Contiene:
Ballbusting hombre/hombre
Sexo homosexual
Aquel dĆa Pablo estaba acostado en la cama de su habitación, la Ć©poca navideƱa habĆa pasado y ya habĆan vuelto a la ciudad despuĆ©s de haber pasado aquel mes con sus tios y primos en el campo. Aquellos eran los Ćŗltimos dĆas de sus vacaciones y pronto volverĆa al trabajo, pero aquel dĆa, sĆ”bado 4 de enero era especial por ser el dĆa de su cumpleaƱos y lo celebrarĆa en grande, 23 aƱos. Aquel sĆ”bado irĆa a la discoteca con sus amigos. Ya habia recibido los buenos deseos de su familia y de pronto una llamada entró a su celular. Con el dibujo de un robot verde se leia las palabras "Otto" y Pablo contestó.
“CUMPLEAĆOS A TĆ, CUMPLEAĆOS PABLO, CUMPLEAĆOS FELIZ JAJAJAJA ¿Cómo has estado?” le saludo Otto.
“muy bien” afirmó Pablo sentĆ”ndose en la cama y sintiendo una emoción incontenible.
“perfecto, porque hoy tengo una idea en mente, es mas, no puedo esperar para mĆ”s” decĆa Otto "quisiera verte hoy... ¿podrĆas?"
"wow, no sƩ..."
"por favor Pablo"
"...... estĆ” bien"
Cuando Pablo llegó por la tarde al departamento de Otto, este lo recibió con un un fuerte y largo beso en los labios de bienvenida.
Pues la pareja tenĆan semanas de haber formalizado esa unión, todavĆa en secreto, pues el seƱor Marcos Chacón se oponĆa a una posible relación de ellos y que solo fuera una relación de trabajo, porque tampoco queria una amistad entre ambos. Y Pablo tambiĆ©n deseaba ocupar su mente en algo, y olvidarse de Alfredo en definitiva, que obstinado no lo querĆa ver ni tan siquiera oĆr. Entonces viendo a Otto como un buen hombre, serio, responsable y por sobre todo muy sabio quiso iniciar una fase con Ć©l, aunque quisiera todavĆa a Alfredo.
“… eso… ¿es lo que deseabas?” susurro Pablo sonriente
“eso… y un poco mas, debo darte tu regalo de cumpleaƱos” hablaba Otto con voz susurrante "felicidades"
“¡gracias!" sonreĆa Pablo
La mirada de Otto estaba puesta en un punto de la anatomĆa de Pablo, su entrepierna, unos grandes huevos que se marcaban dentro del pantalón.
“ah, ya quieres... ¿sexo?” pregunto Pablo “solo me ves como un objeto sexual”
“oh... eres un rico objeto sexual, un gato muy lindo. Con bellos huevos, cuerpo, rostro, un dios griego. Si vamos a mi habitación te darĆ© tu regalo de cumpleaƱos”
“¿y si no voy?”
"no te darƩ nada"
"desconfió de ti"
"puedes ir delante si quiere"
"¿donde esta la alcoba?"
"al final del pasillo"
Pablo sonrió y fue a la habitación
"¿donde?"
"dentro de la gaveta"
Pablo camino a la mesa cerca de la cama, y allĆ estaba una caja de regalo.
"wow, gracias" dijo Pablo, cogió la caja y dio la media vuelta y...
Se vio sorprendido por un rÔpido movimiento de la mano de Otto que se posó sobre sus grandes y jugosos huevos. La palma de la mano de Otto se hundió en el bulto prominente de Pablo que se sobresalto dejando escapar la caja de sus manos emitiendo un grito de sorpresa y horror, el muchacho puso la mano sobre la muñeca de Otto ejerciendo gran presión sobre ella.
Otto sonrió sintiéndose lleno de excitación.
"esto me hace sentir tan caliente… es un rico juego Pablo, si gritas pierdes" comentaba
Pablo gimió y trató de enderezarse, mas el dolor le oprimĆa hasta la columna vertebral.
"Oh, wow, amo estos dos pares de huevos, grandes y jugosos, y con el tamaƱo necesario para preparar un rico jugo de leche… espesa y llena de nutrientes" estimulaba con sus palabras
Los dos hombres cruzaron miradas, uno con los ojos brillantes, el otro, mas joven, con los labios apretados queriendo oprimir sus ansias de chillar. Pablo aplicaba fuerza sobre la muñeca de Otto, intentó decir algo, pero fue callado por la manera en que Otto clavo la punta de los dedos en sus 2 regordetas pelotas vulnerables, haciéndole doblar las rodillas y cerrar los ojos, sintiéndose angustiado.
En lugar de escapar un largo y desesperado grito, Pablo jadeó profundamente, sus ojos se volvĆan vidriosos y poco a poco sus fuerzas iban desmejorando. Otto permanecĆa a su lado, mayor por su edad, un hombre sabio en edad madura, exitoso de profesión, aplastando los huevos de Pablo con la mano, sintiĆ©ndose con aires de grandeza, que lindo era ese jovencito, parecido a su padre que mas de una vez le dedicó exclusivas noches imaginarias en su cama… imaginación… el poder de la mente.
Pablo tragó saliva, Otto para Ć©l, era una manera de escapar del recuerdo de Alfredo, todavĆa lo amaba, odiaba la manera en que terminaron, tragó saliva saliva, finalmente pudo sentir como la mano de Otto liberaba sus bolas. Otto sintió un gran placer, sentĆa que la boca se le hacia agua, el pene de Pablo se marcaba por completo sobre la tela ¡que largo! Mientras tanto el muchacho trataba de sobar sus huevos.
“abre las piernas” hablo el hombre en edad madura con voz fuerte
Pablo dudó, y la pierna derecha se movió lejos de la izquierda. Otto sonrió y lanzó una suave patada en la entrepierna de Pablo. Su zapato de cuero impacto entre las piernas del joven que hizo una mueca de dolor y se llevó las manos a las rodillas para no caer al suelo respirando agitado para no gritar y parecer débil.
Repetidamente el zapato del ingeniero surcó el aire y paso entre los muslos de Pablo, atrapando sus testĆculos contra la pelvis. Pablo se elevó en el aire y tras un grito de dolor cayó de lleno al suelo, moviĆ©ndose de lado a lado teniendo las manos agarrando sus bolas. Otto sintió la adrenalina fluir.
"ooooh" murmuraba el joven economista desde el suelo acunando las bolas entre las manos
“no te preocupes Pablito… todo estĆ” bien feliz 23 aƱos y junto a mĆ”
Pablo bufó
Los lindos y azul verdosos ojos de Pablo estaban brotando lĆ”grimas su cara se habĆa tornado roja como la de un tomate y sus bolas empezaban a crecer de tamaƱo, hinchadas. Desde el suelo se movĆa de atrĆ”s a adelante meciĆ©ndose.
Inesperadamente Otto metió la mano dentro del pantalón de Pablo, tanteando los preciosos objetos ovalados que querĆa tocar, y el miedo en Pablo renació al instante, fue entonces cuando las bolas de Pablo empezaron a ser retorcidas por poderosas manos.
“¡mis bolas Otto!” hablaba con desesperación.
"tus bolas me excitan" le comunicó el maduro hombre girando la mano y haciendo a Pablo gritar sin poder soportarlo con un gemido de dolor.
Pablo logró acurrucarse en el suelo cuando finalmente Otto lo pudo haber soltado. Jadeaba con fuerza, mientras preciosamente tenĆa los ojos cerrados y las 2 manos en la entrepierna.
Queriendo llegar mas lejos, o simplemente preso de la excitación Otto comenzó a bajarle el pantalón al debilitado Pablo, el hombre maduro se quedo admirando lo muy bien dotado que se veĆa la desnudez del jovenzuelo, con dos grandes y gordos testĆculos colgantes repletos del mas exquisito y nutritivo semen, su pene largo en proporciones lucia medio duro sobre los huevos.
“tienes una bella verga Pablo, no solo eso, tus bolas… son grandes… no las imaginaba asĆ" admiraba Otto con la boca echa agua, paseo su dedo Ćndice por cada camino de la carretera del sexo de Pablo.
Pablo abrió los ojos, al sentir aquellas sensitivas caricias y su polla empezó a hincharse, Otto cautivado lo miraba y estaba sonriĆ©ndole lleno de confianza, mientras movĆa sus dedos por el pene y las bolas de Pablo. Dentro de su apretado pantalón, su pene estaba erecto como una fiera, casi reventando el cierre, una gustosa erección era lo que sentĆa, se pasó la lengua por los labios, palpando las divinas proporciones de aquel lote de carne, la mano comenzaba a subir y bajar a travĆ©s del trozo de piel que Pablo tenia por pene.
“jaaaa…” gemĆa Pablo pese a su dolor
El glande grueso y gordo, la cabeza grande en forma de hongo sonrosada entraba y salĆa de la piel, despojando sus primeros lĆquidos seminales. Pablo hizo una mueca, cerró los ojos y arqueó la espalda, pausadamente respiraba por la boca a grandes bocanadas, finalmente se mordió el labio inferior conteniendo la respiración. Los dedos de Otto cercanos a la cabeza de la polla de Pablo comenzaban a llenarse del viscoso lĆquido preseminal del muchacho, que tragó saliva de nuevo.
Otto levantó el brazo derecho, mientras seguĆa pajeando al joven y los ojos de Pablo se iluminaron de terror.
En instante el puño se estrelló entre los muslos de Pablo, le aprisionó los dos huevos vulnerables del joven embistiéndolos contra la pelvis.
Pablo dejó escapar un grito agonizante y dobló la espalda.
RiĆ©ndose, Otto lanzó otro puƱetazo en los delicados testĆculos de Pablo Chacón, aplastĆ”ndolos como vidrios y provocĆ”ndole al golpeado gemir de dolor. Se dobló en el piso, acurrucĆ”ndose con las manos sobre las pelotas jadeando pesadamente.
"resiste" dijo Otto alegremente y plantó otro fuerte puƱetazo aplastando irreprochablemente las pelotas regordetas del joven que le gustaba. El sonido del pesado puƱetazo de Otto golpeando los delicados pero resistente testĆculos de Pablo resonó en toda la habitación.
Otto miró al rubio y esperó pacientemente hasta que las contorsiones del joven menguaran sobre el suelo, Pablo diviso una terrible erección en el pantalón de Otto. El hombre le agarró la polla dura empezando a acariciar suavemente con la mano izquierda.
Pablo gimió.
Otto le dirigió una bella sonrisa. Entonces, de la nada, golpeó el escroto lleno de caliente semen del hijo de Marcos Chacón. Pablo desenfoco los ojos dejando escapar un fuerte gruñido. Otto siguió con un devastador puñetazo que hizo convulsionar el cuerpo de Pablo humedeciéndole los ojos y haciéndole abrir la boca en un silencioso grito.
Otto continuó acariciando la polla de Pablo. Lanzó otro puñetazo en el escroto del joven que lo rodeó de dolor, mientras su polla, erecta y hermosa se hacia grande por la sangre contenida...
"estoy que exploto" comento Otto lleno de satisfacción y a continuación agarró las bolas de Pablo con un férreo control y las apretó con fuerza, sin dejar de masturbarlo. Pablo abrió los ojos de par en par mientras su pene soltó el primer chorro de leche blanca y espesa.
Otto tambiĆ©n soltó un suspiro profundo entre tanto el semen del muchacho se estrellaba contra su mejilla derecha, el hombre aumentó la presión, ordeƱando una enorme explosión de semen de los grandes testĆculos hinchados de Pablo.
Chorro tras chorro de caliente y cremoso semen salió disparado de la polla del muchacho que parecĆa hermoso tirado en el suelo, con solo una chaqueta puesta, debilitado, sudoroso y emanando cantidades de esperma agridulce.
"dios mĆo" susurro Otto cuando un lote de ese semen le cayo cerca del ojo.
Finalmente el hombre soltó el par de testĆculos mientras Pablo se acurrucaba en el piso sobre su propio charco de leche caliente.
Otto volvió a suspirar encantado, levantÔndose y mirando como su pantalón lucia una mancha notable. Sonrió
Alejados de la oficina de Pablo, situĆ”ndonos en la finca donde vivĆa Rodrigo, primo de Pablo Chacón. Este admiraba la fuerza de FabiĆ”n.
Memorando un poco lo que habĆa sido la historia de estos dos hombres FabiĆ”n apenas empezó a trabajar como peón en la finca, Rodrigo empezó a sentir una fuerte atracción fĆsica por Ć©l, quizĆ”s por su fuerza, su virilidad, hasta el punto de ofrecerle dinero a cambio de sexo y de sesiones de ballbusting, sabiendo la urgencia económica que necesitaba FabiĆ”n. El macho peón habĆa aceptado toda propuesta, pero poco a poco Rodrigo empezó a sentir que solo era utilizado por FabiĆ”n por el dinero, y sintió la necesidad de conseguir pareja. Pasado un tiempo conoció a un hombre llamado Guillermo, del que solo consiguió ser usado por Ć©l. Ahora en la soledad de la finca veĆa como FabiĆ”n le ignoraba.
(“si tan solo no fuera heterosexual”) pensaba Rodrigo al verlo pasar cargando diferentes cajas con manzanas.
Todos esos pensamientos y recuerdos eran repetidos dĆa a dĆa, hasta que cierta maƱana cansado del tedio y viendo como el empleado estaba solo limpiando un establo, Rodrigo decidió abordarlo.
“¿Cómo has estado todo este tiempo?” le preguntó
FabiÔn sin mirarlo a la cara solo respondió
“perfecto, dedicĆ”ndome a mi trabajo que es lo Ćŗnico que debo hacer aquĆ”
“… que debo hacer aquĆ… ¿y que mas quieres hacer?”
“soy un simple peón, a nada mas puedo aspirar”
Rodrigo sonrió, FabiĆ”n no era un peón cualquiera, incluso su familia habĆa tenido dinero, pero tras la muerte de su padre, el derroche de billetes lo llevo a trabajar asĆ.
“AsĆ que eso opinas…” solo dijo FabiĆ”n empezando a aburrirse
“si… y ¿usted que puede decir?... ¿te vas a la ciudad con el periodista aquel?”
Se referĆa a Guillermo.
“la Ćŗnica manera en la que me escaparĆa a la ciudad seria contigo” habló Rodrigo corriendo todo riesgos.
FabiÔn dejo de lavar la madera y por primera vez en todo ese tiempo miró directo a los ojos de Rodrigo.
“no juegues conmigo” le dijo mientras se acercaba a Ć©l
Los huecos de la nariz de Rodrigo se abrieron, era ese olor del peón que le gustaba, ese cuerpo, esa decisión, el bulto que le formaba el pantalón.
“no estoy jugando” respondió Rodrigo Chacón.
“bien puedes irte con… ¿Guillemro era su nombre?” decĆa FabiĆ”n parado a su frente.
“si Guillermo, aunque Guillermo es nada para mĆ”
“y por eso ¿recurres ahora a mi?”
“..Si”
“pero ahora ya no vuelvo a caer en tus trampas, ni en tus propuestas, ni a nada de eso”
Rodrigo dio un suspiro
“Pese a todo el dinero, tĆŗ me gustabas verdaderamente, por alguna razón te pague muchas veces”
FabiĆ”n hizo un movimiento rĆ”pido y con sus fuertes brazos rodeó la espalda de Rodrigo y lo acercó a Ć©l. ¡Que fuerza de hombre!
“acepto que si le dije sĆ a todas sus raras propuestas era porque necesitaba el dinero… pero luego… con el pasar del tiempo empecĆ© a sentir algo raro por usted, pero despuĆ©s vino y tiró todo por la borda con aquel periodista”
“no me jodas FabiĆ”n, ahora suĆ©ltame que puede llegar alguien”
“conmigo no se juega… ya no vuelvo a caer en tus chantajes”
Haciendo uso de sus fuerzas Rodrigo se soltó de FabiĆ”n y mirĆ”ndole mal, se alejo del sitio. Ahora caminando apresurado hacia su casa pensaba en esas Ćŗltimas palabras del empleado ¿QuĆ© se habĆa enamorado de Ć©l? JamĆ”s lo creerĆa, todavĆa recordaba sus amorĆos con Lolita. No, decidió desechar todo tonto pensamiento de su cabeza. Por otra parte empezaba a sentirse fastidiado de todo ese ambiente, donde debĆa aparentar algo que no era, querĆa marcharse lejos, lejos, lejos. Volvió a dar un suspiro y entró a la gran casa.
…
FabiĆ”n se lavó la cara antes de terminar aquel largo dĆa laboral, era el momento de salir de la finca y bajar hasta el pueblo, no tenia dinero para alquilar un taxi, y ya los demĆ”s empleados habĆan bajado en el jeep que le ofrecĆan. No tenĆa mĆ”s opción, se pondrĆa a trabajar mas las fuertes piernas bajando por 20 minutos al pueblo. Eran las 6:26 minutos de la tarde cuando empezaba a bajar, y una camioneta de color azul que ya conocĆa de vista se detuvo a su alcance, Ć©l se paró de inmediato, y esperó a que el vidrio o la puerta se abrieran, fue lo primero nombrado lo que cedió.
“estoy decidido” dijo el rostro de Rodrigo al bajar el vidrio “me irĆ© de la finca de mi padre acĆ” cargo mis maletas y me irĆ© lejos… ¿tĆŗ que decides? ¿Quieres quedarte aquĆ? ¿O irte directo en la aventura conmigo?”
FabiĆ”n dobló el ceƱo haciendo un esfuerzo por no reĆrse, pero comentó
“¿y que serĆ” de mi? ¿Mi familia? No puede mantenerse sola”
“tengo lo suficiente para mantenerme, ayudarte a ti, tu familia, y a todos quien tu quieras”
FabiÔn volvió a doblar el ceño
“si deseas, podemos volver a empezar, olvidar las viejas propuestas, Guillermo, Lolita. Yo estoy decidido, me voy, solo faltas tĆŗ, pero solo decide”
“estĆ”s loco”
“ah, vaya, ya me tuteas”
“…”
“bueno FabiĆ”n, me irĆ©. Ha sido bueno conocerte despuĆ©s de todo… ¡gracias!”
“espera, espera” le detuvo FabiĆ”n “¿QuĆ© harĆ”s? ¿Para donde iras?... y si me voy contigo ¿QuĆ© serĆ” de mi? ¿Cómo podrĆa mantener a mi familia?”
“ya te lo dije FabiĆ”n, tengo lo suficiente para mantenerme, mantenerte, ayudar a tu familia. Por ahora quiero llegar a la ciudad, alquilar un sitio donde vivir y comenzar con mi proyecto”
“¿QuĆ© proyecto?”
“proyecto de vida… de tu parte queda montarte e irte conmigo”
FabiÔn deseaba irse con él, tener un nuevo modo de vida. Dio un largo suspiro y abrió la puerta de la camioneta y subió a ella.
“¿nos vamos?” preguntó
“¡nos iremos!” aseguró con entusiasmo Rodrigo
Durante el trayecto de camino al pueblo FabiĆ”n no dijo nada, incluso llegaron al pueblo y no hubo comunicación alguna por parte de los hombres. Rodrigo se preguntaba si su invitación fue errónea o no, si todo saldrĆa bien, miraba de reojo a FabiĆ”n y este parecĆa fatigado. En cambio FabiĆ”n en su mutismo pensaba cual seria su futuro lejos de su familia y tambiĆ©n si todo saldrĆa bien. Se habĆa enamorado extraƱamente de Rodrigo, recordaba como se inició todo, con una extraƱa propuesta del hijo de su jefe de apretarle los testĆculos a cambio de dinero, una cosa habĆa llevado a la otra hasta que el peón tuvo sexo con Ć©l, y no es que fuera homosexual, nunca habĆa tenido sexo con otro hombre, pero desde aquella vez habĆa experimentado un extraƱo gusto, un placer que ninguna mujer habĆa podido darle… se equivocaba ¿quizĆ”s? Hasta ahora no lo sabĆa.
“no tengo ropa para irme contigo” rompió el silencio FabiĆ”n cuando empezaban a cruzar la carretera
“al fin hablas, no te preocupes, podrĆa prestarte la mĆa mientras te compro otra” aseguro Rodrigo.
Comenzaron una larga plƔtica, rompiendo el hielo y calmando el nerviosismo.
Era pasada las 8 de la noche cuando llegaron a la ciudad capital, de grandes edificios, ajetreo en las calles y mucho trafico. FabiĆ”n tragó saliva cuando Rodrigo le dijo que pasarĆan la noche en un hotel, y fue Chacón quien pago por una habitación para ambos, el peón sintió vergüenza cuando la impresionada recepcionista se les quedó mirando como si hubieran cometido algĆŗn sacrilegio.
“peores cosas se ven en un hotel” dijo con molestia Rodrigo cuando se alejaba de la recepción
Al llegar a la larga habitación Rodrigo besó a FabiĆ”n, un beso largo y esperado por ambos, el peón asegurando que todavĆa olĆa mal fue a ducharse. Rodrigo solo en la habitación suspiraba a todo momento, despuĆ©s de todo estaba allĆ, lejos de su casa con FabiĆ”n, juntos los dos, increĆble pero cierto.
Al salir FabiĆ”n de ducharse Rodrigo volvió a besarlo, le quito la toalla de la cintura y pego su cuerpo contra Ć©l. Continuaban besĆ”ndose, tocĆ”ndose, FabiĆ”n tenia las piernas abiertas, con sus gordas bolas colgĆ”ndole, fĆ”cilmente Rodrigo podĆa levantar la rodilla y estamparle un certero golpe, mas prefirió no hacerlo y disfrutar de ese lindo momento sexual entre ambos. FabiĆ”n en cambio no deseaba ser golpeado por Rodrigo, pero si ese seria su pago por estar con Ć©l, decidĆa tener las piernas abiertas ante cualquier golpe.
Rodrigo se arrodillo a la altura del blanco y desnudo pene de FabiĆ”n, se lo agarro con las manos, Rodrigo miro a sus bolas, gordas, colgantes, frĆ”giles. Enseguida la caliente boca de Rodrigo probó la gruesa verga del empleado, lo chupaba, degustaba aquella verga que tenĆa en la boca, le comĆa el frenillo y al mismo tiempo le veĆa la cara de excitación de FabiĆ”n, su reacción era de placer el hombre respiraba jadeantemente, Rodrigo bajó a sus bolas, metiĆ©ndose una a la boca y despuĆ©s la otra, con suavidad ante aquellas orbes que tantas veces habĆa aplastado mental y directamente
Rodrigo usaba la lengua por la rosada cabeza, estimulĆ”ndolo, pasando la punta por el orificio del hueco del pene de FabiĆ”n, su sabor salado, su virilidad, su hombrĆa, se tragaba el pene entero. FabiĆ”n tomo la nuca de Rodrigo y comenzaba a balancearle la cabeza sobre el pene, hacia delante y atrĆ”s. La saliva del primo de Pablo se apoderaba de la larga porción de carne, FabiĆ”n se tensó y agarró con todas sus fuerzas a su amante y le hundió lo mĆ”s que pudo el pene en su garganta, ahogĆ”ndolo hasta que descargo dentro de su boca toda su leche. DejĆ”ndole la boca taponada con una buena cantidad de semen, caliente y espesa, con un sabor dulce y Ć”cido, Rodrigo con los ojos cerrados bebĆa de aquel nĆ©ctar, limpiĆ”ndole la verga a FabiĆ”n.
Horas despuĆ©s 2 hombres dormĆan uno al lado del otro en aquella habitación de hotel.
...
Cuando Pablo llegó a casa, guardo en un sitio el regalo de Otto, habian sido 2, una porta chequera y el otro regalo lo dejo en casa de Otto.
"¿que es esto?" le pregunto mientras sacaba un par de esposas y unos objetos de lĆ”tex
Otto sonrió y le contestó
"quiero que seas mi esclavo"
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