ORIGINAL: ZATN
NARRACION EN UNA NOCHE DE INSOMNIO
NARRACION EN UNA NOCHE DE INSOMNIO
Contiene Ballbusting Mujer/Hombre.
Me llamo Olga, tengo 30 aƱos de edad y esta noche no sĆ© quĆ© hacer para conciliar el sueƱo, he probado de todo lo que me han aconsejado, leche tibia, bebidas homeopĆ”ticas, y es que desde hace varios dĆas mi insomnio se ha agravado.
Y que lo causa?...pues me temo que problemas personales son el origen...si quieren saber de estos problemas sigan leyendo...
Estoy casada con Octavio, un hombre de 45 aƱos, con quien vivo desde hace 2 aƱos, Ć©l era separado y nos conocimos en un viaje, labora como juez de un alto tribunal judicial, y su trabajo siempre es riesgoso, por ello vivimos en compaƱĆa de varios escoltas.
Tres guardaespaldas van siempre con Ʃl, y dos se quedan en casa, uno conmigo, y otro con el hijo del primer matrimonio de Octavio. Pero ese muchacho en Ʃpoca universitaria, pasaba mucho tiempo fuera de casa, en estudios o visitando a su madre; Todo el equipo de seguridad vive en nuestra amplia vivienda, De mƔs de 15 habitaciones.
Y uno de ellos...Gustavo, el encargado de mi seguridad terminó atrayĆ©ndome, Ć©l, un escolta de 27 aƱos, soltero, de porte duro y masculino, se veĆa muy serio inicialmenteā¦
Pero mi atracción por Ć©l se hizo mayĆŗscula cuando le vi lavando el automóvil deportivo de mi marido, Era una soleada tarde de domingo, quede asombrada de su maravilloso fĆsico.
A travĆ©s de su elegante ropa de escolta, ya podĆa observar lo marcado de su cuerpoā¦Pero ahora veĆa a ojos impactados, unos fuertes pectorales al aire libre, sus musculosos brazos, y el bulto en sus genitalesā¦y es que Gustavo creyĆ©ndose a solas en esa lejana Ć”rea de la propiedad, se desprendió de toda ropa, excepto su bóxerā¦sin duda por el endemoniado calor que habĆa...
ā¦Nunca se imaginó que ya le habĆa puesto el ojo, y en una fortuita coincidencia, decidĆ seguirle ese dĆa a contemplar sus actividades lejos de su protegida, pero Oh sorpresa cuando le veo en tan poca ropa y en medio de agua y jabónā¦en definitiva tenĆa que hacerlo mi hombreā¦pero habĆa un obstĆ”culo!ā¦
ā¦El obstĆ”culo era mi marido y la cuestión de serle infiel, nunca habĆa sido infiel a mi esposoā¦pero no podĆa sacarme de la cabeza la escena del lavado de auto.
Para des fortuna de mis intentos por mantenerme fiel, Octavio tuvo un viaje de trabajo.
Mi marido el Juez, debió viajar por 20 dĆas a los Estados Unidos, apenas pasaron unas jornadas y no soporte mĆ”s la soledad, asĆ que me acerque mĆ”s y mĆ”s a Gustavo.
Le seduje fĆ”cilmente, presentĆ”ndome en su habitación o llamĆ”ndole a mi alcoba, mientras vestĆa prendas diminutas, ajustadas y escotadas.
Sus indiscretas miradas a mis senos eran la confirmación de que no podĆa resistir mĆ”s para hacerme suya.
Y asĆ en una casa tan sola y de 15 cuartos, el segundo piso era un mausoleo!, asĆ que le facilitĆ© una llave de mi habitación, y esa misma noche, pasadas las 11 pm, escuchaba como habrĆan la asegurada puerta.
Gustavo sin falta entraba cada noche a hacerme compaƱĆa!...Hacer el amor con Ć©l era delicioso, no me cansaba de tocar su fornido cuerpo⦠y maravillada disfrutĆ© siempre el desprenderle de su ajustado bóxerā¦
ā¦TenĆa una verga muy superior a la de Octavio, era tan larga y poderosa, el si era un hombre real; Y sus pelotas pesadas y duras al tacto, contenĆan buenas reservas de fluidos varoniles.
AsĆ como yo, Ć©l no se hastiaba de besar mi cuello y pechosā¦y tambiĆ©n mis intimas partes inferiores.
Pase momentos de placer que jamĆ”s tendrĆa con mi mĆ”s veterano esposo.
Gustavo cogĆa como un toro!, y cada noche de sexo nos dejaba exhaustos, y cuando a continuación descansĆ”bamos, me dedicaba contemplar sus genitales ahora flĆ”cidos, Me lograba colocar entre sus piernas abiertas mientras dormitaba, y les daba ocasionalmente besos en las pelotas, pero eso sĆ, debĆa ser cuidadosa, pues besos de mĆ”s podĆan despertar a su vecino y dormido amigo, el cual si se levantaba, era una nueva sección de sexo, pues Gustavo no se quedarĆa con la erecciónā¦despuĆ©s de todo, tampoco habĆa que exagerar y fornicar a toda horaā¦
ā¦aunque a veces si lo quisiera, Jajaja.
Pero mis dĆas de perfecto placer acabaron, pues al pasar las jornadas, la actitud de Gustavo cambió, dejó de ser tan comunicativo, y apenas ingresaba a mi cuarto en la madrugada, prĆ”cticamente me hacĆa suya sin decir nada, pero para nada dejaba de gozar como nunca de mi coƱo.
Las cosas se pusieron peor, y llegó a una rutina de agresión!, ingresaba, se desnudaba, y con fuerza me arrojaba a la cama⦠y justo un segundo despuĆ©s se montaba encima mĆo y me penetraba.
La verdad ese era el verdadero Gustavo!, un machista sujeto al que no le importaba el romance, para el solo era placer fĆsico.
Cuando regresó Octavio, la relación con Gustavo debió ser mĆ”s espaciada, cada 2 o 3 dĆas, mi marido estaba de viaje a una ciudad cercana por su trabajo de juez, en ese periodo era aprovechado por Gustavo; Se notaba ansioso por hacerme el amor, sin duda habĆa quedado acostumbrado a tener una rutina de sexo diaria, y ahora debĆa soportar el ayuno.
Cuando entraba por las noches era mĆ”s viril que nunca, y machista. Pero su trato rudo me era demasiado para soportar, comencĆ© a decirle que querĆa que cambiara, pero me ignorabaā¦
ā¦. Igual pasó cuando decidĆ negarme a su pasión, el solo no hizo caso, sino que una vez mĆ”s con brusquedad me tiró en la cama penetrĆ”ndome sin la menor contemplación.
Pero no puedo mentirles! debo admitir que aun siendo rudo, cada vez que me lo hizo, lo gocƩ!...el trato machista no quitaba el placer sexual.
Cuando una noche ambos dormĆamos despuĆ©s del sexo, me despertó para hacerlo otra vez, le dije que no, que ya lo habĆamos hecho 3 veces esa noche, pero no le importó y a la fuerza me abrió las piernas y penetró, Lo vi cómo realmente fue⦠una violación⦠y desde ahĆ decidĆ terminar las cosas con Ć©l.
Pero aparte del trato de Gustavo, desde el regreso de Octavio me era mĆ”s incómodo serle infiel... y no hablo de sacar el tiempo para verme con Gustavo sin que mi esposo sospechara,.. sino que me sentĆa mal por engaƱarle.
Me decĆa a mĆ misma que ya no era necesario el estar con otro hombre, pues mi marido estaba en casa, si bien faltaba por sus viajes a muchas noches, y su pasión no se comparaba con la del mĆ”s joven y viril Gustavo, no me terminaba de sentar bien el traicionarle.
La suma de los hechos me convenció de cesar mis noches de sexo escondido con Gustavo.
Mi primer intento por cortar la relación fue un fracaso, cuando un indiferente Gustavo, simplemente ignoró mi petición⦠porque eso fue, una petición, casi pidiéndole permiso; El como si nada continuó entrando en mi cuarto en ausencia de Octavio para hacerme suya...
ā¦Cuando le dije una segunda ocasión que no lo harĆa esa noche con Ć©l, me cargó y llevó a la fuerza a la cama, para penetrarme sin dejar de decir con razón, que siempre gozaba con su pene.
Pero los dos primeros fracasos, me envalentonaron, la verdad me sentĆ humillada de no poder resistirme a Ć©l!, molesta conmigo misma me convencĆ que el siguiente encuentro seria en otras condicionesā¦y serĆa el Ćŗltimo!
PlaneĆ© una estrategia para dejarle claro que no habrĆa mĆ”s sexo, y le puse una emboscada a Gustavo!.
Cuando llegó por su ración de sexo, no me molestĆ© en hablarle, ni persuadirle de no hacerlo, Ć©l solo se desnudó y a continuación venĆa a obligarme a ir a la cama, pero lo sorprendĆ! Sólo habĆa una forma de evitar terminar esa noche en la cama con Ć©l moviĆ©ndose encima mĆo...y la iba a poner en prĆ”ctica.
Con rabia y actuando como planee, retrocedĆ mi pierna derecha tomando todo el impulso posibleā¦
Y antes de que me tocara, le acertĆ© una fortĆsima patada en los testĆculos; Justo en el centro de ese par repleto de semen, pues hacia 4 dĆas de nuestro Ćŗltimo encuentro sexual.
Ćl es fuerte y eso es necesario por su labor de escolta, pero ese es el punto dĆ©bil de cualquiera. Y me asegurĆ© de pegarle a ambos huevosā¦para que le doliera al mĆ”ximo!. El golpe en sus contenedores de esperma, lo dejó viendo estrellasā¦
ā¦Por fortuna no gritó, lo que podrĆa haber atraĆdo atención, pero se mordĆa los labios aguantando algĆŗn quejido agudo⦠no pudo mĆ”s y termino en el suelo sentado, agarrĆ”ndose sus cosas.
Me habĆa asegurado de que esa noche ya no podrĆa hacerme el amor, su mente centrada en el placer sexual, ahora solo se preocupaba por su dolor.
Lo habĆa tomado por completo descuidado, en su cabeza machista y prepotente, nunca esperó que me le resistiera en serio, y menos que me metiera con sus joyas familiares.
Aproveche su indefensión para recriminarle y desahogarme, diciĆ©ndole que era un machista, y que ya me habĆa cansado de ser obligada cada vez que el quisiera... Le deje claro que si volvĆa a entrar en mi cuarto, se llevarĆa otra patada, o algo peor... si aquello era posible.
Gustavo escuchaba apenas, mientras no dejaba de cubrir y sobar sus bolas.
Para acabar lo obliguĆ© a levantarse y le saque casi a empujones, vengĆ”ndome de cuando me llevaba a la fuerza a la cama, le quite la llave, y pareció por fin entender que ya no estarĆa con Ć©l, y que su actitud agresiva no seguirĆa siendo tolerada por mi⦠Ahora si le enfrentarĆa.
Le cerrĆ© la puerta, no sin antes ver confusión en su mirada, AĆŗn no se creĆa lo que sucedĆa: primero mi defensa efectiva contra Ć©l, y segundo el saber que ya no tendrĆa a una mujer en la cama a sus deseos.
Hoy habĆa perdido mucho de su vida rutinaria, Ahora tenĆa que acostumbrarse a una nueva vida con la esposa de su patrón y protegido.
Esa fue la Ćŗltima noche que tuve intimidad con Gustavo.
Luego de esa traumĆ”tica noche, la relación entre Gustavo y yo fue lejana, el primer dĆa en que estuvimos a solas, el conducĆa el automóvil llevĆ”ndome de compras; Le pregunte como estaba, pero mantuvo el silencioā¦
ā¦Le volvĆ a preguntar, con una real preocupación, pues para ese momento me habĆa calmado un poco y consideraba ahora, que fue excesivo el pegarle en sus partes nobles para hacerle entender mi reclamo.
Finalmente respondió con un seco "Estoy bien".
Le pedà disculpas por patearlo, una vez mÔs no respondió, y volviendo a insistir en su respuesta, expresó:
"Soy un varón, y sepa usted que soporté el dolor como varón!".
Su tono de molestia me dejo callada...
Y asĆ continuo nuestro trato cordial, pero distanciados.
AsĆ termina mi narración por esta noche!, ahora enterados de todo, debo decirles que desde hace 15 dĆas Octavio volvió a salir de viaje, esta vez a Europa, Temo que antes de un mes no volverĆ”....y ahora estoy sufriendo nuevamente la soledad en esta enorme casaā¦
ā¦la falta de compaƱĆa masculina me tiene estresada, necesito compaƱĆa, alguien en mi cama, alguien que me haga sentir mujer!, y sin Octavio temo que me vuelvo loca...
ā¦Todo esto es el origen de mi actual falta de sueƱo!
Pero mientras les contaba todo lo sucedido, temo que tomé una decisión!...y justamente ahora me encuentro frente a la solución.
Ahora mismo toco una puerta, repito el toque, una vez mÔs⦠y finalmente alguien abre.
Tras abrir la puerta de su habitación, Gustavo quedo viéndome un instante.
"Gustavo, puedo pasar?....te necesito!".
Rogaba en mi interior que me aceptase...insistĆ.
"Perdóname...por favor recĆbeme".
Gustavo se hizo a un lado, dejando el espacio justo para que ingresara...la puerta se cerró detrÔs de mi.
No pude evitar buscarlo... He vuelto a caer en la infidelidad!
Fin.
Gracias
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