Esta historia es una continuacion de: ballbusting-en-final-fantasy-parte-2
Minutos despuĆ©s de estar Squall y Zell tirados en los baƱos de Balamb, acariciando sus amoratadas bolas, Irvine llegĆ³ caminando con las piernas abiertas al sitio.
"yo estarĆ© bien, ayuda a Zell, que esta en peor situaciĆ³n" ordeno Squall
Irvine ayudo a levantar a Zell que gritĆ³ cuando sus bolas cayeron sobre sus escroto, agarrado del hombro lo ayudo a caminar.
No habĆa otra opciĆ³n, Zell debĆa pasar unos dĆas en la enfermerĆa, esa fue la decisiĆ³n de Squall cuando Irvine lo ayudo a salir del baƱo y juntos los 3 inspeccionarĆ³n las bolas hinchadas y moradas del musculoso. Casi era el amanecer e Irvine se ocupo de llamar a la Dra. Kadowaki, encargada de la enfermerĆa para que se ocupara de Zell
"deseo que me dejen sola con Ć©l” dijo la mujer cuando todos estaban reunidos en la enfermerĆa "pero Zell debe pasar unos dĆas aquĆ, mientras bajamos esa hinchazĆ³n, no estĆ”n rotos sus testĆculos, pero si, muy maltratados"
"por favor muchachos, que las chicas no se enteren” suplicĆ³ Zell, acostado en la cama
"nos ocuparemos de esto “dijo la doctora con una crema en las manos
Squall saliĆ³ de la enfermerĆa junto a Irvine ambos estaban sufriendo, aparentando caminar lo mas erguidos frente a la doctora. Las bolas de Irvine solo sufrieron un cambio de color a rojo y las de Squall estaban hinchadas completamente, pero no pasarĆa a mayores problemas en contraste a las de Zell. Les dijeron a las muchachas que Zell se habĆa ido por unos dĆas a casa de sus padres en la ciudad de Balamb. Durante las horas que siguieron Squall se encargo de buscar a Seifer, pero este hombre se habĆa esfumado del lugar, nadie tenia informacion de Ć©l, se fugo, pensĆ³ de mala gana Squall.
Al caer la tarde Squall entro en la enfermerĆa para visitar a su amigo, allĆ no estaba la Doctora Kadowaki, pero Zell estaba tumbado en la cama solo en bĆ³xer, lo saludo y le explico la mentira que le dijeron a las amigas del grupo, le dijo con odio que Seifer se habĆa escapado del colegio. En ideas generales le relato todo lo que aconteciĆ³ en el dĆa
"Squall amigo, gracias" dijo Zell "oye Squall, la doctora Kadowaki saliĆ³ hace mucho rato y no ha regresado, y a esta hora me corresponde colocarme la crema en... allĆ abajo sabes. ¿PodrĆas pasĆ”rmela? esta allĆ” en la mesa"
"si, esta bien" dijo Squall
Squall camino hasta la mesa y tomo las crema para los testĆculos de Zell
"yo me la unto" dijo el rubio
"no, deja que yo lo haga" ordeno Squall
"no, Squall, pensaran que somos marica"
"no pasara nada" aseguro Squall
Squall bajo el bĆ³xer de Zell, sus bolas seguĆan amoratadas e hinchadas, se unto la crema entre los desde y los paso suavemente por los testĆculos del muchacho. Acto seguido Squall sintiĆ³ excitaciĆ³n y Zell placer mezclado con tintes de dolor por sus genitales. Squall sintiĆ³ mucha emociĆ³n y empezĆ³ a frotar la cabeza del gran pene de Zell, pero sin darse cuenta le dio mĆ”s y mĆ”s intensidad y Zell se sacudĆa en la cama y gemĆa a medida que sus testĆculos tenĆan contacto. Zell grito de dolor al sentir que el lĆquido preseminal salĆa empujado de sus morados testĆculos a la punta de su pene ya erecto, mientras Squall masajeaba toda su zona genital con la suavidad de la crema en sus manos.
Y la verga rubia de Zell estaba ahĆ, brillando con fuerza por el lĆquido que la baƱaba, mojada, y abajo sus bolas amoratadas fabricĆ”ndole mucho semen por el contacto con las manos de Squall que lo excitaba, Zell sufrĆa por el dolor que lo invadĆa. El pene estaba hinchado, caliente. Squall paseo sus dedos por la cabeza del pene y Zell se reclino hacia atrĆ”s lleno de dolor y placer.
BajĆ³ su mano hasta el pene y comenzĆ³ a masturbarlo con fuerza mientras Zell gemĆa con el dolor de sus bolas y por el Ć©xtasis del orgasmo. Squall movĆa su mano de manera intensa, rĆ”pida. Y Zell con orgullo resistĆa el dolor. Su mano se deslizaba con mĆ”s velocidad. Arriba y abajo, abajo y arriba, rĆ”pido, y Zell podĆa sentir como su fabricada leche salia por sus tubos sexuales, su respiraciĆ³n se habĆa agitado.
Zell sintiĆ³ como nunca su leche caliente salir de su glande. Y el dolor en sus testĆculos aumento, era como si pagara el fuerte chorro de semen que eyaculo con ese insoportable dolor de testĆculos, grito desesperadamente de dolor, que hasta en el pasillo de la enfermerĆa se escucho. Eyaculo cinco disparos fuertes, cinco veces sentir una aplanadora invisible en sus bolas. Las manos de Squall se empaparon del nĆ©ctar blanco de Zell.
"que sucediĆ³ aquĆ" entro asustada la doctora Kadowaki a la enfermerĆa
"no, nada... encontrĆ© a Zell aquĆ masturbĆ”ndose" mintiĆ³ Squall guardando rĆ”pidamente sus manos en los bolsillos del jean
"¡no Zell!" regaƱo la doctora "eso no lo puedes hacer, no te puedes excitar, te matara de dolor en los testĆculos, Squall por favor sal de aquĆ"
Y Squall antes de retirarse echo una mirada a Zell que lloraba del dolor sobĆ”ndose sus moradas bolas, saliĆ³ de la enfermerĆa.
La doctora Kadowaki dejo que el dolor de Zell en las bolas mengĆara para despuĆ©s darle una tableta de antiinflamatorio que lo hizo dormir toda la tarde.
En la noche algo hizo despertar a Zell, sentĆa algo caliente entre sus labios, cuando volviĆ³ en si, era que lo estaban besando, Seifer estaba inclinado frente a Ć©l, logro separarse
"ve... vete de aquĆ" dijo Zell con miedo. Su corazĆ³n latiĆ³ con fuerza al sentir que estaba atado a la cama de brazos y piernas, por supuesto sus piernas estaban abiertas y sus bolas desnudas expuestas "no, por favor no" susurro con miedo, llorando
"tu, me gustas Zell, pero, mas me gusta hacerte sufrir" se burlo Seifer "con Squall es venganza pero contigo, es pasiĆ³n, pero... no te asuste, nadie te escuchara" y con sangre frĆa amordazo la boca de Zell con un trapo, el rubio musculoso lloraba y se movĆa en vanamente tratando de liberarse mientras Seifer caminaba hacia su entrepierna.
Con mucha fuerza Seifer enterrĆ³ su puƱo en las gĆ³nadas de Zell, el muchacho trato de gritar por el impacto del golpe, el dolor era fuerte y deseaba ayuda. NegĆ³ con la cabeza pidiendo compasiĆ³n, tratando de luchar con el dolor que estaba en su cuerpo por ya casi 24 horas. Su estĆ³mago lo sentĆa apretado. Seifer dejĆ³ caer su puƱo en las bolas de Zell de nuevo.
Zell lloro del maldito dolor en sus gordas bolas. Se sentĆa mareado, y Seifer excitado con su brazo fuerte apretĆ³ su puƱo y lo tiro entre las piernas del guerrero, sus bolas crujieron con el impacto, Zell jadeĆ³ y su cuerpo se sacudĆa por el dolor. Una y otra vez Seifer le daba puƱetazos en sus ya muy maltratadas bolas, cada vez el impacto enviaba ondas de dolor en todo el cuerpo del muchacho y sintiĆ³ que iba a vomitar.
Zell parpadeĆ³ y gimiĆ³.
Luego, lentamente, Seifer pasĆ³ la mano por el pene de Zell. Agarro sus bolas y las apretĆ³ sonriendo al ver como el muchacho contenĆa la respiraciĆ³n y abrĆa los ojos de par en par.
"¿tienes semen ahĆ guardado?" pregunto con sonrisa maligna, sin importarle las negaciones del muchacho en la cama, le jalo las bolas
ApretĆ³ las dos bolas. Luego invadido por una fuerza sobrenatural las jalo como si las fuera a arrancar y el muchacho grito pero nada se oyĆ³ por la mordaza, y el tronco de su pene se inundo de semen, eyaculando litros y litros de leche pegajosa. Seifer le sonriĆ³ con ternura y Zell lloraba del insoportable dolor de sus bolas palpitantes.
"maldita sea" dijo Seifer al oĆr pasos en el pasillo, alguien iba a allĆ "nos volveremos a ver" y saliĆ³ huyendo por la ventana por donde entro
La doctora Kadowaki entro a la enfermerĆa y grito de horror al volver a ver a Zell lleno de semen, esta vez amordazado. Le pidiĆ³ explicaciĆ³n y al amanecer ese dĆa pidiĆ³ mĆ”s seguridad para habitaciĆ³n del paciente.
15 jul 2011
Ballbusting en Final FantasyVIII (parte 3)
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Escrito por: escritor9
Zell
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Escritor de historias ballbusting.
me encantaria estar ahĆ me gustaria haber probado toda su leche sentirla como se va deslizando en mi garganta ,saborearlo con mi lengua y apretarle el glando con mis labios para sacarle toda su espesa leche
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