Sementales (5/10): odio fraternal - Las Bolas de Pablo

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13 jun 2017

Sementales (5/10): odio fraternal




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CONTIENE:
-BALLBUSTING HOMBRE/HOMBRE

   Lenin en su anterior empresa donde laboraba se dedicaba al porno heterosexual, aunque su inclinaciĆ³n era el contacto hacia hombres. Era un guapo muchacho robusto que podrĆ­a exportar mĆ”s su talento si no se tratase por la estĆŗpida competencia que tenĆ­a con su hermano mayor Daniel, que parecĆ­a envidiarlo pero constantemente lo humillaba por su defectos aĆŗn teniendo una carrera sĆ³lida en el mundo del porno.

   LenĆ­n ocupaba su camerino que para su desgracia debĆ­a compartir con Daniel. El menor de los hermanos habĆ­a grabado una pelĆ­cula sexual acompaƱado de otro hombre mientras actuaban como cientĆ­ficos. En aquella hora de la tarde mientras estudiaba el guiĆ³n del corto que se publicarĆ­a en la web de la pĆ”gina de la empresa, su enorme y carnosa polla se marcaba en su delgada y ajustada lycra. Estuvo entrenando toda la maƱana trotando cerca de su residencia cuando lo contactaron por celular para una grabaciĆ³n de urgencia. LenĆ­n tenĆ­a el cuerpo tan o mĆ”s lleno de mĆŗsculos que su hermano por lo tanto Daniel tambiĆ©n se burlaba de Ć©l diciendo que le imitaba o que tenĆ­a el cuerpo amorfo. Pero en realidad su cuerpo era atractivo y demostraba que era fuerte y todo un monumento de virilidad.

   La puerta se abriĆ³ de nuevo, y Daniel entrĆ³, su rostro tenĆ­a un leve parecido con LenĆ­n pero doblĆ³ su boca con una mueca de repugnancia al ver a su hermano menor. Terminaba de grabar una escena para una larga pelĆ­cula donde debĆ­a masturbarse en un museo ante muchachos vestidos como dioses de las olimpiadas por lo que su majestuoso y robusto cuerpo estaba desnudo con un enorme bulto en su entrepierna tapada con ropa interior negra. En su flacidez, la polla de Daniel se perfilaba como un tubo largo y grueso en la frĆ”gil tela.

   —¿QuĆ© haces aquĆ­? —preguntĆ³ el hermano mayor cerrando la puerta tras de si—. Tengo entendido que por mi exclusividad en la empresa me asignaron un camerino para mĆ­ solo. PedĆ­ que te echaran y te enviaran a compartir uno con el perraje.

   LenĆ­n lo fulminĆ³ con la mirada.

   —Hiciste la peticiĆ³n pero te la rechazaron por si no lo recuerdas

   —SĆ© que lo rechazaron. Pero tĆŗ por dignidad deberĆ­as irte. Ni Marcial que es de los favoritos tiene que compartir su camerino. Vete por tu dignidad.

   LenĆ­n soltĆ³ un gruƱido enfadado.

   —Quiero que te vayas de mi camerino.

   —Te dije que rechazaron tu peticiĆ³n asĆ­ que yo no me tengo que ir a ningĆŗn lugar.

   —Joder, LenĆ­n, me cagas la vida, todo lo que yo hago sales tu y lo haces tambiĆ©n. No dejas de seguirme. ¡DĆ©jame en paz!

   —No tengo que irme a ningĆŗn lado, idiota —nego el hermano menor quitandose la ropa porque se acercaba su hora de grabacion.

   Su fuerte cuerpo quedo desnudo al aire y Daniel observo con disgusto como la polla de su hermano se dibujaba firme ante la tela de la ajustada ropa interior. Miles de venas atravesaban sus brazos y piernas.

   Furioso, Daniel se acercĆ³ a LenĆ­n y lo agarrĆ³ del cuello, con la cara arrugada de la molestia lo empujĆ³ contra la pared.

   —Escucha, amigo —rugiĆ³—. Nunca en la puta vida me ha gustado compartir contigo. Desde que naciste no fuiste mĆ”s que una piedra en el zapato. Siempre quitĆ”ndome todo, siempre siguiendome, siempre haciendo todo lo que yo hago. Te odio, LenĆ­n, largate de aquĆ­. No quiero compartir mi puto camerino contigo.
 
   LenĆ­n con el rostro doblado ante una amenaza hacĆ­a lo posible por apartar las manos de su hermano del cuello. Sentia que se ahogaba.

   —Quieres ser como yo pero nunca me vas a superar —escupĆ­a Daniel—. Siempre vas a ser el segundĆ³n. Quise tolerarte pero ya no puedo mĆ”s. Vete de mi camerino, vete de la empresa, vete del paĆ­s, de este mundo, gran idiota.

   Daniel miraba fijamente a LenĆ­n rebelando el verdadero odio que por Ć©l sentĆ­a.

   De repente, LenĆ­n sacudiĆ³ el paquete de Daniel con fuerza, crujiendo sus huevos con toda la fuerza que pudo reunir.

   Daniel soltĆ³ un gemido gutural y soltĆ³ a su hermano para doblarse agarrando sus testĆ­culos.

   LenĆ­n lo agarrĆ³, le dio la vuelta y lo empujĆ³ contra la pared, con un gruƱido de enojo, el hermano menor levantĆ³ la rodilla contra las inmensas pero reciĆ©n vacĆ­as bolas de Daniel, empujando la rĆ³tula contra la carne vulnerable que colgaba entre sus piernas. HaciĆ©ndole soltar un gemido gutural antes de caer de rodillas. Haciendo muecas de dolor.

   —No sĆ© por quĆ© me odias tanto —dijo LenĆ­n pateando duramente las costillas de Daniel.

   Su pie desnudo y grande se estrellĆ³ en el costado de su competitivo hermano sacĆ”ndole todo el aire de sus pulmones.

   Los ojos de Daniel se ensancharon y escapĆ³ de sus labios una tos seca, acariciando con sus manos sus adoloridas bolas.

   —¡Todo este tiempo lo que has hecho es imitarme! —reprochĆ³ Daniel, soltando sus testĆ­culos y apoyĆ”ndose con las manos.

   —Nunca te he imitado. Yo fui quien comenzĆ³ en el mundo del porno. Seguido tĆŗ hiciste igual que yo.

   LenĆ­n extendiĆ³ una pierna y dejĆ³ que su pie zarpara entre los muslos de su hermano mayor, pateando sus bolas con toda la fuerza que pudo reunir.

   Un aullido angustiado escapĆ³ de los labios de Daniel pero antes de que pudiera acurrucarse para acunar sus maltratadas pelotas, LenĆ­n saltĆ³ sobre Ć©l y pisoteĆ³ sus testĆ­culos, aplastĆ”ndolos contra el duro piso.

   LenĆ­n torciĆ³ el pie como si estuviera pisoteando un cigarrillo, aplastando las gigantescas huevas de Daniel como tortillas.

   Daniel gruĆ±Ć³ y gimiĆ³ acurrucĆ”ndose absorto en su mundo de dolor despuĆ©s que LenĆ­n apartĆ³ el pie y dejĆ³ de aplastar los tiernos cocos de su hermano.

   Ambos se dirigieron miradas, pero era verdad, en medio de ellos no existĆ­a un cariƱo fraternal sino una absurda rivalidad que Daniel le profesaba desde el nacimiento de su hermano menor quien le quitĆ³ el cariƱo y atenciĆ³n de sus padres. LenĆ­n desde el nacimiento fue un chiquillo enfermizo y todas las atenciones se volcaban hacia Ć©l. Hecho que hizo que Daniel siempre le culpara en todo y buscara medios para demostrar que Ć©l era mejor que su tonto hermano enfermo.

   La respiraciĆ³n de Daniel estaba acelerada, su cara se contorsionaba de dolor, mientras LenĆ­n lo miraba con odio, finalmente le dijo:

   —No te preocupes. PedirĆ© a administraciĆ³n que me asignen un camerino con otra persona. No pienso fastidiarte mĆ”s.

   SaliĆ³ del lugar mientras Daniel se levantĆ³ lentamente. Se mordiĆ³ el labio inferior y jurĆ³ que no permitirĆ­a que a su hermano le asignaran un nuevo compartimiento antes tenĆ­a que vengarse y asegurar que nunca mĆ”s lo contrataran en otra empresa del porno.

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