contiene: ballbusting hombre/hombre
DespuĆ©s de ser castigado, Gerónimo paso 3 dĆas encerrado en aquella oscura y frĆa celda. Ćnicamente tenĆa 1 solo bocado de comida y era el almuerzo entregado por Emilio a las 16 horas de la tarde, acompaƱado con un jarrón de agua caliente. Fueron dĆas tortuosos para el muchacho recluta que solo se lleno de ira para con Emilio, tan cruel, dĆ©spota.
Fue liberado por el hombre al tercer dĆa, que lo sacó a empujones del sitio, y viĆ©ndolo debilitado le impuso hacer el mas agotador de los orden cerrado.
Con el paso del tiempo se hizo amigo de Samuel aquel que durante su iniciación como recluta parecĆa cansado. Supo que estaba en aquel lugar por orden de su padre, un retirado comandante del ejĆ©rcito naval. Aquel joven era lo mĆ”s parecido a un amigo para Gerónimo.
Por las maƱanas los reclutas despuĆ©s de hacer el respectivo orden cerrado a las 5am, desayunar, debĆan limpiar los baƱos, o a las afueras del escuadrón, o aun mejor, limpiar y pulir las botas de los superiores, como si fuera costumbre Gerónimo debĆa abrillantar las botas de Emilia, quien parecĆa divertirse con aquello, mas de una vez en aquellos dĆas, despuĆ©s del joven protagonista pulirle las botas, Emilia saltaba sobre algĆŗn charco de agua o lodo y Gerónimo debĆa volver a empezar con su labor en silencio y mordiĆ©ndose la lengua.
āes un desgraciadoā comento un mediodĆa MatĆas cuando juntos almorzaban en el comedor
ājuro que lo odioā confirmo Gerónimo mordiendo un pedazo de pan āalgĆŗn dĆa estarĆ© a su nivel y le hare pagar todo lo que me ha hechoā
āĀæa su nivel? Jajaja amigo, eso serĆ” en mucho tiempoā
ātienes razón, pero algĆŗn dĆa lo verĆ© suplicĆ”ndome. Lo juro, lo que le hizo a estos pequeƱinesā dijo Gerónimo seƱalando con sus ojos a sus genitales āno tiene perdón, sumĆ”ndole a eso, aquellos dĆas que tuve encerradoā
āsi, es un cretino, volvió a nosotros diciendo que te habĆa dado tu propio merecido, y quien no acatara sus ordenes o las de Ricardo, correrĆa con las peores de las suertes. A ti te la tiene juradaā
Gerónimo dio un suspiro, y recordó la franca mirada de odio que le dirigĆa Emilio cuando se veĆan. Eran enemigos declarados, desde el primer momento, y lo peor es que no podĆa ejercer algo contra el superior Emilio.
A las 3 de la tarde de aquel dĆa, los reclutas iniciaron labor de limpieza en la plaza que estaba frente al batallón, por allĆ circulaban niƱos en horas vespertinas, parejas y familias, concluidas las barridas de escobas, las hojas de arboles envueltas en bolsas negras. Se inicio un nuevo orden cerrado con un reducido pelotón a mando de Ricardo y Emilio.
āatención firā ordenó Emilio caminando por las filas. Ricardo estaba alejado de aquel grupo de jóvenes, simplemente acomodaba las posiciones de aquellos que ejercĆan mal algĆŗn movimiento āaprovechando esta oportunidad que estamos con el militar Ricardo Cabrera, quiero recalcar una situación ocurrida semanas atrĆ”sā decĆa caminando a travĆ©s del pelotón con las manos unidas tras la espalda ācuando algunos de los nuevos que estĆ”n en este grupo, se les hizo una pregunta, que por demĆ”s, debĆan responder con las mas de las absurdas y lógica respuesta. Eso era parte de un rudo castigo. SeƱores y seƱoras, en la guerra, a ustedes se les tratara como enemigos, combatientes, guerreros. No se les tendrĆ” consideraciones. Es por eso que cuando se le interrogo con aquella pregunta al seƱor Gerónimo, Ć©l me respondió, pero cuando se le aplicarĆa su castigo, por su respuesta errónea. Ćl me ataco. ĀæCierto seƱor Gerónimo?ā pregunto parĆ”ndose firme frente al aludido.
Gerónimo afirmó con la cabeza, tenia sus ojos puestos en Emilio, fijos, retadores, los huecos de la nariz se abrĆan notablemente, y la boca estaba seca, junta y con los labios apretados.
Emilio sonrió, parecĆa divertirse.
āsa⦠ludoā le indicó Emilio.
Gerónimo juntó los dedos de la mano, la subió a la frente y posteriormente la bajo a la cintura.
āa discre⦠siónā
Gerónimo traslado el pie izquierdo hacia delante y luego lo echó atrÔs a nivel con el pie derecho.
āes por eso, seƱores y seƱoras⦠que aquĆ reunidos quiero que Gerónimo, tenga su correspondiente castigoā aclaró Emilio
āĀæa que se refiere?ā rompió el silencio el militar.
Gerónimo parpadeó al ver, lo que se le estaba por venir. En fracción de segundos, la mano de Emilio hizo contacto con la entrepierna del recluta. Los dedos del militar oprimieron el par de gónadas. Los ojos de Gerónimo se abrieron cuando el dolor comenzó a extenderse desde sus testĆculos al cerebro, al estomago y su cadera, su maestro militar tenĆa una macabra sonrisa de satisfacción en el rostro mientras Gerónimo abrĆa la boca y ponĆa su mano sobre la mano de Emilio, el muchacho soltó un gruƱido contenido. Emilio lo soltó, y doblado cayó al suelo sobĆ”ndose las bolas.
āpensĆ© que ya habĆan castigado a Gerónimo por esoā comentó Samuel
Emilio lo miró con odio y camino hasta su frente.
āPor supuesto que aquel dĆa se le castigoā le respondió āpero Ć©l me pego a mi. Digamos que fue su castigo por faltarle respeto a un superior. Lo que se le hizo aquĆ, es la respuesta a la pregunta que se le hizoā
āsalgase de la fila y vĆ”yase de aquĆā dijo con dureza Ricardo a Gerónimo.
El muchacho acató la orden y salió gateando del sitio mientras intentaba sanar su dolor de huevos.
āacĆ”, se debe respetar el rango de los superioresā decĆa Emilio a los jóvenes.
Ricardo caminó hasta el sitio donde Gerónimo tenĆa la mano acunando sus testĆculos.
āvĆ”yase de la plaza y entre al batallónā
āĀæpuedo?ā preguntó Gerónimo apretando los dientes con una mueca de dolor y resistencia
āsiā
Tomó aire y con esfuerzo se paró del sitio, caminó hasta la entrada con paso lento. Mientras Emilio lo miraba distanciarse. La clase continúo en completo silencio y con pocas equivocaciones por parte de los soldados.
Gerónimo fue hasta la habitación general, se acostó en la cama y descanso, estaba solo en aquel lugar, quizĆ”s los demĆ”s tambiĆ©n estaban en clase, o limpiando algĆŗn sitio, en fin, habĆa muchas labores allĆ.
Pero ese descanso duró apenas 20 minutos cuando intempestivamente la puerta se abrió con fuerza y la figura de Emilio se vio en la habitación tras cerrar la puerta. Gerónimo dio un brincó en la cama.
āĀæQuĆ© hace aquĆ?ā le preguntó con miedo
āesa pregunta la tengo que hacer yo. ĀæQuĆ© hace usted aquĆ?ā
āel militar Ricardo me dio permiso de venirā
āĀ”mentira!ā
āes verdad, pregĆŗnteleā
ācreo que estas aquĆ chillando por tus bolas, como una niƱitaā
āĀæQuĆ© quiere? ĀæQuĆ© quiere de mi?ā
āĀ”Que te pagues por lo que has hecho!ā
āpero Āæque pague quĆ©?ā
āQue pagues el mal que has hecho. No descansare hasta que te vea jodido. Siempre logro lo que me propongo, quien yo decido se queda aquĆ. Y yo quiero que te vayas, pero jodidoā
āesta locoā
Emilio saltó sobre la cama de Gerónimo, y el muchacho saltó por proteger el objetivo de Emilio, sus bolas.
Emilio mostro sus dientes blanco mientras ejercĆa fuerza sobre el asustado Gerónimo.
Con un golpe magistral, Emilio torturó las bolas de Gerónimo estrellando su puƱo en ambos testĆculos del militar con un ruido estridente, embistiendo su cuerpo sobre el colchón acompaƱado de un grito resonante de dolor.
"Ā”AHHH!ā
"la hora de orden cerrado se respeta, y nadie se retira a menos que yo de la orden de retirada, yo y solo yo" escupĆa Emilio
Sus nudillo se estrellaron de nuevo en la entrepierna del muchacho que vociferó de angustia, su cuerpo se agitaba mientras el dolor se adueñaba de todo su cuerpo.
La puerta de aquel cuarto se abrió, y una figura quedo pasmada en la puerta, con los ojos abiertos y petrificado ante la sorpresa. El lindo Samuel levantó sus pobladas cejas sorprendido mientras sostenĆa con la mano el pomo de la puerta. Sobre la cama estaba Emilio con el puƱo apretado y Gerónimo vuelto un hilo acongojado agarrĆ”ndose sus gónadas masculinas.
āĀæQuĆ© es esto?ā preguntó confundido
āle estoy enseƱando a este cretino, que la hora de adiestramiento militar se debe respetar. Y nadie se retira a menos que yo le ordene, o me pida permiso a mi. Desde que este idiota llegó aquĆ, no se ha dedicado a mas, que no sea faltar el respeto y hacer lo que el quiera. AdemĆ”s ĀæQuĆ© hace usted aquĆ si el militar Ricardo les ordeno pintar la pared de atrĆ”s?ā
āel teniente Freitez me ordenó buscar a Gerónimo y quise ver si estaba aquĆ, no lo habĆan visto en todo este lugar, venia a dar un vistazoā
Emilio se mordió el labio inferior, se levanto de la cama y camino con paso rÔpido saliendo sin dar mÔs explicación de la habitación. Samuel camino de prisa hasta Gerónimo y se sentó a su lado.
āese tipo es un torturadorā dijo
ālo seā¦ā afirmó Gerónimo aun sosteniendo sus testĆculos, tenia una imborrable mueca de dolor en las facciones salvajes de su cara.
āpero no se que tiene con tus testĆculos⦠parece que le gustaranā intentó inyectar humor a la situación.
āno seas⦠idiotaā negó Gerónimo no queriendo reĆr, acunó con su mano sus 2 pares de pelotas, frĆ”giles, ovaladas y cargadas de nĆ©ctar viril.
Pasado un corto tiempo, Gerónimo pudo integrarse junto a los demĆ”s reclutas y pintar de blanco el largo muro, sus testĆculos seguĆan doliendo, irradiando poco dolor desde su zona, como si les hubieran desgarrados con la mano y apretados fuertemente. Cuando la noche cayó el dolor habĆa desaparecido.
En los sucesivos dĆas seguĆan los tratos duros y las clases de orden cerrado. Emilio pareció bajar los Ć”nimos contra Gerónimo o era porque el hombre trataba de evitarlo o de lograr todo al mĆ”s perfecto orden, incluso siguió puliĆ©ndole las botas y escuchaba raras exclamaciones de agradecimiento de Emilio, creĆa que hasta le estaba empezando a agradar, pero todo eso cambio el fin de semana.
Desde los viernes algunos militares tenĆan permiso para retirarse a sus hogares, Samuel decidió irse ese fin de semana, el permiso de Gerónimo quedó desplazado para el fin de semana siguiente. El sĆ”bado por la maƱana algunos soldados rasos instalaron un gran cuadrilĆ”tero de boxeo en el centro del patio occidental.
āĀæQuĆ© significa eso?ā le preguntó Gerónimo a uno de los militares de alto rango, un seƱor anciano y respetado.
āse hace eso para despejar la mente de los militares aquĆ. Los fines de semana no se hace mucho trabajo aquĆ. Por lo menos en la tardeā
Y era en la maƱana que seguĆan cortas clases y limpieza de la zona.
A las 16 horas de la tarde se inició el local evento, 2 grandes y fuertes militares se balanceaban sobre la lona luchando, algunas veces reĆan, otras gritaban para hacer salir su fuerza hombruna. Algunos aplaudĆan y reĆan apoyando a sus contrincantes. Gerónimo se extraƱo de presenciar a 10 militares portando armas largas, quizĆ”s era para propiciar el orden en caso de que los subordinados desataran el caos por alguna lucha.
El combate acabó cuando el mas forzudo dejo liquidado en el suelo al otro tras un golpe en la cara. Con un fuerte aplauso la imagen de Emilio subió al ring, tenĆa un pantalón marrón y una franela blanca ajustada al pecho.
āquiero invitar al ring a un nuevo alumno que tengoā decĆa āy tengo miedo de ese alumno, porque⦠se ve que es tan bueno, que podrĆa llegar a superarmeā se oyeron algunas risas y bromas āes por eso, porque tras esta semana, sĆ© que fue dura para Ć©l, quiero que suba al ring, y de una vez firmar un tratado de paz. Jajaja, si de paz. No hemos tenido un buen comienzo, pero, es hora de que en este momento y en este sĆ”bado de juego y eliminar el stress, libere toda su presión semanal y mensual, le doy esta oportunidad de venir al ring a Gerónimo Carreraā se oyeron aplausos y el aludido arrugó el ceƱo
Dudaba en subir al ring, y Emilio continuaba invitÔndolo con la mano, incluso algunos de los mÔs allegados a Gerónimo comenzaron a alentarlo empujÔndolo al ring, hasta que subió.
ābienvenido Carrera al ringā le dijo Emilio āĀæverdad que usted y yo no hemos tenido un trato cordial?ā
āpuesā¦ā vacilaba en dar alguna respuesta Gerónimo, tragando saliva, afirmó āpues⦠no. Aunque es un trato de un alto militar a un simple reclutaā
āentonces Gerónimo, esta es tu oportunidad. Dame un buen golpe, descarga tu furia, esta permitidoā
āno tengo porque hacer esoā negó Gerónimo ātampoco lo hareā
āvamos, hazlo, esta permitido hacerlo, solo por hoy. Hazlo o arrepienteteā
āno puedoā
Gerónimo miro alrededor, aquel pĆŗblico parecĆa impaciente y con ganas de ver sangre, miró a los militares que portaban armas, estaba seguro de que si atacaba a Emilio, llenarĆan su cuerpo de balas.
āno, ahora con su permiso me retirareā
āespera soldado, tienes oportunidad de atacarme, de lo contrario atacare yo. O pensaran que eres una gallina, o que yo te tengo miedo. Te doy oportunidad de golpearme y despejar tu estrĆ©sā
Gerónimo frunció la boca y negó con la cabeza, giró su cuerpo para irse, pero Emilio se lanzo contra Ć©l propinĆ”ndole una patada con todas sus fuerzas a las pelotas del soldado los hombres alrededor del ring hicieron muecas de exclamación y llevĆ”ndose las manos a sus ingles cuando el perfecto golpe atinaba los testĆculos contra la pelvis, crujiendo y provocando un alarido del muchacho, que torció la boca se agarró los cojones y unió sus rodillas.
"jajaja, eres un idiotaā reĆa Emilio llevando sus manos a la cadera āte di la mejor oportunidad del mundoā
Gerónimo se resumĆa a un pobre hombre tirado en el piso sosteniendo sus bolas con las manos y torciendo su cara de infinito dolor.
Emilio caminó hasta las piernas de Gerónimo donde el hombre las tenia abiertas protegiéndose y sobÔndose las bolas con la mano, lo que el alto militar hizo fue poner la planta de su brillosa bota encima de las manos de Gerónimo y comenzó a saltar sobre ella y las adoloridas orbes. El muchacho comenzó a gesticular la boca con dolor moviéndose de un lado a otro. Absolutamente nadie de los presentes hacia algo para quitarle a Emilio de encima.
āvamos Ā”levĆ”ntate idiota!ā ordeno Emilio tomĆ”ndolo del cuello de la franela y empujĆ”ndolo contra Ć©l con fuerza, Gerónimo se tambaleo al estar de pie, y con una fuerza caracterĆstica, sobrehumana, Emilio lo tiro contra las cuerdas, donde quedó exhausto el soldado.
Emilio se lanzo contra Gerónimo y choco su cuerpo con fuerza, Gerónimo se quejo al sentir como la cabeza de Emilio chocaba contra su abdomen, quedando sin aire, cayó contra el suelo respirando con dificultad, tosiendo.
ViĆ©ndolo tirado en el suelo, los oscuros ojos de Emilio se plantaron en un solo lugar, el paquete de Gerónimo, parecĆa estar duro dentro del pantalón, sonrió, disfrutarĆa aun mas avergonzando aquel chico frente a toda esa multitud. Detestaba su arrogancia, era altanero, y eso y mas se merecen tipos como Ć©l. Pero casi secretamente dentro del pantalón de Gerónimo, su polla estaba dura, a punto de explotar en semen, tanto semen acumulado, mientras sus bolas tomaban un ligero color rojo.
Emilio se arrodillo a su lado, comenzó a desabrochar el pantalón del muchacho.
āĀ”NO!ā grito Gerónimo tratando de apartar la mano de Emilio de su pantalón.
El pantalón bajó por sus muslos, mostrando un diminuto boxers azul, y un pene duro tras una mancha de lo que parecia liquido preseminal, se oyeron risas y carcajadas por los presentes, Gerónimo intentó golpear a Emilio y lo que recibió fue un golpe en el estomago de parte del hombre mayor.
El gran Emilio levantó como un titera a Emilio por el aire y lo sento con fuerza contra la punta del ring, haciendo que el muchacho con todo el peso de su cuerpo aplastara sus propias bolas, Gerónimo dobló la cara de dolor mientras se retorcia.
āidiotaā grito Emilio riendo viendo como Gerónimo agarraba con dolor sus bolas.
A Gerónimo los cojones le pesaban, sentia como ambos eran aplastados, pensaba que nunca podria tener hijos.
"”estas jodido!" rugió Geronimo y con el puño golpeó la ingle de Geronimo reanimando el dolor al instante.
Gerónimo volvió a gritar al sentir sus vulnerables pelotas ser aplastadas contra la pelvis y los nudillos, cayó de nuevo sobre la lona esta vez con su pene impúdicamente duro y sus huevos hinchados.
āĀ”Hey Ricardo!ā
Ricardo subió al ring
Y sostuvo de los brazos a Gerónimo el muchacho doblo la boca y Emilio le abrió las piernas.
ābasta⦠yaā rogó Geronimo
ātuviste la oportunidad de golpearmeā recordó Emilio y una vez mĆ”s golpeo los huevos del muchacho que se estrellaron contra su pelvis
āmĆrenle el peneā grito uno de los espectadores.
La verga estaba tan hinchada y venosa que parecĆa a punto de explotar en miles de esperma, Emilio sonrió y humillo aun mas a Geronimo bajandole el boxers, enseguida su verga rebotó erecta y de burlas se llenó el lugar.
āte gusta Āæah?ā reĆa Emilio
Emilio elevo su brazo a la altura de su cuello, teniendo el puño apretado, Gerónimo lo miró con ojos implorados de piedad, el puño bajo con fuerza, golpeando a las 2 bolas hinchadas. Enseguida la polla de Gerónimo comenzó a vibrar y soltó un lote acumulado de semen que olió por aquel lugar, cloro, cloro muy fuerte.
āahhhrrgggggā grito Gerónimo lleno de dolor y con su duro cuerpo brillante de sudor, sus palpitantes bolas estaban hinchadas y ahora su polla dura como roca escapaba el mĆ”s caliente, y salado chorro de semen. Chorro tras chorro de semen caliente, pastoso y blanco.
Los dos altos militares, dejaron en el suelo al pobre muchacho, gimiendo de dolor, agarrĆ”ndose las bolas, humillado una vez mĆ”s, y con la polla escupiĆ©ndole todo el semen acumulado en las semanas. Alguno de los espectadores lo filmaba con su celular. Se reĆan
Gerónimo deberĆa reventarle un testĆculo al petulante de Emilio...
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