La cama nupcial (texto) - Las Bolas de Pablo

Lo mƔs nuevo

28 jul 2015

La cama nupcial (texto)

ORIGINAL DE ZATN

CONTIENE:

-BALLBUSTING MUJER/HOMBRE



Mi nombre es Katherine, tengo 18 aƱos y hace unos meses sufrĆ­ una de las experiencias mĆ”s difĆ­ciles de mi vida; el marido de mi prima Claudia, me intentĆ³ violar  durante su fiesta de bodas, en la mismĆ­sima cama nupcial.

Katherine.
Les contarĆ© como sucediĆ³ todo.
Era la celebraciĆ³n  por la boda de mi prima Claudia de 23 aƱos, se casaba con Mauricio, un hombre de 25 aƱos, a quien conociĆ³ en la universidad y del cual estaba embarazada de 4 meses.

Mauricio.
Eran  novios desde hacĆ­a 2 aƱos y por fin logrĆ³ llevarlo al altar, aunque era obvio que su embarazo fue el empujĆ³n que prĆ”cticamente obligo a Mauricio a comprometerse

Como vivo en otra ciudad, reciĆ©n conocĆ­ a Mauricio hacĆ­a unos meses, cuando por diversos asuntos, me hospeden en el apartamento de mi prima unas semanas; y Ć©l, como su novio siempre la visitaba.

Me sentĆ­a incomoda con Ć©l, su mirada para conmigo era muy penetrante, como si quisiera ver mi interior; ademĆ”s en mĆ”s de una ocasiĆ³n sentĆ­ intentos de coqueteos de su parte, aunque nunca tuve seguridad de sĆ­ era en serio o bromeaba conmigo.

 En fin siempre trataba de evitarle.

Luego de la boda, la casa de Mauricio fue el lugar de la celebraciĆ³n, ahora era la casa del nuevo matrimonio, asĆ­ que ese dĆ­a era imposible evitar  al nuevo esposo.

La charla con Mauricio comenzĆ³ sin sobresaltos, pero pronto me sentĆ­ incomoda, no solo por sus ahora mĆ”s indiscretas miradas, sino que no dejaba de alabarme por todo, pasaba mĆ”s tiempo hablando conmigo que con Claudia, la cual atendĆ­a  sus muchas amistades y familia.

LlegĆ³ a la incĆ³moda pregunta de con quien estaba actualmente, quise mentir diciendo que tenĆ­a pareja en la actualidad, pero era imposible que me creyera viendo que asistĆ­a sola a la fiesta.

Soy una mujer atractiva y los hombres siempre me han pretendido, pero mis noviazgos terminan fracasando por algo muy simple, los chicos sĆ³lo buscan mi cuerpo;  supongo que aĆŗn no aparece ese hombre especial en mi vida.

La noche avanzaba y Mauricio insistƭa demasiado en saber todo de mƭ, su interƩs ya rayaba en lo extraƱo, asƭ que decidƭ poner distancia y me excusƩ para charlar con personas diferentes.

En cierto momento una seƱora algo pasada de copas, terminĆ³ derramando accidentalmente  vino tinto  en mi traje de noche; por lo que pedĆ­ a Claudia me prestase un baƱo para tratar de salvar mi vestido.


Traje manchado de vino.

La ocupada novia me guiĆ³ por la enorme casa, hasta el baƱo de su habitaciĆ³n; quede admirada de su nuevo hogar, segĆŗn sabĆ­a Mauricio tenĆ­a dinero y comprĆ³ una amplia casa para su nueva vida familiar.

Tras el tour  Claudia se reintegrĆ³ a la fiesta.

El cuarto matrimonial, era enorme y hasta tenĆ­an una nevera miniatura a un lado de la cama nupcial; la cual seguidamente observĆ©, era hermosa! y tenĆ­a pĆ©talos de rosas por encima…muy romĆ”ntico;  pero supuse que sĆ³lo era algo de tradiciĆ³n pues no serĆ­a usada esta noche por el embarazo de la novia.


La Cama nupcial.

Mientras remojaba el vestido manchado en el baƱo, escuchĆ© la puerta de la habitaciĆ³n abrirse, salĆ­ a ver, pensando que era Claudia que volvĆ­a.

Estaba en ropa interior, la cual se habĆ­a salvado del vino. 


          
En ropa interior.

CuĆ”l fue mi sorpresa cuando veo a Mauricio en la habitaciĆ³n con la puerta tras de sĆ­.
Su presencia me asustĆ³ de inmediato.

Katherine: “que haces aquĆ­?”.

Era su casa y su habitaciĆ³n, pero le reclamĆ© su presencia allĆ­ dada mi precauciĆ³n para con Ć©l.
NotĆ© que estaba atĆ³nito viĆ©ndome, no tardĆ© en darme cuenta que su expresiĆ³n se debĆ­a a que estaba en ropa interior frente a Ć©l.

En ropa interior frente a Ć©l.
Apenada me tratƩ de cubrir, pero mis manos no hacƭan una buena labor.
Me devoraba con la mirada de arriba abajo.
Katherine: “VoltĆ©ate!, Idiota!”.
Mauricio reaccionĆ³ un poco, y se expresĆ³:“querĆ­a seguir hablando contigo y como te viniste para acĆ”, vi la oportunidad para charlar de una forma mĆ”s privada”.
Su justificaciĆ³n no dejaba de ser sospechosa y me asustaba como escudriƱaba cada centĆ­metro de mi cuerpo.
Mauricio: “que linda estĆ”s!”.
Le  exigĆ­ que saliera del cuarto, pero me ignorĆ³, entonces notĆ© que su mirada habĆ­a quedado fija en un sitio… mis pantis!.

Mis pantis.

Me molestĆ©, me puse de lado para obstruirle la vista a esa zona y le insultĆ©: “eres un pervertido!”.

Me puse de lado.

Entonces quede en shock con lo que dijo: “bueno, no esperaba esto,pero me gusta que sea mĆ”s pronto que tarde, solo querĆ­a charlar un poco mĆ”s, pero ante lo que veo, no dejarĆ© pasar la oportunidad”.
Que acababa de decir?...se referĆ­a a lo que creo?.

ComenzĆ³ a desabrocharse el pantalĆ³n…Ese sonido aĆŗn lo recuerdo.

Desabrocharse el pantalĆ³n.

Fue como un antes y un despuƩs

Sus pantalones y ropa interior cayeron rƔpidamente a sus pies, mostrando un ya erecto pene, abriƩndose paso por entre el final de su fina camisa.




Su amigo eraacompaƱado de un par de testƭculos,que se escondƭan mƔs atrƔs.

Me escandalicƩ. Le dije que estaba loco; que pretendƭa?, era esto una broma?.En verdad Ʃl estaba por hacer eso?.

El descarado lo confirmĆ³.

Mauricio: “esta noche vas a ser mĆ­a Katherine!”.

Katherine: “estas demente!, te acabas de casar con mi prima, y estĆ” esperando un hijo tuyo!”.

Mauricio: “Claudia serĆ” una buena esposa y me darĆ” hijos, pero me casĆ© porque mi familia me pidiĆ³ sentar cabeza; Pero entĆ©rate que te deseo desde que te conocĆ­, eres mĆ”s linda que ella”.

No podĆ­a creer lo que estaba pasando, Mauricio resultĆ³ ser una porquerĆ­a de hombre, Claudia no se merecĆ­a tal sujeto.

Le gritƩ que era un maldito por lo que le hacƭa a mi prima.

El parecƭa no importarle nada mƔs que satisfacerse fƭsicamente conmigo.

TratĆ© de hacerle entrar en razĆ³n: “Mauricio no hagas esto, vete!... mira que es un delito lo que pretendes hacer, yo no quiero esto, si me fuerzas, iras a la cĆ”rcel”.

No entendĆ­a razones y respondiĆ³ con un sucio lenguaje dejando claro lo que harĆ­a:

Mostraba su verga el condenado.

Mauricio: “te la voy a meter...MĆ­rala bien, es muy grande. DisfrutarĆ”s  tenerla adentro… con esta gran verga voy a gozar de tu lindo cuerpo”.

OĆ­rlo era repugnante, pero tenĆ­a razĆ³n en algo…su pene era grande, era el mĆ”s grande que habĆ­a visto y sentĆ­ temor si me llegaba a meter esa cosa.

Katherine: “iras a la cĆ”rcel si me haces algo!”.

Mauricio:“no irĆ©, tu estarĆ”s de acuerdo…te gustarĆ” tanto mi verga, que vendrĆ”s aquĆ­ mĆ”s seguido…para seguir gozĆ”ndola; te volverĆ”s mi amante!”.

Katherine: “cĆ”llate animal…como puedes ser asĆ­, respeta a mi prima que estĆ” embarazada de ti, canalla!”.

Mauricio: “es por ella que estoy asĆ­, desde hace mĆ”s de dos meses que no se la meto… mira estos!”.

Ahora el desvergonzado se agarrĆ³ los huevos y comenzĆ³ a sacudĆ­rselos, querĆ­a que se los viera….voltee la cara evitando complacerlo.




Mauricio: “mĆ­ralos!, los tengo llenos de leche, por el embarazo de Claudia, me tengo que hacer la paja cada cierto tiempo, sino, voy a explotar…Oh Katherine sĆ³lo mira que buen ejemplar…y te informo…hace mĆ”s de una semana no los descargo…y hoy les llegĆ³ el dĆ­a!”.

Sonreƭa malƩvolamente.

Katherine:“pues vete al baƱo a meneĆ”rtela!, salido!, porque yo no quiero nada contigo!”.

Mauricio: “Katherine, quieras o no, voy a pasar la noche entera viniĆ©ndome dentro de ti…no me detendrĆ© hasta que me queden las bolas vacĆ­as…sĆ³lo asĆ­ estarĆ© satisfecho, dulzura!”.

Katherine: “eres un hombre repugnante!”.

Mauricio: “y todo serĆ” en esa linda cama nupcial…que afortunado que terminaras aquĆ­. Y esta noche…”.

MirĆ© de reojo la cama, mientras continuĆ³.

Mauricio:“no puedo usar la cama con mi esposa….pero la usarĆ© contigo!”.

Dio un paso hacia mĆ­. SincrĆ³nicamente di un paso atrĆ”s y le gritĆ© que no viniera, o gritarĆ­a.

Se detuvo y me invitĆ³ a hacerlo, dejĆ”ndome claro que por lo lejano de la habitaciĆ³n y la alta mĆŗsica nadie me escucharĆ­a.

Mauricio dio un nuevo paso, ¿quĆ© harĆ­a?... El obstruĆ­a la puerta de la habitaciĆ³n, asĆ­ que mi esperanza era correr al baƱo, detrĆ”s de mĆ­.


Katherine temerosa: “Que harĆ­a?”.


AllĆ­ podrĆ­a  encerrarme y la puerta era de madera sĆ³lida, asĆ­ que una vez adentro serĆ­a difĆ­cil para Mauricio derribarla.

Por fin  decidiĆ³ venir por su premio y corriĆ³ hacia mĆ­!.

Al verlo moverse, me di la vuelta y corrĆ­ lo mĆ”s que pude hacia el baƱo…

“me di la vuelta”.

…ya alcanzaba la puerta cuando  Mauricio me alcanzĆ³!, pasĆ³ sus fuertes brazos desde atrĆ”s y rodeĆ³ mi cintura, levantĆ”ndome como si pesara nada; me alejĆ³ del baƱo mientras yo gritaba y pataleaba en el aire tratando de liberarme.

Katherine: “DEJAME!,….PORFAVOR DEJAME IR, NO HAGAS ESTO!”.

Era inĆŗtil, estaba a mĆ”s de un metro del suelo, atrapada, entre el fĆ©rreo agarre de sus brazos y su amplio pecho.

El maldito solo gozaba: “no te soltarĆ©, es rico tenerte en mis brazos…que cuerpecito tan delicado tienes!”.

Y allĆ­ estaba, en ropa interior y  totalmente en su poder.

Me llevĆ³ hacia la cama, depositĆ”ndome en ella con fuerza… trate de bajarme, pero Ć©l ya me tenĆ­a sujeta y se colocĆ³ sobre mĆ­.


Katherine depositada sobre la cama.


EstĆ”bamos  sobre la amplia y cĆ³moda cama nupcial, el condenado pensaba estrenarla conmigo.

SabrĆ”n ustedes que soy una mujer de fĆ­sico dĆ©bil, y para nada agresiva… tanto asĆ­ que ni siquiera sĆ© dar un puƱo correctamente,  la Ćŗnica vez que lancĆ© uno, me lastimĆ© el pulgar.

Y ahora me enfrentaba  a un hombre,y peor aĆŗn, a un hombre atlĆ©tico.

Estaba muerta de miedo, lo Ćŗnico que hice por instinto fue usar mis uƱas.

LlevĆ© mis manos contra su rostro para rasguƱarle, pero Ć©l  tomĆ³ mis muƱecas y las separĆ³ fĆ”cilmente.

Mauricio: “eres una gatita mala".

TenĆ­a mis manos dominadas y con sĆ³lo un esfuerzo clavĆ³ mis brazos contra  la cama, a la vez que se montaba encima de mĆ­.


TenĆ­a mis manos dominadas.

Todo mi cuerpo sintiĆ³ la superioridad fĆ­sica de Mauricio y la resistencia que le oponĆ­a bajĆ³ ostensiblemente…simplemente no podĆ­a hacer nada ante la fuerza de mi atacante.

TratĆ³ de besarme, pero voltee mi rostro, no le darĆ­a el placer.

Mauricio: “Oh que mala niƱa, acĆ©ptame uno siquiera”.

Katherine: “nunca!”.

Mauricio: “no seas asĆ­, debes ser romĆ”ntica en la cama nupcial jajaja”.

Katherine: “muĆ©rete canalla!”.
                                  
Mauricio: “como quieras, pero te adelanto que todo tu cuerpo me sentirĆ”, y empezarĆ© por aquĆ­…mmmmmmmmmmmm”.

Me lamiĆ³ el cuello, con su asquerosa lengua.


Me encontraba desesperada al ser tocada por ese miserable…estaba a punto de llorar.Pero en mi interior me neguĆ© a rendirme.




Trate de calmarme y ordenar mis ideas… ¿quĆ© hacer?, entonces  surgiĆ³ una posible soluciĆ³n, el  miedo no  me dejĆ³ ver lo mĆ”s obvio, la debilidad que tienen todos los hombres, sus testĆ­culos.




Una como mujer sabe que es lo Ćŗnico que a ellos les duele; nunca habĆ­a golpeado a alguien allĆ­, ni siquiera habĆ­a pensado en hacerlo…pero estaba desesperada y sĆ³lo eso tenĆ­a para salir de ese cuarto.


Ɖlestaba de rodillas, y apoyaba su trasero sobre mis muslos, mientras sus pelotas descansaban sobre mi Ć”rea pĆŗbica. Las detallĆ©…el muy maldito no solo tenĆ­a la polla grande, tambiĆ©n las bolas.                                             

Las grandes bolas de Mauricio.


Mauricio tiene las pelotas grandes!, recuerdo haber pensado que eso era algo bueno en mi situaciĆ³n; si las tiene grandes le deberĆ­a de doler mĆ”s, si se las golpeo.

Ahora el asunto era como llegar a ellas; tenĆ­a mis manos inmovilizadas y sentado sobre mĆ­ no podĆ­a usar para nada las piernas… Estaba sin opciones.

Pero no me darĆ­a por vencida…ahora el miserable se encargaba de mis tetas, haciendo volar mi sostĆ©n; decidida…pensĆ© y pensĆ©, y la opciĆ³n lĆ³gica apareciĆ³.

DebĆ­a engaƱarle, hacer que confiara en mĆ­, si lograba ganarme su confianza me liberarĆ­a…lo que obtuviera seria ganancia.

En algĆŗn momento bajarĆ­a su guardia…se distraerĆ­a  y a ver cĆ³mo podrĆ­a aprovechar su descuido para darle duro en las bolas y escapar.

Puse mi plan en acciĆ³n, dejĆ© de resistirme y le dije: “Ok, Ok, me rindo!, no puedo seguir con esto, tu ganas Mauricio, me dejarĆ©! …pero que sea rĆ”pido y  promĆ©teme que no me buscarĆ”s de nuevo”.

FuncionĆ³!, de inmediato su reacciĆ³n fue de alegrĆ­a: “Oh! Que bueno que reconsideraste bebĆ©, te prometo que serĆ” solo en esta ocasiĆ³n…a menos que tĆŗ seas la que me busque por mĆ”s”.

Katherine: “hazlo rĆ”pido!. MĆ©temela de una vez...no hagas esto mĆ”s difĆ­cil para mĆ­”.

Mauricio: “como quieras… amor; pero te lo dije antes…no serĆ” sĆ³lo una vez...serĆ” toda la noche”.

LiberĆ³ mis manos y me plantĆ³ un gran beso en los labios…me sentĆ­ asqueada de aceptĆ”rselo, pero debĆ­a aparentar sumisiĆ³n.

Su beso.

Se levantĆ³ de encima, y colocĆ”ndose a un lado, procediĆ³ a quitarme las pantis.


ContemplĆ³ mi entrepierna un rato, mientras le veĆ­a esperando la oportunidad de poder  golpearlo.

Casi di un grito cuando introdujo dos de sus dedos  en mi vagina para estimularme.


EstimulaciĆ³n.

Era repulsivo, pero debĆ­a seguir actuando…gemĆ­ falsamente y le suplique me penetrara.



El caliente Mauricio no sospechĆ³ nada  y sin perder el  tiempo me abriĆ³ las piernas colocĆ”ndose entre ella en la tĆ­pica posiciĆ³n de misionero.


En dicha posiciĆ³n no tenĆ­a control de mis piernas, asĆ­ que debĆ­an ser mis manos, ahora libres, las que lastimaran sus pelotas.

SeguĆ­a jadeando para mantenerlo contento y distraĆ­do; No veĆ­a sus testĆ­culos, pero dada su posiciĆ³n y movimientos de pelvis acomodando su verga…sabĆ­a dĆ³nde se encontraban.



Jadeaba para mantenerlo contento y distraĆ­do.


Mauricio comenzĆ³ a besar mis tetas, sin notar como llevaba disimuladamente una mano cada vez mĆ”s cerca de su entrepierna.



Mano prĆ³xima a la debilidad de Mauricio.


Cuando puso el glande en la entrada de mi vagina, supe que ya no habĆ­a espera,
Era ahora o nunca.

RetrocediĆ³ la pelvis tomando impulso para penetrarme con fuerza…en ese instante ataquĆ©!

Mi pequeƱa mano hurgĆ³ entre sus piernas  y me apoderĆ© de sus testĆ­culos; le habĆ­a cogido totalmente desprevenido!.


Katherine le agarra las bolas.

Recuerdo que el tomƔrselos produjo un sonido que nunca habƭa escuchado.

Se los apretƩ con todo la rabia que habƭa acumulado. Querƭa que sufriera!

Katherine le aprieta las bolas con rabia.


El condenado se retorciĆ³ bruscamente y soltĆ³ un espantoso grito: “AAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHH!!!!”.

Su reacciĆ³n y el salvaje grito me causaron un gran impacto…el miedo volviĆ³ y me llenĆ³ por completo.

La reacciĆ³n de Mauricio.

Temblaba de oĆ­rlo gritar….estaba desesperada, querĆ­a irme de esa habitaciĆ³n, de esa casa.

Le soltĆ© los huevos y no sĆ© cĆ³mo, pero me lo quitĆ© de encima.

BajƩ de la cama con rapidez y le vi retorciƩndose entre las sabanas, se tomaba sus partes, mientras continuaba quejƔndose de esa forma aterradora:

“AAarrgghhhhhhhhhhhhhh!”.


Mauricio Adolorido.

PerdiĆ³ el equilibrio y cayĆ³ de la cama, rodando por el suelo, hasta detenerse con la pared, justo al lado de la pequeƱa nevera.


La Neverita.

De inmediato corrĆ­ hacĆ­a la puerta, pero me di cuenta que estaba desnuda, no podĆ­a salir si nada puesto… asĆ­ que prevenida regrese a la cama y tomĆ© mis pantis y sostĆ©n.




TomƩ mis pantis y sostƩn.

No le perdĆ­a la mirada un segundo…Ć©l se quejaba en posiciĆ³n fetal.
“UUUuuuhhhiiiiiiiiiii!!!!”.

ExtraƱamente el  pudor pudo mĆ”s que el miedo y decidĆ­ entrar al baƱo por mi vestido…casi temblaba cuando necesariamente tuve que pasar junto a Ć©l.

Fui y regrese, pero ahora al pasar a su lado, Mauricio notĆ³ mi presencia y tratĆ³ de balbucear algo que no entendĆ­; velozmente me ubique junto a la puerta y comencĆ© a vestirme.


ComencƩ a Vestirme.

El adolorido hizo un esfuerzo y logrĆ³ sentarse, mientras se recostaba contra la pared. Quedando la neverita a un lado suyo.



El adolorido Mauricio sentado.
                                                                                                     

Por fin pudo hablar: “es..espe…auch!…espera!... no digas nada”.

Al mismo tiempo terminaba de vestirme y por alguna razĆ³n el miedo disminuyĆ³…era sencillo el motivo… estaba vestida, sĆ³lo debĆ­a girar el picaporte para escapar de allĆ­ y Mauricio, a tres metros de distancia por lo menos, ni siquiera se podĆ­a incorporar…de que me asustaba?.

Envalentonada le respondĆ­: “que no diga nada?, te vas a ir a la cĆ”rcel maldito!, le contarĆ© a Claudia y a la policĆ­a!...iras preso!”.

Mauricio: “no digas nada…o le puede pasar algo a Claudia…Aauggg”.

Su respuesta  me intrigĆ³…y reclamĆ©: “que le vas a hacer?”.

Mauricio: “nada…aaiiii,no, no, nada, ella es mi esposa y tendrĆ” a mi hijo…Aauugg ,no es lo que quise decir”.

Katherine: “habla claro canalla, dime!”.

Mauricio: “veras…Aauch!, si le di… si le dices esto…ella se pondrĆ” mal…Aaiiiii, tĆŗ no sabes, pero no estĆ” bien de salud”.

Katherine: “a que te refieres…de que hablas?”.

Mauricio pidiĆ³ tiempo para hablar mejor…y se lo di.

Estaba preocupada por lo que hablaba sobre Claudia, no me parecĆ­a una treta de Ć©l, lo habĆ­a dicho con mucha seguridad…no me irĆ­a de ese cuarto hasta saber que sucedĆ­a en realidad.

En ningĆŗn momento me alejĆ© de la puerta…mientrasĆ©l tomaba aire y trataba de sentarse mejor.

El dolor de sus huevos lo torturaba y entonces pensƩ en lo que habƭa logrado.

Lastimar los testƭculos de un hombre era mƔs doloroso de lo que creƭa; habƭa apretado los huevos de Mauricio cuando mucho unos cinco segundos y con eso le dejƩ en el suelo...no podƭa levantarse y hacia esfuerzos hasta para hablar.

 Yo… lo habĆ­a vencido!, una dĆ©bil mujer habĆ­a vencido a un hombre fuerte.

Me sentƭ por un momento la mujer mƔs fuerte del mundo; pero de inmediato me di cuenta lo ridƭculo que era eso.

Que acaso ya me creĆ­a la mujer maravilla?, no se necesita de fuerza extraordinaria para lastimar a un hombre apretĆ”ndole los testĆ­culos…Los huevos duelen por que duelen.



Katherine “La Mujer Maravilla”.


Mauricio: “Aaugghh!”.

Un leve grito de Mauricio devolviĆ³ mi atenciĆ³n a Ć©l; el sinvergĆ¼enza se enfadĆ³ por su condiciĆ³n y me reclamĆ³.

Mauricio: “Maldita!,me engaƱaste…me confiĆ©!...eres maƱosa!”.

Katherine: “hice lo necesario para salvarme, cobarde”.

Mauricio: “Auch!,  me lastimaste las bolas perra!”.

Katherine: “pues ojalĆ” que no te vuelvan a funcionar”.

Mauricio: “Puta!”.

Le repliquĆ© que hablara o me irĆ­a, Ć©l pidiĆ³ un momento mĆ”s y a duras penas pudo abrir la neverita junto a Ć©l,…sacĆ³ una lata de cerveza, la cual  colocĆ³ en sus pelotas a modo de hielo.

Cerveza como Hielo.

Le trajo algo de alivio.

Mauricio: “Uuuuuffffffffff”.

Por fin soltĆ³ la lengua.

Mauricio: “lo que tĆŗ y tu familia desconocen putica, es que Claudia sufriĆ³ hace dos meses una amenaza de aborto, y estuvo hospitalizada 2 dĆ­as”.

Cuando dijo eso, supe que no mentĆ­a…Para esa Ć©poca, cumplĆ­a aƱos mi madre y Claudia no asistiĆ³…a todos nos preocupĆ³, pues ella jamĆ”s habĆ­a fallado a esa fiesta, siempre iba…incluso desde la infancia.

Cuando le preguntamos, respondiĆ³ que estuvo en urgencias por severas nauseas…le creĆ­mos, pero siempre quede con dudas…era como si ocultara algo.

Mauricio: “sabes lo que eso significa? Puta!, si cuentas todo y voy a la cĆ”rcel, este matrimonio se va al diablo!, y sin duda afectarĆ” su salud…hasta podrĆ­a perder el bebĆ© con todo ese estrĆ©s por el escĆ”ndalo”.

Katherine: “Maldito!, me chantajeas con la salud de mi prima?, son tu esposa y tu hijo, como puedes usarlos asĆ­?”.

Mauricio: “yo no deseo que le pase nada a mi esposa y quiero que nazca mi hijo,  serĆ­a tu culpa y solo tuya si Claudia se enferma”.

Era obvio que no tenĆ­a opciĆ³n sabiendo de la amenaza de aborto, Claudia no podĆ­a tener sobresaltos…y eso sucederĆ­a si denunciaba a ese miserable.

El desgraciado tomĆ³ un sorbo de cerveza mientras se sobaba sus enormes huevos.


Mauricio: “entonces que harĆ”s?HablarĆ”s?”.

Katherine: “obviamente guardarĆ© silencio, no arriesgarĆ© la salud de mi prima, ni la vida de esa criatura, asĆ­ no recibas el castigo que justamente mereces”.

El miserable sonriĆ³ levemente,  su chantaje le funcionĆ³, pero al mismo tiempo su plan denotaba su frialdad.

Katherine:“planeaste esto desde antes de entrar aquĆ­ verdad?, me hubieras violado ahora o mĆ”s adelante, igual me ibas a hacer callar con la salud de mi prima…eres un cobarde!”.

Mauricio:“era mi plan, es cierto, surgiĆ³ lacondiciĆ³n de Claudia y decidĆ­ aprovecharla”.

Estaba sĆŗper enfadada…era el hombre mĆ”s repugnante que hubiera conocido.

Katherine: “me callarĆ©, pero no soporto verte, me das asco!, mientras seas marido de Claudia, nunca volverĆ© a dejarme ver por aquĆ­”.

Mauricio: “bueno, puedo vivir con eso”.

Katherine: “pero recuerda algo…mi silencio es por ahora…un dĆ­a pagarĆ”s por lo que hiciste”.

Mauricio: “ya veremos ese dĆ­a, pero te aseguro que te irĆ” mal si me denuncias”.

Katherine: “no me importan tus amenazas, canalla!”.

ProcedĆ­ a girar el picaporte para marcharme, y el sonriente Mauricio agregĆ³.

Mauricio: “bueno, no te despides?, Ah!, como lamento no haber disfrutado de tu cuerpo… y en la cama nupcial!, eso hubiera sido perfecto…como hubiera gozado”.

Le respondĆ­ con sarcasmo.

Katherine: “AĆŗn puedes gozar!, sube a  la cama nupcial y sĆ³bate la verga tĆŗ mismo!…si se te puede parar despuĆ©s de la caricia que te di; dime Mauricio… ¿te gustĆ³ como acariciĆ© tus pelotas?”.

Su sonrisa desapareciĆ³ de inmediato y  me insultĆ³, mientras me marchaba.

Enseguida me fui de la fiesta y lleguƩ a casa, pasƩ el resto de la noche con la cabeza llena de pensamientos sobre todo lo ocurrido.

Por mi prima supe luego que Mauricio no volviĆ³ a la fiesta, se metiĆ³ en la cama y cuando ella tras buscarle le encontrĆ³ allĆ­, el fingiĆ³ un dolor estomacal, y se excusĆ³ quedĆ”ndose en cama el resto de la noche, Claudia no sospecho nada…y a peticiĆ³n de Mauricio regreso a la fiesta.

El adolorido Mauricio se quedĆ³ en cama toda la noche.

Dolor estomacal?Ja! obviamente el dolor lo sentĆ­a mĆ”s abajo; pero eso sĆ­, parece que Mauricio si usĆ³ la cama nupcial, por lo menos para algo.
RoguƩ a Dios que los huevos le dolieran por dƭas al maldito, pero injustamente tambiƩn me enterƩ que ya por lamaƱana el canalla estaba bien, pues se fue de compras con mi prima

Hoy dƭa han pasado 5 meses, y recibƭ la noticia de que esta maƱana mi prima Claudia dio a luz a una linda bebita.

Claudia e hija.

Este hecho pone fin al chantaje que ejercĆ­a Mauricio sobre mĆ­; pero no estoy segura quĆ© debo hacer…contar lo que pasĆ³ esa noche tiene muchas implicaciones, incluyendo el futuro del matrimonio de mi prima Claudia.

Entonces te hablo a ti!, si tĆŗ!,la persona que estĆ” leyendo este relato, Que me aconsejas hacer?.

QUE ME ACONSEJAS HACER?


Fin.

Gracias
Comentarios a zatniktiel@hotmail.com
                   




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