CONTIENE:
-SEXO HOMOSEXUAL
-BALLBUSTING HOMBRE/HOMBRE
Marcos Chacón estaba de visita aquella noche de diciembre en casa de su amigo RenĆ©, que parecĆa estar bajo de Ć”nimos quizĆ”s por las próximas fiestas navideƱas.
El elegante y todavĆa atractivo seƱor Chacón vestĆa una ajustada camisa azul, tenĆa puesto un saco para protegerse del exquisito frĆo que reinaba por aquella Ć©poca y usaba un pantalón de jeans que como toda su vida remarcaba el obsceno bulto en su entrepierna, con los testĆculos tan grandes que parecĆan ser arrancados de un toro. Su pija en aquel momento estaba flĆ”cida pero tan viva como la de un jovencillo de 18 aƱos.
RenĆ© estaba arregostado a un sillón, vestĆa de blanco y su cara fija en el suelo.
āNo sĆ© ādecĆaā, la navidad deberĆa ser feliz para mi, o una fecha especial como el consumo la pretende vender, pero a mi ya no me gusta. Por eso no ves ni un adorno aquĆ.
āĀæPor quĆ© no te gusta mi buen amigo RenĆ©? Es una bonita Ć©poca para pretender tener a tu familia unida en casa.
āPrecisamente por eso, Marcos. Por la familia. Yo estarĆ© solo, tu estarĆ”s con todos tus hijos, tu esposa, tus nietos, me acabas de decir que la próxima semana viajan al campo y vuelven en enero. Odio la noche buena y el 31 de diciembre. Esos dias me acuesto temprano y asĆ harĆ© este aƱo. Absolutamente todos ustedes los maduros del grupo se irĆ”n con los suyos.
Marcos Chacón tragó saliva y unió las manos sin saber cómo proceder. Si serĆa justo llevarlo con los suyos para las festividades. RĆ”pidamente lo meditó y determinó que no era una buena decisión. EstĆŗpidamente preguntó:
āĀæY dónde estĆ” tu familia?
René dobló la boca pero respondió:
āMis padres ya no viven y mi hija se va con su mamĆ” muy lejos de aquĆ, regresa en enero. No tengo mĆ”s nada quĆ© hacer. DormirĆ© temprano.
Marcos Chacón sintiéndose incómodo con el tema cambió el giro de la conversación:
āĀæSabĆas que Marcel renunció a la empresa? Se mudarĆ” a otra región. TambiĆ©n con eso nos abandona en el grupo de los maduros⦠cada vez somos menos. Francisco estĆ” feliz con su nueva vida en matrimonio.
āSĆā¦ā¦ā¦ sólo quedas tĆŗ con tus huevos de gallina āMarcos sonrió nervioso cubriĆ©ndose la zona genital con una manoā, y quedarĆ” Lisandro con sus huevitos y su pinguita, es un mino rico pero muy penosoā¦ā¦ā¦ a ti y a Ć©l les tengo unas ganas.
āJajajaja, esas ganas por siempre quedarĆ”n en ti. Yo serĆ” mejor que me vaya, me deben estar esperando en casa.
āAguarda, Marcos. Si te pido un favor, Āælo harĆas?
āĀæQuĆ©? āpreguntó Marcos doblando el ceƱo y acomodĆ”ndose en el asiento.
ā”¿QuĆ©?! EstĆ”s loco.
āMarcos Chacón no te hagas del rogar, el otro dĆa me insinuaste algo de cuando estuvimos bebiendo aquĆ, lo que pasó fue que Lisandro te cortó la inspiración con esa poderosa patada en las bolas.
Marcos sonrió y recordó aquella vez, también a su mente llegó la imagen de cuando él borracho René intentó infructuosamente chuparle el pene.
āSólo esta vez, Marcos. Te lo estoy rogando. Nadie se enterarĆ”, eso quedarĆ” encerrado aquĆ en estas paredes. Nunca nadie se enterarĆ” de eso. Consideralo un regalo de navidad.
āNo ānegaba Marcosā, sabes que no soy gay y estoy en este grupo por diversión.
āSólo serĆ” sexo oral, la pasarĆ”s bien. Te harĆ© el mejor sexo oral de tu vida, como un hombre sólo se lo sabe hacer a otro hombre. No te hagas del rogar. Sabes que todo el aƱo te he tenido unas grandes ganasā¦ā¦ā¦ tienes los cojones que nunca antes habĆa visto en un hombre y una polla enorme, uf, Marcos, sólo esta noche. SerĆ” un secreto.
Marcos Chacón tragó saliva, recordó todas las veces que René torturó sus huevos.
āDe todos los maduros, eres tĆŗ mi favorito. Jajaja, son tus bolas las ganadoras.
Marcos sonrió y se levantó de la silla, se quedó inerte de pie y lo invitó:
āEstĆ” bien, que se quede aquĆ y sea un regalo de navidad. Nuestro secreto.
René cambió su cara de tristeza con una grata sonrisa. Se acercó a Marcos y empezó a besarlo en el cuello, aquel viejo en verdad le gustaba. Sus labios subieron a su cara muy cerca de su boca.
āNo me vayas a besar ānegó Marcosā. DedĆcate a la verga.
āShhhhhh āpidió RenĆ© con los ojos cerrados y casi en susurroā. Te estoy preparando para que te calientes. Esto lo disfrutarĆ”s como nunca antes.
RenĆ© le quitó la chaqueta a Marcos Chacón y la dejó caer a un lado del mueble, su respiración se estaba volviendo agitada. Marcos tenĆa los ojos cerrados y RenĆ© miró su entrepierna, por lo menos su pene debĆa estar erecto al juzgar el montĆculo en su pantalón. RenĆ© abrió la palma de la mano y acarició los genitales de Marcos, y sĆ que estaba muy erecto. Marcos suspiró.
René dejó de tocar su pene y después levantó la camisa de su amigo para sacarsela. A René se le hizo agua la boca, allà estaba el pecho fuerte y lampiño de Marcos Chacón.
Aquel seƱor de 56 aƱos de edad cuyos huevos eran enormes tenĆa tambiĆ©n una anatomĆa divina. Dotada de un pecho duro donde provocaba chupar y reposar y de hecho RenĆ© empezó a lamer todo los pectorales de Chacón y se metió una de sus testillas a la boca arrancĆ”ndole a Marcos un leve gemido. Los bĆceps de Marcos tambiĆ©n eran potentes que le permitĆan cargar bloques soportando su peso; y su abdomen dibujaba algunos mĆŗsculos.
RenĆ© retrocedió para admirar la belleza masculina de Marcos, querĆa disfrutar ese gran regalo adelantado de navidad.
Marcos se llenó de miedo, creyó que le patearĆan las bolas.
āVoy a quitarme el pantalón āse apresuró a decir abriĆ©ndose el jeans.
āĀ”No! āexclamó RenĆ© acercandose a Ć©lā. Deja que yo lo haga. Lo quiero disfrutar.
Fue René quien le desamarró el cinturon y le bajo el pantalón a las piernas, con la boca hecha agua le quitó la ropa interior. Saltando al aire su miembro erecto, largo y venosos acompañado de las huevas mÔs grandes del mundo en un hombre productoras de espesa leche nutritiva y sana. René se colocó de cuclillas, frente a ese miembro de macho, lo tomó entre sus manos, palpando su calor y la erección plena. Procedió a engullirlo, con suavidad y firmeza.
āĀ”Oh! Ā”oh! Ā”oooooooh! āeran los profundos quejidos que exhalaba Marcos Chacón. RenĆ© levantó la mirada y vio su rostro lleno de placer, el deportista de tv siguió succionando aquella rica verga en su boca.
René liberó la sonrosada cabeza de hongo retirando el prepucio, lo lamió por los lados y por el glande comiendo aquellas pelotitas cremosas con un sabor parecido al queso.
āĀ”Ohhhhh, ohhhhhh, ohhhhhh!
RenĆ© se empezaba a sentir entusiasmado de crear esos gemidos en Marcos. Sacaba el miembro de su boca y lo engullĆa con mas fuerza. Aquella pija resultaba tibia y suave. RenĆ© la sacó de su boca y le dio un suave beso, despuĆ©s le hizo una verdadera paja, moviendo la mano izquierda a su alrededor desde la punta hasta la base, alternando con tragadas profundas a su garganta, variando cada vez mĆ”s la velocidad. Los bufidos de Marcos Chacón indicaban que lo estaba gozando. RenĆ© posó las manos en sus caderas desnudas y volvió a concentrarse en su glorioso mete y saca en su cavidad bucal.
RenĆ© aceleró el ritmo de la mamada, Marcos lo habĆa tomado de la cabeza. Por unos segundos RenĆ© sufrió de arcadas, pero pudo retomar el ritmo de la follada bucal.
āĀ”Uff! Ā”ugh! Ā”ugh! ālos bufidos y quejidos de Marcos indicaban que ya no podĆa aguantar mas, yā¦ā. Ā”Aaaaahhhh! āuna fuerte descarga de semen impactó en la garganta de RenĆ©, seguido tres descargas fuertes mas que llenaron su lengua de aquella rica salsa masculina. RenĆ© continuó chupando hasta dejar libre de semen aquel miembro. Marcos tenĆa el torso sudado, estaba agotado. Su pene pronto se puso flĆ”cido.
René terminó de tragar la viscoza y caliente sustancia pegajosa cuando se levantó y acarició suavemente el pecho de Marcos, con su otra mano lo tomó de la barbilla y acercó su cara a la de él.
āNo ārompió el contacto Marcos al retrocederā, no te confundas, te dije que no habrĆa beso entre tĆŗ y yo, sólo esa placentera mamada.
RenĆ© se sintió furioso, unicamente echó una mirada al cuerpo fuerte y todavĆa gracĆl de Marcos Chacón, por aquella respuesta dada por el rechazando un sólo beso RenĆ© quiso castigarle y enterró una palmda en la entrepierna de Marcos. Hundiendose en los testĆculos desprotegidos del patriarca Chacón.
āUuuuughhh! āgritó Marcos con voz ronca cuando el aire se disparó de sus pulmones. Tropezó hacia atrĆ”s con una mirada de horror, su cara atractiva ahora estaba enmascarada con sorpresa y dolor.
āĀ”Mis bolas! ājadeó doblĆ”ndose.
āĀæTe dolió, Marcos? Jajaja, sólo te pedĆa un estĆŗpido beso. Nadie mĆ”s lo iba a saber.
āUgh⦠”CARAJO! Te dije que nada de mariconadas.
āMariconadas despuĆ©s de yo tragarme tus mecos āse burló RenĆ©.
Como una expresión de súplica Marcos levantó sus manos para señalar una pausa cuando de repente el puño de su amigo chocó en sus colgantes bolas una vez mÔs.
Marcos aulló y se derrumbó contra el sofÔ agarrando su ingle luchando heroicamente contra el dolor.
RenĆ© guardó la rabieta, fue a la cocina y entregó al volver un vaso de agua frĆa a Marcos que tragó suavemente. Acarició sus huevos por cinco minutos y despuĆ©s se subió el pantalón.
āIrĆ© a casa ādijo tranquilamenteā. MaƱana te traerĆŖ una torta de navidad.
Cuando se levantó del mueble RenĆ© se lanzó sobre Ć©l y colocó ambas manos sobre sus hombrosā¦
āĀ”Aaagh! āgritó Marcos. RenĆ© con toda su fuerza estrelló la rodilla entre los muslos de su amigo, aplastando los delicados testĆculos con su rótula huesuda. La mandĆbula de Marcos se abrió y se quedó mirando horrorizado mientras el dolor explotaba desde sus inmensos cojones. Con un aullido agonizante, Marcos echó la cabeza hacia atrĆ”s, y llevó las manos hacia abajo para aliviar sus torturadas pelotas.
Una vez mÔs René hundió la rodilla en la ingle de Marcos, aplastando sus huevos.
El duro cuerpo y virĆl del hombre se agitó violentamente hasta que RenĆ© terminó su tortura.
Marcos tosió profundamente cuando se dejó caer, con la cabeza inclinada sobre el hombro de René. Estaba jadeando y gimiendo con las manos enterradas entre sus piernas protegiendo sus preciosos huevos. René se rió y colocó las manos en los hombros del arquitecto y lo empujó con fuerza hasta el sofÔ donde se desplomó débilmente.
āDespuĆ©s de todo la navidad no es tan mala āconcluĆa RenĆ©ā, no cuando se es un cascanueces como yo y se tiene a una maquina ponche de crema con buena leche como tĆŗ.
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