-BALLBUSTING HOMBRE/HOMBRE
-SEXO HOMOSEXUAL
Marcos ChacĆ³n a sus 54 aƱos todavĆa era un hombre atractivo, era padre de cuatro hijos y abuelo de cinco nietos. En aquella hora de la maƱana estaba caminando por los talleres de su sitio de trabajo, evaluando como se desempeƱaba la jornada laboral de la maƱana. Visitaba los talleres con su entallado traje de corbata y saco, un exquisito paquete se formaba en su zona genital. HabĆa que recalcar que Marcos era el patriarca de los hombres ChacĆ³n, donde los hombres de su familia se caracterizaban por poseer grandes testĆculos y dotado pene. Por mĆ”s que desease ocultar el dibujo de sus grandes cojones sobre el pantalĆ³n estos buscaban la manera de aparecer.
Marcos ChacĆ³n, que era el vicepresidente de la empresa desde el mes de enero detuvo su conversaciĆ³n con el seƱor Luis porque una llamada entrante habĆa aparecido en su celular. Extrajo del bolsillo el tĆ”ctil celular.
—Mi vida, ¿cĆ³mo han estado? Cuanto las extraƱo —era el cariƱoso saludo que le daba a su esposa que desde dos semanas atrĆ”s estaba de viaje con la hija de ambos por una competencia deportiva—. Estoy feliz porque Jennycita estĆ© en la final del torneo de tenis. Ya deseo que vuelvan para que celebremos con una rica cena familiar y una velada romĆ”ntica entre tĆŗ y yo jajaja, cariƱo ya tengo dos semanas guardĆ”ndome para ti... hasta me pesa caminar, jajaja —escuchĆ³ las divertidas respuestas de su esposa en base a sus Ćŗltimas palabras—. No ha acontecido nada relevante, Pablo en sus trabajos, SimĆ³n intenta contentarse con Claudia porque su ex esposa los sigue molestando e Israel viajĆ³ ayer para visitar a sus hijos. ¿Ustedes como estĆ”n, amor. Necesitan algo? —con una sonrisa en la cara por aquella llamada entrĆ³ al ascensor colocando destino a su oficina—... Mi amor, deseo que Yenny gane el torneo, yo intentarĆ© dejar todo en orden para viajar a la competencia de la niƱa. Te extraƱo, querida.
Cuando Marcos culminĆ³ aquella llamada ocupĆ³ asiento y se entretuvo chequeando los papeles de contratos sobre su mesa. En realidad la seƱora Jenny habĆa viajado con su hija dejando en el corazĆ³n de su marido una terrible sequĆa amorosa. TenĆa semanas sin hacer el amor -y tanto que le gustaba hacerlo-, siquiera tenia tiempo para masturbarse porque llegaba muy cansado del trabajo, quizĆ”s por ello era que sus testĆculos se marcaban tanto como melones en su pantalĆ³n por su reservas de semen o simplemente lo normal de su tamaƱo.
Un whatsapp llegĆ³ a su celular, el cual revisĆ³, se trataba de Lisandro, un ingeniero de ahĆ de la empresa que le habĆa escrito:
A lo que Marcos simplemente respondiĆ³:
Tengo una cita con el noticiero de la televisiĆ³n y otra con la almohada mĆ”s tarde.
Prontamente recibiĆ³ una respuesta de Lisandro.
Que interesante. Sin embargo acompaƱame un rato al bar Las Tres Copas. Hablemos un rato es mƔs yo invito.
Marcos ChacĆ³n sonriĆ³ y moviendo los dedos sobre la pantalla escribiĆ³.
Parece de mucha importancia esa charla. EstƔ bien. Te pasarƩ buscando a la casa y vamos.
Hubo un respuesta de confirmaciĆ³n a la que el seƱor ChacĆ³n restĆ³ importancia en leer. DedicĆ³ su tiempo en terminar el trabajo y a las 5:30pm abandonĆ³ la constructora como acostumbraba. ComprĆ³ algunas galletas antes de llegar a su hogar y por el resto de la tarde se dedicĆ³ a telefonear a sus hijos y hasta felicitĆ³ a Jenny por su pase a los juegos finales de tenis.
Marcos ChacĆ³n tomĆ³ una ducha y saliĆ³ de casa para buscar a su amigo canoso Lisandro.
—QuerĆa que hablaramos de la construcciĆ³n del dique de la zona A —hablĆ³ Lisandro cuando recibĆa la bebida alcohĆ³lica en el bar—. Lo he estado estudiando y creo que nos darĆ” problemas.
La cara de Marcos se doblĆ³ al no considerar los temas de trabajo oportunos para hablarlo ahĆ y mas con unos tragos encima.
—Bueno, Lisandro. PudiĆ©ramos hacer una reuniĆ³n para discutir esos puntos. No lo creo adecuado para hablar aquĆ.
Lisandro asintiĆ³ con la cabeza y dando un sorbo de su trago explico los detalles sociales y econĆ³micos que traerĆa la construcciĆ³n del dique de agua.
—SĆ, maƱana hablarĆ© con Francisco para solicitar la reuniĆ³n —afirmĆ³ Marcos sirviendo mĆ”s de su bebida en el vaso—. PedirĆ© que intervengas, no estĆ”n mal tus puntos de estudios.
—SĆ, asĆ se evitarĆa que la empresa sea mal vista en el futuro. La construcciĆ³n del dique se puede mover kilĆ³metros mĆ”s abajo.
—Es cierto. Convocaremos la reuniĆ³n para la otra semana.
—Exactamente —una sonrisa en la cara demostrĆ³ la satisfacciĆ³n de haber sido bien recibido su comentario. SirviĆ³ mĆ”s whisky en su vaso y en el de Marcos para celebrar.
Los dos amigos y compaƱeros de trabajo comenzaron a hablar temas de polĆtica, familia y negocios, disfrutando de los placeres de la bebida. Lisandro reportĆ³ que su hijo habĆa conseguido un nuevo trabajo y Marcos comentĆ³ que su hija habĆa pasado a la final de tenis, con tristeza recalcĆ³ que extraƱaba a su esposa.
—A falta de esposa, ahĆ tienes a RenĆ©, que te extraƱa tambiĆ©n.
—Ay, no mames —palmoteĆ³ Marcos ChacĆ³n riendo con Lisandro—. ¿QuĆ© estarĆ” haciendo voy a textearle.
—Ve, di que lo extraƱas.
—¡No jodas!
—No hay que negar que RenĆ© se divierte aplastando los cocos que tienes.
—Y que bueno que ya tuve hijos porque estoy seguro que ese cabronazo ya me dejo estĆ©ril —decĆa Marcos pulsando el botĆ³n de enviar para saludar al amigo.
—A mi tambiĆ©n me tiene en la mira —certificĆ³ Lisandro—. No tengo problemas de que sea gay pero su extremismo me perturba.
—Es bisexual y sĆ³lo es atrevido asĆ con nosotros. Mi hijo SimĆ³n ha dicho que es un hombre serio y profesional en el trabajo.
Marcos ChacĆ³n tomĆ³ un sorbo de whisky y manipulĆ³ el celular para leer la respuesta de RenĆ©.
—AquĆ pregunta quĆ© dĆ³nde estamos, quĆ© Ć©l estĆ” muy bien. Que nos vayamos de aquĆ para ir a su casa a beber con Ć©l. Tiene muchas botellas.
—Yo paso. SĆ³lo beberĆ© pocas copas y me voy no tengo ganas de beber para perder la razĆ³n.
—Oh, vamos. Yo no tengo mĆ”s nada que hacer. Vamos un rato.
Lisandro negĆ³ con la cabeza mientras se servĆa otro vaso de whisky.
—Pero para ir a su casa debemos comprar protectores genitales —riĆ³ el maduro canoso.
—No existe una concha que sea posible de guardar y proteger mis gigantescas huevas.
La mesa se llenĆ³ de risas. Lisandro tomĆ³ otro trago deliberado de Whisky al igual de Marcos que contuvo un rato en su boca paladeando el sabor
—Es que tienes pelotas muy grandes, Marcos. En mi pueblo les dicen huevos de tonto.
Marcos ChacĆ³n frunciĆ³ el ceƱo, seguido esbozĆ³ una sonrisa.
—Puedo ser cualquier cosa menos un tonto. AdemĆ”s fueron muchas las mujeres que quedaron encantadas con mi pinga y las que le dieron besos a mi bolero.
—¡Tu bolero! Jajaja.
Los amigos volvieron a reĆr al momento que compartĆan otro trago de whisky.
—Yo no me quejo de mi tamaƱo —doblĆ³ la boca Lisandro—, regular pero cumplidor.
—Y con bolas como canicas. ¡Jajaja!
Marcos se echĆ³ a reĆr mientras leĆa otro mensaje de RenĆ© donde aseguraba estar aburrido en casa, que lo acompaƱaran allĆ. No le dio atenciĆ³n y siguiĆ³ tomando de su bebida.
Media hora mĆ”s tarde la botella con la bebida habĆa terminado finalmente fue Lisandro quien pagĆ³ la cuenta y cuando iban saliendo los dos encontraron en una mesa de aquel local carteles con anuncios divertidos para fiestas.
—Este serĆ” el que usarĆ© —dijo Lisandro cogiendo un cartĆ³n donde se leĆa: Estoy full—. Toma otra una fotografĆa y la enviarĆ”s a RenĆ©.
—¿Para quĆ©? —doblĆ³ la frente Marcos.
—Vamos sĆ³lo tĆ³mala.
Marcos se colocĆ³ al lado de RenĆ© y cuadro el mejor Ć”ngulo para la fotografĆa. Cuando se disponĆa a enviar el archivo a RenĆ©, Lisandro le interrumpiĆ³.
—Dile que estoy full pero de semen.
Marcos ChacĆ³n rompiĆ³ a reĆr copiando textualmente las palabras de Lisandro. Juntos salieron al estacionamiento.
—Dile que venga que yo lo dejo vacĆo —leyĆ³ Marcos la respuesta de RenĆ©.
—EstĆ” loco ese bicho. Mejor que sea mi esposa quien me ordeƱe.
—Dichoso tĆŗ que tienes a tu esposa aquĆ. Yo extraƱo a la mĆa.
Marcos llevĆ³ en su vehĆculo a Lisandro hasta su domicilio, cuando este se apeĆ³ ChacĆ³n consultĆ³ el reloj aĆŗn era temprano e irĆa a visitar un rato a RenĆ©.
...
—¡Marcos, viniste! —fue el saludo cargado de sorpresa de RenĆ© al abrir la puerta, tenĆa un jeans y camisa—. No vino Lisandro, que aburrido. Pasa, adelante.
Marcos ChacĆ³n penetrĆ³ a la iluminada sala de estar de RenĆ© y ocupĆ³ un asiento, el deportista tragĆ³ saliva cuando vio la bella manera en la que el escroto del arquitecto se dibujaba al sentarse. ApartĆ³ la mirada y sirviĆ³ un vaso de whisky.
—EstĆ”bamos hablando de asuntos laborales —explicaba Marcos tomando grandes trago de su bebida—, ¿te gustĆ³ la foto de ambos con el mensaje de Lisandro?
—Oh sĆ —confirmĆ³ RenĆ© echando una fugaz mirada al bulto en el pantalĆ³n de su amigo, estaba sentado a su lado—. Pero entre Ć©l y tĆŗ, apuesto que eres tĆŗ el que tiene los tanques repletos.
—¿QuĆ© dices? —sonriĆ³ Marcos protegiendo su entrepierna con una mano—. EstĆ”s loco.
—Jajaja, Marcos —reĆa RenĆ© tomando de su trago para atreverse a decir lo que pensaba—, debes tener los huevos nadando en leche, por tu forma de producciĆ³n y porque tu mujer estĆ” de viaje desde hace semanas que me habĆas dicho.
—SĆ pero me quedarĆ© feliz almacenando semen para ella —corroborĆ³ Marcos apartando la mano de su entrepierna para colocarla en el respaldo del sillĆ³n.
—Seguro la dejaras rellena como una torta... haces que me de hambre -aseguro tocandose el paquete
—Eres un cretino.
—Jajaja —riĆ³ RenĆ©, decidiĆ³ que era el momento desatar sus mĆ”s profundas pasiones y faulear a aquel seƱor de testĆculos grandes. ApretĆ³ el puƱo y rapidamente lo llevĆ³ a la entrepierna de Marcos.
—¡Carajo! —gritĆ³ Marcos doblĆ”ndose para agarrar sus pelotas con las manos fuertemente.
—No seas chillĆ³n que no te peguĆ© duro —asegurĆ³ RenĆ© abandonando el sillĆ³n y tomando el vaso de su amigo para servir mĆ”s bebida cuando llegĆ³ con Ć©l se quedĆ³ de pie—. Ten, hagamos algo, hagamos un brindis y nos tragamos esto fondo blanco.
—¿Fondo blanco, me quieres emborrachar?
—Vamos, yo brindo por tus fantasticos genes.
—Yo tambien brindo por mis genes.
Chocaron los vasos y bebieron todo el contenido hasta dejar nada en la copa. Marcos ChacĆ³n cabeceĆ³ y lanzĆ³ un insulto. RenĆ© volviĆ³ a coger el vaso y sirviĆ³ mĆ”s whisky.
—Marcos, si lo deseas te la puedo chupar. ¿Nunca te has dado cuenta de mi favoritismo por ti? Yo te la chuparĆa hasta dejarte vacĆo.
—CĆ”llate.
—Es que tĆŗ la tienes asĆ de grande —RenĆ© gesticulĆ³ un tamaƱo extrahumano con sus manos—. SĆ© que dejarĆas que te la chupe.
—Ya callate, serĆ” mejor que me vaya. Es tarde.
—No, espera —Rene intentĆ³ detenerlo pero en el acto el whisky se le derramo sobre la camisa de Marcos.
—¡Puta, ya me manchaste!
—Espera, espera, buscarĆ© con quĆ© limpiarte. Aguarda un momento.
RenĆ© saliĆ³ de la sala de estar mientras Marcos se quedaba tranquilo en el asiento, empezĆ³ a pestaƱear comenzando a sentir que su mundo daba vueltas.
—AquĆ estĆ” para que te seques —dijo RenĆ©, sonriĆ³ cuando observĆ³ a su amigo medio dormitado—. Vamos a secar esto —sin vacilar empezĆ³ a desabotonar la camisa de Marcos mientras este no hacĆa nada por detenerlo—. Wow —sus ojos recorrieron el lampiƱo y marcado pecho sel seƱor ChacĆ³n, sus pectorales eran grandes y fuertes, RenĆ© no soportĆ³ la tentaciĆ³n y palpĆ³ el rico pecho con las manos—. Ven, sequemos esto.
AyudĆ³ a ponerse de pie a Marcos y con palabras suaves le dijo que lo llevarĆa un lugar mĆ”s cĆ³modo, aquel sitio era su habitaciĆ³n donde lo arrojĆ³ sobre la cama.
—Pero, ¿quĆ© haces? —preguntaba Marcos con una risa borracha.
—Shhhh —pidiĆ³ RenĆ© apĆŗntando a Ć©l otro vaso de whisky—, bebe esto.
—Pero yo ya no puedo mĆ”s —negĆ³ Marcos sosteniendo el vaso y riendo—. Ya estoy full —sus palabras hicieron contraste al tragarse el contenido del vaso.
RenĆ© cargaba una erecciĆ³n de saber tener a aquel potente macho de huevos y pija grande. Otra vez admiro su exquisito cuerpo sintiendo como su pene pedĆa a gritos que le dejara hacer travesuras.
—Es momento que pasemos a otra diversiĆ³n —susurrĆ³ RenĆ© sus dedos acariciaron los genitales de Marcos, asĆ fue como sintiĆ³ su chorizo ladeado a la izquierda. RenĆ© tragĆ³ saliva al comenzar a quitar el cinturĆ³n de Marcos y posteriormente al abrir con cuidado su pantalĆ³n, podĆa ver y sentir el bulto guardado en sus calzoncillos. Cuando por fin iba a sacar el pene sonĆ³ el celular de Marcos.
—¡Carajo! —se quejĆ³ RenĆ© agarrĆ³ el telĆ©fono antes de que Marcos reaccionara al ruido, era uno de sus hijos—. Oh, ho... hola, Pablo, ¿cĆ³mo estĆ”s? Saludos... ¿tu padre? Bueno Pablo con la pena te digo que estabamos bebiendo y creo que se nos pasĆ³ un poco la mano y bebiĆ³ mucho... estuvo un poquito tomado y bueno, se quedĆ³ dormido. Tambien es muy noche para que maneje y menos asĆ.................. Oh, no, Pablo. Quedate tranquilo, tu padre estarĆ” bien, maƱana llegara a casa temprano... —echĆ³ una mirada a Marcos que parecĆa dormir—...... no, Pablo, tranquilo, no hace falta que vengas......... oh sĆ ......... asĆ sĆ ...... bueno, que tengas buena noche.
Al cerrar la comunicaciĆ³n RenĆ© se quitĆ³ la franela y se acercĆ³ al seƱor ChacĆ³n masajeando sus pectorales. Marcos dormĆa todavĆa. RenĆ© se inclinĆ³ mĆ”s y se dedicĆ³ a desnudar a Marcos. La boca se le hizo agua al ver su polla flĆ”cida y sus bolas hermosas y colgantes.
RenĆ© se metiĆ³ la verga en la boca y Marcos pareciĆ³ empezar a reaccionar.
—Shhhh —susurrĆ³ RenĆ© pasando suavemente una mano por el abdomen del arquitecto.
Seguido RenĆ© metiĆ³ a su boca las gĆ³nadas de Marcos. ParecĆan un par de pomelos extragrandes que acariciaban su lengua. Lentamente las muelas de RenĆ© se afincaron sobre uno de los caramelos carnosos de ChacĆ³n.
Marcos chillĆ³, sus ojos se cruzaron llevando las manos a la nuca de RenĆ© sintiendo como uno de sus huevos se aplanaba por unas muelas filosas.
—Mis bolas —lloriqueĆ³ Marcos logrando apartar de Ć©l a RenĆ©, que al que ser separado de la ingle estampĆ³ un puƱetazo en los cojones de su amigo.
Marcos convulsionĆ³ violentamente sobre la cama en medio del dolor, shock, y confusiĆ³n borracha.
RenĆ© sentĆa que su pene eyacularĆa solo por la alta excitaciĆ³n que sentĆa de dominar a aquel macho.
Se inclinĆ³ ante Marcos y quitando sus manos de los genitales le agarrĆ³ las desnudas y pesadas bolas apretando con fuerza. Los ojos del seƱor ChacĆ³n se cruzadon mientras su boca se abriĆ³ en forma de 'O'. A pesar del dolor insoportable, el arquitecto gimiĆ³.
Cuando lo hubo soltado Marcos se acurrucĆ³ lamentĆ”ndose. RenĆ© esperĆ³ un tiempo prudencial y nuevamente se acercĆ³ al hombre y le separĆ³ las piernas, murmurĆ³ unas palabras de tranquilidad y enterrĆ³ la cabeza entre sus piernas, por encima de las manos que sostenĆan las gĆ³nadas, metiendo el pene en su boca.
Cuando empezaba a balancear los labios sobre aquel trozo de carne degustando su sabor y textura, apenas cerraba los ojos cuando el celular de Marcos volviĆ³ a timbrar con una llamada.
RenĆ© se enderezĆ³ para contestar a Pablo.
—Hola, muchacho, dime......... ¡¿QuĆ©?!...... ¿SĆ?... ya estĆ”s afuera... ok, un momento, ya abrirĆ©.
Colgando la llamada RenĆ© lanzĆ³ una vulgaridad y rĆ”pidamente se colocĆ³ la camisa, acomodĆ³ el pantalon a Marcos y le colocĆ³ la camisa. Despues le dio varias palmadas en la cara.
—Marcos, eh, Marcos... despierta, tu hijo estĆ” afuera buscĆ”ndote.
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