-SEXO HETEROSEXUAL
-BALLBUSTING HOMBRE/HOMBRE
I
13 hombres estaban reunidos en el gran salĆ³n del palacio de Olimpo, el rey de reyes. Todos los participantes que se disputaban el amor de RubĆ esperaban los resultados que las personas mediante el voto habĆan decidido fuera el rey salvado para el prĆ³ximo reto y que compartirĆa una cita con la reina.
Hermes estaba parado ante todos ellos -algunos calzaban elegantes trajes pero otros mostraban los grandes lotes de mĆŗsculos en su cuerpo-. El rey de los mensajes tenĆa una camisa a cuadros de color azul, hermosos botines negros y un jeans que como siempre hacĆa resaltar un bulto muy grande ubicado en su entrepierna.
—Antes de dar el resultado —hablĆ³—. Debo anunciar los requisitos que ustedes deben preparar para el desafĆo que se realizarĆ” maƱana —se iniciĆ³ una mezclas de comentarios en el salĆ³n. Hermes levantĆ³ la mano hasta que el silencio reinĆ³ otra vez—. El desafĆo de maƱana serĆ” grupal y a la vez individual.
—No entiendo, ¿a quĆ© te refieres? —se alzĆ³ la voz del rey ParĆs sobre las demĆ”s.
—Si hacen silencio les puedo explicar……… muy bien, gracias. El reto de maƱana consiste en una pelea cuerpo a cuerpo. Hemos dividido a cada uno de ustedes en cuatro equipos. Estas agrupaciones estĆ”n conformadas por igual nĆŗmero de integrantes que comparten habitaciones.
—En mi caso sĆ³lo comparto habitaciĆ³n con ParĆs —retumbĆ³ la voz de Mark, el sangriento rey de la guerra que aquel dĆa usaba un bĆ³xers color amarillo—. SĆ³lo somos dos y el equipo de Aqua tiene cuatro.
—AsĆ es —confirmĆ³ Hermes—, es por ello que en su equipo deben seleccionar a un representante que lucharĆ” por dar la victoria a su grupo y por mantenerlos en la participaciĆ³n.
—Es decir —interrumpiĆ³ Ćrtico, rey del hielo que en ese momento tomaba una bebida caliente—. Que entre nosotros cuatro debemos escoger a uno que se enfrentarĆ” a otro y al ganar nos mantendrĆ” aquĆ.
—AsĆ es —afirmĆ³ Hermes—. Pero en esa batalla el representante o los representantes que pierdan el desafĆo darĆ” la derrota a su equipo y otorga al grupo contrario, al ganador, la oportunidad de eliminar a cualquiera de sus integrantes.
—Es injusto —se quejĆ³ Piro que se habĆa vestido con un holgado traje—, no puede ser que por culpa de un fracasado se ponga el pellejo de cualquiera a borde del abismo.
—Esas son las reglas —culminĆ³ Hermes—, tienen todo el dĆa de hoy para seleccionar al representante que ustedes consideren va a dar la victoria a su equipo. Pero antes entregarĆ© el nombre del rey cuyo porcentaje de votos por el publico lo hacen el participante salvado para este desafĆo y que ademĆ”s compartirĆ” una cita con RubĆ —procediĆ³ a abrir el sobre entre sus manos incrementando la tensiĆ³n entre los participantes. LeyĆ³ la hoja de papel—. El ganador de esta ocasiĆ³n ya tuvo una cita con RubĆ anteriormente.
El rey James, rey de la vida y la fertilidad esbozĆ³ una grata sonrisa de alegrĆa.
—Eres tĆŗ, Salazar rey de la oscuridad.
James abriĆ³ la boca sintiĆ©ndose incrĆ©dulo. Salazar se alzĆ³ en medio de aplausos hipĆ³critas. TenĆa el cuerpo desnudo cubriendo su gruesa desnudez con un bĆ³xers negro. CaminĆ³ por el pasillo decidido, sus hermosas piernas le hacĆan caminar rĆ”pido, sus muslos estaban dotados de mĆŗsculos y eran gruesos como troncos. Antes de subir al ascensor que lo conducirĆa con RubĆ dio la media vuelta y doblĆ³ un bĆceps en arrogancia mostrando la fuerza que ahĆ se acumulaba. SubiĆ³ al ascensor dejando atrĆ”s una estela de odio, envidia y confusiĆ³n.
—Ahora reyes deben seleccionar a su representante de equipo, tienen muchas horas para hacerlo.
II
Tras anunciarse quien habĆa sido el ganador de la semana. Aqua se retirĆ³ como el resto de los contrincantes, algunos se fueron en colectivo, otros de manera individual o en parejas. El rey del agua optĆ³ por irse solo.
Iba caminando ataviado de un corto y ajustado bĆ³xer de color azul, su pecho blanco y con mĆŗsculos se agitaba mientras respiraba. Su caminar se pausĆ³ cuando sus ojos se encontraron con Olimpo, el rey de reyes.
A juzgar por la expresiĆ³n en el rostro de Olimpo, no demostraba estar de buen humor. Su cara estaba roja como un tomate por la ira.
—Al fin te dignas a dar la cara —retumbĆ³ la fuerte voz de Olimpo—, despuĆ©s de cometer una falta con RubĆ, ¡eres un canalla, maldito bastardo!
Aqua apretĆ³ los labios y los puƱos, la Ćŗltima vez que habĆa visto a Olimpo este acariciaba el pene en eyaculaciĆ³n de James, rey de la vida y la fertilidad. En venganza Aqua sintiĆ©ndose engaƱado al ser amante homosexual de Olimpo violĆ³ a RubĆ.
Pero el rey del Aqua estaba allĆ de frente imponiĆ©ndose ante Olimpo, tenĆa mezclas de furia y temor su cuerpo era menos corpulento que el del gran rey.
—No hice nada que tĆŗ no te merecieras —reconociĆ³ Aqua.
—¿Te atreves a desafiarme? EstĆŗpido e insignificante.
—Disfrute cojerme a RubĆ. AsĆ como tĆŗ masturbabas a James, un oportunista.
Olimpo levantĆ³ las cejas.
—Te arrepentirĆ”s de lo que le hiciste a RubĆ.
—Es una puta, aquello para ella fue una caricia. EstĆ” acostumbrada a eso. TĆŗ me traicionaste con James.
—No fue traiciĆ³n. Yo soy el gran rey. Hago lo que quiera.
—Pero yo me cojĆ a tu hi…
Aqua fue interrumpido por una tremenda patada a las bolas de parte de Olimpo. El zapato del rey de reyes aplastĆ³ la gran protuberancia dentro de su calzĆ³n. Aqua soltĆ³ un gemido de angustia.
Aqua se tambaleĆ³ y cayĆ³ al piso cubriendo su entrepierna con ambas manos. Ya en el piso las masajeaba sintiendo como el dolor lo embargaba.
—El prĆ³ximo en ser eliminado serĆ”s tĆŗ —acusĆ³ Olimpo con el dedo Ćndice. Dio media vuelta y se retirĆ³.
"¡Eso intentalo!" Hubiera querido decir Aqua pero el dolor que se abrazaba de sus testĆculos le impidiĆ³ hablar.
III
La reina RubĆ, dueƱa del amor y la sexualidad en el planeta Cronos estaba descansando en su sala. TenĆa un corto vestido negro que mostraba sus fuertes piernas bronceadas. Su cabello rubio reposaba sobre el sofĆ” cuando un sonido anunciaba que el rey salvado para el desafĆo se acercaba a la cita. Ella se preparĆ³ para el encuentro.
La puerta del ascensor se abriĆ³ y de allĆ emergiĆ³ el rey de la oscuridad que ingresĆ³ a la habitaciĆ³n, separĆ³ las robustas piernas y doblĆ³ un bĆceps mostrando su potencia muscular.
—Mi rey Salazar —saludĆ³ RubĆ esbozando una sonrisa. ArrojĆ³ una ligera burla—. Ganaste por segunda ocasiĆ³n consecutiva la salvaciĆ³n y hoy estĆ”s conmigo. ¿PodrĆ”s erectar tu polla para esta ocasiĆ³n, querido?
—Por supuesto que sĆ, mi reina RubĆ. Aquella vez estaba hechizado.
Salazar se acercĆ³ a la mujer y le dio un romĆ”ntico beso en la mano.
Ella abandonĆ³ el asiento y el rey Salazar le rodeĆ³ la cintura con sus manos. RubĆ colocĆ³ las manos sobre el largo hombro del rey de la oscuridad, Ć©l la pegĆ³ contra su cuerpo, RubĆ pudo sentir una potente erecciĆ³n, ahora sĆ que estaba excitado y erecto aquel macho de rey. Los labios de ambos se unieron compartiendo su calor, la lengua de RubĆ entrĆ³ en la boca de Salazar. Se quedaron un rato besĆ”ndose y compartiendo caricias.
Las bocas se devoraban, sus lenguas jugaban, las manos de Salazar bajaron a la cintura de la mujer y le agarraron el culo de una manera fuerte. El pene de Salazar estaba mĆ”s duro que nunca, deseando romper el bĆ³xer para correr a penetrarla. Salazar le bajĆ³ el vestido sacĆ”ndoselo, le quitĆ³ a RubĆ el sujetador y le mirĆ³ los pechos, los agarrĆ³ con sus manos, estaban calientes y deliciosos, su boca busco sus pezones, los lamiĆ³ y chupĆ³ con deseo.
RubĆ gimiĆ³ deleitada, de veras que lo estaba gozando.
Salazar le dio la vuelta y la colocĆ³ apoyada contra el sofĆ”. Le bajĆ³ la tanga y le recorriĆ³ con sus manos las piernas. Los dedos del rey de la oscuridad tocaron el sexo de la reina del amor y el sexo.
RubĆ gemĆa una y otra vez con cada una de las caricias del oscuro rey. Su sexo estaba empapado. Salazar sacĆ³ su miembro, estaba gordisimo y grande. La punta lubricaba liquido preseminal. Salazar rozĆ³ su pene contra la mujer.
—Hazlo, hazlo —rogĆ³ deseosa RubĆ.
Salazar la tomĆ³ de la melena y empezĆ³ a penetrarla lentamente hasta el fondo, hasta que sus testĆculos la golpearon. RubĆ proclamĆ³ un gemido de placer inolvidable, dentro de su caliente sexo se sentĆa divino ser penetrada por aquel mĆ”stil. Salazar la empezĆ³ a bombear entrando y saliendo, primero despacio y despuĆ©s salvajemente, tirĆ³ de su melena hacia atras haciĆ©ndola gemir... el rey la tomĆ³ de los senos y despuĆ©s le pellizco sutilmente los pezones, RubĆ se retorcĆa de placer.
RubĆ se dio la vuelta, hizo sentar a Salazar en el mueble y agarrando su miembro, empezo a introducirlo dentro de ella, el pene se deslizĆ³ de manera perfecta en su interior. RubĆ lo cabalgaba como una amazona hasta que llegĆ³ el momento y arqueo su cabeza hacia atras hechando un grito de placer ella tuvo un orgasmo. Salazar incrementĆ³ el ritmo de sus embestidas hasta que tambiĆ©n eyaculĆ³ dentro de ella.
IV
El primer equipo estaba conformado por cuatro hombres que se mantenĆan intactos desde el inicio del desafĆo ellos eran los reyes del fuego, agua, hielo y trueno.
—Tenemos que ser muy inteligentes al momento de seleccionar a nuestro representante —dijo Ćrtico que estaba semidesnudo con un ajustado bĆ³xer negro—. Uno de nosotros tres es quien deberĆa pelear. No confĆo en Piro. Ćl nos puede traicionar en la lucha y hacernos perder sĆ³lo para que del equipo contrario eliminen a uno de nosotros —dio media vuelta y se dirigiĆ³ a su estante para buscar ropa.
—Yo no tengo ningĆŗn problema en dar la cara por el equipo —asegurĆ³ el rey electro, doblĆ³ un bĆceps y sonriĆ³—. Todos me consideran el futuro sucesor de Olimpo, en el plano del poder y en la manera de gobernar. Muchos me consideran fuerte.
Ćrtico estaba colocĆ”ndose la ropa de deporte para salir a entrenar, la puerta del baƱo se abriĆ³ y de allĆ saliĆ³ Aqua, tenĆa puesto un jeans y franela negra, caminĆ³ con una leve cojera y se ubicĆ³ en una silla donde se frotĆ³ la entrepierna. TenĆa cara de dolor.
—¿Y a ti quĆ© te ha ocurrido? —preguntĆ³ Electro con gesto de burla.
—Nada, nada —respondiĆ³ Aqua omitiendo el hecho ocurrido con Olimpo—. Vamos a dedicarnos a resolver quien lucharĆ” maƱana.
—Yo me ofrezco como candidato para la lucha —asegurĆ³ Electro.
—Y yo tambiĆ©n —confirmĆ³ Ćrtico. Se habĆa colocado un short y una camiseta. SeparĆ³ las piernas y extendiĆ³ los brazos de su mano emergiĆ³ un aire frĆo que congelĆ³ al piso.
—Tenemos que ser inteligentes y por ningĆŗn motivo seleccionar a Piro quien nos puede traicionar.
Aqua afirmĆ³ con un movimiento de cabeza. AcariciĆ³ sus testĆculos que se habĆan hinchado con el patadĆ³n recibido y con un monĆ³logo interno lamentĆ³ no poderse postular para luchar pues confiaba en su robusta fuerza. Pero sabĆa que Olimpo le habĆa jurado eliminarlo y ese serĆa su objetivo entonces preferĆa evitarlo. Dijo:
Artico congelando el piso |
—Yo me inclino por la destreza y la fuerza de Electro, no es personal Ćrtico, pero mi voto va a favorecer a Electro.
El rey del hielo afirmĆ³ con decepciĆ³n, su aliado directo habĆa votado por el rey elĆ©ctrico.
—Entonces que asĆ sea —aceptĆ³.
Electro sonriĆ³, corporalmente adoptĆ³ una posiciĆ³n de fuerza e hizo que de su mano saliera una gruesa bola de energĆa pura.
—Eliminaremos a todos —dijo con fuerza.
Electro creando energia pura |
La puerta de acceso a la habitaciĆ³n se abriĆ³ dando paso a Piro que para aquella hora sĆ³lo vestĆa un calzĆ³n rojo. Los miro con aborrecimiento y sĆ³lo comentĆ³:
—¿QuĆ© estĆ”n tramando? EstĆ”n eligiendo entre ustedes a quien representarĆ” al equipo. Ya sĆ© que me usarĆ”n como carnada. Y no tengo miedo, ¿me oyen? No tengo miedo.
La bola de energĆa de Electro se esfumĆ³ con un movimiento de mano y fue Ć©l quien hablĆ³:
—Ya estĆ” decidido. Y te guste o no el representante del equipo para este desafĆo serĆ© yo.
V
El segundo equipo tambiĆ©n era de los reyes que no habĆan sufrido perdidas entre sus miembros de habitacion, ellos eran los reyes de la oscuridad, la luz, el aire y la mĆŗsica, la Ćŗnica excepciĆ³n era que Salazar no participarĆa en aquel desafĆo.
Sixto, Elton y Xiam discutĆan sobre quien de ellos serĆa el representante.
—Me siento capaz de enfrentarme a cualquier desafĆo —decĆa Sixto, rey del aire mientras bebĆa un cafĆ©.
—No eres el mĆ”s idĆ³neo —rechazĆ³ Xiam, seƱor de la luz.
—¿Y quien lo es tĆŗ? ¡Idiota!
—Por lo menos a mi no me rompieron las bolas en el desafĆo anterior.
Sixto iba a brincar sobre Xiam, cuando Elton lo detuvo y le pidiĆ³ que se calmase. Cuando lo hubo hecho, el rey de la mĆŗsica meditĆ³ sus palabras a explicar, tenĆa puesto todavĆa un bĆ³xer blanco que usĆ³ en la selecciĆ³n de la maƱana, se estirĆ³ de brazos y hablĆ³:
—De nosotros tres sĆ³lo estamos dos que hemos tenido nuestras victorias, Xiam y yo.
—Te jodĆ por las bolas la vez pasada —escupiĆ³ Sixto.
—Fue un ataque a traiciĆ³n. Xiam tiene la victoria en la cara por haber eliminado a Cobra en la prueba anterior.
—Soy el mĆ”s indicado para representar al equipo —alegĆ³ Xiam doblando los brazos para mostrar las pelotas de mĆŗsculos en sus bĆceps.
Xiam mostrando su fuerza |
VI
El tercer grupo estaba conformado por tres hombres, los reyes James, Terra y SamĆ”n que no llegaban a un acuerdo sobre quien serĆa el representante. James, rey de la vida y fertilidad quien no tenĆa un poder especial o elemental por ello durante el combate preferĆa quedarse como conciliador pero inclinando la balanza hacia el rey con mĆ”s fuerza, Ć©l estaba sentado de brazos cruzados y piernas abiertas oyendo las declaraciones de cada uno de ellos.
—Soy el mĆ”s indicado para representar al equipo —decĆa SamĆ”n rey de la fauna y la naturaleza—. Tengo representaciĆ³n mundial y he sido un guerrero poderoso.
—Pero yo tambiĆ©n tengo importancia mundial —aseguraba Terra seƱor de la tierra—, en mi reino tengo a los mejores guerreros y tengo experiencias de lucha.
—Represento a dos poderes la naturaleza y los animales —aclarĆ³ SamĆ”n, tenĆa el cuerpo desnudo y un bĆ³xers de cuero se ajustaba a su apretada entrepierna y a su paradas nalgas.
—¡No olvides que sin el poder de la tierra ni tus animales ni tus plantas vivirĆan!
—SeƱores, esperen —pidiĆ³ James.
Terra que en los Ćŗltimos dias se habĆa convertido en su amante homosexual lo mirĆ³ con deleite y alegrĆa, el rey de la terra vestĆa un calzĆ³n rosa y se quedĆ³ atento escuchĆ”ndole.
—Ustedes dos son tan fuertes como cualquiera. Pero tienen desventajas con sus poderes al no saber quien serĆ” nuestro rival. SamĆ”n tendrĆas dificultad si el enfrentamiento se da en un espacio cerrado y no al aire libre, y Terra tendrĆas mucho problema si en el enfrentamiento nuestro rival es Aqua. Tenemos que ser inteligentes y estrategas al decidir a quien de ustedes enviaremos.
—Pues yo me siento fuerte e inteligente. Y si no es por la tierra tus poderes no se extenderĆan.
—Soy tan poderoso como tĆŗ —afirmĆ³ SamĆ”n.
Y asĆ se inicio una larga discusiĆ³n sobre quien de ellos serĆa el escogido. James estaba pensativo pues su preocupaciĆ³n era que debĆan ganar aquel combate o de lo contrario sabĆa que el primero en ser eliminado serĆa Ć©l, porque supo que habĆa tenido el segundo lugar en los votos del favorito del pĆŗblico siendo ganado por Salazar con ligera ventaja.
VII
El Ćŗltimo grupo era el mĆ”s golpeado de todos puesto que de esa habitaciĆ³n sĆ³lo quedaban dos integrantes. Paris el grueso y rubio rey de la suerte y Mark el sanguinario rey de la guerra.
—Con mi buena suerte puedo ganar cualquier combate. Suerte y fuerza.
—Tu suerte me la puedo meter por el culo. Yo soy indestructible, con quien me enfrente ganarĆ© el combate.
—Pero si te deseo mala suerte perderĆ”s y al primero que los demas querran eliminar serĆ”s tĆŗ.
—Si yo pierdo por tu culpa, te descuartizo.
Paris tragĆ³ saliva con una risa nerviosa.
—Dame tu mejor golpe de suerte, ¡vamos!
Mark colocĆ³ sus brazos tras la espalda esperando un certero golpe de ParĆs. El rey de la suerte preparĆ³ su mejor golpe y lo estampĆ³ contra el abdomen de Mark que no se doblĆ³ del dolor, por el contrario quien moviĆ³ su muƱeca adolorido fue Paris.
Mark observĆ³ la manera en la que ParĆs estaba ocupado en calmar la molestia de su mano y apretĆ³ su puƱo y lo chocĆ³ contra los suaves y carnosos testĆculos del rey de la suerte dando un golpe con violencia haciendo que el hombre soltara un gemido agudo.
Mark sonriĆ³ con malicia mientras veĆa como Paris se quejaba dominado del dolor.
El malvado rey de la guerra enseguida pateĆ³ las bolas de ParĆs sin importar que las cubriera con las manos. El golpe chocĆ³ con su palma y le daƱo los huevos. ParĆs saltĆ³ en el aire y tosiĆ³ infinitamente, despuĆ©s se doblĆ³ con un gemido gutural.
—Hijo de perra —gemĆa ParĆs.
—Te voy a enseƱar quien es el rey mĆ”s poderoso de esta competencia —asegurĆ³ Mark. Se inclinĆ³ al suelo donde estaba Paris, aplicĆ³ una llave de manera fĆ”cil sobre Ć©l, dejando sus piernas abiertas y sus bolas expuestas. ApretĆ³ el puƱo y lo levantĆ³ por encima de su cabeza.
La cara de ParĆs se tornĆ³ blanca como el papel.
El puƱo de Mark llegĆ³ con fuerza en sus bolas vulnerables.
—¡AHHHHHHHHHH! —gimiĆ³ ParĆs apretando los ojos.
Por Ćŗltimo, Mark se levantĆ³, permitiendo que ParĆs asumiera la posiciĆ³n fetal y llorara como una niƱa.
—Eres un debilucho. Yo soy el mĆ”s idĆ³neo para representarnos —concluyĆ³ Mark.
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