Desafio de reyes (8/12): El castigo de Olimpo - Las Bolas de Pablo

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8 dic 2016

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Desafio de reyes (8/12): El castigo de Olimpo

CONTIENE:
-BALLBUSTING HOMBRE/HOMBRE

I

   Salazar el rey de la oscuridad estaba aquella maƱana entrenando en el gimnasio del rey Olimpo. Levantaba pesas mientras tonificaba la fuerza de sus brazos, chorros de sudor atravesaban su varonil rostro y mojaban su poblada barba. Era un hombre silencioso pero no cruel, justo en las decisiones, misterioso y frĆ­o. Los dedos de sus manos sujetaron con firmeza la barra de acero mientras que con resistencia la ascendĆ­a por encima de su pecho y luego subĆ­a sobre su cabeza. Con potencial resistencia aguantó por varios segundo la pesada barra en el aire y todo ello para demostrarle al supremo rey el poder de su fuerza.


   Olimpo el gran rey del planeta Cronos ingresó al gimnasio vistiendo un ajustado traje de etiqueta. Se quedó mirando a Salazar con un brillo especial en la mirada y luego le pidió con voz tranquila que bajara el instrumento, porque debĆ­an hablar.



   
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Salazar obedeció descendiendo la barra del aire pero no la colocó en el respaldo, la continuó sosteniendo por encima de su cintura. Olimpo sonrió por la graciosa manera en la que el inmenso pene guardado en el sudado short que vestía Salazar formaba un exquisito bulto al quedar apisonado entre la barra y su cuerpo.



   ā€”Necesito que vengas conmigo, Salazar —continuó Olimpo con su voz suave.



   ā€”ĀæDe quĆ© se trata, gran Olimpo?



   ā€”Se trata de RubĆ­. Es un asunto privado el cual no te detallarĆ© aqui. Es necesario explicarlo en otra ala del palacio.



   ā€”No entiendo, gran rey.



   ā€”Ven conmigo y en mi despacho te comento.



   Salazar extendió un largo suspiro, depositó la barra en el respaldo y siguió al gran rey Olimpo. El rey de reyes caminaba activamente y Salazar se llenó de vitalidad al seguirlo.



   ā€”Ejecutaremos una venganza —fue la Ćŗnica palabra que Olimpo dijo en su transitar al despacho.




II



   En el Ćŗltimo desafĆ­o realizado el rey de la guerra Mark consiguió hacer aƱicos a uno de los participantes que se disputaban el amor de RubĆ­, por ello los reyes James y SamĆ”n sintiĆ©ndose vulnerables ante el todopoderoso rey estaban planificando alianza para conseguir medios para eliminarlo de la competencia.



   En aquel momento el rey de la vida y la fertilidad, James, abordarĆ­a a un hombre cercano a Mark, se trataba de ParĆ­s, el rubio y fornido rey de la suerte, que ademas de ser su compaƱero de habitación era el mĆ”s cercano en conocer sus puntos dĆ©biles.



   Lo consiguió merendando en el comedor del castillo de Olimpo. ParĆ­s era robusto y usaba jeans, apretada franela blanca, contrario a Ć©l, James era de estatura alta, fuerte y vestĆ­a un ajustado jeans que formaba un gran relieve en sus genitales y una camiseta deportiva negra. 
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   ā€”ĀæCómo te sientes en la competencia? —lo abordó James.



   ParĆ­s terminó de mordisquear el sĆ”ndwich, lo miro y contestó tras masticar:



   ā€”Me siento perfecto —respondió aun con restos de pan en la boca.



   ā€”Con Mark al lado debes sentirte invencible —aseguró James tomando un vaso de agua—. ExplĆ­came, Āæcómo es Mark como compaƱero de habitación?



   ParĆ­s se quedó estĆ”tico mirĆ”ndole, mordió fuertemente el pedazo de pan.



   ā€”Es un hombre con un carĆ”cter muy duro.



   ā€”ĀæTe agrada Mark?



   ā€”ĀæPor quĆ© tantas preguntas? ĀæEs una encuesta o quĆ©?



   James sonrió para no parecer obvio en sus pretensiones. Sin embargo el rey de la suerte respondió:



   ā€”Es un hombre casi insoportable, dominante y sanguinario. No le gusta que lo dominen.



   ā€”SĆ­, eso es muy obvio. Se observa a distancia. En las guerras donde ha participado, Āæha recurrido a ti? Para pedirte buena suerte.



   ā€”No, nunca lo ha hecho. Dice que no cree en eso pero yo le aportĆ© buena suerte en el combate anterior. Ɖl es muy seguro de su fuerza de acero.



   ā€”ParĆ­s, te tengo una propuesta —James bajó la voz despuĆ©s de mirar alrededor—, ĀætĆŗ crees que mientras Mark estĆ© aquĆ­ luchando desafĆ­o tras desafĆ­o alguno de nosotros tendrĆ” oportunidad de ganar?



   ParĆ­s se quedó silencioso mirĆ”ndole, pero James continuó con sus palabras:



   ā€”ĀæTĆŗ crees que pueda existir juego limpio con un hombre con mĆŗsculos de acero? Un hombre invencible. Por ahora te entiendo, quizĆ”s te sientes protegido por Mark pero, ĀæquĆ© crees que pasarĆ” si en unas semanas los finalistas son ustedes dos? Te sientes capacitado con tu buena suerte derrotar a esa mĆ”quina de mĆŗsculos? Juntos, tenemos que salir de Ć©l.



   ParĆ­s terminó su merienda parpadeó varias veces y posó sus ojos verdes en James.



   ā€”ĀæY quĆ© quieres?



   James tragó saliva y se acercó mĆ”s a ParĆ­s para secretear su plan:



   ā€”SamĆ”n y yo estamos decididos a eliminar de la competencia a Mark, sabemos el gran poder y la fuerza que Ć©l representa pero tenemos que unirnos entre los demĆ”s competidores y lograr ese fin.



   ā€”Mark se enfrentó en una guerra contra 100 hombres —dijo Paris bajando tambiĆ©n su voz—, y su fuerza fue tan suprema que los fulminó a todos.



   ā€”En la unión estĆ” la fuerza. Mark se enfrentó a un ejercito armado pero nosotros somos tan reyes como Ć©l. Tenemos poderes que podemos usar a nuestro favor para lograr eliminarlo. TĆŗ eres su compaƱero de habitación, tĆŗ eres el mĆ”s cercano a Ć©l y quien tiene mĆ”s contacto con el que nosotross. Debes averiguar si tiene algun punto dĆ©bil, tienes que sacarle información.



   Paris se quedó dudando y James colocó la palma de la mano en su hombro.



   ā€”Yo seguirĆ© hablando con los demĆ”s muchachos. Tenemos que unirnos y derrotarlo, con Ć©l fuera, la competencia serĆ” mĆ”s justa.



   ParĆ­s afirmó con la cabeza.



   ā€”Cuenta conmigo —alegó—. TambiĆ©n te darĆ© buena suerte para el momento que hables con los otros reyes.



   ā€”Ā”AsĆ­ se habla! —reconoció James frotando su mano para cerrar el trato—. Yo continuarĆ© junto con SamĆ”n buscando aliados para eliminar a Mark. Me entusiasma saber que cuento contigo.



   Ambos afirmaron con la cabeza e intercambiaron palabras sobre los próximos pasos a seguir. Finalmente cada uno se separó del comedor cogiendo caminos distintos.



   Por su parte James transitó por un largo pasillo tenĆ­a en mente establecer comunicación con el rey Electro para hacer equipo contra Mark, sabĆ­a que Electro podrĆ­a manipular a su favor a sus compaƱeros de habitación. De un momento a otro el gran Olimpo apareció tras de Ć©l, James dio media vuelta alerta.



   ā€”Necesito quĆ© vengas conmigo a mi oficina —le comunicó.



   ā€”ĀæPor quĆ©? —le interrogó James.



   ā€”AllĆ­ te darĆ© detalles. Sigueme y no digas nada.



   ā€”Pero, Olimpo.



   El rey de reyes hizo camino a su oficina y tras Ć©l iba James. Durante el trayecto las unicas palabras que aseguró Olimpo fue que ejecutarĆ­an una venganza.



   MĆ”s allĆ” de esos caminos ParĆ­s transitaba por los jardines del inmenso castillo del gran rey y se consiguió con el seƱor de la guerra: Mark. El grueso hombre posaba fornido y violento a la vez, tenĆ­a puesto un ajustado bóxer color morado.



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   ā€”ĀæY tĆŗ quĆ© miras, idiota? —lo insultó el seƱor de la guerra cuando sus ojos se quedaron fijos en Ć©l—. ĀæQuieres que te saque la mierda?



   ā€”N…n… no —negó ParĆ­s. Lentamente se aproximó a Ć©l—. Escucha, Mark —se rascó la cabeza buscando cómo explicar lo que tenĆ­a que decir—. TĆŗ y yo debemos charlar.



   ā€”ĀæPara quĆ©, cretino?



   ā€”Tenemos que hablar —aseguró otra vez Paris ocupando un banco—, ven, sientate aquĆ­, hablemos.



   ā€”No tengo nada que hablar con estĆŗpidos como tĆŗ.



   ā€”Hablemos de incrementar tu poder en estos desafĆ­os.



   ā€”ĀæQuĆ©, a cambio de quĆ©?



   ā€”Sólo, ven —invitó ParĆ­s.



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   Mark se acercó al rey de la suerte y ocupó un puesto a su lado. Paris le evaluó el rostro, Mark no era simpatico ni carismatico como otros competidores. Su rostro era rudo y varonil a la vez, su mirada atemorizante, su nariz larga y los cabellos crespos. Su cuerpo fuerte y cuadrado como un bloque... indestructible.



   ā€”Ā”Habla, cretino!



   ParĆ­s lo miró al rostro, debĆ­a hablar. ĀæQuĆ© le dirĆ­a? Algun tema trivial, obtener información de Ć©l o simplemente decirle que habĆ­an reuniones en su contra para eliminarlo.



   Mark con poca paciencia esperaba una respuesta.



III


   Cuando Salazar estaba cerca del despacho de Olimpo (quien caminaba delante de Ć©l) se sorprendió al cruzar la esquina del corredor y ver desde el otro extremo que Olimpo tambiĆ©n venĆ­a y a su espalda iba James.



   ā€”ĀæQuĆ© clase de broma es esta? —preguntó a su manera cada uno de ellos.



   ā€”El verdadero Olimpo estĆ” dentro de la oficina. No se preocupen.



   Salazar se preparó para invocar sus fuerzas oscuras, James apretó el puƱo en caso de ataque. La Ćŗnica pregunta que rondaba en la cabeza de ellos era quĆ© motivo habrĆ­a de venganza. Cuando penetraron al inmenso despacho de Olimpo ahora convertido en una cancha solitaria encontraron al fortachón rey, sus replicas se desvanecieron en el aire.



   Olimpo empezó a hablarles les explicó que los buscaba a ellos por ser los partcipantes que habĆ­an tenido mas de un encuentro con RubĆ­ y solicitaba la ayuda de ellos porque semanas atrĆ”s uno de los participantes habĆ­a violado a la reina del amor.



   ā€”ĀæQuien fue ese maldito?



   ā€”Ā”Se va a arrepentir!



   ā€”Quiero que le den una lección para que aprenda que de Olimpo nadie se burla. HarĆ© que aparezca en esta sala y se los darĆ© en bandeja de plata.



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   Olimpo hizo un movimiento de manos y en el despejado lugar apareció Aqua, rey del agua. VestĆ­a un calzón negro y una capa oscura, veĆ­a televisión en la sala comĆŗn cuando desapareció para ser ubicado magicamente ahĆ­.



   ā€”ĀæQuĆ© es esto? ĀæQuĆ© hago aquĆ­?



   ā€”RecibirĆ”s tu merecido por violar a RubĆ­.



   ā€””¿QuĆ©?! Ā”Si lo hice fue porque tĆŗ lo merecĆ­as! Atrevanse a tocarme, malditos. SerĆ” guerra segura.



   ā€”Ellos estĆ”n respaldados por mi.



   Olimpo movió el brazo y Aqua se alzó en el aire con los brazos y piernas separadas. Estaba suspendido de no poder moverse.

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   ā€”Bajame, Olimpo. Te arrepentirĆ”s. Ā”La voy a volver a violar.



   ā€”Encarguense hombres. Para que no toque nunca mĆ”s con sus sucios genitales a alguien.



   Lentamente James se acercó a Aqua, el rey de la fertilidad lo cogió de los huevos y los empezó a estirar con su mano.



   ā€”Ā”Aaaaaaaaaah! —Aqua empezó a gritar. Su pene se movio dentro de su calzón mientras James le seguĆ­a apretando los órganos sexuales.



   Cuando el fuerte y virĆ­l rey dejó de apretarle las gónadas, se apartó para darle oportunidad a Salazar. Aqua estaba sin aliento.

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   ā€”Mira esto —habló Salazar flexionando su bĆ­cep mostrando sus potenciales mĆŗsculos—. Con estos brazos te voy a moler las bolas por atreverte a violar a RubĆ­.



   El rey de la oscuridad propinó veinte ganchos seguidos a los cojones de Aqua. Aplastando sus bolas contra la pĆ©lvis.



   ā€”Ā”Ah, aaah, aaaah, aaaah! —eran los gritos del rey de las aguas cada vez mĆ”s fuertes. Estremeciendose en el aire con el cuerpo tembloroso preso del poder vengativo de Olimpo.



   Aqua estaba sudando, su increĆ­ble cuerpo se veĆ­a tenso.



   En el turno de James, este le retorció los huevos vuelta varias veces, prolongando la agonĆ­a del rabioso rey de los mares.



   Cuando doblaba sus testĆ­culos por cuarta vez Aqua gritó y una enorme explosión de semen le mojó la ropa interior,dejando una larga y potente mancha hĆŗmeda.



   ā€”Continuen, no quiero que quede nada de Ć©l.



   Las torturas, golpes y patadas se prolongaron a las bolas de Aqua pero todo intento de ruptura fueron fracasos. Sus bolas nunca se partieron simplemente se hincharon el doble de su tamaƱo normal y su escroto adquirió un tono pĆŗrpura. Aqua se desmayó durante la consumación de la venganza de Olimpo para ira y decepcion de el.

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