hombre en alquiler (1/6): Ernesto - Las Bolas de Pablo

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28 ene 2014

hombre en alquiler (1/6): Ernesto


Contiene:


-ballbusting hombre/hombre

-sexo oral gay

"¿estĆ”s cĆ³modo?” Le preguntĆ³ Ernesto a Gabriel, que estaba completamente desnudo, sentado en un sillĆ³n de piernas abiertas, con una selva de pelos en los genitales, parecĆ­a que le gustaba aquello, porque tambiĆ©n tenĆ­a cabellos largos. Horas antes Ernesto, calvĆ³ y decidido llamĆ³ a una agencia de hombre en prostituciĆ³n solicitando a un hombre joven y con preferencias fetichistas y masoquistas. Cuando llegĆ³ y vio aquel joven le gustĆ³. Cuando le propuso ballbusting Gabriel, no se sintiĆ³ ofendido. Dijo que le gustaba y estaba preparado.

"Estoy listo" dijo Gabriel, era puto desde los 20 aƱos cuando sus padres murieron y no tuvo mĆ”s que hacer. ConsiguiĆ³ empleo en una cadena de hamburguesas que parecen grandes pero son muy pequeƱas. Pero era explotado como un burro ademas del poco el sueldo y grande las deudas que tenĆ­a. Un dĆ­a mientras limpiaba el baƱo un viejo zorro le propuso una invitaciĆ³n para un mejor trabajo, Ć©l asistiĆ³ y asĆ­ sin darse cuenta entrĆ³ al mundo del taxi-boy.

Con el poco tiempo trabajando ya sabia cumplir a cabalidad las fantasĆ­as de los clientes, para eso le pagaban, y muy bien. ColocĆ³ sus manos en el reposadero del sillĆ³n, su pene engrandeciĆ³ por estĆ­mulo y las bolas a merced de Ernesto.

Ernesto se acercĆ³ a Gabriel paso delicadamente el dedo Ć­ndice desde el cuello del hombre, paso por sus pechos, el abdomen duro. DetallĆ³ con la uƱa el glande, lo cosquilleĆ³, tocĆ³ los dos testĆ­culos, Ernesto sonriĆ³ sintiendo cosquillas.

"¿esos cojones estĆ”n llenos de jugo para mĆ­?" PreguntĆ³ Ernesto posando la mano en los testĆ­culos sin hacer algĆŗn daƱo.

Gabriel hizo una mueca seductora "completamente, llenos de suficiente leche condensada para llenar a un hombre hambriento como tĆŗ"

Ernesto sonriĆ³ y pasĆ³ la lengua por los labios y ahĆ­ empezĆ³ a apretar suavemente. Gabriel gruƱo conteniendo el aire en sus pulmones.

RegalĆ”ndole misericordia Ernesto realizĆ³ un duro apretĆ³n y le soltĆ³ los cojones.

Haciendo una mueca, Gabriel masajeĆ³ sus testĆ­culos.

"¿como es tu nombre?" PreguntĆ³ el hombre calvo

"Gabriel"

"¿te puedo besar?"

"Si"

Ernesto tocĆ³ la cara del joven y luego lo beso en los labios. Gabriel hizo lo propio de su trabajo y comenzĆ³ a frotar el cuerpo de Ernesto, la espalda larga y blanca, querĆ­a desnudarle, pero era mejor que el cliente lo hiciera o lo pidiera.

Ernesto tambiĆ©n tocaba a Gabriel se inclinĆ³ sobre Ć©l. Y a adrede se subiĆ³ al sofĆ” pero colocando la rodilla en los huevos del prostituto. Dejando que el hombre de alquiler soltara un grito terrible.

Ernesto se apartĆ³ de Ć©l y se alejo unos pasos, el bulto en su pantalĆ³n era prominente.

Gabriel estaba acurrucado de dolor en el mueble agarrƔndose las bolas.

Su pene estaba duro como un hierro, apuntando hacia la cara, brillante de lĆ­quido preseminal.

"¿quieres seguir?"

"..."

"¿no? ¿tan rĆ”pido te cansas? creo que tendrĆ© que solicitar a otro"

"SĆ­" contestĆ³ lastimero Gabriel "puedo continuar"

Ernesto volviĆ³ a acercarse a Gabriel que se arregostĆ³ al sillĆ³n respirando con dificultad. Ernesto tomĆ³ la polla mojada del puto y la masturbĆ³ con la mano.

"EstĆ” bien dura" comentĆ³ Ernesto

Gabriel sonriĆ³ y dijo

"Dura para tĆ­"

Ernesto masturbo fielmente por pocos minutos, Gabriel jadeĆ³ y en poco tiempo un chorro de semen fresco saliĆ³ de su pene e hizo un sonido gracioso al salir de la polla y surcĆ³ el aire.

Ahora Ernesto con una mano sostenĆ­a la verga, y con la otra agarrĆ³ el par de pelotas, retorciĆ³ las manos, aplastando los cojones y a su vez el duro pene. Haciendo que Gabriel contuviera la respiraciĆ³n. Sus ojos se cruzaron y dejĆ³ escapar un gemido profundo. La polla se le moviĆ³ involuntaria.

Ernesto mirĆ³ a Gabriel, que estaba envuelto en un mar de agonĆ­a, se veĆ­a debilucho pero a la vez sensual con su dolor de testĆ­culos.

Ernesto soltĆ³ los genitales de Gabriel y este se agarrĆ³ las bolas y se quedo inmĆ³vil agarrĆ”ndose sus joyas masculinas.

"Ahora " hablĆ³ secamente quien lo alquilĆ³ "levĆ”ntate y separa las piernas"

Gabriel gimiĆ³ y se puso delante de Ernesto con las piernas separadas y sus testĆ­culos peludos a su merced, estaban hinchados y posiblemente no trabajarĆ­a por algunos dĆ­as, en contraste su pene estaba erguido y duro...

Ernesto retrocediĆ³ 4 pasos.

Gabriel tragĆ³ saliva.

Y el calvo hombre lanzĆ³ una fuerte patada en las bolas de Gabriel. Aplastando los cojones con el pie y el hueso pĆ©lvico, con un horripilante sonido de huesos crujiendo. Gabriel elevĆ³ los pies del suelo para caer despuĆ©s como un saco de huesos chillando de dolor con las manos en la entrepierna.

Ernesto respirĆ³ profundamente, tenia el pene duro, lo que mĆ”s querĆ­a era sacarlo, masturbarse y desplegar toda la leche en su cara y cuerpo... gran puto sexy aquel. Se acercĆ³ al hombre y sin dejarlo recuperar, le ordenĆ³ que apartara las manos de sus bolas.

"¡no!"

"¡apĆ”rtalas!"

Gabriel cerrĆ³ los ojos y respirĆ³ profundamente.

Su larga mano apretĆ³ los magullados testĆ­culos llenos de semen. Gabriel emitiĆ³ un grito sostenido y Ernesto le soltĆ³ las bolas, el prostituto volviĆ³ a acurrucarse en el suelo y Ernesto se frotĆ³ la verga por dentro del pantalĆ³n.

El cuerpo de Gabriel estaba cubierto de sudor y eso lo hacia ver excitante y brilloso. Ernesto sintiĆ©ndose excitado y con el pene marcando un paquete obsceno recorriĆ³ las fibras musculosas del puto.

Ernesto agarrĆ³ fuertemente el escroto de Gabriel, con las 2 manos, hundiendo la punta de sus 10 dedos en los mĆŗsculos ovoides.  La espalda de Gabriel se arqueĆ³ y recogiĆ³ las piernas.

El pene de Gabriel se mostraba hinchado y con dĆ©biles venas, pero reaccionĆ³ escupiendo una pequeƱa fuga de semen blanco que resbalĆ³ lentamente por el falo.

Los dedos de Ernesto se hundƭan en los testƭculos del joven, luego los soltaba, para despuƩs volver a hundir los 10 dedos en las bolas. Gabriel gritaba, tenia la cara deformada de dolor, su estomago se contraƭa y su cadera le dolƭa.

Ernesto siguiĆ³ presionando ahora sus pulgares en los cojones, provocando que Gabriel escapara el aire de su cuerpo con un grito ahogado

De repente, la verga del prostituto entro en una erupciĆ³n de lava blanca, caliente y reciĆ©n preparada.

Ernesto apretĆ³ los cojones como pasta dental, y de la polla saliĆ³ una nutritiva capa gruesa de semen, Gabriel emitiĆ³ un grito prolongado sintiendo un rico orgasmo. Finalmente le soltĆ³ las pelotas y quiso acurrucarse, pero Ernesto, no lo dejo, pues se inclinĆ³ sobre Ć©l y se metiĆ³ el pene engrasado de semen en la boca, limpiĆ”ndolo con la lengua. Probando un nĆ©ctar con sabor a hierro.

"Eres bien mino" dijo Ernesto al tiempo limpiandose la boca con las manos y llenĆ”ndolas de poco semen que limpio en su ropa "tan tierno te ves ahĆ­. Doblado de dolor" con la mano de Gabriel la trasladĆ³ a su propio pene "estoy tan excitado que me masturbare, creo que llenare todo tu cuerpo de mĆ­ semen estoy cachondisimo. Te darĆ© a probar tambiĆ©n, sera un ocĆ©ano en semen de lo caliente que me siento"

Del bĆ³xer de Ernesto se asomĆ³ un pene blanco y flaco que comenzĆ³ a ser trabajado por las manos de su dueƱo, que tenĆ­a los ojos cerrados, mientras respiraba suavemente y todo en silencio. Gabriel lo contemplaba, con la boca hecha agua.

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