CONTIENE:
-BALLBUSTING HOMBRE/HOMBRE
Ernesto estaba detenido ante dos hombres, el lugar: la sala de estar en su casa, explicaría el motivo de la reunión.
—ustedes dos me gustan y mucho. Cada uno a su manera, Gabriel siempre tranquilo y decidido, Henrique viril y recio. He querido ofrecerles mi vida, quiero que dejen ese mundo de la prostitución, ambos han declinado.
—y seguiré rechazando —habló Gabriel.
—verdaderamente no sé para que nos citas aquí —discutió Henrique de brazos cruzados. Era enemigo acerrimo de Gabriel por viejas rencillas laborales.
—los alquile a ambos para que me ofrezcan un espectaculo. Están bajo mis servicios y haran lo que les ordene.
Gabriel abrió los ojos:
—¿a que te refieres?
—quiero que peleen...
—será facíl partirle las bolas a este mequetrefe —anunció Henrique.
—quiero que peleen con ballbusting... —Gabriel tragó saliva pero Henrique sonrió malevolo—, al ganador le pagaré el doble y le ofreceré otro regalo.
—¿cúal?
—es un regalo no lo diré... quiero comprobar si ese regalo es capaz de quitar sus pensamientos de puto.
—¡estoy preparado! —dijo Henrique quitandose la franela dejando al descubierto sus pectorales robustos.
Gabriel tragó saliva.
—creo que me desquitaré de lo grosero que has sido conmigo. A ti Ernesto, te digo que ganaré y le rompere los huevos a este pseudo hombre.
Ambos jovenes quedaron semidesnudos vistiendo unicamente speedos ajustados color azul. Ernesto se sentó en su mejor sofá sintiéndose excitadísimo.
Gabriel se preparó para la pelea retrocediendo tres pasos, alerta.
Henrique se mojó los labios, ya marcaba una notable erección y goteaba líquido de presemen.
Ernesto se ajustó la erección de nuevo.
Con aguileza Gabriel cerró el puño y lo estrelló en el pequeño pero llamativo paquete de Henrique. Sus nudillos se clavaron profundo contra el tejido suave de las bolas del puto, que reaccionó soltando un sorpreviso grito.
Ernesto miró con emoción como su culón favorito caía al suelo, agarrándose la entrepierna.
—¡cabrón me agarraste desprevenido!
—es una pelea justa... ¿en realidad crees que eres un buen puto? Tienes el pene como una pequeña lombris y tu culo ni siquiera lo usas.
Henrique gimió . —pero soy más macho que tú.
Gabriel lo miró con incredulidad, lanzó una patada que fue a dar en el pecho del fornido macho:
—¡ay!
Henrique se echó hacia atras con una mano en el pecho oportunidad que aprovechó Gabriel para saltar a sus cojones y aferrar la mano en ellos. Estrangulandolos.
Henrique gimió del dolor. —AAAAAAYY.
Gabriel comenzó a torcer las bolas de Henrique sin prestarle atención a los gritos de suplica del macho.
Ernesto se burló, abriendo la bragueta del pantalón y sacándo su magnánimo pene blanco.
La mano de Gabriel hacía una dura presión en los cojones de Henrique.
—¡acábalo! —ordenó mastúrbandose Ernesto viendo por primera vez a aquel fornido hombre derrotado por un sujeto más flaco.
Gabriel con la mano izquierda sujetó los cojones, mostrando sobre el sleep un montículo redondo. Subió la mano derecha y golpeó esas esferas con el puño cerrado.
Henrique cruzó los ojos tras sentir como el dolor provenía pesado a través de su cuerpo.
—¡AAAAAAAAAAAHHHHHHHHHH!
Ernesto arqueó la espalda sintiendo que se prensaba de excitación
Gabriel sabía que los órganos sufrían por tan fuerte presión.
El pobre Henrique tenía el rostro colorado, su respiración se acceleraba y su estado de ánimo era desesperado.
Gabriel apretó los dedos pulgar e índice en los delicados testículos del prostituto nalgón, hundió los dedos profundo haciendo al fuerte macho chillar adolorido.
Henrique quedó sin aliento luego de 15 segundos de presión a sus huevos, los dedos largos de Gabriel seguían firmes en sus cojones.
Desde el sillón Ernesto soltó un fantastico gemido arqueando la espalda sobrellevando el orgásmo tirando sobre su pecho un rastro de su crema masculina, grande, blanca y caliente.
...
No era de dudar que Gabriel había ganado la batalla contra el fuerte y debilucho de Henrique, él estaba tirado en el piso de la sala sosteniendo sus bolas rojas. Mientras Ernesto y Gabriel estaban encerrados en la habitación.
—el regalo que te quería dar era un viaje a la playa —Gabriel contempló con ojos brillosos el boleto de avión—. ¿aceptarías ir?
—............ diría que sí.
Ernesto se sintió feliz se arrodillo ante el hombre, lo desnudó y le hizo sexo oral. Luego de ese viaje Gabriel abandonaría su trabajo de hombre de alquiler.
cuando van a subir una historia relacionada con pablo?
ResponderBorrarHola, gracias por leer el blog.
BorrarUna historia con Pablo saldrá el 29 de diciembre.
gracias
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