CONTIENE:
-BALLBUSTING MUJER/HOMBRE
Kevin Smith terminaba de ajustarse la ropa interior tras una deliciosa relaciĆ³n sexual con su joven amante, Jenny ChacĆ³n, la muchacha apenas salĆa del baƱo y regalaba un fugaz beso a su novio y al que inocentemente creĆa que iba a divorciarse en pocos meses de su esposa para entablar una seria relaciĆ³n con ella, la verdad es que eso no pasarĆa porque Kevin veĆa esa relaciĆ³n de amantes como algo que no prosperarĆa pero le encantaba meter su blanco pene dentro de la caverna genital de la lozana muchacha.
Jenny se acomodĆ³ el brassier y con discresiĆ³n mirĆ³ a los genitales de Kevin, el ex futbolista era un apetecible hombre al que sus colgantes huevos todavĆa le producian buenas cantidades de semen que inundaban su condĆ³n. Su pene era flaco y delgado y se dibujaba perfectamente en la silueta de la ropa interior.
La muchacha empezĆ³ a vestirse y mientras el jeans pasaba por sus duras piernas producto de la ejercitaciĆ³n de aƱos de entrenamiento en el tenis dirigiĆ³ una dulce mirada a su experimentado novio:
—¿Me ayudas a vestir? —le preguntĆ³.
—¿A vestir? —repitiĆ³ Kevin con los ojos empezando a brillar de lujuria—. Yo te puedo es desvestir. Me gusta mĆ”s.
—¡Kevin! No seas malo. Ven, vĆsteme.
—Ya te dije, te puedo es desvestir y volverte a tirar sobre esa cama y hacerte gritar como una gata en celos.
Jenny dibujĆ³ una sonrisa, en ocasiones le costaba guardar silencio mientras era penetrada.
Kevin se colocĆ³ tras su espalda y la besĆ³ en el cuello haciĆ©ndola excitar y excitĆ”ndose Ć©l tambiĆ©n a juzgar por el tamaƱo que adquiriĆ³ su pene creciendo dentro de la ropa interior. Le agarrĆ³ los senos a la muchacha y los moviĆ³ con tintes de violencia pero ternura a la vez.
—ApĆŗrate, cariƱo. Debemos irnos. Me quedarĆa toda la noche haciendote el amor pero maƱana tengo que viajar.
—Lo sĆ©.
Kevin saliĆ³ de la habitaciĆ³n para sentarse en la sala y hacer presiĆ³n sobre la muchacha para que abandonaran su viejo departamento de soltero. TenĆa en realiad que irse temprano para llegar a buena hora a casa y evitar los regaƱos de su celosa esposa.
En poco tiempo la preciosa Jenny ChacĆ³n saliĆ³ de la habitaciĆ³n con la cabellera rubia todavĆa mojada tras la ducha. Kevin suspirĆ³ y guardĆ³ su celular, por lo menos a esa hora aĆŗn su mujer no habĆa intentado contactarlo aunque aĆŗn el reloj marcaba. Se vistio lo mas rapido que pudo y salio del departamento con la muchacha.
Entraron al ascensor y colocaron marcha a la parte baja. Kevin continuĆ³ besando y tocando el cuerpo de su inocente amante como si fuera un jovenzuelo de 14 aƱos que apenas estĆ” experimentando el cuerpo de una mujer. Jenny tambiĆ©n corresponde, cierra sus ojos al besarle mientras tantea con sus manos la espalda y el firme trasero de Kevin mientras que a Ć©ste la protuberancia en su pantalĆ³n se elevaba en condiciones impresionantes.
Cuando llegaron a la planta baja caminaron al estacionamiento.
—¿DĆ³nde te dejarĆ©? —preguntĆ³ Kevin cuando subieron a su vehĆculo.
—Voy a casa —respondiĆ³ Jenny—, como siempre me dejas a pocas cuadras.
—¿Y tu cabello mojado?
—HarĆ© todo lo posible para que nadie me vea.
—Te deseo suerte.
—Descuida, mi amor, la tendrĆ©.
Kevin puso en marcha el automĆ³vil usando el control para abrir el portĆ³n y tener acceso a la avenida. Cuando empezĆ³ a conducir tomando la arteria vial principal a tan sĆ³lo detenerse en el semĆ”foro y echar una mirada al espejo retrovisor se percatĆ³ que algo no andaba bien.
—Por la mierda —murmurĆ³.
—¿QuĆ© pasa? —preguntĆ³ Jenny oyendo la preocupaciĆ³n en su voz. No tuvo respuesta pero Kevin arrancĆ³ rĆ”pidamente cuando la luz todavĆa estaba en rojo—. ¿QuĆ© pasa, Kevin?
—Nada.
—Dime.
—No.
El coche de Kevin estaba tomando alta velocidad por la avenida, cruzĆ³ por una calle que consideraba estarĆa desolada para intentar perder el rastro del vehĆculo de su esposa quien lo seguĆa.
—¿Kevin quĆ© pasa, por quĆ© corres tanto?
—No es nada.
—Kevin, me estoy asustando.
—No es nada. QuĆ©date tranquila.
Kevin volviĆ³ a mirar por el espejo retrovisor y la luces led en el vehĆculo de Elena indicaba que todavĆa lo seguĆa adquiriendo rĆ”pida velocidad.
El celular del hombre empezĆ³ a sonar y Ć©l prefiriĆ³ apagarlo.
El corazĆ³n de Jenny estaba palpitando como si fuera a abandonar su pecho, creĆa que estaba a punto de ser secuestrada junto a su novio.
El automĆ³vil que los perseguĆa se aproximaba cada vez mĆ”s a ellos y tocaba la bocina como si fuera a estallarla.
—Kevin estoy asustada. ¿Nos van a secuestrar?
El vehĆculo que perseguĆa al ex deportista efectuaba cambios de luces. Finalmente Kevin se rindiĆ³ y estacionĆ³ su auto en la orilla de un iluminado parque.
—¿QuĆ© pasa, Kevin, quĆ© haras?
Su novio sin mediar palabras saliĆ³ vuelto una furia de su deportivo azul.
—¿QuĆ© te pasa, hasta cuando me sigues? —se le escuchĆ³ decir.
—¿Con quĆ© puta andas? —fueron las palabras de una esbelta mujer que abandonaba como una fiera su carro negro. Era alta de cabellos castaƱos y atractiva.
Jenny temerosa cerrĆ³ con seguro todas las puertas del auto, estaba llorando presa de la ira que tenĆa la todavĆa esposa de su amado novio.
—Eso no es tu problema. Ahora tranquilĆzate, Elena que no ando en nada malo.
—¿Que no quĆ©? Quiero ver a la puta con la que andas. ¿Te sentĆas muy seguro en tu departamento porque sabĆas que yo no iba a entrar, eh?
—CĆ”lmate, Elena.
Kevin intentaba detener a su esposa que envuelta en la rabia deseaba frenar el bloqueo corporal que le tenĆa su marido.
—Quiero ver a esa perra y ponerla en su lugar.
—¡Que no, Elena! En este momento te vas a ir a casa y ahĆ hablaremos.
—A esa perra puta la voy a matar para que aprenda a no meterse con hombres casados.
—Elena, cĆ”lmate.
Elena llena de rabia lo mirĆ³ a los ojos, se aferrĆ³ al hombro de su esposo y se preparĆ³ para un ataque sagaz, levantĆ³ la pierna y enviĆ³ la rĆ³tula contra las bolas de su marido.
La mujer a travĆ©s de su vestido largo y galante pudo sentir cuando su rodilla impactaba y hundĆa los Ć³rganos reproductivos de Kevin.
—¡Ohhhhh! —gruĆ±Ć³ el varĆ³n.
Sin pensarlo dos veces, Elena estampĆ³ otra vez su rodilla contra los vulnerables objetivos, golpeĆ”ndolos con desagradable y doble sucesiĆ³n. SintiĆ©ndo como aplastaba las gĆ³nadas del tamaƱo de naranjas contra la pelvis de Kevin.
Los ojos de Kevin se cruzaron y escapĆ³ un grito cuando cayĆ³ de rodillas.
Elena lo fulminĆ³ con la mirada y caminĆ³ para dirigirse al auto mientras su marido se arrodillaba en el suelo agarrĆ”ndose la virilidad, la mujer pasĆ³ por su lado pero fue detenida por la mano de su marido intentando agarrarla del tobillo, con aquel sorprendente movimiento, Elana casi perdiĆ³ el equilibrio por lo que se girĆ³ y lanzĆ³ al rostro de Kevin una fuerte bofetada.
Kevin se quejĆ³ con el explosivo dolor que dejaba en su rostro la marca de la mano de Elena. En medio del momento el hombre desprotegiĆ³ sus pelotas para tocarse con sus dedos su rectangular y guapo rostro.
Elena asintiĆ³ con la cabeza y enviĆ³ un puntapie contra la entrepierna de su marido.
—¡Ooomph!
Las manos de Kevin bajaron otra vez a su entrepierna.
—¡Quiero verte, puta!
Elena llegĆ³ hasta la puerta del vehĆculo la cual comenzĆ³ a tocar con frenĆ©ticos golpes la ventanilla.
—Sal de ahĆ, grandĆsima perra que te quiero joder. Te voy a enseƱar que los hombres casados se respetan.
Jenny en el interior del carro se agazapaba en el asiento temerosa de lo que fuera a sucederle.
—Elena, quieta —decĆa su marido desde el piso, lentamente abandonĆ³ el suelo sujetandose las bolas.
—Da la cara, maldita puta. BarrerĆ© las calle halĆ”ndote de los cabellos.
Kevin pudo llegar hasta que su esposa y tomandola del brazo la apartĆ³ del carro.
—Pareces una verdulera. QuĆ©date quieta.
—Verdulera tu madre, imbĆ©cil.
Y si fuera poco un tercer golpe recibieron las grandes huevas de Kevin cuando Elena enviĆ³ una poderosa patada.
—¡Oooh!
Kevin hizo una mueca sintiendo sus huevos ser aplastados entre el hueso pƩlvico y la espinilla de Elena.
Kevin otra vez se volviĆ³ a ir al piso.
Era el dolor mĆ”s intenso que habĆa sentido jamĆ”s, y todavĆa lo contemplaba mientras yacĆa tumbado en el suelo, balanceĆ”ndose en posiciĆ³n fetal y agarrando su paquete. Por su parte, Elena continuaba furiosa dando golpes a la ventanilla del auto.
Kevin, que todavĆa estaba en el suelo, mirĆ³ a su esposa e intentĆ³ gritar que se detuviera pero nada pudo hacer. La desquiciada mujer sostuvo una piedra y la arrojĆ³ contra el vidrio haciĆ©ndolo aƱicos con un sĆ³lo golpe.
—Que salgas de ahĆ, perra —gritĆ³ mientras se acercaba al vehĆculo.
Hubo un grito y mƔs palabras groseras en el ambiente.
De pronto sin mĆ”s preambulo la puerta del carro fue abierta y Jenny saliĆ³ de Ć©l siendo halada de los cabellos, la mujer de Kevin Smith la seguĆa insultando e iba a empezar a golpearla. La asustada muchacha comenzaba a llorar.
—¡ESPERA NO! ¡QUEDAMOS EN QUE NO LE HARĆAS NADA!
Era la voz de Lucas que alarmado salĆa del automĆ³vil de Elena y gritaba en direcciĆ³n a las fĆ©minas con los brazos agitados.
Kevin, que todavĆa sostenĆa su entrepierna con las manos, sintiĆ³ el piso vibrar con el correr del futbolista hacia las mujeres.
—La voy a matar para que aprenda a no meterse con hombres casados a esta grandĆsima hija de...
Lucas tambiĆ©n se colocĆ³ a forcejear con Elena logrando arrebatarle de sus brazos a Jenny que lloraba desconsoladamente.
—TĆŗ y yo concluimos que ella no tenĆa para nada la culpa en esto. El culpable es Kevin.
—LĆ”rguense los dos antes de que la mate a ella por perra —amenazaba todavĆa Elena—. Una mujer celosa hace por su marido cualquier cosa. Desaparezcan de mi vista los dos.
Sin escuchar mĆ”s Lucas obedeciĆ³ y se llevĆ³ a la pobre Jenny entre sus brazos que obedecia a la direcciĆ³n sin rumbo que cogĆa su primo.
Elena se quedĆ³ mirando con los ojos fijos a Kevin que seguĆa retorciĆ©ndose en el suelo agarrĆ”ndose las huevas.
—No te quiero ver nunca mĆ”s en mi vida, cabrĆ³n. Quiero el divorcio, estĆŗpido.
...
Lucas tomĆ³ un taxi y se dirigiĆ³ a casa, durante el trayecto abrazaba a Jenny que pudo respirar y tranquilizarse. Cuando llegaron a la urbanizaciĆ³n privada no llegaron a la casa de los ChacĆ³n y caminaron hasta un iluminado parque donde gimoteando la muchacha terminaba de serenarse. Lucas esperĆ³ pacientemente.
—Te dije mĆ”s de una vez que Kevin te estaba engaƱando. Ćl no estaba en ningĆŗn proceso de divorcio con su esposa y tĆŗ como tonta caĆste en la trampa.
—No tenĆas por quĆ© hacer eso. ¿TĆŗ la contactaste?
—SĆ lo hice. Jenny, intentĆ© de todas las formas para que Kevin se alejara de ti. Nunca lo iba a hacer asĆ que esta manera radical pareciĆ³ ser la Ćŗnica soluciĆ³n.
—Su mujer casi me mata.
—Lo sĆ©, y perdĆ³n, mi niƱa, nunca hubiera querido que pasaras por este mal momento. Yo hablĆ© con Elena y ella me dio a entender que te iba a dejar fuera de todo esto pero creo que cuando los vio salir del departamento se puso como loca. Nunca creĆ que te iba a golpear pero Smith es un mal tipo te tenĆa engaƱada.
—El mal tipo eres tĆŗ por haberme echo pasar por esto.
—Yo hubiera deseado evitarlo pero te veĆa tan ilusionada por ese patĆ”n que nunca me creĆas y sabes lo mucho que me preocupas.
Jenny negĆ³ con la cabeza, Lucas abriĆ³ los brazos dispuesto a abrazarla pero ella estaba molesta con Ć©l por el gran susto que le hizo pasar. La muchacha se sujetĆ³ al hombro del joven y subio su rodilla entre los grandes muslos de Lucas ChacĆ³n, Ć©l aullĆ³ escuchando el crujir de sus gĆ³nadas.
Lucas se estremeciĆ³ mientras sostenĆa las bolas con ambas manos. Sus piernas temblaron y se fue directo al suelo sosteniendo su entrepierna. Se colocĆ³ en posiciĆ³n fetal dejĆ”ndose embargar por el dolor.
Jenny le dirigiĆ³ una mirada de molestia y abandonĆ³ el parque dejando abandonado y en medio de chillidos al pobre Lucas.
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