   —Que raro que papĆ” y mamĆ” no han bajado.

   —EstĆ”n todavĆ­a disfrutando su noche buena, noche buena extra.

   —Ay, no seas cochino —negaba Yenny dando pequeƱos manotazos al dentista—. MamĆ” y papĆ” ya no hacen esas cosas. ¡Puerco! —Israel reĆ­a—. Seguramente estĆ”n crudos, en la madrugada se acostaron casi de Ćŗltimos. Deben estar durmiendo.

   —Tienes razĆ³n.

   A continuaciĆ³n se escuchĆ³ el sonido de un vehĆ­culo.

   —EstĆ” llegando Pablo —se animĆ³ Yenny. Se acercĆ³ al arbol de navidad cogiendo una caja de regalo. SaliĆ³ a toda prisa al garaje.

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