CONTIENE:
-BALLBUSTING HOMBRE/HOMBRE
-SEXO HOMOSEXUAL
-SEXO HETEROSEXUAL
I
El rey Piro entró iracundo a la habitación, fiel a su agrĆo caracter como siempre. TenĆa puesto un holgado pantalón negro, una franela blanca y gruesa chaqueta negra. HabĆa transcurrido un dĆa desde el desafĆo en la pirĆ”mide.
El rey Electro estaba parado frente a la ventana con la piel bronceada y muy musculosa, sus hombros donde se podĆa generar electricidad pura eran anchos, una poblaba barba convertĆa en viril su bello rostro. Electro sólo tenĆa puesto un apretado calzoncillo morado que formaba un enorme bulto.
—¿Y ahora quĆ© quieres? —protestó Electro dirigiendose a Ć©l—. Estuviste muy tranquilo anoche, ya me parecĆa extraƱo. ¿QuĆ© demonios te ocurre?
—QUE ME CANĖSE DE COMPARTIR HABITACIĆN CON UN GRUPO DE TRAIDORES. TĆ, ĆRTICO Y AQUA ESTĆN CORTADOS POR LA MISMA TIJERA.
—Baja la voz, Piro. PensĆ© que habĆas superado las alianzas entre los gobiernos del hielo, agua y electricidad.
—USTEDES TRAIDORES ESTĆN CONTRA MI. AYER EN LA PIRĆMIDE UNO DE USTEDES ME ATACĆ. QUIERO SABER, ¿QUIĆN FUE? ¡TRAIDORES!
—¿Te atacó? Ayer sólo me dedique a lograr llegar a la meta. SĆ”came de ese paquete. Y si alguien te atacó tienes que saber quien fue.
—Fue alguien invisible.
Electro lanzó una carcajada.
—Piro, aquĆ nadie tiene el poder de la invisibilidad. ¿Se te olvidó con que reyes compartes cuarto? No seas tonto.
—USTEDES ESTĆN EN MI CONTRA. NO LOGRARĆN ELIMINARME.
Piro abrió su mano y de ella brotó una llamarada que fue directo a la cama del rey del trueno, las cobijas empezaron a arder bajo el fuego implacable. Electro empezó a gritar desesperado porque su cama era consumida por las llamas. Piro lo miraba desafiante.
—¡Mi cama, mi cama! Las llamas.
Ya no habĆa nada que Electro pudiera hacer, sino vengarse. Subió ambos brazos mientras su rostro no demostraba amistad alguna y de sus manos empezó a formarse una bola de energĆa electrica. Piro sabĆa que iba a ser terriblemente electrocutado, con fuerza mortal. DebĆa defenderse.
Piro se movió rapidamente y estampó contra Electro una rotunda patada en los testĆculos. Electro rugió, unió las rodillas, mientras los ojos se le llenaron de lagrimas. Sus manos dejaron de alzarse anulando la bola de energĆa. Su boca se abrió en forma de "O" y cayó al piso sosteniendo sus huevos chillando del terrible dolor lo embargaba.
Las bolas de Electro habĆan rebotado en su escroto con la fuerza de la patada, habĆan hecho el sonido de un crujido al chocar contra la pelvis.
Electro estaba echado en el suelo con las manos clavadas entre sus muslos gimiendo y gimiendo de intenso dolor.
Piro extendió la mano y una llamarada iba directo por el aire para quemar a Electro, él tuvo que acumular fuerzas y rodar por el suelo para evitar el contacto. Piro caminó hasta él y lo levantó halandolo de los cabellos. Electro se defendio sosteniendo a Piro del antebrazo y dandole una descarga eléctrica. Con un rugido Piro apuntó la rodilla a las debilitadas gónadas del rey del trueno.
Electro hizo un grito gutural y cayó de costado al suelo acariciando sus huevos.
La puerta del baƱo se abrió de donde apareció un atletico y atractivo hombre de estatura alta, abdomen marcado de mĆŗsculos y apretado bóxer negro que lo acentuaban vergudo y con un trasero parado, carnoso y redondo. Era Ćrtico rey del hielo.
—¿QuĆ© pasa aquĆ? —preguntó mirando a Electro tendido en el suelo acurrucando sus testĆculos.
—AsĆ que aquĆ estĆ”s tĆŗ, traidor. Falta Aqua para completar el trĆo.
—¿QuĆ© te pasa, amargado?
—Uno de ustedes ayer me atacó en la pirĆ”mide. Son unos malditos y estĆ”n en mi contra porque saben que les ganarĆ©.
Ćrtico esbozó una sonrisa de burla.
—¿De veras crees que te atacamos? ¿Quien? ¿Porque nosotros y no uno de los demas reyes de otras habitaciones?
—Porque ustedes son un trĆo de mediocres fracasados que me temen.
—¡A mi no me llames mediocre, tirano! —se alzó de brazos Ćrtico en actitud defensiva—. Si quieres pelea hazlo saber no tengo que estar entre las sombras para joderte. Si quieres lo hago ya y de frente.
—Ah, sĆ. Ven —apretó y alzó los puƱos Piro—. Demuestra que no estĆ”s sólo hecho de fracaso.
—Tengo mĆ”s astucia, la que a ti te falta —aseguró Ćrtico caminando hacia Ć©l.
Se inicio una guerra de elementos, Piro apuntó al rostro del rey del frĆo una potente llamarada la cual Ćrtico pudo bloquear con un sólido panel de hielo. El fuego apuntaba a su rostro generando vapor pero Ćrtico se protegĆa la cara con el hielo. Piro consideró su ataque, entonces hizo cesar el fuego.
Cuando Ćrtico eliminó el escudo ya tenĆa a Piro de frente estampando un puƱetazo contra su ingle.
Ćrtico gritó al sentir como el dolor explotaba de sus dos bolas y le dominaba el cuerpo.
POFFFF, fue el ruido del golpe.
Piro estrelló el puƱo en los testĆculos de Ćrtico dos veces seguidas. Ambos cojones se aplastaron con rotunda fuerza contra la pelvis dando sonoros crujidos.
Ćrtico saltó en el aire dando alaridos de dolor, cayó al suelo donde se frotó las bolas con una mano.
—Eres el mĆ”s tonto y debil de los tres —agregó Piro escupiendole—. Ahora sigue Aqua. ¿Dónde estĆ” ese cretino? Me vengarĆ©.
No hubo respuesta, en el suelo sólo estaban dos fuertes reyes ahora debilitados por sus testĆculos.
—BuscarĆ© a Aqua y harĆ© que se arrepienta. Ustedes no saben con quien se han metido.
Volvió a mirar a Ćrtico con desprecio y le escupió nuevamente sobre la espalda. El rey del fuego hizo camino a la puerta y abandonó la habitación.
Ćrtico se quejó del dolor, se limpió la espalda con una mano mientras con la otra acariciaba sus gónadas. Hizo gran fuerza para pararse del suelo y con un halito de hielo apagó la cama de Electro. El rey del hielo ocupó un asiento donde se dedicó a acariciar sus palpitantes bolas.
II
Despues del reto en la pirĆ”mide la pasión de Terra hacia James se desató, querĆa besarlo, tocarlo y apretarlo a cada instante. El rey de la fertilidad, fiel y adicto al placer sexual correspondĆa a las caricias del rey de la tierra ademas de que le convenĆa tenerlo de su lado para utilizar los poderes a su favor.
Incluvise cuando encerrados en la habitación, el rey SamÔn tomaba una ducha, Terra se acercó a la cama de James y tocandole el pecho le rogó que lo penetrase. James cautivo aprovecho el momento y obedeció. A ambos no les importó cuando el rey de la naturaleza salió del baño y los descubrió desnudos en la cama tocÔndose y con olor a sexo.
—Vaya —alzó las cejas SamĆ”n—. Me alegra que ya se toleren y quieran —con tono de brula agregó—: ahora quiero que me dejen el camino libre con RubĆ.
A la maƱana siguiente al despertar, James se colocó un ceƱido jeans y una camisa blanca donde dejó desabrochado algunos de sus botones sólo para mostrar sus fortĆsimos pectorales. Una mujer del servicio de limpieza del palacio le entregó una carta donde el rey Olimpo lo invitaba a su oficina. Antes de ir a desayunar James prefirió dirigirse al sitio.
—Rey de reyes —fue el saludo que le dio a Olimpo inclinando la cabeza.
Olimpo saludó con una sonrisa estaba tras un amplio escritorio vistiendo con pantalón, saco y corbata.
—Muchas gracias, mi rey.
—Pero……… —Olimpo abandonó su asiento y se acercó a James, tenĆa un gesto pĆcaro en el rostro, mismo que invitó al rey de la vida a corresponder haciendo una sonrisa. Olimpo desabrochó su camisa blanca detallando el mĆŗsculoso abdomen del joven rey que continuaba respondiendo gesto—… sin embargo mi rey, sĆŖ que no ganaste el reto por tu inteligencia sino por tus atributos —el dedo Ćndice de Olimpo acarició un pezón de James y bajo por el relieve de su torso hacia el ombligo—. ¿QuĆ© dices a eso?
—Fue sólo una estrategia, gran rey.
—Estrategia, ¿ah? ¿Y mi hija quĆ©? ¿SerĆ” sustituida por tu ganĆmedes Terra?
—Oh no, mi rey. RubĆ es la mujer a la que amo y por quien ganarĆ© el desafĆo, Terra es un objeto para ganar.
—Un objeto para ganar —repitió Olimpo frotĆ”ndo el pecho del guapo rey—, ¿disfruta Terra de tu semen nutritivo?
—Oh……… sĆ.
—¿Y quieres que RubĆ lo disfrute tambien?
—Oh sĆ, mi rey.
—Tu fĆ©rtil semen. ¿Y para tu rey de reyes no hay de tu nĆ©ctar virĆl? —preguntó Olimpo bajando la mano.
James no supo que decir, al final rió y afirmó una respuesta.
El rey Olimpo empezó a masajear el Ć”rea genital en el pantalón de James que se apretaba los labios. Mirandole a los ojos, Olimpo le abrió la camisa al rey de la vida y volvió a acariciar su torso con una mano. Le ayudó a quitar las botas y despues abrió su cinturón. James en silencio se dejaba llevar por las caricias, cuando Olimpo le quitó el pantalón de sus robusta verga. Ambos admiraron en silencio la gigantezca erección de la que era dueƱo James en su calzoncillo blanco. Cuando por fin lo desnudo Olimpo tragó saliva de mirar la verga brillante de sudor. ParecĆa de piedra. Era blanca y bella. Olimpo la agarró con su gruesa mano y la empezó a masturbar lentamente.
Tomó el pene con las dos manos, mientras James se acarició su cuerpo, pasando la mano por su abdomen, los pezones.
Olimpo manipulaba el pene como todo un experto, miraba al glande que ya se tornaba rojo, le acariciaba el frenillo.
Las suaves y plancenteras caricias sobre el pene del rey de la vida y la fertilidad se extendió por 15 minutos hasta qie James sintió unos relajantes espasmos, lo hacĆa sentir increĆble, pareciera que se iba a orinar, una sensación fascinante, gimió profundo en seƱal de que ya iba a eyacular.
James soltó un exquisito gemido antes de aventar su semen a borbotones. Uno de sus chorros voló alto y calló en la mejilla con vellos de Olimpo, un chorro que salpicó el fuerte abdomen del rey de la vida y fertilidad que tenĆa los ojos cerrados y la boca abierta procesando el orgasmo en su cuerpo.
Olimpo dejo de sostener el pene mientras su mano estaba embarrada de leche masculina, él se llevó cada dedo a la boca y saboreó.
—Sabor a vida. Espero que todo eso no sea sólo para Terra y RubĆ. Yo tengo mĆ”s derecho que esos dos.
Ambos se miraron y rieron inconscientes de que minutos antes el rey Aqua, amante de Olimpo los habĆa visto al abrir la puerta en silencio. El rey del agua se habĆa molestado y juró venganza cerró la puerta sin hacer mucho ruido.
III
Caminand por un iluminado pasillo del palacio, Elton, rey de la mĆŗsica se consiguió con su compaƱero de habitación Sixto rey del aire que apenas salĆa de la enfermerĆa tras un mal ataque recibido en el desafĆo por el seƱor de la guerra. TenĆa un calzoncillo negro y chaqueta blanca.
—¿Cómo te sientes deshuevado —se burló Elton. TenĆa el grueso cuerpo desnudo y un bóxer rojo se ajustaba a su entrepierna—. ¿Ya puedes hablar bien? Como todo un hombre despues que Mark te castigó un huevo.
Sixto lo miro amenazador, habĆa pasado la madrugada en aquella enfermerĆa. El rey del aire se agarró la entrepierna con una mano acumulando un bulto entre sus dedos.
—Los mĆ©dicos me trataron y restablecieron el testĆculo sano que me aplastó Mark.
—Mark anda por allĆ burlandose. En un principio se molestó porque creyó que te habĆan eliminado. Ahora sĆ dice que eres un medio hombre.
—Medio hombre no. Estoy completo, el que puede ser medio hombre eres tĆŗ.
Sixto dio una sonrisa maligna y Elton dobló las cejas confundido sin tener tiempo de reaccionar.
Sixto estampó el empeine contra las bolas de Elton, rey de la música.
Las bolas de Elton rebotaron en su escroto por el golpe al igual como sus pies despegaron del suelo.
Elton cayó de rodillas al suelo con la cara arrugada del dolor. Agarraba sus bolas y se mecĆa adelante y atrĆ”s.
Sixto se inclinó y tomó una de las huevas de Elton y la apretó tan fuerte como pudo.
—¡Maldito! —gritó Elton al sentir el dolor explotar desde su ingle.
Cuando lo soltó de los genitales, Elton agarró sus testĆculos y se acurrucó en el suelo gimiendo de agonĆa.
Sin tiempo a tregua, Sixto abrió la mano y suspendió a Elton en el aire que empezó a moverse desesperado. La mente de Elton se llenó de pÔnico.
El rey del aire entregó a Elton cinco patadas contra su entrepierna abierta. El señor de la música gritó y suplicó. De sus simpaticos ojos corrieron lÔgrimas mientras sus bolas palpitaban adoloridas.
A pesar de seguir en el dominio del aire, Elton pudo protegerse los genitales con sus manos y lamentarse entre quejidos. Sus músculos temblaban dÔndole un aspecto de hombre fuerte pero derrotado. Sixto movió las manos y Elton salió disparado al techo donde se pegó en la cabeza y tras un fuerte golpe cayó desmayado al piso. Sixto se quitó la chaqueta y la arrojó contra la cara de Elton
—Para que sepas quien te jodió —con aire triunfal colocó un pie sobre su pecho.
Elton levantó la cabeza y miro encima de él a Sixto, estaba tan aturdido que volvió a caer derrotado y cerrando sus ojos.
IV
La reina del amor y la pasión RubĆ estaba en su habitación de rosas en el palacio de su padre, la cabellera rubia le caĆa por la espalda y usaba deportiva cuando un golpe a la puerta anunció que alguien estaba allĆ.
—Adelante —dijo con voz suave. La puerta fue abierta dando paso a un hombre de lasciva mirada—. Hola, querido, eres tĆŗ. ¿QuĆ© haces por aquĆ?
Aqua habĆa cerrado la puerta agregandole el seguro, su abdomen subĆa y bajaba en seƱal de la respiracion con aires de venganza que querĆa llevar contra Olimmpo por haberlo traicionado con James minutos antes.
Se acercó a Rubà y se inclinó sobre ella clavandole los ojos. Ella se estremeció y le devolvió la mirada, invadida por una especie de pÔnico. Se echó hacia atrÔs, Aqua le abrió la blusa de un tirón fuerte, sonando en la habitación un par de botones reventarse. Sin decir palabra alguna la tomó por los senos y se dedicó a presionarlos con fuerza. Rubà estaba callada, soportando los fuertes apretones, la paralizaba la presencia allà del fuerte rey de los mares.
Aqua la empujo contra el asiento del sofĆ” de color rojo y se subió sobre ella, se bajó el calzón y le quitó a ella la minifalda haciĆ©ndole la ropa interior a un lado y le metió la verga de tajo. RubĆ contuvo un gemido sintiendo que el miembro se metĆa en su vagina como si fuera agua por un embudo. Encontró camino y se abrió paso entre su piel sin problema alguno. RubĆ aguantó un segundo alarido cuando sintió al pene retroceder y, repentinamente, volver a meterse con fuerza.
Aqua la embestĆa con fuerza recordando la mano llena de semen de Olimpo sobre el falo erecto del rey James.
Aqua continuaba embistiendola violentamente, su pene entraba y salĆa por la vagina repetidamente, Ć©l le apretaba los senos a RubĆ y ella gemĆa entre dolor, placer y confusión.
Aqua seguĆa violando muy rĆ”pido, demasiado rĆ”pido y fuerte pero RubĆ continuaba gimiendo azotada. El le clavaba besos de furia en la boca y cuello mientras le tocaba los senos.
Tras rĆtmicos y repetidos movimientos Aqua se tensó y con un leve gemido eyaculó dentro de ella.
Luego de un tiempo, todo sudado y jadeando se separó de ella y se subió el calzón, dio media vuelta y abandonó la habitación dejando allĆ a la confundida, agotada y violada RubĆ.
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