Dolor en la fiesta - Las Bolas de Pablo

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11 jul 2015

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Dolor en la fiesta

CONTIENE:

-SEXO HETEROSEXUAL

 -BALLBUSTING HOMBRE/HOMBRE 


   La suave mano de Israel recorrĆ­a aquella hora el cuerpo de Elisa, estrujaba sus tetas; clavaba sus ojos en ella, la mujer bajó la mirada al pene de aquel macho, lo engulló, saboreó, olĆ­a fuerte y estaba tieso de caliente.

   ā€”Aaaahhhff —gimió ella al sentir la presión de la polla sobre su coƱo, la penetraba con firmeza. Un escalofrió recorrió todo su cuerpo.

   Israel la besó con sus gruesos labios en la boca y en el cuello estremeciĆ©ndola en caricias. Aumentó el ritmo y la profundidad de su penetración; Elisa gimió notablemente al sentir la presión, la respiración se le entrecortaba, era como si un hierro la penetrara:

   ā€”Ā”Aaaaaaaahhhhhhhh!

   Israel se movĆ­a hacia adelante y atrĆ”s, Elisa jadeaba y por momentos gritaba. Luego de minutos Israel empezó a jadear, se movió con mĆ”s rapidez y cerrando los ojos bufó.

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   Borbotones de semen quedaron atrapados en el lĆ”tex, la fuerza del hombre se fue reduciendo reposando tranquilamente apoyando a Elisa contra la pared. Ella con dulzura lo arrastró sobre sus pies y cayeron suspirando en la cama.

   ā€”Eres lo mĆ”ximo —dijo.

   ā€”Lo sĆ© —corroboró Ć©l—. Obviamente con Adam y su micropene nunca vas a sentir esto.

   ā€”De Adam te querĆ­a hablar...

   Israel lanzó un suspiro de flojera.

   ā€”SĆ© de la pelea que tuvieron.

   ā€”ĀæQuĆ© clase de placer puedes sentir con ese papanatas? Ā”No me llega a los talones, es un perdedor!

   ā€”Lo sĆ©, y Ć©l ha aprendido a usar otras tĆ©cnicas en la cama, sus manos... ademas quĆ©... son muchos aƱos que hemos tenido siendo novios, me acostumbrĆ© a Ć©l.

   ā€”ĀæTe acostumbraste?ĀæQuĆ© quieres decir con eso?

.com/blogger_img_proxy/   ā€”Israel, tĆŗ sabes que lo nuestro no caminarĆ”. Es sólo sexual. Lo sabes a la perfección.

   Israel no comentó mĆ”s, clavó la vista al techo. Elisa sonrió y se abrazó a Ć©l quizĆ”s cuando lo conoció Ć©l sólo satisfizo sus necesidades sexuales pero no era mĆ”s que eso... y Ć©l lo sabĆ­a no tenĆ­a por quĆ© hacer dramas.

   En sus pensamientos Israel recapacitaba, sabĆ­a que era un semental y muchas mujeres lo buscaban por ser una cara bonita en un cuerpo de dios griego con polla y huevos grandes, pero Ć©l era mĆ”s que aquello. Horas antes habĆ­a llamado a Diana, una de sus exparejas que prefirió acabar con el noviazgo antes de fulminar su carrera como actriz. La mujer entre sollozos le recordó vĆ­a telefónica que no podĆ­a seguir con Ć©l porque su pareja actual era un magnate en el medio televisivo...

   Israel continuó con los ojos en el techo.

II

   Semanas atrĆ”s Marcos Chacón contactó a un viejo amigo, el cual se dedicaba al manejo de empresas y entre ellas era el dueƱo de un importante equipo de fĆŗtbol, este amigo le indicó que podĆ­a llevar a su sobrino para evaluar su desempeƱo.

   ā€”Este estadio lo diseƱe yo —indicó el seƱor Marcos.

   ā€”ĀæDe veras, tĆ­o? —pregunto Ć©l, allĆ­ se habĆ­an disputado importantes partidos—. Ā”Wow!

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   Llegaron al encuentro del dueƱo del deportivo, Kevin Smitch quien en tiempos anteriores fue futbolista logrando cosechar fama internacional y dinero por montones, estaba acompaƱado de Julio, otro hombre cuarentón que se desempeƱaba como entrenador del equipo.

   ā€”Perfecto, muchacho —dijo Kevin—. Tu tĆ­o me dijo que eras muy bueno y me mostró algunos videos. Creo que tienes talento, pero es bueno verte en vivo. Por lo general tenemos nuestra escuela de juveniles y de allĆ­ seleccionamos a los próximos jugadores nacionales. Sino, accedemos al mercado del fichaje, dada tu situación hubiera sido preferible acceder a esa opción en el mercado de tu paĆ­s. Que por cierto, me parece que no supieron explotar tu talento.

   ā€”El equipo no era tan famoso —indicó Lucas—. Sin embargo muchos jugadores ahora famosos estuvieron ahĆ­. QuizĆ”s no me seleccionaban por mi edad.

   ā€”Bueno, aquĆ­ te evaluaremos y ya demostraras tus actitudes. Julio, el muchacho queda en tus manos. Marcos, vayamos a sentarnos allĆ­.

   Ambos seƱores se alejaron para sentarse mientras Lucas quedaba a disposición de Julio para un calentamiento alrededor del campo de fĆŗtbol.

   ā€”ĀæCómo estĆ”n tus hijos, Marcos? —preguntó Kevin.

   ā€”Perfectos. Simón, continĆŗa en sus mĆŗltiples trabajos parece que no quiere dejar para nadie, radio, prensa, televisión, restaurante... Pablo en la constructora, ahora por las noches da clases para la facultad de economĆ­a, su madre lo ayudó a trabajar ahĆ­. Israel, aĆŗn no lo conoces, y Yenny estĆ” trabajando en la constructora se graduó de arquitecta.

   ā€”Tengo aƱos sin ver a tu hija, ya debe ser toda una mujer —sonrió Kevin—. La Ćŗltima vez que la vi fue en su fiesta de quince aƱos.

   ā€”Hace aƱos, entonces. Ya tiene 23 aƱos —Marcos usó el celular para mostrar una foto de la muchacha.

   ā€”EstĆ” muy guapa —afirmó Kevin al verla, la Ćŗltima vez que la vio parecĆ­a todavĆ­a una niƱa desubicada y malcriada—. Ha de tener muchos pretendientes.

   ā€”Oh, sĆ­. Ahora estĆ” soltera, pero no negarĆ© que cuando tiene novio me saca canas verdes.

   Ambos rieron. Observaron a Lucas que empezaba a balancear el balón entre sus piernas mientras el entrenador tomaba notas en una carpeta.

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   ā€”Tu sobrino parece tener talento nato, creo que sĆ­ estarĆ” en nuestro equipo. Por otro lado, Marcos. Debo ir a la constructora para un proyecto de una empresa que quiero abrir de perfumes, serĆ” una sucursal.

   Y los hombres quedaron charlando sobre los asuntos de la nueva empresa y su construcción, mientras Lucas empezaba a destacarse en las sesión de fĆŗtbol para el equipo donde finalmente serĆ­a aceptado.


III

   Por la noche Israel fue invitado a una fiesta en sociedad de una paciente de odontologĆ­a que le habĆ­a invitado, Ć©l para liberar el estrĆ©s accedió a ir. Y con sorna se acercó hasta donde estaba su reconocido y enemigo Adam acompaƱado de su novia.

   ā€”Caray, Adam. ĀæQuĆ© te colocaste en medio de las piernas —con la vista seƱaló al paquete protuberante en la ropa de etiqueta del hombre—. ĀæTienes un calcetĆ­n? Ā”Jajaja!

   ā€”Por favor, Israel. No nos molestes —pidió Elisa—. Vamos a estar aquĆ­ en una profunda paz. Esta fiesta no nos corresponde acabarla.

   ā€”Pero si estoy bromeando con mi buen amigo, Adam.

  —Calla tu apestosa boca o te la parto a puƱos —amenazó Adam.

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   ā€”Es que hombre, me sorprende que esos pantalones sean tan engaƱosos... ĀæNo se te olvida que tienes un micropene, o sĆ­?

   ā€”No tengo por quĆ© oĆ­r tus estupideces. Vamos, amor.

   ā€”Espera, Adam —pidió Israel, celoso porque a pesar de todo Elisa sentĆ­a una profunda devoción por su novio—. Compara tu bulto con el mio —se agarró el paquete ondulado en el pantalón—. A comparación con el tuyo, parece de bebĆ©... creo que hasta mis sobrino Vicente la tiene mĆ”s grande. ĀæCierto, Elisa?

   ā€”CĆ”llate, Israel. Has bebido mucho.

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   ā€”Ahora, mira esto Adam —el dentista tomó asiento dejando que sus pesadas bolas se marcaran en su entrepierna. Abrió mĆ”s los muslos para marcar sus atributos masculinos—. ĀæYa saben lo que es un hombre completo y otro con un pito chico? —preguntó al abandonar asiento.

   ā€”Lo que sĆ©, es que me tienes harto, cabrón.

   Enseguida AdĆ”m estiró la mano y apretó los grandes cojones de Israel, Elisa retrocedió asustada e Israe miró fijamente a Adam, abriendo la boca y arrugando la frente en el dolor que sentĆ­a desde las pelotas. Adam comenzó a tirar duramente de sus testĆ­culos.

   ā€”Ā”Oh, por favor! Ā”POR FAVOR, sueltame —susurró casi ahogado y desesperado Israel—. Ahhhh, suel... suelta.

   ā€”ĀæQuĆ© haces? Adam, detente.

   Pero Ć©l no escuchó a su novia, se limitó a tirar hacia abajo las bolas, las personas cercanas a ellos se limitaban a mirarlos con curiosidad. Israel soltó un pesado jadeo y miró hacia abajo, entre sus piernas la mano fija de Adam se aferraba a sus bolas.

   Israel estaba sufriendo un pĆ”nico total, y sin poder reunir la fuerza y apartar la intrusa mano de Adam. De sus tiernos ojos brotaron sendas lĆ”grimas porque el dolor se intensificaba y le destripaba el estómago.

   ā€”Detente, Adam, nos estĆ”n mirando —dijo Elisa.

   Adam estiró las bolas de Israel cada vez mĆ”s lejos de su entrepierna, sin descanso.

   ā€”Ohhhhhh.... por Dios, Adam...... sueltame... —rogaba Israel con la boca abierta y los ojos desorbitados en pĆ”nico. Sus piernas se estaban doblando sin control.

   Adam alargó las pesadas gónadas y comenzó a retorcer con la mano.

   ā€”Ā”AAAAAAAAARRRRGGGGGGG!

   Aquel escandaloso grito de Israel hizo eco en la reunión y permitió que el pĆŗblico total ahĆ­ presente viera la tortura cometida. En cuestión de segundos la polla de Israel rebotó en su pantalón ante miradas atónitas. Dentro del sleep un zumo de lĆ­quido preseminal viscoso se formó en la cabeza de la robusta verga.

   Israel miró hacia abajo mientras Adam seguĆ­a en su ira ciega, Elisa colocó una mano en su pecho rogando que se detuviera.

   ā€”La próxima vez que te metas conmigo, o con mi novia —hablaba Adam con ira en la voz. Todos le oĆ­an atentamente—. Te va a ir peor.

   Giró la mano haciendo que Israel se pusiera de rodillas por sus bolas, abriendo los ojos con la mirada desorbitada. Por Ćŗltimo el hombre fue soltado de huevos y con un gemido lastimero se fue de rodillas al piso sosteniendo con ambas manos sus frĆ”giles bolas.

   ā€”Adam, es mejor marcharnos.

   ā€”Tienes razón, amor.

   El deportista se fue acompaƱado de su novia mientras Istael se quedaba convulso en el suelo. SerĆ­a ayudado por una mujer que fascinada por su ataque a testĆ­culo lo ayudó a sentar con los ojos fijos en la manera en que la entrepierna se mostraba en el pantalón.


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