Los militares suelen ser crueles (3/3) - Las Bolas de Pablo

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5 jul 2011

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Los militares suelen ser crueles (3/3)

Esta historia es una continuación de: los-militares-suelen-ser-crueles-2

   Rodrigo el atractivo primo de Pablo estaba extendido en la cama en forma de "xā€. Al parecer no habĆ­a aprendido la lección y seguĆ­an tratando a todos con su arrogancia. Tenia las muƱecas y los pies firmemente atados a la madera que rodeaba la cama, no tenia medios para escapar.

   "Vamos, muchachos" suplicó asustado, y con el cuerpo cubierto de sudor.

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   Emilio y Ricardo estuvieron esperando a que despertara, cuando lo hubo hecho, lo ataron.

   "Mira, esto no es malo. SerĆ”s afortunado de no querer entrenar allĆ” afuera" dijo Emilio dĆ”ndole una patada en el escroto a su rival provocando un gemido de dolor.

   Rodrigo estaba teniendo problemas para respirar, cada vez que lo hacĆ­a sentĆ­a que se iba a morir o a desmayar, una interminable ola de dolor salĆ­a de sus bolas y pasaba a todo su fuerte cuerpo. PodĆ­a gritar o gemir, pero su corazón no dejaba de latir con violencia en su pecho.

   "Ā”Maldito!" gritó, cuando Emilio tiró de sus bolas

   Ya se sentĆ­a derrotado y frustrado. SabĆ­a que no habĆ­a manera de escapar de Emilio. TambiĆ©n sabĆ­a que no serĆ­a capaz de continuar en la milicia.

   "Por favor. Ricky Ā”haz que pare!"

   "Suenas como un niƱato de cinco aƱos," dijo Ricardo dĆ”ndole un puƱetazo en los testĆ­culos. "Y dije que no me llamaras Ricky, suena gay. Aunque de tu parte es normal "

   Rodrigo tenĆ­a miedo de ellos, romperĆ­an sus bolas.  Ya no deseaba ser militar en honor especial.

   "Tenemos que empezar nuestro entrenamiento" dijo Ricardo mirando al reloj.  Dio un rodillazo de nuevo en las bolas de Rodrigo que pedĆ­a piedad llorando.

   Emilio le dio una Ćŗltima patada y se bajó de la cama. Soltaron las manos y piernas del muchacho que se acurrucó en la cama sobando sus bolas hundido en el mundo del dolor corporal por un golpe en las gónadas.

   Rodrigo querĆ­a llorar. SentĆ­a mucho dolor. Juró que el resto de su cuerpo estaba adormecido. La Ćŗnica sensación que podĆ­a sentir eran la palpitantes y adoloridas bolas.

   Ricardo se acercó hasta Rodrigo y le pregunto

   "ĀæQuĆ© te pasa?"

   " estoy llorando, me duelen las bolas y el cuerpo... Āæeres estĆŗpido o no lo sabes? "

   Rodrigo no se movĆ­a en absoluto, cerro los ojos, el dolor estaba en todas partes, en la cabeza abdomen, estomago, cadera, testĆ­culos. Por desgracia para Ć©l, un golpe en la cabeza era mĆ”s suave que un golpe en los huevos.

    "Āæquieres mĆ”s golpes?" sugirió Emilio cuando vio que Rodrigo se sentaba en la cama

   "Tómate un descanso Emilio, si sigues asĆ­ vas a matar a Rodrigo"alerto Ricardo colocando una bolsa de hielo sobre la cama de Rodrigo junto a una crema para la hinchazón.

   Rodrigo continuo llorando sobando sus bolas mientras los hombres salieron del Ć”rea de dormitorios

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