CONTIENE:
-BALLBUSTING MUJER/HOMBRE
-SEXO HETEROSEXUAL
—Es un placer conocerte —aseguro Israel al ocupar la mesa donde una hermosa mujer ingerĆa bebidas en el bar de un hotel.
—Gracias —respondiĆ³ Camila. Su mano intentaba mantenerse firme a pesar del nervio.
Se dedicaron intensas miradas, ella por curiosidad, Ć©l activando su nivel de seductor, mostrando sus blancos dientes.
—Estaba aquĆ aburrido, el ambiente es bueno, por lo general vengo. Entonces te vi acĆ”... sola. Quise acompaƱarte. Claro, si me lo permites.
Camila asintiĆ³. Era una esbelta mujer de 20 aƱos de edad, aunque aparentaba ser mayor, era de cabellos largos y castaƱos con ojos color avellanas, casi amarillos.
—Espero que podamos pasarlo bien, Camila.
—En lo absoluto, ¿Israel es que es tu nombre?... SĆ, Israel. Pues bien estoy por aquĆ deseando conocer gente. Soy nueva por la zona y quise salir porque tuve algunos inconvenientes con familiares.
—¿QuĆ© clase de problemas, dulzura?
Ella se mordiĆ³ el labio inferior.
—No hay por quĆ© detallar, fue con mis padres.
—EstĆ” bien. En todo caso estamos aquĆ para olvidar las penas y pasarla de maravilla con nuestros amigos.
Camila riĆ³ encantada ante hombre tan guapo— Tienes razĆ³n. La vida debe ser genial, bonita y agradable —echĆ³ una rĆ”pida mirada a la entrepierna del hombre mientras este probaba su bebida. LevantĆ³ la ceja al percatarse como se le marcaba el saco escrotal, Camila se sonrojĆ³ y riĆ³.
—¿Por quĆ© no nos vamos de aquĆ y tenemos un poco de diversiĆ³n? —propuso Israel consciente de la fugaz mirada de la chica, le tomĆ³ de la mano y presintiĆ³ como se le erizaba la espalda.
Camila abriĆ³ la boca soltando un suspiro, se repuso y tratĆ³ de mantener la compostura.
—¿EstĆ”s muy apurado? ¿verdad? —preguntĆ³ ella pasando delicadamente la mano por el pecho.
—No, pero aquĆ hay mucho ruido. Pienso que arriba estarĆamos mejor.
—¿Arriba? ¿En una habitaciĆ³n?
—Por el contrario... si estamos aqui es para pasarlo bomba —aceptĆ³ Camila parĆ”ndose del asiento—. SerĆ© toda tuya.
Camila mirĆ³ la entrepierna de Israel cuando este se paraba de la silla, sabĆa que despuĆ©s de todo aquella mujer era fĆ”cil a pesar de lo decente que se proponĆa a actuar.
El dentista pagĆ³ las cuentas y enseguida subiĆ³ con la chica a recepciĆ³n hasta pedir un cuarto para ambos donde se encerraron bebiendo vino.
Camila tragĆ³ saliva mirando a los ojos del seductor macho.
—¿Te gusta bailar? —sonriĆ³ Israel apretĆ”ndola contra sus brazos. Al fondo se oĆa una canciĆ³n suave y romĆ”ntica.
Camila se sonrojĆ³. "Claro", dijo vacilante moviendo sus piernas a ritmo de las de Israel.
Bailaron juntitos por breves minutos, Camila sentĆa sobre su cuello la respiraciĆ³n del hombre y parecĆa que eso la hechizaba. BajĆ³ la mirada hacia su pecho, mordiĆ©ndose el labio inferior, mientras el hombre recorrĆa con sus fuertes manos sus caderas y parte baja de la espalda.
Israel se pegĆ³ mĆ”s a ella deseaba que sintiera sus grandes dotes, su enorme bulto de la entrepierna, lo logrĆ³ y le guiƱo un ojo a la muchacha al verla sorprendida.
—Parece todo grande allĆ” abajo —comentĆ³ ella.
—Oh, sĆ. Todo es grande. Me gustarĆa que inspecciones. Todas las mujeres terminan satisfechas, tĆŗ no serĆas la excepciĆ³n. Ven, comprueba.
Con altanerĆa Israel retrocediĆ³ llevĆ”ndose las manos detrĆ”s de la cabeza a tiempo que extendĆa las piernas.
—Puedo hacer lo que quiera, ¿no? —preguntĆ³ Camila.
Israel asintiĆ³—. Lo que quieras, tragar, morder, engullir, oler, chupar.
Israel cerrĆ³ los ojos pensando que la mujer se iba a agachar para abrirle el pantalĆ³n. En cambio Camila moviĆ³ la pierna hacia atrĆ”s y pateĆ³ las pelotas del prepotente macho alpha.
Su sandalia chocĆ³ tan duro como pudo contra los testĆculos de Israel, embistiĆ©ndolos dentro del cuerpo provocando que el hombre colapsara al dar un gemido gutural. Sus rodillas se unieron mientras Ć©l luchaba por controlar el equilibrio.
—¿QuĆ© fue eso? —preguntĆ³ Israel con el rostro congestionado por el dolor.
—Probando tu resistencia al verte tan fuerte —contestĆ³ Camila con una grata sonrisa.
Israel tosiĆ³, extendiendo lentamente las piernas.
—¿Por quĆ© no lo intentas de nuevo? —invitĆ³ Ć©l al echar una mirada en los pezones erectos de la chica en su vestido.
Camila se mordiĆ³ el labio inferior. Una vez mĆ”s, tomĆ³ fuerza y golpeĆ³ los huevos de Israel. Su empeine se estrellĆ³ contra las bolas carnosas del dentista, aplastĆ”ndolas contra su cuerpo.
Israel soltĆ³ un grito estridente, sus brazos y piernas temblaron.
Camila se riĆ³.
—Esto es caliente, chico, pero... ¿por quĆ© no vienes y me tocas? ¿SerĆ” que ya no tienes fuerzas?
Israel hizo una mueca precisamente acumulando resistencia.
—Por supuesto que tengo fuerza.
Lentamente se quitĆ³ la camisa, mostrando su cuerpo definido, pectorales robustos, brazos fuertes y abdomen cincelado. CaminĆ³ hacia Camila para sujetarla entre sus brazos.
Israel sonreĆa frente a la joven y metiĆ³ la mano en el vestido de ella para hacerlo caer sobre sus piernas, sus dedos se pasearon por la ropa interior de ella haciĆ©ndole inhalar profundamente.
Israel la mirĆ³ a los ojos y le guiĆ±Ć³ un ojo.
Los ojos de Camila se abrieron cuando Israel comenzĆ³ a acariciar su coƱo. El paquete en su ropa interior aumentĆ³ en todo su esplendor mientras sonreĆa pĆcaro.
Las cejas de Camila se levantaron y dejĆ³ escapar un gemido de placer mientras Israel masajeaba su vagina con las manos.
—Ah, ah, oh, oh... —jadeaba Camila cerrando los ojos.
Israel riĆ³ introduciendo el dedo dentro de Camila y haciĆ©ndole gritar en un preorgasmo.
Camila palpĆ³ los pectorales de Israel y luego apoyĆ³ las manos sobre sus hombros. Y moviĆ³ la rodilla hacia arriba, golpeando las pelotas llenas de semen de Israel contra la pelvis, sacĆ”ndole el aire de los pulmones.
—AGGHHHHHH —soltĆ³ Israel tambaleĆ”ndose hacia atrĆ”s, agarrando su entrepierna para luego doblarse—. Eso doliĆ³ un montĆ³n —gimoteo.
A pesar del dolor punzante en sus bolas, Israel estaba de buen animo. IntentĆ³ acariciar a la chica al sujetarla por la espalda y consiguiĆ³ un nuevo rodillazo en su vulnerabilidad. La rĆ³tula desnuda de Camila crujiĆ³ sus jugosas, tan duro que casi las pulveriza como masa de harina.
—¡AAAARRRHHHHH! —Israel aullĆ³ sintiendo mover la campana de la boca. SaltĆ³ hacia arriba agarrĆ”ndose la entrepierna al caer.
—Ven, puedes tocarme en este sucio juego —anunciĆ³ Camila.
Israel sonriĆ³ sintiĆ©ndose divertido, las grandes bolas se dibujaban caĆdas entre sus piernas.
Camila tragĆ³ saliva pareciendo querer ser dominada por aquel gran macho.
Israel mirĆ³ a la mujer de pies a cabeza.
Sin mĆ”s preĆ”mbulos, Israel envolviĆ³ a la chica entre sus brazos para plantarle un salvaje beso con sabor a alcohol. Sus dedos apretaban los glĆŗteos de la chica.
Con un besuqueo ensordecedor, se separaron, Camila se desplomĆ³ en la cama con las piernas abiertas mostrando su sexo apretado.
—Esta ha sido la experiencia mĆ”s fascinante que he sentido en mi vida —comentĆ³ Israel aĆŗn sobĆ”ndose los testĆculos.
ObservĆ³ como Camila se retorcĆa al introducirse el dedo medio durante varios segundos, gimiendo intensamente de un arrebatĆ³n se quitĆ³ el sujetador mostrando sin vergĆ¼enza los pezones duros y de tono rosa.
—LevĆ”ntate —pidiĆ³ Israel.
Camila desviĆ³ la mirada hacia Ć©l, sus ojos estaban brillantes, mientras la frente goteaba sudor.
—TĆ³mame —susurrĆ³.
Israel riĆ³, pensando en una traicionera patada de la mujer —. LevĆ”ntate y ven para tocarte —dijo con voz frĆa.
Camila gimiĆ³ y se levantĆ³ lentamente. Estaba totalmente desnuda y hĆŗmeda.
Con una sonrisa alegre, Israel besĆ³ y tocĆ³ en caricias a la excitada Camila, ella jadeaba a punto de estallar en su lĆvido, cerraba los ojos apoyĆ”ndose en el macho que la tocaba a mĆ”s no poder, ella por su parte sobaba la gruesa espalda del fortuito amante.
Israel tragĆ³ saliva y se bajĆ³ finalmente el apretado bĆ³xer, revelando su potente erecciĆ³n con un par de grandes testĆculos hinchados.
Camila se mordiĆ³ los labios ante espectacular visiĆ³n.
Sin dudarlo, Israel se preparĆ³ para introducir su miembro en Camila, por ello la trasladĆ³ contra la pared.
Ella suspirĆ³ profundo cuando el macho adentrĆ³ su verga en ella, era como si una lanza profunda la penetrase.
Camila empezĆ³ a oscilar hacia delante y atrĆ”s, agarrando la nuca del macho, sintiĆ©ndose drogada de placer cruzaba los ojos y levantaba las cejas mientras murmuraba alguna cochinada.
Tras quince minutos de movimientos rĆtmico el pollĆ³n de Israel comenzĆ³ a expulsar lote tras lote de leche cremosa, mojando por dentro a Camila.
—Jaffffff —jadeaba Israel.
Su pene seguĆa chisporroteando chorro tras chorro de su blanca crema tenĆa la espalda arqueada y el rostro relajado, sintiendo su mejor droga, el sexo.
LanzĆ³ un resoplido y se fue a acostar en la cama, tenĆa las piernas abieras mientra su pene brillaba en rastros de semen y sus bolas grandes descendian.
—Ha sido una de las eyaculaciones mĆ”s grandiosas de mi vida —declarĆ³ a tiempo que Camila se acercaba a Ć©l.
Ella se situĆ³ entre sus piernas y silenciosa descargĆ³ un puƱetazo en las indefensas pelotas desnudas.
El hombre lanzĆ³ un grito abrumador, mientras sus ya hinchados huevos eran desfigurados con una fuerza aplastante. Enseguida se acurrucĆ³ en la cama de costado dejando a la vista el carnoso trasero.
—llamarĆ© a recepciĆ³n para que nos suban algunas bebidas —declarĆ³ Camila. Israel respondiĆ³ con un leve gemido—. Por cierto, chico, has sido el mejor sexo en mi vida.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario