Casanova (1/5): juego, me tocas, te toco - Las Bolas de Pablo

Lo mƔs nuevo

17 oct 2015

Casanova (1/5): juego, me tocas, te toco



CONTIENE:

-BALLBUSTING MUJER/HOMBRE
-SEXO HETEROSEXUAL

   —Es un placer conocerte —aseguro Israel al ocupar la mesa donde una hermosa mujer ingerĆ­a bebidas en el bar de un hotel.

   —Gracias —respondió Camila. Su mano intentaba mantenerse firme a pesar del nervio.

   Se dedicaron intensas miradas, ella por curiosidad, Ć©l activando su nivel de seductor, mostrando sus blancos dientes.

   —Estaba aquĆ­ aburrido, el ambiente es bueno, por lo general vengo. Entonces te vi acĆ”... sola. Quise acompaƱarte. Claro, si me lo permites.

   Camila asintió. Era una esbelta mujer de 20 aƱos de edad, aunque aparentaba ser mayor, era de cabellos largos y castaƱos con ojos color avellanas, casi amarillos.

   —Espero que podamos pasarlo bien, Camila.

   —En lo absoluto, ¿Israel es que es tu nombre?... SĆ­, Israel. Pues bien estoy por aquĆ­ deseando conocer gente. Soy nueva por la zona y quise salir porque tuve algunos inconvenientes con familiares.

   —¿QuĆ© clase de problemas, dulzura?

   Ella se mordió el labio inferior.

   —No hay por quĆ© detallar, fue con mis padres.

   —EstĆ” bien. En todo caso estamos aquĆ­ para olvidar las penas y pasarla de maravilla con nuestros amigos.

   Camila rió encantada ante hombre tan guapo— Tienes razón. La vida debe ser genial, bonita y agradable —echó una rĆ”pida mirada a la entrepierna del hombre mientras este probaba su bebida. Levantó la ceja al percatarse como se le marcaba el saco escrotal, Camila se sonrojó y rió.

   —¿Por quĆ© no nos vamos de aquĆ­ y tenemos un poco de diversión? —propuso Israel consciente de la fugaz mirada de la chica, le tomó de la mano y presintió como se le erizaba la espalda.

   Camila abrió la boca soltando un suspiro, se repuso y trató de mantener la compostura.

   —¿EstĆ”s muy apurado? ¿verdad? —preguntó ella pasando delicadamente la mano por el pecho.

   —No, pero aquĆ­ hay mucho ruido. Pienso que arriba estarĆ­amos mejor.

   —¿Arriba? ¿En una habitación?

   —SĆ­, hasta nos podremos conocer mejor... Bueno, si gustas... espero que no pienses mal de mi...

   —Por el contrario... si estamos aqui es para pasarlo bomba —aceptó Camila parĆ”ndose del asiento—. SerĆ© toda tuya.

   Camila miró la entrepierna de Israel cuando este se paraba de la silla, sabĆ­a que despuĆ©s de todo aquella mujer era fĆ”cil a pesar de lo decente que se proponĆ­a a actuar.

   El dentista pagó las cuentas y enseguida subió con la chica a recepción hasta pedir un cuarto para ambos donde se encerraron bebiendo vino.

   Camila tragó saliva mirando a los ojos del seductor macho.

   —¿Te gusta bailar? —sonrió Israel apretĆ”ndola contra sus brazos. Al fondo se oĆ­a una canción suave y romĆ”ntica.

   Camila se sonrojó. "Claro", dijo vacilante moviendo sus piernas a ritmo de las de Israel.

   Bailaron juntitos por breves minutos, Camila sentĆ­a sobre su cuello la respiración del hombre y parecĆ­a que eso la hechizaba. Bajó la mirada hacia su pecho, mordiĆ©ndose el labio inferior, mientras el hombre recorrĆ­a con sus fuertes manos sus caderas y parte baja de la espalda.

   Israel se pegó mĆ”s a ella deseaba que sintiera sus grandes dotes, su enorme bulto de la entrepierna, lo logró y le guiƱo un ojo a la muchacha al verla sorprendida.

   —Parece todo grande allĆ” abajo —comentó ella.

   —Oh, sĆ­. Todo es grande. Me gustarĆ­a que inspecciones. Todas las mujeres terminan satisfechas, tĆŗ no serĆ­as la excepción. Ven, comprueba.

   Con altanerĆ­a Israel retrocedió llevĆ”ndose las manos detrĆ”s de la cabeza a tiempo que extendĆ­a las piernas.

   —Puedo hacer lo que quiera, ¿no? —preguntó Camila.

   Israel asintió—. Lo que quieras, tragar, morder, engullir, oler, chupar.

   Israel cerró los ojos pensando que la mujer se iba a agachar para abrirle el pantalón. En cambio Camila movió la pierna hacia atrĆ”s y pateó las pelotas del prepotente macho alpha.

   Su sandalia chocó tan duro como pudo contra los testĆ­culos de Israel,  embistiĆ©ndolos dentro del cuerpo provocando que el hombre colapsara al dar un gemido gutural. Sus rodillas se unieron mientras Ć©l luchaba por controlar el equilibrio.

   —¿QuĆ© fue eso? —preguntó Israel con el rostro congestionado por el dolor.

   —Probando tu resistencia al verte tan fuerte —contestó Camila con una grata sonrisa.

   Israel tosió, extendiendo lentamente las piernas.

   —¿Por quĆ© no lo intentas de nuevo? —invitó Ć©l al echar una mirada en los pezones erectos de la chica en su vestido.

   Camila se mordió el labio inferior. Una vez mĆ”s, tomó fuerza y golpeó los huevos de Israel. Su empeine se estrelló contra las bolas carnosas del dentista, aplastĆ”ndolas contra su cuerpo.

   Israel soltó un grito estridente, sus brazos y piernas temblaron.

   Camila se rió.

   —Esto es caliente, chico, pero... ¿por quĆ© no vienes y me tocas? ¿SerĆ” que ya no tienes fuerzas?

   Israel hizo una mueca precisamente acumulando resistencia.

   —Por supuesto que tengo fuerza.

   Lentamente se quitó la camisa, mostrando su cuerpo definido, pectorales robustos, brazos fuertes y abdomen cincelado. Caminó hacia Camila para sujetarla entre sus brazos.

   Israel sonreĆ­a frente a la joven y metió la mano en el vestido de ella para hacerlo caer sobre sus piernas, sus dedos se pasearon por la ropa interior de ella haciĆ©ndole inhalar profundamente.

   Israel la miró a los ojos y le guiñó un ojo.

   Los ojos de Camila se abrieron cuando Israel comenzó a acariciar su coƱo. El paquete en su ropa interior aumentó en todo su esplendor mientras sonreĆ­a pĆ­caro.

   Las cejas de Camila se levantaron y dejó escapar un gemido de placer mientras Israel masajeaba su vagina con las manos.

   —Ah, ah, oh, oh... —jadeaba Camila cerrando los ojos.

   Israel rió introduciendo el dedo dentro de Camila y haciĆ©ndole gritar en un preorgasmo.

   Camila palpó los pectorales de Israel y luego apoyó las manos sobre sus hombros. Y movió la rodilla hacia arriba, golpeando las pelotas llenas de semen de Israel contra la pelvis, sacĆ”ndole el aire de los pulmones.

   —AGGHHHHHH —soltó Israel tambaleĆ”ndose hacia atrĆ”s, agarrando su entrepierna para luego doblarse—. Eso dolió  un montón —gimoteo.

   A pesar del dolor punzante en sus bolas, Israel estaba de buen animo. Intentó acariciar a la chica al sujetarla por la espalda y consiguió un nuevo rodillazo en su vulnerabilidad. La rótula desnuda de Camila crujió sus jugosas, tan duro que casi las pulveriza como masa de harina.

   —¡AAAARRRHHHHH! —Israel aulló sintiendo mover la campana de la boca. Saltó hacia arriba agarrĆ”ndose la entrepierna al caer.

   —Ven, puedes tocarme en este sucio juego —anunció Camila.

   Israel sonrió sintiĆ©ndose divertido, las grandes bolas se dibujaban caĆ­das entre sus piernas.

   Camila tragó saliva pareciendo querer ser dominada por aquel gran macho.

   Israel miró a la mujer de pies a cabeza.

   Sin mĆ”s preĆ”mbulos, Israel envolvió a la chica entre sus brazos para plantarle un salvaje beso con sabor a alcohol. Sus dedos apretaban los glĆŗteos de la chica.

 
Con un besuqueo ensordecedor, se separaron, Camila se desplomó en la cama con las piernas abiertas mostrando su sexo apretado. 

   —Esta ha sido la experiencia mĆ”s fascinante que he sentido en mi vida —comentó Israel aĆŗn sobĆ”ndose los testĆ­culos.

   Observó como Camila se retorcĆ­a al introducirse el dedo medio durante varios segundos, gimiendo intensamente de un arrebatón se quitó el sujetador mostrando sin vergüenza los pezones duros y de tono rosa.

   —LevĆ”ntate —pidió Israel.

   Camila desvió la mirada hacia Ć©l, sus ojos estaban brillantes, mientras la frente goteaba sudor.

   —Tómame —susurró.

   Israel rió, pensando en una traicionera patada de la mujer —. LevĆ”ntate y ven para tocarte —dijo con voz frĆ­a.

   Camila gimió y se levantó lentamente. Estaba totalmente desnuda y hĆŗmeda.

   Con una sonrisa alegre, Israel besó y tocó en caricias a la excitada Camila, ella jadeaba a punto de estallar en su lĆ­vido, cerraba los ojos apoyĆ”ndose en el macho que la tocaba a mĆ”s no poder, ella por su parte sobaba la gruesa espalda del fortuito amante.

   Israel tragó saliva y se bajó finalmente el apretado bóxer, revelando su potente erección con un par de grandes testĆ­culos hinchados.

   Camila se mordió los labios ante espectacular visión.

   Sin dudarlo, Israel se preparó para introducir su miembro en Camila, por ello la trasladó contra la pared.

   Ella suspiró profundo cuando el macho adentró su verga en ella, era como si una lanza profunda la penetrase.

   Camila empezó a oscilar hacia delante y atrĆ”s, agarrando la nuca del macho, sintiĆ©ndose drogada de placer cruzaba los ojos y levantaba las cejas mientras murmuraba alguna cochinada.

   Tras quince minutos de movimientos rĆ­tmico el pollón de Israel comenzó a expulsar lote tras lote de leche cremosa, mojando por dentro a Camila.

   —Jaffffff —jadeaba Israel.

   Su pene seguĆ­a chisporroteando chorro tras chorro de su blanca crema tenĆ­a la espalda arqueada y el rostro relajado, sintiendo su mejor droga, el sexo.

   Lanzó un resoplido y se fue  a acostar en la cama, tenĆ­a las piernas abieras mientra su pene brillaba en rastros de semen y sus bolas grandes descendian.

   —Ha sido una de las eyaculaciones mĆ”s grandiosas de mi vida —declaró a tiempo que Camila se acercaba a Ć©l.

   Ella se situó entre sus piernas y silenciosa descargó un puƱetazo en las indefensas pelotas desnudas.

   El hombre lanzó un grito abrumador, mientras sus ya hinchados huevos eran desfigurados con una fuerza aplastante. Enseguida se acurrucó en la cama de costado dejando a la vista el carnoso trasero.

   —llamarĆ© a recepción para que nos suban algunas bebidas —declaró Camila. Israel respondió con un leve gemido—. Por cierto, chico, has sido el mejor sexo en mi vida.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Pages