Las naranjas violaceas de Jorge - Las Bolas de Pablo

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5 oct 2016

Las naranjas violaceas de Jorge

LAS NARANJAS VIOLACEAS DE JORGE III*.


Contiene: Ballbusting Mujer/hombre.


   Este texto aclara el llamado misterio de las naranjas violĆ”ceas del rey Jorge III del Reino Unido.

   Jorge III naciĆ³ en 1738, y fue hijo de Federico Luis,  prĆ­ncipe de Gales (hijo mayor  del rey Jorge II) y de Augusta de Sajonia-Gotha. Cuando su abuelo falleciĆ³ el 25 de octubre de 1760, Jorge se convirtiĆ³ en rey del Reino Unido.

Jorge III.
   Inmediatamente se volviĆ³ rey, su madre e influyentes polĆ­ticos, iniciaron la bĆŗsqueda de una conveniente esposa para el monarca.

   Jorge estuvo enamorado de Lady Sarah Lennox, una bella y joven dama de noble familia, Ante el obvio interĆ©s del entonces prĆ­ncipe y ahora rey, se hicieron arreglos por parte de la familia de la joven Lennox para un pronto enlace. Pero  la madre del rey nunca estuvo de acuerdo con ello y presionĆ³ a su hijo para encontrar una esposa de origen alemĆ”n.

   Finalmente fue Carlota de Mecklemburgo-Strelitz  la elegida, ella no era agraciada, pero su familia era influyente en el diverso espacio de los  estados alemanes,  Jorge terminĆ³ con Sarah y se casaba con la futura reina Carlota, el 8 de septiembre de 1761.

Carlota de Mecklemburgo-Strelitz.

   Tras esta introducciĆ³n, vamos al tema principal; El misterio de las naranjas violĆ”ceas, nace del diario personal de Lord Charles Watson, Conde de Malton y mĆ©dico principal de la cĆ”mara real, y a quien segĆŗn el texto privado, Jorge III le hizo venir a sus habitaciones de forma reservada justo la maƱana siguiente a la boda.

Lord Charles Watson, Conde de Malton.

   Lo escrito en el diario no puede confirmarse con el diario personal de su majestad, en el cual no aparece menciĆ³n de dicho encuentro. Pero no es extraƱa la omisiĆ³n de sucesos en los diarios de los reyes ingleses segĆŗn su conveniencia; Incluso su antecesor Jorge II, no hizo menciĆ³n alguna de la desastrosa derrota durante el sitio de Cartagena de indias en 1741, donde ademĆ”s ordenĆ³ que las crĆ³nicas pĆŗblicas fueran censuradas. 

   El escrito del mĆ©dico real narra cĆ³mo su majestad, por medio del Lord de CĆ”mara (John Manners, 3rd Duque de Rutland) le hizo llamar a su habitaciĆ³n, desalojĆ”ndola por completo  para asĆ­ tener privacidad total, algo poco comĆŗn en la habitaciĆ³n del rey.

   EncontrĆ”ndose los dos solos, el rey le expuso un fuerte dolor que le aquejaba desde la noche anterior, ubicado en sus partes pudendas; Ante el interrogatorio de Watson, Jorge III le informa que recibiĆ³ un fuerte golpe en los testĆ­culos, y el dolor ha sido constante y no mejoraba desde la noche de ayer.

   Lord Watson le pide al rey retirarse las ropas para examinar el Ć”rea, el monarca -anota Watson- se mostrĆ³ apenado en un principio, pero ante la seriedad del Medico  se despojĆ³ de su vestimenta; AquĆ­ la descripciĆ³n de lo hallado por el galeno: 

“EncontrĆ© a la vista,  los testĆ­culos de su majestad  con grave hinchazĆ³n, con gran turgencia en ambas Ć”reas viriles, tambiĆ©n presentaban una coloraciĆ³n con un tono violĆ”ceo, lo que me indicaba que el trauma habĆ­a sido muy fuerte, sumado ello a la falta de atenciĆ³n de sus lesiones, lo que sin duda agravĆ³ la condiciĆ³n enferma de sus partes…
 …Calculase el tamaƱo y habrĆ­an de sus testĆ­culos tener  de 6 a 7 centĆ­metros de diĆ”metro… Logro recordar que me pareciĆ³ el tamaƱo y la forma a unas  pequeƱas naranjas de otoƱo, aquellas  que tienen una redondez  algo menor a las naranja plenas  del verano…Con la diferencia de contraste de su violĆ”ceo color”



   Sobre el tratamiento dado a su majestad, Watson menciona una mezcla oral de opio y vino suave, lo que trajo un rĆ”pido alivio al rey; A la vez, con un ayudante de confianza, le aplicaban paƱos helados en los testĆ­culos, y un ungĆ¼ento a base de mentol mezclado con hioscina (la base  de la buscapina moderna) que el pĆŗdico rey, insistĆ­a en aplicarse el mismo.
                                                         Jorge III se aplicaba el ungĆ¼ento.

   El monarca Ingles pronto presentĆ³ mejorĆ­a, y Watson evidencio para el  dĆ­a siguiente, reducciĆ³n en el tamaƱo de las “Naranjas”, las cuales  dejaban el tono violĆ”ceo, y comenzaban a recuperar  su color natural. 

   Para el cuarto dĆ­a las secciones de tratamiento privado a su majestad cesaron, y el rey se considerĆ³ curado.

   Apartado del tema estrictamente mĆ©dico, Y ya establecido por el Conde de Malton el tĆ©rmino Naranjas violĆ”ceas, ahora surgen muchas preguntas,  Algunas de las cuales el mismo Watson tambiĆ©n se plantea en su diario; Se puede dividir sus dudas en dos temas  relacionados al trauma del rey:

   • El primer tema se refiere al futuro de la familia real britĆ”nica; Y es que un daƱo a los testĆ­culos del rey podrĆ­a dejarle irreversiblemente estĆ©ril, y para esa Ć©poca era demasiado importante que un monarca tuviera herederos…preferiblemente varones, Watson escribiĆ³: 

“…Con el paso de tiempo me vino en mente las consecuencias del golpe sufrido por su majestad, Tan severa hinchazĆ³n pudiera causar al rey la incapacidad de engendrar un heredero para el reino…

…para el dĆ­a que el rey sanĆ³ completamente, era para mĆ­ evidente que el golpe ya superado, no evitarĆ­a a su majestad producir herederos. TenĆ­a la certeza que podrĆ­a embarazar a la reina…

…. El rey quien llegĆ³ a hacerme  la pregunta de si tendrĆ­a dificultades para engendrar, al preguntarme notĆ© las obvias seƱas de dudas por su parte…Como respuesta enseguida le di confianza y le aconsejĆ© que iniciara relaciones con su majestad la reina , buscando embarazarla lo mĆ”s pronto posible…”

   Al final no hubo problemas en la fertilidad del rey, Jorge III y Carlota de Mecklemburgo-Strelitz, fueron una pareja muy prolĆ­fica. Tuvieron 15 hijos, incluyendo a Jorge IV, siguiente rey en el trono inglĆ©s, y quien naciĆ³ apenas 11 meses despuĆ©s de la boda real. 

   Watson se alegrĆ³ al saber del primer embarazo real, y dos meses despuĆ©s de la boda escribĆ­a en su diario:

“… hoy se dio la noticia de la preƱez de la muy querida reina Carlota, fue afortunado que aquel golpe, cuyo origen no fue sabido por mĆ­, no afectĆ³ los testĆ­culos de su majestad  el rey… ”.

   • El segundo tema que trata Watson, son sus impresiones personales sobre el causante del trauma. 

   El Conde de Malton, supo del mismo rey, que alguien le habĆ­a golpeado en los testĆ­culos, descartĆ”ndose un golpe accidental, pero Watson  nunca intentĆ³ conocer el nombre del causante del mal al monarca;  Prudentemente, anticipo que interrogar mĆ”s al rey  podrĆ­a hacerle disgustar, y jamĆ”s serĆ­a sensato eso, sobre todo que la posiciĆ³n de mĆ©dico de la cĆ”mara real, dependĆ­a de la confianza del rey en su galeno, y si la perdĆ­a….adiĆ³s a su trabajo.

   Pero la prudencia del Conde dio sus frutos, el incidente bien tratado por Watson, reforzĆ³  la confianza entre el Conde de Malton y su majestad. Pronto el buen doctor recibiĆ³ el agradecimiento del rey en forma del tĆ­tulo de Vizconde de  Gloucester.

   Todos los cercanos a la corte, quedaron extraƱados por el agradecimiento del rey a un MĆ©dico que no habĆ­a realizado ningĆŗn servicio para su majestad (Obviamente desconocĆ­an el tratamiento del galeno a los testĆ­culos reales).

   Pero volviendo al tema, la curiosidad de Watson se plasmĆ³ en toda su magnificencia en su diario:

“…la reina habrĆ” golpeado a su majestad?, me pregunto si el golpe ha sido por algĆŗn accidente en la intimidad de la alcoba real…,
…  o se habrĆ” comportado el rey de una manera tan  indecorosa que obligo a la reina a darle un golpazo para proteger su integridad?, no puedo creer esto, conozco al rey de hace unos aƱos y no lo creo capaz de algo asĆ­ … 
…Sospecho igual de la dama Lennox, ella sĆ­ que ha de tener motivos para lastimar al rey, esa dama a mi vista no es de fiar, que fortuna para Inglaterra  que no se convirtiĆ³ en reina; la asistencia a la boda de alguna manera debiĆ³  alterarla y reclamase a su majestad la despreciada, si!, ella debiĆ³ ser la golpeadora…”.

   Las sospechas de Watson tienen validez,  el que sea una sospechosa la autora del golpe, es igual de factible, de haber sido un varĆ³n agresor, es menos probable tanto secreto por parte del rey, y a la vez mĆ”s factible una pronta y oportuna venganza sobre aquel atacante.

   Pero el buen doctor no tenĆ­a como confirmar quien habrĆ­a sido la culpable, Pero a continuaciĆ³n ustedes sabrĆ”n si alguna de ellas fue la atacante:

   Primero analicemos a la nueva esposa y reina:

   SegĆŗn las teorĆ­as de Watson, la reina Carlota pudo haber golpeado al rey en tan sensible Ć”rea, por accidente, o por autodefensa, posiblemente ante el maltrato del rey, pero es algo poco probable a los ojos del Conde, ademĆ”s el hasta hace poco tiempo prĆ­ncipe de Gales y ahora Jorge III, no tenĆ­a antecedentes de violencia, con sus mĆŗltiples amantes antes del matrimonio, Aunque todo pudo pasar entre ellos la noche de bodas, donde presumiblemente ocurrieron los hechos.

   Pero se puede confirmar que la reina Carlota no fue la causante del dolor de su majestad.

   En la correspondencia privada de Carlota a su madre, semanas despuĆ©s de la boda, la reina le relata a su progenitora Isabel ( Isabel Albertina de Sajonia-Hildburghausen) sobre su noche de bodas, la cual no se dio como esperaba.

“…el rey no accediĆ³ a verme la noche de nuestro matrimonio, pensĆ© que era algo normal en estas costumbres de la corte inglesa, a las que aĆŗn no me acostumbro, pero al preguntarle a Lady Cornualles, supe que aquello no es normal…
…me ignorĆ³ por las noches hasta cuatro noches, le habrĆ© caĆ­do mal en alguna forma?, pensĆ© en hacer lo posible por ganar el favor del rey, pero me alegrĆ³ sobremanera el que anunciara que irĆ­a a mis habitaciones, la alegrĆ­a me invadiĆ³ y la noche el quinto dĆ­a recibĆ­ del rey  las mĆ”s lindas caricias…
…lo que sucediĆ³ no te lo dirĆ© madre, pero ahora mi matrimonio me hace feliz, el rey me llena de cumplidos y realiza su deber de marido a cabalidad, siendo el muy viril en su pasiĆ³n… ”.

   Este fragmento de texto exonera a la reina como sospechosa: Jorge III no tuvo intimidad con la reina hasta el quinto dĆ­a de la boda, obviamente cuando sus testĆ­culos se recuperaron gracias al tratamiento de Watson; el golpe que recibiĆ³ sucediĆ³ luego de la boda y antes de la noche de pasiĆ³n que nunca se dio.

   Ya descartada su majestad la reina Carlota, pasemos a Lady Lennox.

   Primero hablemos un poco de ella:

   Lady Sarah Lennox, nacida en 1745, era hija de Carlos Lennox, segundo Duque de Richmond. DespuĆ©s de la muerte de sus padres, cuando tenĆ­a cinco aƱos, se crio con su hermana mayor, Emily FitzGerald, Duquesa de Leinster, en Irlanda. Sarah regresĆ³ a Londres y pronto llamĆ³ la atenciĆ³n de Jorge, el prĆ­ncipe de Gales.

Lady Sarah Lennox.

   Ahora deben saber que el dĆ­a de la boda, Lady Sarah Lennox, estuvo presente en la ceremonia, la Lennox incluso fue una de las diez damas de honor de la novia y futura reina Carlota de Mecklemburgo-Strelitz.

   Siempre se rumorĆ³ la molestia de Sarah ante el rechazo de Jorge III, pero  su asistencia a la boda, y la frase  a su amiga Susan Fox-Strangways, hija del conde de Ilchester, "…afortunadamente no le amaba y tampoco me importaba mucho el tĆ­tulo", Daban a entender cualquier falta de rencor hacĆ­a el monarca inglĆ©s.

   Aun asĆ­ para muchos era obvio que Sarah no olvidarĆ­a fĆ”cilmente el rechazo del rey;  Para la sociedad londinense, la dama Lennox habĆ­a sido humillada y despreciada, y en esto coincidĆ­a tambiĆ©n Watson en su diario.

   Pero hay una prueba “reina” que parece exonerar a Sarah, y precisamente es su propio diario, en el cual en ningĆŗn momento se hace menciĆ³n de un odio explicito contra Jorge III tras la ruptura, y menos aĆŗn un incidente en el dĆ­a de la boda.

   Entonces tras analizar los diarios de Watson, de la reina Carlota y de Lady Sarah Lennox, no hay indicios de quien causĆ³ tan terrible sufrimiento a rey inglĆ©s. 

   Pero al continuar hurgando en diarios cercanos a los sospechosos, nos topamos con la culpable:

   Emily FitzGerald, Duquesa de Leinster y  hermana mayor de Sarah Lennox. Y es precisamente su diario personal, el que brinda la informaciĆ³n que aclara el misterio de las naranjas violĆ”ceas.

   Emily era unos 14 aƱos mayor que Sarah (teniendo alrededor de 30 aƱos al momento de la boda real), y vivĆ­a en Irlanda desde que se  casĆ³ con el Duque de Leinster, Cuando sus padres murieron Emily se hizo cargo de aun pequeƱa Sarah, e hizo casi de madre para ella.

Emily FitzGerald, Duchess of Leinster.

   Aun cuando aƱos despuĆ©s  la joven Lennox regresĆ³ a Londres, Emily sintiĆ³ que aun debĆ­a cuidar de su hermanita. Y no debiĆ³ ser muy de su agrado el humillante rechazo del rey a su hermanita.

   En el diario de la Duquesa de Leinster se plasma su gran enfado y como de forma planeada,  decidiĆ³ actuar contra su majestad.

   Emily estuvo en la ceremonia nupcial, en su opiniĆ³n el que Sarah asistiese era reprochable para su hermana, pero  el culpable de todos los males era el propio rey.

   Luego de la ceremonia, Emily pidiĆ³ una audiencia en privado con el rey. El monarca sorpresivamente sacĆ³ tiempo en la temprana noche de bodas, y aceptĆ³ verse con la Duquesa, es algo extraƱo que aceptara en encuentro en absoluta privacidad, pero es posible que Jorge sintiera culpa por el rechazo a Sarah y si era posible le darĆ­a las privadas excusas que consideraba necesarias a la hermana  mayor y casi  tutora de la joven Lennox.

   Fue un grave error para el incauto Jorge III. En el diario, Emily plasmĆ³ cĆ³mo fue la agresiĆ³n al rey:

 “…cuando el rey iniciĆ³ su hablar sobre Sarah, no le di espera al asunto y acercĆ”ndome a su majestad, le di un beso. El rey  no espero nunca aquel gesto y se tornĆ³ impactado… 
…aprovechĆ© la perturbaciĆ³n  y  le golpee con la rodilla en la ingle del rey, quien con dolor  intentĆ³ gritar, pero esperaba yo eso y le agarrĆ© con firmeza  para mantener mis labios juntos a los suyos…
…mis labios ahogaron su quejido, y  enseguida golpee con dureza otra vez en sus partes viriles, y hubiera golpeado por tercera vez la intimidad de su majestad,  si el propio rey no se hubiese desplomado en frente mĆ­o…

… querĆ­a insultarle por lo hecho a Sarah, pero no salieron palabras de mi boca, me quedĆ© aturdida por verle en el suelo del salĆ³n, tomĆ”ndose la parte que le golpeĆ©,  y apretaba  los dientes evitando soltar quejidos…
…me marchĆ© del salĆ³n con rapidez. A la salida, el  Duque de Rutland, segĆŗn pude ver  ingresĆ³ al salĆ³n, asĆ­ que corrĆ­ con avidez…”

   Lo primero que se puede decir al leer el diario de Emily es un  “AUCH!!!”, por parte de Jorge III; Y como no sentir lastima y dolor ajeno si el golpeado recibe dos rodillazos en tan sensible Ć”rea, y sobretodo  dados con tal enfado!.

   Que afĆ”n el de la Duquesa por lastimar severamente al rey, con razĆ³n los testĆ­culos le quedaron del tamaƱo de naranjas… y de ese tono violeta. Fue un terriblemente traumĆ”tico momento para el rey.

   En segundo lugar se nota que el plan de Emily fue muy calculado, reflejĆ”ndose ello en el hecho de besar al rey, no solo para distraerlo, sino para silenciar sus obvios quejidos de dolor.

   TambiĆ©n es obvio que el Duque de Rutland (John Manners 3er Duque de Rutland) debiĆ³ auxiliar al rey, pues apenas Emily saliĆ³, el ingresĆ³;  El rey sin duda le debiĆ³ ordenar silencio por lo que observĆ³.

   Pero una duda me surge personalmente al leer el diario, su intenciĆ³n sĆ³lo era causarle dolor, o intentaba un daƱo mĆ”s permanente al rey… RefiriĆ©ndome a la posibilidad del monarca de tener herederos, si fuese asĆ­, las acciones de Emily serĆ­an desproporcionadas, en mi comprender... Pero la duda siempre prevalecerĆ”.

   En otro aspecto de este tema, sabemos bien que no hubo menciĆ³n pĆŗblica de lo sucedido, ni represalia conocida ante el ataque de Emily, es muy posible que Jorge III no actuase contra la Duquesa para evitar un escĆ”ndalo mayor, Bien se habĆ­a molestado en ocultar su dolor, para ahora exponer todo el asunto, ya que de arrestar o acusar siquiera a la Duquesa de Leinster, esta harĆ­a publico todos los detalles de su “bajo” ataque… que sin duda pondrĆ­a al rey ante la vergĆ¼enza pĆŗblica.

   Y es en el mismo diario de la Duquesa, donde plasma su preocupaciĆ³n por las represalias del rey, sumado esto a un claro arrepentimiento de su parte por agredirle; La duquesa al parecer tenĆ­a severos problemas de manejo de la ira, que en esta ocasiĆ³n para su fortuna,  no le trajeron problemas.  

 “…aun espero que entren por la puerta y me lleven a las mazmorras por herir al rey…
… a  veces pienso que su majestad no dirĆ” nada para evitar el escĆ”ndalo, rezo a Dios que asĆ­ sea,  lo mejor es que no suceda nada mĆ”s!, tampoco me gustarĆ­a estar en boca de todos los nobles, populacho y todo aquel que se llame  inglĆ©s o hasta irlandĆ©s….Oh!, no sĆ© porque hice lo que hice!, si fuera el dĆ­a de hoy, no me hubiera atrevido a lastimarle, no le harĆ­a otra vez ese mal… ”.

   Al final todo quedĆ³ en el olvido, pero gracias al diario de Charles Watson, el mundo pudo llegar a conocer el misterio de las naranjas violĆ”ceas del rey, sin duda un evento que pudo afectar la descendencia del monarca inglĆ©s, y que nos mostrĆ³ un poco de la vida Ć­ntima del ambiente real durante el siglo XVIII.


Fin.

Gracias
Comentarios a  zatniktiel@hotmail.com

*La anterior historia era ficticia.

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