un jefe abusador - Las Bolas de Pablo

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26 jul 2011

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un jefe abusador

.com/blogger_img_proxy/   El padre de Pablo, el seƱor Marcos a su edad de 50 aƱos seguĆ­a siendo un hombre sumamente joven, y atractivo, podrĆ­a decir que tenia 40 aƱos y todos le creerĆ­an, no frecuentaba el gimnasio como sus hijos, pero trotaba diariamente.

   Trabajaba en una empresa tenia acción en ese lugar de construcción, esa maƱana estaba en su oficina cuando recibió la visita de Reinaldo un joven lo bastante torpe para tener acciones en dicha empresa, el seƱor Marcos no le tenia mucho afecto porque el joven Reinaldo Ćŗnicamente servia para hacer perder los negocios.

   "seƱor Marcos" dijo Reinaldo "tengo que comunicarle que me reunĆ­ ayer con los seƱores que deseaban el contrato como concluimos en aquella reunión de la semana pasada. Fui con ellos y en el preciso momento en que lleguĆ© a la oficina, ya el seƱor estaba con otro muchacho que le estaba haciendo otra oferta para su proyecto."

   "Āæy entonces?" pregunto el seƱor Marcos

   ā€œel otro muchacho, de la empresa de la competencia se ganó el contrato… firmó con la Constructora LCDA… lo siento seƱor… lo intente todo, pero me ganaronā€

   ā€œes que siempre te ganan… no se por que te dejan esas tareas a ti ā€œopinó el seƱor Marcos ā€œsal de aquĆ­ā€

   El joven Reinaldo salió de la oficina, mientras el seƱor Marcos telefoneó al hombre que le firmarĆ­a contrato. Al llamarlo se enteró que el joven Reinaldo llegó con media hora de retraso a la cita y el futuro cliente estaba desesperado por firmar su proyecto, finalmente la competencia ofrecio una mejor promoción de las cuotas de pago, el joven Reinaldo llegó, pero su oferta para el trabajo, fue muy mala a comparación con la constructora LCDA.

   El seƱor Marcos estaba muy molesto cuando cerró la llamada, su oficina estaba muy lejos del pasillo asĆ­ que podĆ­a descargar sin importarle nada su furia contra el joven, lo llamó por telĆ©fono y este llegó encontrĆ”ndose con el seƱor Marcos hecho una furia

   ā€œpor que no me dijiste que llegaste media hora tarde a la cita, maldito tontoā€ le regaƱo agarrĆ”ndolo por la camisa y tirĆ”ndolo contra la pared ā€œpor tu culpa perdimos un contrato que valĆ­a millones, imbĆ©cilā€ Reinaldo cerraba los ojos aterrado. Al seƱor Marcos se le marcaba la sien ā€œĀæDónde estabas?... Āæpara que se te paga a ti? ĀæPara que llegues tarde? Y encima no sepas ofrecer un negocio Ā”idiota! ā€œsin sentir el menor impulso el seƱor Marcos le dio una bofetada al muchacho, que protesto sintiĆ©ndose humillado. El seƱor Marcos se asustó del maltrato que causó y lo soltó ā€œdiscĆŗlpameā€ y se separó de Ć©l preocupado

   ā€œquiero saber donde carajo estabas ayer a las dos de la tardeā€ declaro el seƱor Marcos

   ā€œestaba con mi novia ā€œdijo el muchacho

   "Āæpara eso no se te paga? imbĆ©cil, convocare una reunión para suspender tus pocas acciones y despedirte de aquĆ­, inĆŗtil" 

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   Al oĆ­r esas palabras el joven Reinaldo se enfureció, ya no dejarĆ­a que lo insultasen verbal y fĆ­sicamente, ahora seria Ć©l, y se lanzo sobre el seƱor Marcos.

   Lo agarró por el cuello de la camisa y lo llevó contra la mesa, estaba casi encima de el, sintiendo su cuerpo, estaba tan encima de Ć©l que sentĆ­a su bulto entre las piernas y Reinaldo sabia que despuĆ©s de todo seria despedido, pero antes de eso querĆ­a vengarse del mal trato del seƱor Marcos

   ā€œme la coji fuertementeā€ decĆ­a con rabia, el seƱor Marcos lo veĆ­a sorprendido y confundido, sintió el paquete sobre sus piernas y fue Reinaldo quien impacto su rodilla sobre las bolas del hombre de 50 aƱos.

   Las bolas de Marcos se golpearon contra su hueso pĆ©lvico y el seƱor gritó de dolor y quedandose inmóvil del dolor y la confusión que su empleado le golpeara, el le habĆ­a bofeteado, pero se disculpo.

   Reinaldo lo miro con odio y le dio no 3 sino 4 rodillazos mĆ”s a sus bolas de manera repetida. Marcos gritó y gritó y trató de liberarse de Reinaldo, pero el dolor en la entrepierna le habĆ­a minado sus energĆ­as. Golpe tras golpe, Marcos podĆ­a sentir que su cuerpo temblaba bajo el dolor. Trató de pedir ayuda, pero nadie escuchaba desde su lejana oficina al pasillo.

   "siempre decĆ­as que te gustaba esta oficina por estar lejosā€ reĆ­a Reinaldo. "Es una pena que nadie mĆ”s pueda oĆ­r llorar a una perra como tu."

   Era cierto, Marcos ya asomaba varias lĆ”grimas, le dolĆ­an las bolas que por generaciones habĆ­an castigado a todos los hombres de su familia, una vez que Reinaldo lo soltó, se derrumbó en el suelo, inmóvil y humillado.


   Una mueca de dolor salĆ­a de la cara del seƱor Marcos, con gemidos que emitĆ­a. Un grito salió de su boca cuando sintió que el pie de Reinaldo se enterraba en su entrepierna aplastando sus bolas contra la pelvis de nuevo.


   "Ā”Suelta! Ā”Suelta!" Marcos gritó, tratando de liberarse de las garras de Reinaldo, que ahora le apretaba las bolas con su mano ā€œsueltaā€




   "AĆŗn no hemos terminado hasta que yo lo diga" respondió Reinaldo. Giró la mano y escuchó como crujĆ­an y la forma como gritaba el cincuentón ā€œte las voy a exprimirā€


   El seƱor Marcos gritaba de dolor sus testĆ­culos no se merecĆ­an eso. Pero Reinaldo no tenĆ­a intenciones de parar, hasta que estuviera completamente satisfecho, ninguna suplica lo dejarĆ­a detenerse.

   "Ā”Ah Ā”mierda...! Mi bolas... por favor..." declaraba Marcos Chacon


   "Usted debe tratar mejor a la gente y no ser grosero" aconsejó Reinaldo


   "Ā”Ay! Ā”Ay! Ā”Lo siento!" gritó  Marcos cuando una nueva ola de dolor atravesó su sudoroso cuerpo musculoso. Intento sacar las manos de Reinaldo de sus testĆ­culos pero no pudo lograrlo.

   ā€œcreo que a partir de hoy, usted va a tratar mejor a los empleadosā€ aseguro Reinaldo

   "Ā”Aah!" Marcos gritó faltando el aire en sus pulmones, mientras su cuerpo se dobló y eyaculó una piscina de semen en su ropa interior "ah... ahora... Ahora Ā”SuĆ©ltame!"

   Reinaldo se aferró a los testĆ­culos del seƱor Marcos un momentos mĆ”s, provocando gemidos de derrota y desesperación. LĆ”grimas de miedo corrĆ­an por la cara de Marcos mientras trataba desesperadamente de parar su orgasmo.


   "Ā”SuĆ©ltame!" gritó tratando de sacar las manos Reinaldo de sus posesiones.


   Reinaldo seguĆ­a pulverizando las bolas del seƱor Marcos, con una fuerza mayor.

   "Este es tu castigo por intolerante" explicó Reinaldo ā€œEstĆ”s pelotas son mĆ­as hasta que yo quiera soltarlas."

   "Ā”Mierda!" exclamó Marcos sin poder hacer nada mientras se retorcĆ­a de dolor. Le rogó y suplicó, pero no consiguió nada, podĆ­a sentir sus dos amuletos de la suerte daƱƔndose con un nuevo puƱetazo de Reinaldo a tiempo que brotaba otra cantidad considerable de semen. Al final Reinaldo soltó las bolas del seƱor Marcos, que se acurruco en el piso.

   "ahora si, soy yo quien Ā”renuncio!" reĆ­a malvadamente Reinaldo

   El seƱor Marcos, no contó nada a nadie y cuando le preguntaron esa semana porque cojeaba Ć©l decĆ­a que se habĆ­a torcido el tobillo, pero era mentira sus bolas grandes estaban hinchadas.

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