CONTIENE:
-SEXO HOMOSEXUAL
-BALLBUSTING HOMBRE/HOMBRE
-BALLBUSTING HOMBRE/HOMBRE
Claudia estaba parada frente al espejo del baƱo mirĆ”ndose sorprendida, sus dudas fueron ciertas. Desde hace dias empezaron sus sospechas cuando al cepillarse sintió una sensación rara que apenas sintió hace dos aƱos atrĆ”s al estar embarazada de Vicente. Ahora la prueba de embarazo le confirmaba la sospecha por ello tenĆa tantas ganas de dormir por las maƱanas, tanto cansancio.
—Ya, Claudia, abre. Quiero saber —era la voz de Simón desde afuera.
—Estoy viviendo mi momento.
—Abre, zorra, o tiro la puerta —aseguró el marido riendo.
—Estoy tomando conciencia.
—SĆ, pero Vicente y yo tenemos que saber.
Claudia abrió la puerta con el test de embarazo en la mano, los ojos verdes de Simón apuntaron directamente al signo positivo, sonrió y abrazó con fuerza a la esposa, ella sentimental rompió a llorar.
—Ay, Claudia, no seas ridĆcula —suplicó sin perder el buen humor su marido, estrechĆ”ndola en sus brazos.
—Es que me da mucha emoción, por favor no digamos nada a nadie.
—Quiero que disfrutemos de estas primeras semanas juntos. Hasta que estemos seguros.
Simón la besó y volvió a abrazar.
2
Jenny Chacón se habĆa encontrado con un importante hombre despuĆ©s de aƱos sin verlo, Ć©l era un apuesto empresario dueƱo de reconocidas marcas en el paĆs y, que ademas habĆa hecho grandes aciertos con el equipo de fĆŗtbol nacional. Ćl acudió a la empresa constructora donde trabajaba su padre para el contrato en la construcción de un nuevo estadio de fĆŗtbol. Ćl se sorprendió de verla tan grande y guapa que la elogió y quiso invitar a almorzar, ella hubiera negado pero el magnetismo que la dominó en Kevin Smitch no fue normal.
—Que grande y hermosa estĆ”s, Jenny —aseguró el hombre sentado en la mesa del restaurante—. La Ćŗltima vez que te vi fue en tus quinceaƱos.
—Pues ha pasado mucho tiempo —aseguró la hija de Marcos Chacón—. SalĆ de la preparatoria entrĆ© a la universidad me graduĆ©, y ahora trabajo en la constructora.
—Parece que hay un trafico de influencias bĆ”rbaro en la constructora.
—Ay, no digas eso —rió Jenny.
—Es broma, ¿y tienes novio, chiquilla?
Ella se peinó el cabello a tiempo que las mejillas se le coloreaban.
—No, hasta hace poco salĆa con un chico, mĆ©dico de la morgue pero terminamos nuestra relación ya hace unos cuantos meses.
—AsĆ que estĆ”s soltera y sin compromisos, mejor asĆ. ¿Y no estĆ”s enamorada ahora?
—No —aseguró ella—. Derepente vi a alguien que me impresionó mucho pero sĆ© que eso no tiene camino y no quiero pensar en eso tampoco.
—¿Por quĆ©? —preguntó Kevin acomodĆ”ndole tiernamente el cabello tras la oreja, le brillaban los ojos.
—Porque serĆa descabellado —aseguró ella sintiĆ©ndose rara con el galanteo de Kevin. Respiró profundo—. ¿Y tĆŗ, cómo estĆ”s con tu esposa?
La faz de Kevin cambió adoptando una posición mÔs erguida, inclusive se acomodó en la silla del elegante restaurante.
—Es una pena, Jenny. Mi esposa se volvió una mujer amargada y testaruda. ReƱimos todo el tiempo, no sĆ© en que momento sucedió pero nuestro matrimonio se fue al traste. Tenemos tiempo sin estar juntos.
—Vives aĆŗn con ella, tengo entendido
—SĆ, es que no quiero que nuestra hija sufra.
—Yo creo que la niƱa entenderĆ”.
—EstĆ” acostumbrada a vernos juntos desde siempre. Y ella amenaza con quitĆ”rmela. No veo mi vida sin estar junto a mi hija.
—QuĆ©date tranquilo y se paciente —pidió Jenny colocando su mano sobre el triste hombre—. QuizĆ”s si conversas con tu esposa todo se solventarĆ” y si no, un psicólogo ayudarĆ” a tu hija, es tu hija y siempre formarĆ” parte de ti.
Kevin conmovido colocó su mano sobre Jenny Chacón.
3
Lucas habĆa sido admitido en el equipo de fĆŗtbol en el que su tĆo lo contactó porque verdaderamente el muchacho era un diamante bruto para el deporte. Aquella tarde durante el partido amistoso contra un conocido futbolclub hizo ganar a su equipo 4 goles por 1 de los cuales 3 fueron del cojonudo muchacho. Sin embargo sus nuevos compaƱeros de equipo resentĆan algo contra Ć©l, y se lo harĆan saber en el vestuario.
—Eres muy bueno para esto —aseguró Eladio, capitĆ”n del equipo, un galardonado jugador que veĆa en Lucas un acĆ©rrimo rival para la fama y sobre su puesto de capitĆ”n. Ademas sabĆa el secreto de las bolas de los hombres Chacón y fue quien propuso aquella ocasión—. Pero no estamos de acuerdo sobre tu proceder en el equipo.
—¿Por quĆ©? —quiso saber Lucas quitĆ”ndose el sudor del cuello con una toalla.
—A muchos para entrar a la selección del club nos tomó aƱos de esfuerzo —aseguró Roberto, un joven gay de estatura alta y cabellos parecidos al color de la ceniza al que le sobresalĆan un poco los dientes. FungĆa de medio campista y secretamente admiraba como Lucas bamboleaba su paquete en el short—. Y tĆŗ entraste de la noche a la maƱana y como favorito.
Lucas soltó una risa nerviosa acentuando en su rostro rasgos de niño bueno.
—Muchachos no se preocupen. Soy de los suyos. Hoy ganamos y hay que celebrar. Ya les dije que vengo de un equipo local de Miami.
—Nunca a nadie han contratado asĆ —negó Guillermo, el guardameta alto, cabellos castaƱos y al que le gustaba derrochar dinero—. Conociendo que allĆ” afuera hay miles de niƱos queriendo ser parte de esta selección se sudan el culo para poder entrar y tĆŗ por cuenta entras por sólo ser sobrino del amigo del dueƱo del grupo.
—Chicos, es estĆŗpido que me reclamen por eso. En muchos lugares aplican las influencias...
—Yo entrĆ© al equipo al joderme aƱos tras aƱos en la selección juvenil —alegó Eladio—. Me costó demasiado, aƱos de esfuerzos.
—Tuve que pagar millones a un tĆ©cnico para que pudieran tomar en cuenta mi valor —aseguró Roberto—. ¿No sientes la decepción que tenemos? Le costó mucho dinero a mi familia. La primera vez me estafaron.
—No es mi culpa muchachos.
—A mi sĆ me descubrieron por pertenecer a otro equipo —confesó Guillermo—. Y la verdad nos molesta la manera en la que entraste al equipo, novato.
—Igualmente no te hemos dado la bienvenida a nuestro subgrupo de peloteros —aseguró Eladio—. Una bienvenida que no olvidaras nunca.
—¿A quĆ© se refieren, chicos?
Los hombres comenzaron a seguir a Lucas que retrocedió sobre sus pasos hasta dar de espalda contra un casillero de metal. Sintió una misteriosa erección al estar frente a aquellos reconocidos futbolistas.
—Vamos a quitarle el short —rompió el silencio Roberto.
Sorprendido, Lucas abrió los ojos muy grandes ante el trĆo. Intentó resistirse pero ya Eladio y Guillermo estaban sobre Ć©l quitandole las pertenencias.
—¿QuĆ© pasa, muchachos? ¡SuĆ©ltenme!
Su pene erecto se marcó en su ceñido bóxer blanco como desafiando a los hombres presentes en aquel vestuario. Roberto pareció sorprendido por la figura monstruosa que se delineaba ante sus ojos:
—¡Vaya, vaya! —comentó—. Bienvenido al grupo, Lucas, a pesar de la trampa que hiciste para entrar mereces estar aquĆ.
—Que no se mueva —ordenó Eladio.
Roberto agarró a Lucas teniendo algunas dificultades por la resistencia del joven. Pronto el joven futbolista quedó con las piernas muy abiertas, se veĆan de manera bonita al estar musculares, sus resistentes brazos quedaron tras la espalda bajo la fuerza de Roberto. Lucas exigĆa en queja una explicación. Eladio usaba su celular para grabar el momento.
Lucas estaba cada vez mĆ”s agitado. Sus miembros estaban completamente inmóviles. Sus genitales eran casi la Ćŗnica parte de su cuerpo que aĆŗn podĆa mover, con su enorme polla temblorosa y palpitante y sus enormes gónadas se balanceaban en el flojo bóxer. Lucas miraba a los dos hombres frente a Ć©l muy nervioso mientras su respiración se hacĆa mĆ”s rĆ”pida.
—¿¡QuĆ© hacen por Dios!?
—Es un juego —respondió Roberto tranquilamente—. Para darte la bienvenida, la hacemos nosotros tres. Eso sĆ, si llegas a contar algo el video serĆ” publicado en la web y no creo que te vaya a gustar.
—¿Me van a violar? ¡No pueden hacer eso. AYUDA!
—Callate —pidió Guillermo—. No te haremos eso, jajaja, bueno... creo. ¿Roberto, quieres empezar?
Lucas estaba temblando en previsión de lo que iba a suceder.
Roberto se acercó a Lucas y con sus manos envolvió los genitales del muchacho, apretando sus bolas. Lucas se tensó apretando la mandĆbula y haciendo un guapo esfuerzo por contener un enorme grito de dolor. Su polla latió de nuevo.
Lucas rÔpidamente echó hacia atrÔs su hermosa cabeza y no pudo soportar mÔs. Lanzó un gritó al sentir el opresor dolor:
—¡ARRRRRRGGGGGGG, MIS BOLAS!
Su cuerpo se sacudió tanto como Guillermo se lo permitĆa.y chorro de presemen salió disparado contra el bóxer, mojando la tela de la ropa. Los dos hombres frente a Ć©l se sorprendieron.
—Quita eso —ordenó Eladio—, estorba.
Roberto obedeció y bajó el bóxer por las musculosas piernas de Lucas mostrando su largo pene que rezumaba una acumulación de semen y bajo el, sus colgantes y ovaladas gónadas. Uno de los futbolistas lanzó un suspiro.
Los testĆculos grandes de Lucas ahora estaban balanceĆ”ndose ante la mirada inquisitiva de Roberto.
—DETĆNGANSE, POR FAVOR —rogó Lucas asustado.
Eladio y Roberto intercambiaron miradas, tenĆan las cejas levantadas ante la sorpresa de la desnudez del muchacho.
Roberto lanzó un atronador rodillazo en los desnudos cojones de Lucas.
PRRRRRTTTTT
Lucas lanzó su hermosa cabeza hacia atrĆ”s y gritó en agonĆa sufrida.
RĆ”pidamente los testĆculos del muchacho empezaron a hincharse de forma alarmante. Al mismo tiempo, su pene se hacĆa mĆ”s tieso y largo.
—Muchachos... ¿QuĆ© hacen?... qui... ¿quieren detenerse? ¿QuĆ©... quĆ© les hice para merecer esto?
Lucas miró con una expresión de terror: abriendo mucho los ojos lleno de lagrimas que hacĆan resaltar su hermoso rostro.
Roberto como si de su mano una garra se tratara, apretó los huevos de Lucas.
—¡¡¡ARRRGGG... MIS... BOLAS... MIS BOLAS... JODER...!!!
La fuerza de Roberto era tan potente que paralizaba a Lucas. Su pene gigante, incapaz de paralizarse palpitaba impulsando el orgasmo, ese orgasmo dentro de su cuerpo explotaba sin cesar.
La polla de Lucas estaba increĆblemente dura a punto de reventar en una oleada de semen en cualquier momento.
Roberto propinó cinco rodillazos seguidos a las bolas de Lucas, aferraba sus manos a los hombros y subĆa la rótula. Lucas, lleno de desesperación, echó atrĆ”s la cabeza y profirió un grito de animal en pura agonĆa, sintiendo que sus colgantes bolas iban a ser fulminadas ahĆ.
—AAAAAHGGGGH.
El cuerpo de Lucas estaba casi inconsciente entre los brazos de Guillermo pero aun no se desmayaba del todo. Roberto sonrió y agarró el gran pene del chico con ambas manos, comenzó a frotar rĆtmicamente. Con la estimulación se ponĆa mĆ”s duro y rĆgido.
Roberto acercó la boca a la hinchada verga de Lucas y continuó estimulÔndolo a niveles cada vez mÔs altos de excitación. La escena continuó y continuó durante casi tres minuto.
Lucas jadeaba y jadeaba intentando contenerse, con los ojos entrecerrados miró a Eladio que continuaba grabando con sonrisa triunfante, Roberto seguĆa arrodillado ante Ć©l chupĆ”ndole el pene y jalando hacia las rodillas las bolas. Finalmente, con un bramido de pura potencia, Lucas desató su orgasmo masivo. Un pegote colosal de leche salió disparada como un cohete de su pene, en forma de arco cruzó el aire antes de aterrizar en la mejilla de Roberto. El semen de Lucas estaba tan espeso que parecĆa un flan coagulado.
La escena continuó repitiéndose y cuando Lucas terminó por fin su fiera y sobrehumana eyaculación, Guillermo lo soltó y calló sin fuerzas al piso empapando su cuerpo de su semen que se enfriaba en el suelo.
Roberto se sentó chupĆ”ndose los dedos, mientras Eladio y Guillermo salĆan del vestuario riendo y comentando.
—Te sabe dulce —comentó Roberto.
Pronto Eladio y Guillermo volvieron y entregaron a Lucas una bolsa de hielo. Cuando Lucas se pudo medio recuperar con la bolsa metida en su entrepierna Eladio habló:
—Conozco el secreto de las bolas de los Chacón, ¿sabes quĆ© Lucas? Bienvenido al esquipo de futbol y a los peloteros. Eres todo un reto.
Lucas abrió la boca con una sonrisa entre satisfacción y dolor.
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