el joven santa

Ultima historia para el blog por este año 2013, nos vemos en 2014, rumbo a 3 años del blog.

Contiene; ballbusting mujer/ hombre

Era la madrugada de la navidad cuando Laura dormía plácidamente en su cama había pasado una velada interesante en casa de sus familiares, de hecho le habían dicho que durmiera en casa de su tía Raquel, pero el hecho de pararse temprano la mañana siguiente, la colmó de fastidio e hizo que se fuera a su casa con sus hijos gemelos.

Un ruidillo proveniente de la cocina la hizo despertar... ¿a caso sería el pequeño Matías buscando comida? ¡No! Había comido hasta llenarse la barriga y cuando eso sucedía él dormía toda la madrugada. De nuevo el pequeño ruido de un sonido de cristal, debían ser ladrones. Sintió miedo por ella, una madre divorciada y sus pequeños hijos. El sueño abandonó su cuerpo y saltó de la cama con gran agilidad agarrando el bate bajo la cama.

Salió temerosa de la habitación con el bate a su hombro y con la bata puesta tapando sus prendas íntimas. Paso por la habitación de sus niños y el corazón se le vino a la boca, ahí estaban los dos durmiendo, y el ruido furtivo seguía viniendo de la cocina. Con paso ágil caminó para allá. Y al llegar a la cocina vio a un hombre joven, guapo, casi rubio con un atuendo rojo picando una rebanada de queso, ella soltó una exclamación de asombro y el hombre pegó un sobresalto al ser sorprendido.

"¿quien eres?" Exigió ella alzando el bate

"¡espera! ¡Espera!" Pidió él moviendo las grandes manos con los dedos extendidos "¡carajo! Sabia que me iban a descubrir"

"Ladrón" habló ella preparando el bate

"¡No! Soy Nicolás Claus" explicó el hombre atemorizado “soy hijo de papá Noé, créeme"

"No te creo. ¡Ladrón!"

"Ay madre mía créeme"

"Eres un puto ladrón ¿que me robaras? Lárgate, no hay nada de valor"

"Te dije que soy hijo de San Nicolás"

"Y yo soy la madre Teresa"

"Espera si vas a la sala, verás el saco de regalos"

"No soy tan pendeja para ir sola a la sala y dejarte acá para que me ataques"

"Entonces sígueme" pidió el hombre

Paso a su lado y ella alzó el bate. Lo siguió y le miró la espalda gruesa. Vestía como papá Noé, pero no era un viejo canoso, barbudo ni panzón. Si fuera su hijo debía a lo menos ser parecido. Pero tenia el cabello bien cortado, era lampiño y fuerte. Al llegar a la sala se encontró con un gran saco y bajo el iluminado árbol de navidad vio 2 cajas forradas con papel de regalo.

"Ves, es mi bolsa de regalos" dijo Nicolás

"Podría ser un truco tuyo" habló Laura " a Fernanda Dorante un tipo la robo hace 3 años con un atuendo de papa Noé la madrugada de navidad... podrías ser tú... sí eres tú... llamaré a los vecinos" y dio media vuelta para emprender la huída.

"¡NO!" la detuvo el joven Nicolás agarrándola del hombro, le diò media vuelta tomándola con fuerza de los brazos "espera"

"¡no! ¡NO!" decía Laura aumentando la voz nerviosa

"Despertaras a los vecinos, escucha"

"¡no!" Decía Laura a punto de llorar, ese sujeto le haría daño. Tenía que hacer algo, darle un cabezazo, una patada a la espinilla, pero se veía muy fuerte y de hecho la agarraba de los brazos con fuerza.

Él trato de estrecharla en sus brazos, era un sujeto musculoso, la iba a violar, matar. Debía defenderse, por ella, por sus hijos, saldría corriendo y pediría ayuda. Tenía que noquearlo, la primera idea que se le vino a la mente fue...

Ella levantó la rodilla y torturó los pobres testículos del hombre aplastándolos como papillas y con suma fuerza. El joven Nicolás soltó un gemido y retrocedió soltándola, cayó de rodillas con las manos en las bolas y su cara hundida en el suelo. Laura estaba en pánico ahora aquel ladrón le bloqueaba la salida. Debía correr al patio y pedirle ayuda a los Alfonzo, era una buena familia y la podían socorrer.

Dio media vuelta hacia la parte trasera de su casa, abrió la puerta y al salir al patio quedó perpleja.

8 renos estaban retozando en el patio, el más bello de nariz roja con una tenue luz. El trineo rojo y pintado a la perfección.

"Oh dios mío" exclamo sorprendida y ahora avergonzada. Volvió sobre sus pasos y vio a Nicolás recostado en el piso con las manos aún en sus testículos. Gimiendo por el dolor que le había dado Laura.

"Dis... disculpa... vi... vi el trineo afuera y... y... ahora te creo"

"Oh mierda" exclamó Nicolás Claus sacando de su pantalón rojo un celular táctil

"¿que?"

"Revisa... ¡ay me duelen las pelotas!"

Y ella tomó el celular.

"Revisa en la galería la foto más reciente"

Laura obedeció y el celular le mostró una juguetería y allí un viejo gordinflón abrazado al joven Nicolás acompañado de 4 hombrecillos de orejas largas.

"Es mi padre... y nuestros ayudantes, cuatro de ellos"

"Ay dios mío, discúlpame. Pensé que me robarías"

"Nunca"

Laura dio un suspiro

"Eres muy fuerte, no te pareces a tu padre"

Nicolás dio una linda sonrisa y se sentó en el suelo. Todavía agarraba sus cocos.

"Me golpeaste duro, creo que ya mataste a todos los santitas. Papá dice que tarde o temprano engordare, porque así es nuestra genética. Que disfrute mi cuerpo mientras dure"

"te buscare agua"

Laura regreso en pocos segundos con un vaso de cristal lleno de agua y hielos. Nicolás bebió continuaba amasando sus huevos atormentados por el dolor que dejó la rodilla aplastante.

"¿Todavía duele?"

"Si" confirmó Nicolás "acá dentro hay un néctar de puro esperma masculino"

"¿si?"

"¡si! Es un hechizo que nos embarga ni una mujer en nuestras bolas para seguir con la tradición de Santas por los milenios. Ni un solo hombre infértil ni homosexual. Machos de pura sepa"

"Wow" comentó Laura

"Papá dice que con el paso de los años engordaré. Yo hago mucho ejercicios, pero él afirma que no me servirá de nada, que es parte del hechizo"

Él se quedó viéndola, tenia bonito y redondo trasero, además de las tetas parecían 2 lindas montañas, sintió una sensación inigualable de excitación, su pene duro como un palo, quizás podría hacer uso de su poder Claus. Busco en el saco de regalo una bolsa con polvos que un duende de la fábrica le proporcionó. Aquel polvo servía para hacer dormitar a la gente de las casas mientras entregaba los regalos.

"Debo sentirme halagada de ser amiga del hijo de santa" dijo ella agradablemente "perdón por el golpe pensé que eras un asaltante"

Nicolás tomó agua, y dejo el vaso en medio de ambos

"No te preocupes" le dijo a la mujer "como recompensa voy a hacerte magia"

Ella sonrió ingenua, mientras Nicolás Claus introducía la mano y agarraba los polvos y esparció en el aire cerca del rostro de la mujer. Pero parecía que el muchacho no sabia de Física ni química, que el agua tiene gran poder de atracción y absorción y que el contenido en el vaso de agua absorbió toda la magia del polvo, solo una pequeña cantidad penetro por los poros de Laura que empezó a sentirse tonta.

"¿estás bien?" Le preguntó él

"Me siento un poco fatigada" dijo Laura

"Perfecto" dijo Nicolás besándole apasionadamente el cuello

"Espera ¿que haces?"

"Te daré amor, mucho amor. En un momento dormirás, ven te llevare al cuarto" y la agarró para llevarla en brazos al sitio

"¿Por que?" Quiso Laura entrando en miedo, se sentía muy cansada

"Esos polvos te van a hacer dormir, no sentirás nada, mientras te penetro. Estoy estresado y esta noche es tan larga para mí. Eres bella"

Y la puso cómodamente en la cama, Nicolás comenzó a quitarse la chaqueta, Laura, cerró los ojos con miedo. Nicolás caminó hacia ella, subió a la cama. Laura recogió la pierna y lanzó nuevamente con fuerza la rodilla hacia las pelotas de Nicolás. Que reaccionó con un sobresalto y cayó en convulsión al piso con cara de dolor y las manos en las bolas. Laura se sentó mareada en el colchón.

Nicolás estaba completamente vulnerable en el suelo con las manos en los cojones. Laura puso su delicado pie en el suelo. Y pudo levantarse, algo atontada, miró con asco los polvos y quiso vengarse de la cobardía de Nicolás Claus. Subió el pie y clavó un talonazo en el duro abdomen del viril santa. Este lanzo un gruñido y soltó sus bolas. Ella aprovechó para usar su pie para apretar, golpear, pisar y redoblar las bolas.

Ahora Laura había aplastado los cojones con el pie, y los tenia aprisionados con la planta del mismo y el hueso pélvico.

Los ojos de Nicolás estaban desenfocados y jadeaba pesadamente. Laura puso su pie en la cara del joven santa, y comenzó a ahorcarlo. El muy idiota comenzó a hacer ruidos con la boca y ella sintió miedo porque despertaría a sus hijos. Lo soltó del cuello. Y él siguió tosiendo

"Cállate ¡lárgate de mi casa pelmazo!"

Nicolás se agarró el cuello, camino cortos pasos a 4 patas. Y se puso de pie agarrándose los huevos.

"Ve y anda a violar a tu abuela"

Nicolás la miró con aires de reproche. Caminó lento al saco de regalos y lo cargo a su hombro, caminaba lento, abriendo las piernas, Laura sintió odio de aquel abusador. Lanzo una fuerte patada a la entrepierna de Nicolás.

"¡AAAAAAARRRRRGGGGHHHHHH!" lanzó un grito atronador. Se elevó en el aire y dobló las piernas, el saco se le cayó, se agarró los testículos y cayó desmayado de espalda al piso.

Laura sintió miedo ¿estaría muerto? ¿Despertaría a sus hijos con aquel espantoso grito? Sus hijos eran primero. Corrió al cuarto de ellos y los vio dormir como angelitos.

Regresó a la sala, puso las manos sobre el cuello de Nicolás. Estaba vivo.

"Solo te desmayaste desgraciado, pero no me importa. Me voy a encargar de que cuando despiertes te duela bastante.

Y como una desquiciada empezó a patear las bolas de aquel hombre

POFF

POFF

POFF

POFF

POFF

Golpe rudo que propinaba a las bolas del desmayado santa. Luego ella se inclino sobre él y puso su mano en su salchicha flácida

"Debe ser buena cuando está excitado" opinó

Pero le apretó duro las bolas.

Luego lo agarró de los tobillos y lanzó una patada devastadora a los cojones. Haciendo un esfuerzo y arrástralo por el piso lo llevo al patio. Y salió a la parte trasera, donde descansaban los renos, que al verla salir se colocaron en fila india.

"Cretino" dijo Laura y con los tobillos sujetados lanzó 6 devastadoras patadas a la entrepierna de Nicolás. Machacándole los cojones.

Respiró profundo para cargarlo y sentarlo en el trineo, vaya que era pesado el joven santa.

Jaló las cuerdas y los renos comenzaron a trotar y ella saltó del trineo antes de que este despegara al cielo estrellado y nocturno.

Laura regresó cansada a su pieza, dobló el ceño al ver una carta roja en la cama. La abrió y leyó.

"Que pases una feliz navidad"