Desafio de reyes (3/10): La sortija de la pasion (relato más encuesta) - Las Bolas de Pablo

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14 ago 2016

Desafio de reyes (3/10): La sortija de la pasion (relato más encuesta)

CONTIENE:
-SEXO HOMOSEXUAL
-BALLBUSTING HOMBRE/HOMBRE
-SEXO HETEROEXUAL


I

   —Como todo un majestuoso rey —eran las palabras que le decía Olimpo al rey Aqua cuando este penetraba en secreto a su habitación—, así demuestras tu soberbia —Olimpo le sonrió y se inclinó en simpatía.

   Aqua estaba en la habitación del rey de reyes con un apretado calzón color gris y una capa roja. Es de recordar que en el planeta Cronos cuando un rey se presenta en calzoncillo es para demostrar su fuerza, al usar capa mostraba más poder o era el traje para eventos especiales, aunque el momento oculto que vivirían ahí encerrados era más que especial.


    —Me gusta verte así —sonreía Olimpo, quien también tenía el torso desnudo y un bóxers negro que envolvía su erecta verga—. Quiero felicitarte por tu hazaña en el reto anterior, te comportaste muy gallardo.


   Una sonrisa surcó el labio de Aqua, estaba silencioso pasando el dedo índice en círculos alrededor del pezón en el pecho grande del rey de reyes.


   —Le ordené a esa asquerosa ginfa que no te pegara muy duro en las pelotas. ¿Sentiste algún dolor? —la mano de Olimpo se fue a la entrepierna del rey del agua para sólo acariciar de manera tierna y estimulante. La polla de Aqua se volvió más tiesa y se movió involuntaria.


   —No sentí ningún dolor, mi rey.


   —Sé que esa pastilla que te entregué te adormecería la zona. De seguir así ganarás el juego.


   —Ganaré el juego —repitió Aqua adquiriendo un tono burlón—. Entonces me casaré con Rubí y ella será para mí.


   Olimpo lo miro a los ojos, casi centelleaba. Dejo de acariciar la entrepierna de Aqua y envolvió sus manos tras sus brazos, así que lo apretó muy fuerte contra él.


   —Tú eres sólo para mi —dijo posando sus labios cerca de su cara—, sólo mio. Eres mi ganímedes.


   Olimpo empezó a besarlo en la boca a tiempo que lo despojaba de la roja capa. Su lengua fue a parar al fondo de la boca del rey del agua que tenía las manos palpando la gruesa espalda del rey de reyes.


   La capa rodó al piso mientras Olimpo se centraba en besar el cuello de su amante o ganímede mientras con sus dedos apretaba aquel par de pezones. Aqua agarró el bóxers de Olimpo de la cintura e inició a hacerlo caer.


   Cuando la prenda bajó al muslo la mano del señor del agua saltó disparada a su pene. Olimpo suspiró cuando la gruesa mano se adueño de su latente miembro.


   Aqua se arrodilló pasando la boca desde los pectorales de Olimpo hasta su ombligo, termino de sacarle la ropa interior. Con la tiesa verga frente a su rostro sentía que se le hacia agua la boca. Sin perder el tiempo en aquella ajetreada mañana Aqua engulló con avaricia la polla del maximo rey.


   Aqua empezó a hacer mamadas sobre la venosa polla de Olimpo.  

   El rey de reyes cerró los ojos y echó la cabeza hacia atrás respirando profundamente. Tenía el cuerpo relajado y la zona erógena afeitada.



   Olimpo empezó a hacer muecas de inmensa satisfacción mientras su pene era paladeando por una lengua caliente.


   Teniendo al rey Aqua clavado en su pene lo ayudó a acercarlo a la cama. Ya en el aposento Aqua se separó del miembro y con voz suave Olimpo le ordenó que subiera al colchón donde Aqua obedeció sin quejarse colocándose en el centro a cuatro patas y hundiendo su cabeza en la almohada.


   Olimpo suspiró pedadamente y colocándose tras él apuntó su pene contra el ano donde empezó a enterrar. Aqua apretó las manos contra las mantas, mientras gruñia recibiendo aquel pedazo de carne.


   Olimpo estaba follando al rey Aqua. Se agachó tumbándose sobre el otro hombre sintiendo cono el ano se abrazaba a su polla provocándole un profundo placer.


   Oleadas de placer invadían al rey de reyes desde su pene a todo el cuerpo. Los gruñidos fueron sustituidos por jadeos excitando hasta límites cercanos al orgasmo.


   —Ufff... ya voy a acabar...


   Las embestidas de Olimpo se transformaron en convulsiones frenéticas, hizo un alarido y finalmente se derramó dentro de Aqua, el rey de agua sintió la exquisita leche caliente dentro de su ano.


   Sin saciar su sed, Olimpo tumbó a Aqua sobre la cama y bajo a su cintura comiéndole el pollón que se cargaba entre las piernas.


   Aqua se encontraba derrumbado en la cama con los ojos cerrados. Con un suspiro le llenó los labios y las mejillas de semen a Olimpo dejando un pegote de esperma entre su barba que de a poco Olimpo se esmeró en tragar al degustar.

   Unos minutos más tarde Olimpo se acostó al lado de su ganímedes abrazándolo con ternura, no se parecía en nada a aquel feroz rey descuartizador de varias batallas.

   —En breve tendrás que ir con Hermes para conocer al rey que ha sido salvado para el próximo reto —susurró Olimpo—. Mañana es la segunda eliminación. Será un desafío brutal.


   —¿De qué se trata? —quiso saber Aqua—. ¿Soy yo el que ha sido salvado?


   —¿Y tener que compartirte con mi bella hija? —replicó Olimpo dándole un beso en la mejilla—, ¡eso jamás! Ya me encargaré yo de que tú seas un beneficiado en esta competencia. Gracias a mi ganaste el primer reto y serás el primero en superar el segundo. Gracias a mi llegarás al final.


   —¿Quien ha sido salvado?


   —El segundo reto es muy peliagudo —indicó Olimpo obviando la pregunta—, estarán encerrados en un templo donde en su interior hay un laberinto, deberan hallar la salida pero tendrán que eliminarse entre ustedes en caso de que se encuentren cara a cara.

   Aqua tragó saliva tornándose preocupado:

   —¿De qué manera nos enfrentaremos?


   —Deberán luchar cuerpo a cuerpo con uno de sus poderes pero... la eliminación del rival se hace efectiva cuando a su enemigo se le corte los testículos con un cuchillo que le voy a proporcionar.


   —¿Los testículos, perderemos las huevas?


   —Efectivamente esa será la eliminación en caso de que se topen con un concursante —Aqua se agarró las bolas por instinto—. Oh, no, no te preocupes, apenas sean eliminados serán enviados con un médico que volverá a sanarlos y colocarlos en su lugar, como paso con Einstein y Diamante en el primer desafío.


   Aqua lo miró con tranquilidad. Olimpo hizo un movimiento de manos y la puerta de un estante se abrió saliendo de allí una hoja de papel que atravesó el aire y fue a dar a manos de Aqua.


   —¿Qué es esto?


   —El mapa del templo —respondió Olimpo—, tiene el camino que te llevará a la salida ademas de que te proporcionaré el poder de invisibilidad, ya sabes como quiero que ganes.


   Aqua sonrió con satisfación los ojos le brillaban mientras estudiaba aquel plano.



II



   Catorce concursantes estaban reunidos en el majestuoso salón de Olimpo, eran los hombres que habían sobrevivido a la primera prueba y ahora estaban allí obstentando su señorío, algunos en calzoncillos otros con elegantes ropas porque de todos, uno solo sería doble beneficiado al tener una velada íntima con Rubí, la reina del amor y estaría libre de participar en la segunda batalla a la mañana siguiente.


   Hermes, el rey de los mensajes hizo su aparición en aquel lugar, las cámaras que grababan aquel programa transmitían en señal internacional el concurso lo enfocaban. Los allí presentes se alborotaron y Hermes inició una perorata saludando por el inicio del programa y por los pasos que se iban a dar:


—... y ha llegado el momento más esperado a esta hora —anunciaba con un sobre en la mano. Iba vestido de raso y ajustado negro—, conoceremos al rey cuyos seguidores en este programa han votado por él para que comparta una reunión especial con nuestra Rubí —los allí presentes no movían ni una pestaña, James (rey de la fertilidad) estaba allí en calzoncillos movía el pecho, grande como montañas esperando con ansias la pronunciación de su nombre—. El ganador es... —las cámaras enfocaban a todos—, desde la profundidad de nuestros miedos el ganador es... Salazar, rey de la oscuridad.



   —¿Él? —protestó uno de los perdedores—, ¡Pero si es un ser aburrido!


   —Esto no es justo —se quejó Mark, rey de la guerra—, ¡tengo que estar de nuevo con ella. Fui su novio!


   Salazar que tenía un calzoncillo negro que apenas podía contener su obcena entrepierna abandonó su asiento con una sonrisa socarrona y mirada de orgullo, se abrió la oscura chaqueta mostrando su dotado músculo en su lampiño torso. 


   —Puedes cruzar el pasillo y asistir a la especial reunión con nuestra Rubí.


   Salazar cruzó a prisa el pasillo sin dar atención a las mala criticas a su espalda.


   —Espera, espera —pedía una voz cuando se acercaba al ascensor, era James—, amigo sin duda alguna sé mucho lo bien que estarás allá arriba con esa mujer, es soberbia. Quiero felicitarte.


   —Gracias —argumentó Salazar sin mayor rastro de alegria.

   —Espera... quiero felicitarte y como rey de la fertilidad y la vida regalarte esto —le tendió un anillo de oro.


   —¿Qué es eso?


   —Un regalo... te mantendrá como un toro, serás inacabable, durarás horas y horas y mandarás a la reina del amor a otros universos sexuales.




   —No me hace falta eso.


   —Hermano, es un regalo. Te servirá.


   Salazar tomó el anillo y sin decir más entró al ascensor mirando la sortija con curiosidad, finalmente lo colocó en su dedo y esperó para llegar.

   Salazar llegó a un amplio salón con grandes ventanales, cortinas rosadas, una chimenea apagada, sillones, una cama situada a una esquina, y con un pesado olor a incienso de rosas. Allí estaba Rubí esperandolo con diminutas y apretadas ropas de jeans.


   —Mi rey —lo saludó—, me contentó muchísimo que tú fueras el ganador, amo tu fisico, tu fuerza, tu caracter... y... —bajó la mirada desde el pecho situandola en la entrepierna—... amo la fuerza que denotan tus muslos —rió de manera confusa.


   Salazar sonrió y se quitó la chaqueta hizo un baile sexy y la arrojó contra un mueble donde se explayó. El rey de la oscuridad flexionó un biceps.



   —¿Y mis brazos, bella reina, te gustan? —interrogó.


   —Me fascinan, ven.

   —Es un inmenso honor para mi compartir una noche contigo.


   —Será inolvidable.


   Salazar se acercó a ella y con delicadeza la hizo pararse del sofá, la envolvió entre sus brazos y le plantó un beso en la boca cerrando los ojos.

   Parecía un beso romántico pero la perversa Rubí se comió a besos la boca de Salazar y adentró su lengua dentro de la del macho. Recorrió con sus manos la gruesa y fornida espalda del rey de la oscuridad y despues acarició sus pectorales grandes. Salazar le beso la espalda y el cuello a la mujer, bajo a su pecho y le regaló un tierno beso en el seno, demostrando lujuria le apretó las nalgas a Rubí tan redondas y firmes.



   —Ohhhh —gimió Rubí, besuqueó el pecho de Salazar y despues trasladó sus labios a su ondulado abdomen arrodillandose ante él. Con ambas manos sujetó la ropa interior de los lados de la cadera e hizo caer bajo sus gruesos muslos—. Oh, ¿pero qué pasa con esto?

   A Salazar las mejillas se le volvieron color rosa por la vergüenza.

   Ante los ojos de Rubí estaba un par de pelotas grandes, peludas y colgantes pero tambien estaba un pene de tez aceitunado, largo y grueso pero estaba flácido, al crecer se haría descomunal en tamaño y grosor.


   —Pensé que estaría erecta como una estatua —comentó ella con un dejo de decepción.

   —Ya va a crecer preciosa. Dale tiempo.


   —Ummmmnnn.

   Rubí abrió la boca y empezó a saborear el par de caramelos colgantes entre las piernas de Salazar pero a pesar de los lenguetazos el pollón no reaccionaba. La reina del amor y la pasión trasladó sus labios al dormido pedazo de carne del hombre con un agradable sabor salado... pero a pesar de las chupadas, el pene no daba reacción.


   —¿Qué pasa, precioso. Estás nervioso?


   Pero no era susto lo que sentía Salazar, estaba confuso deseaba que su pene se despertara como garrote. Pero los labios de Rubí parecía no dar el estimulo necesario.


   Salazar empezó a invocar en su cerebro las imágenes más sucias y sexuales que pudiera imaginar sin sentir reacción alguna.


   Rubí parecía exasperarse. Sacó la boca del pene e inesperadamente se quito la pequeña chaqueta que cargaba revelando sus turgentes senos con pezones rosas.

   Salazar abrió la boca sorprendido.


   —Oh, gran Olimpo —murmuró.


   Y Rubí introdujo la muerta pija entre sus senos para empezar a frotarla.


   —Oh —gimió Salazar.


   Y aunque cerraba los ojos su pene continuaba muerto frente a la masturbación que le brindaban.

   Rubí dejo de gemir excitada y se colocó de pie ante el rey de la oscuridad. Él la miró a los ojos pero recibió una fuerte bofetada.


   —Vergüenza debería darte de haber ganado la encuesta —reconoció ella con malhumor entregando en la otra mejilla del hombre otra bofetada—, tu pene está como tu reino, muerto.


   —No —negó Salazar apenado—, podemos divertirnos de otra manera. Te puedo penetrar con mis dedos.

   Rubí lo miro con altanería.


   —Introduce tu dedo en tu orto —catalogó la reina dando mediavuelta y desapareciendo del salón dejando en el suelo una rosa roja.


   —¡No! —pidió Salazar corriendo al lugar y agarrando la rosa, así fue como se dio cuenta que en su dedo estaba el anillo del rey James—. ¡No! —posiblemente estaba embrujado y eso influyó en su erección. Intentó quitarlo de su dedo pero no salía—. Maldito, James —con toda la fuerza que hacía sobre su dedo el condenado anillo no salía.

   El rey de la oscuridad lanzó un gruñido de decepción.



III


Tras la selección de Salazar para el segundo desafío, Samán, el rey del bosque decidió dar un paseo por el colorido jardín del palacio de Olimpo, él era un rey poderoso, se sentía decepcionado de no haber sido seleccionado por el público como el favorito de esa semana. Sus dominios se extendían por todo el planeta Cronos teniendo tratados con casi todos los reinos en asuntos de naturaleza y fauna.



   —Así que mañana es el desafío —decía sosteniendo con sus dedos un una planta de tipo gazania. Estaba parado firme demostrando respeto a las hierbas—. ¿Se trata de una prueba donde están involucradas ustedes?


   La planta junto a las demas se movieron y en su lenguaje respondieron a Samán de forma negativa argumentando que para el desafío del día siguiente no estaban involucradas plantas o animales.

   —Necesito de su ayuda y colaboración de ser necesario. A cambio tendrán una gran recompensa.


   El rey Samán no se percató de la presencia de dos concursantes a su espalda. El rey Xian, señor de la luz que iba acompañado de Sixto, rey del viento. Xian iba vestido con una ajustada franelilla color negro y un ceñido jeans azul comenzó a aplaudir de manera socarrona.

   —Un fuerte aplauso a la reina de las flores —se burlaba—. Ya veo que eres toda una reina, tal cual como tu antesesora, no eres digno de ser un rey. Tu puesto deberia ser obstentado por una mujer. Mira la delicadeza con la que sostienes esa flor. Papanatas, afeminado. Rey menor.


   Samán dejo de sostener la flor e hizo frente a sus adversarios que continuaban mofandose de él.


   —¿Soy un rey menor? No lo creo. Mucho poder tengo. Sus gobiernos son los peores.


   —Somos territorios muy desarrollados —dijo Sixto, que esa mañana vestía de etiqueta como si fuera asistir a una reunión importante pero no resulto favorecido con los votos en su cita con Rubí.


   —¿Qué haces, reina de las flores? —se reía Xian—. ¿Planeas como hacer trampa mañana con tus plantulas? ¡Jajajaja! No sé que tipo de ayuda pueden prestar un par de estúpidas plantas. ¡Es fuerza lo que se necesita! —dobló el brazo mostrando sus músculos—, no plantas malolientes y animales brutos.


   —¡Te vas a arrepentir de lo que dices, Xian!


   —¿Ah, sí? ¿Y qué harás atacarme con una lluvia de rosas? —rompió en carcajadas junto a su compañero.


   Samán profirió varias palabras raras y Xian continuó con la burla.


   —¿Qué haces? ¿Estás llamando a tu amigas las petalos? Jajaja, eres la reina de las flores más absurda que he visto —reía acompañado de Sixto.



   
   Arrastrandose desde el piso una especie culebra observó a su jefe Samán que lucía alto y fuerte dictando las ordenes a seguir. El animal con sigilo continuó pasando por el suelo terroso.


   —Me encargaré de que mañana seas eliminado —comunicó Xian—, ya lo fue Diamante, sigues tú acompañado de aquel patético James y por último el populachero Terra.

   A continuación Xian expulsó un terrible grito de dolor y cuando Sixto miró hacia abajo abrió los ojos y exclamó horrorizado. Una culebra de color plateado subió por las piernas de Xian y ahora mordisqueaba su entrepierna. Había clavado los colmillos en sus testículos. El rey de la luz volteó los ojos agarrando al animal entre sus manos y apretandole con fuerzas, Samán hizo un movimiento de brazos y la serpiente se desvaneció. Seguido Xian cayó de rodillas sujetando su entrepierna, parecía confuso.

   —Es una serpiente Onix —informó Samán—, de las más letales. Despues de todo es a ti a quien le queda horas de vida y pronto tendremos nuevo rey de la luz. Espero que sea una reina su sucesor.


   Samán dio media vuelta marchándose de ahí. Sixto se arrodilló al lado de Xian que se había tumbado en el piso empezando a sudar convulso.

   —Busca... busca... —intentaba hablar Xian sintiéndose mareado—, debes bus... buscar a Cobra.


   —¿Dónde? —Sixto se mostraba asustado y desesperado—. ¡Dónde!


   —Ve... —rogó Xian cristalizando su mirada.


   Sixto echó a correr por el sendero pidiendo a gritos la aparición de Cobra, el Rey del Veneno. Entró al palacio hecho un manojo de nervios, localizó a Piro leyendo un libro sobre el arte de la guerra sentado en un escalera de mármol.

   —No sé donde esté y tampoco me interesa —declaró enterrando la cabeza en el ejemplar.

   Sixto subió al segundo nivel pensando en la pronta muerte de su compañero de habitación, fue Mark quien le dijo que el señor del veneno estaba descansando en la habitación de su grupo.

   Sixto echó a correr, tocó como loco la puerta en la habitación y desde adentro le hicieron pasar. Encontró a Cobra sentado ante la ventana, tenía el delgado cuerpo desnudo y un corto y ajustado boxer cubría sus genitales. Sixto contó en medio de sus nervíos como uno de sus amigos estaba en medio del bosque atacado por una serpiente Onix.


 
 —Ahora quiero saber —dijo Cobra señalandose con el dedo índice—. ¿Qué beneficio obtengo yo al ayudar a ese rival?


   —No lo sé, pero puede morir... tú eres el más indicado para ayudarlo... ¡Debes hacerlo, por favor!


   —No haré nada al menos que obtenga algún beneficio.


   —Por favor... morirá.


   —No me interesa... —recalcó sentandose en su cama—. Uno menos, mejor para nosotros.


   —Te regalaré alas de oro —habló Sixto en su mano derecha se formó una esfera dorada—, útil para cualquier ocasión, 80% de rapidez en el vuelo y con una coraza del 90% ante ataques de elementos agua y fuego.


   —Así bien se paga —sonrió Cobra, la esfera cruzó el aire y se depositó en su mano donde se desvaneció—, ya aquel moribundo me pagará, esto es sólo un 50%. Vamos al sendero —Cobra se puso de pie denotando malicia y arrogancia.


   Juntos caminaron a la espesura del bosque donde encontraron a Xian pálido y bañado en sudor.


   —¿Dónde lo mordió?

   —En las pelotas.


   —La onix es una serpiente mortal pero yo tengo la cura, hay que extraer el veneno. Ya esto pasará. Hay que liberarlo de la ropa.



 Juntos quitaron la empapada en sudor franela de Xian y la dejaron a un lado le quitaron el zapato y el jeans dejandole unícamente en ropa interior color rojo. Xian parecía no darse cuenta de lo que pasaba.

   Cobra se colocó entre las piernas abiertas del rey de la luz, levantó el pie y con rudeza lo dejó caer en la entrepierna del rey envenenado, haciendo que sus testículos crujieran bajo el pisotón cruel de su bota. Xian escapó un gemido de agonía, doblándose y agarrando su ingle.


   —¡¿Qué haces?! —se alertó Sixto.


   —Cállate, el profesional soy yo. Te dije que hay que extraer el veneno.



   El rey Cobra alzó otra vez el pie aplastando la abultada entrepierna de Xian resonando sus pelotas como cascaras de huevos contra el piso.

   Xian escapó un gruñido, dando un brinco en el piso.


   Cobra volvió a aplastar los huevos de Xian con toda la fuerza que pudo reunir, por lo que el rey gritó de dolor sentándose en el suelo agarrando sus testículos tosiendo y respirando con dificultad. 



   —Será mejor que te acuestes —dijo Cobra con voz suave—. Hay que matar al veneno para despues expulsarlo.


   Xian estaba agarrando sus bolas, haciendo una muecas de dolor.


   —Recuestate, Xian.


   Cobra tomó a Xian del hombro como si lo fuese a ayudar a recostar en el piso pero lo que hizo fue enterrar su bota contra su entrepierna. Los ojos de Xian se hincharon y dejó escapar un gemido gutural.


   Cobra aprovechó su oportunidad y retorció el pie sobre el par de papas grandes del rey de la luz que gemía y gemía en medio del dolor.


   —Lo estás matando —susurró Sixto.


   Cobra negó con la cabeza y alegó que necesario era matar las bacterias dentro del veneno antes de que causaran un daño mortal.


   Cobra dio el último pisotón sobre la ingle de Xian haciendo caso omiso de su grito doloroso.


   Sixto se agarró sus testículos por reacción fue así como se dio cuenta que dentro de su entrepierna su pene estaba erecto.


   Xian se quedó en el piso paralizado del dolor. Cobra suspiró y se colocó de cuclillas, sostuvo el bóxer rojo del varón y lo hizo resbalar por su muslo.


   —¿Qué haces? —preguntó Sixto con un brillo en los ojos al ver el pene blanco y grueso de Xian.


   —Voy a extraer el veneno —respondió Cobra agarrando entre sus manos el miembro medio duro del rey para empezar a masturbarlo.


   Xian abrió la boca soltando un gemido de placer. Su mirada se había perdido.


   La cabeza de su pene empezaba a sobresalir dentro de la mano de Cobra a medida que lo manipulaba.


   Sixto se quedó sorprendido cuando minutos más tarde del pene de Xian era expulsada una sustancia cremosa y de color rojo que quedo regada sobre su verga, la mano de Cobra y el abdomen.


   —Eso era el veneno —declararía Cobra alzándose—, este hombre está fuera de peligro.



IV




 A la mañana siguiente era el gran día del segundo combate para la nueva eliminación, Salazar estaba furioso buscando a James por todos los rincones del palacio, había decidido abandonar el salón de Rubí al amanecer para no recibir la burla de sus compañeros por su accidentada visita.


   —A ti te quería encontrar, maldito —rugió Salazar al encontrar al rey de la vida y la fertilidad calzando un ajustado bóxers color azul cuando se disponía a abandonar la sala de mensajería.



 —¿Me buscabas a mi? —se auto señaló con el dedo James aparentando inocencia.



   —¿Qué hiciste conmigo? ¡¿Què demonios en esto?! —reclamaba Salazar mostrando el anillo sobre su dedo.


   James estalló risas.


   —¡Te lo colocaste! jajaja, ajajaja, jajaja. ¿No transcurrió nada entre ustedes? Jajaja.


   —Te voy a matar, hijo de puta.


   James echó a correr pasillo abajo con Salazar gritando groserias tras él, el rey de la fertilidad hacía escandalosas risas argumentaba mientras corría que aquello se trataba de una broma y sólo debía quitarse el anillo dandole un beso.



   Pero lo que más deseaba Salazar era matarlo a golpes, por su culpa no había podido tener intimidad con la reina del amor y la pasión.


   —Te mataré, maldito —gritaba Salazar con el puño crispado.


   James era más rápido al correr contra Salazar por ello tenía más ventaja corporar, quizas Salazar era más lento por el grosor de sus piernas. Pero James consiguió ventaja al salir del castillo de Olimpo y se dirigio al campo con Salazar más alejado de él pero todavía furioso.


   —¡Necesito esconderme, necesito esconderme! —decía desesperado James cuando encontró al rey Salazar meditando en el bosque.


   —Me va a matar, Salazar, me va a matar por la broma que le hice.


   Samán rió al saber de la jugarreta, cuado James la noche anterior le hubo relatado.


   —Está furioso y me quiere joder.


   —Aquí estás, malnacido —insultó Salazar al llegar a aquel claro, tenía furia inyectada en la mirada.


   —¡Era un broma, amigo!


   Salazar se dirigía con el rostro congestionado y el caminar lento. Samán tuvo que intervenir, movió una mano y con un chasquido James fue convertido en un avispón que rápidamente huyó volando alto en el aire.



   —Amigo, se acabó —determinó Samán—. Es una broma, esta vez perdiste tú y hay que aceptar la jugarreta. Desea que él sea el eliminado en el desafío de hoy y no más.


   Pero Salazar estaba rabioso no aceptaría calmarse y para él, Samán resultaba un chismoso que había solapado a James en el castigo. Ahora iba a sufrir su intromisión.


   Agarró a Samán del hombro y lo haló hacia él, en rápida sucesión de segundos Salazar levantó su grueso muslo y estrelló la rodilla en el bulto carnoso de Samán, aplanando sus bolas como tortillas contra su cuerpo, haciéndole gritar de dolor.


   Salazar se burló:


   —¿Te gusta eso? Grandísimo entrometido —repitió el movimiento, estampando la rótula en los huevos del rey del bosque provocando un grito agudo.


   Incapaz de defenderse, el cuerpo de Samán se redujo a una masa de músculos insignificantes, aquel rey gruñó y gritó de rabia y frustración mientras se iba al piso sosteniendo su entrepierna y Salazar le miraba cruel, recibir un golpe de sus piernas era como ser golpeado por un bate de madera.foto 

   Salazar se acercó a él y lo hizo ponerse de pie tomándolo del cuello, Samán se esforzó en vano para liberarse de las garras de Salazar.



   Salazar agarró las bolas de Samán y la apretó con fuerza, haciendo que el rey del bosque chillara como una niña.


   —Te dejaré sin descendencia —declaró Salazar—, no quisiera en el futuro el alma de una familia de entrometidos en mi reino —sonrió, torciendo el escroto tan fuerte como pudo haciendo que Samán se colocara de puntillas y con la mirada perdida.


   Salazar prefirió soltar las pelotas de Samán que por un breve momento creyó que el sufrimiento ya había pasado. Descuido el momento en el que Salazar apretaba el puño y con sorpresa le golpeaba en los testículos vulnerables. Samán dejó escapar un grito sintiendo como sus huevos se aplastaron contra su cuerpo.


   La cara de Samán había tomado el color de un tomate contrastando con la palidez de su piel, se había encorvado sosteniendo sus gónadas.


   Salazar se cansó de todo aquello, finalmente James había escapado pero no podría esconderse todo el tiempo y aquel pedazo de idiota ya había aprendido la lección lo soltó y Samán se  dejó caer en el suelo, con las piernas pateando violentamente.


   Salazar se quedó mirando a Samán estaba tendido en la tierra con las piernas abiertas y respirando con dificultad. Sin pasar mucho tiempo el rey del inframundo echó la pierna hacia atrás y pateó los testículos no protegidos de Samán, aplastándoles contra su cuerpo.



   Los ojos de Saman se llenaron de lágrimas y su boca se abrió con un grito silencioso.


   Salazar dio media vuelta y se dirigía de nuevo al palacio donde con toda comodidad vería el segundo desafío por televisión. Ya no escuchaba los lamentos y lloriqueos de un hombre tras él. Lee relatos extras en www.cronicasdereyes.blogspot.com

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