CONTIENE:
-BALLBUSTING HOMBRE/HOMBRE
Franko Tavalas miraba todo a su alrededor en un sólo dĆa habĆa pasado de ser prĆncipe de Arkadia a un hombre de la clandestinidad, su padre, rey de Arkadia habĆa sido asesinado esa maƱana durante la invasión de Badia, la belicosa nación del norte potencia en guerra y crueldad.
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Franko |
Franko miraba con sus ojos grises al hombre que estaba frente a Ć©l. Todos los que estaban en esa habitación se ocultaban del caos reinante en las calles de la próspera ciudad que ardĆa en llamas y con olor a muerte, invasión y destrucción.
De tez blanca y cabellos castaƱos Franko estaba sentado próximo a grabar un video donde transmitirĆa un mensaje de esperanza y fuerza para los ciudadanos de su nación. Ćl debĆa retomar el poder para ser nombrado el nuevo rey de Arkadia y no el usurpador que se habĆa adueƱado del trono por la fuerza.
āGrabarĆ© ādijo el hombre que estaba parado ante Ć©l con el equipo de grabación.
āNo, espera āordenó Franko.
Sus ojos se posaron en Alexander que tenĆa una franela sin mangas, un jeans y zapatos. Se habĆa despojado de su indumentaria militar de Arkadia ya que tenĆa la responsabilidad de hacer llegar la grabación a todos los medios de comunicación por lo tanto tenĆa que salir y mezclarse en el caos de la ciudad.
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Alexander |
Franko continuaba callado sumido en el silencio procesando el tormento que habĆa vivido durante esas horas. Sus manos acariciaron otra vez sus testĆculos pues aĆŗn dolĆan de sobremanera. ĀæCómo luchar ahora desde la clandestinidad y dar esperanzas a su nación si Ć©l ya no las tenĆa?
āNo perdamos mĆ”s el tiempo, Franko āobjetó Rocco, el tercer y Ćŗltimo hombre que estaba encerrado en esa habitación subterranea. Era un hombre alto y rubio de profundos ojos azules, su cara rectangular aseguraba inteligencia y era un gran estratega por ello fue el presidente del parlamento del gobierno arkadianoā, estamos contra reloj y en un momento crucial. Tienes que decir lo que te aconsejĆ©.
Franko respiró profundo buscando las fuerzas para hablar.
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Rocco |
āQuita tus manos de ahĆ.
Obedeciendo a Rocco el joven afirmó de nuevo con la cabeza y anunció a Alexander que estaba preparado para la grabacion.
La filmación se inició enfocando al conocido principe sentado de manera erguida y a su espalda la orgullosa bandera de Arkadia, de color verde oscuro con un "A" en el centro y una pequeƱa estrella dorada en el Ć”pice de la tipografĆa. Con seguridad resonó su voz.
āCiudadanos de Arkadia les habla Franko Tavalas nuevo rey de la nación, primeramente, rechazo la manera violenta en la que hemos sido despojado del reino. Lamento el feroz crimen que se cernió sobre nuestra ciudad asesinando a miles de ciudadanos Arkadianos y con ello a vuestro rey, mi padre, con ello ratifico mi nuevo cargo que por sucesión me corresponde y no al nuevo tirano que por la fuerza y por medio de la sangre de nuestros valiosos ciudadanos se adueñó del palacio y de la gobernación de nuestro paĆs. Rechazo al nuevo rey impuesto por el gobierno de Badia, desde hoy tambiĆ©n declaro la guerra contra Ćsdrubal Cruise rey y tirano asesino de Badia, rechazo al rey que has impuesto para gobernar y adueƱarte de los inmensos recursos económicos de Arkadia. A partir de este momento declaro la hora de resistencia a todos los ciudadanos vamos a luchar contra la fuerza opresora de Badia y los haremos retroceder de nuestra nación. Yo, Franko Tavalas, hijo de Gry Tavala, su rey, liberarĆ© a nuestro pueblo de las garras asesinas para restablecer la paz y la fuerte economĆa que siempre nos caracterizó en el mundo...
Afirmando con la cabeza Rocco aprobaba las palabras de Franko, era ahora que comenzaba la guerra y la resistencia, tenĆa el muchacho que huĆr del paĆs y buscar apoyo de otra nación ya que la fuerza militar de Arkadia se habĆa debilitado ante la opresora nación BadĆa.
āVoy a entregar esto para que lo vea toda la televisión mundial ādijo Alexander guardando el equipo en el bolsillo del pantalón.
āTen cuidado al ir, muchacho āpidió Roccoā. Tienes una hora para ir y volver, de no hacerlo te daremos por muerto y nuestra misión seguirĆ”.
āVolverĆ© āaseguró Alexander inclinĆ”ndose con reverencia ante Franko.
āHey ālo detuvo Franko antes de salir de la habitaciónā. No olvides que cuando vuelva a ser el rey serĆ”s nombrado capitĆ”n de seguridad de la nación.
Alexander lo miró con seriedad y afirmó con la cabeza sin decir nada. Abandonó la habitación.
āEse muchacho es bueno āinformó Roccoā, confiaba mucho en Ć©l en su puesto de defensa de nuestro parlamento.
Franko afirmó y se acomodó en el asiento acariciando sus testĆculos. Ya no se escuchaban detonaciones en la calle pero la invasión y el sufrimiento continuaba.
āSaldrĆ© un momento, verĆ© como estĆ” todo arriba āanunció Rocco.
Franko se quedó en solitario deseando desterrar de su memoria el trauma psicológico vivĆdo aquel dĆa pero eso quizĆ”s nunca saldrĆa de su cabeza, de prĆncipe ahora era rey en la clandestinidad... si es que acaso todavĆa se podĆa considerar rey de Arkadia.
El ataque habĆa empezado inesperadamente cuando el sol tocó las paredes de grandes e imponentes edificios de la ciudad cuando miles de soldados de Badia penetraron en ellla montados en potentes motocicletas haciendo eco en las calles con el sonido de los cilindros y el azote de las espadas.
Nadie los vio venir pero todos oyeron el ruido de la invasión y la violencia.
Cuando se quiso hacer frente al ataque ya era muy tarde.
La fuerza de los soldados de Badia era superior a los de Arkadia que tambiƩn comenzaron a hacer defensa ante la furia de los rivales.
Desde el alto palacio del rey se avistaba la ciudad que estaba siendo destrozada, saqueada y quemada. Por las grandes ventanas donde se detallaba la moderna nacion se veĆa que desde lejos se aproximaban soldados surcando el aire para tomar el palacio.
āDefenderĆ© mi ciudad āgritaba aguerridamente el padre de Franko.
āĀ”No! No te dejarĆ© ir āse negó su hijo deteniĆ©ndolo del brazo.
āĀ”Lo harĆ©! Y tĆŗ mantente aquĆ. Es mi deber recuperar la ciudad y si yo muero tĆŗ ocuparĆ”s el trono y la pondrĆ”s en pie. Badia nunca serĆ” dueƱa de nuestro territorio.
āPadre no te dejarĆ© ir. Podemos huĆr.
āLucharĆ© por mi pueblo.
Y era la orden del seƱor Tavala que antes de salir para siempre del palacio ordenó que custodiaran con su vida al hijo que le quedaba, ya otro habĆa sido asesinado. Era una guerra feroz y nunca iba a ceder ante Badia.
Franko fue oculto en una habitación poderosamente custodiado por militares. El muchacho sostenĆa en su mano una empuƱadura de oro de la cual pulsó un interruptor y de ella emergió una filosa y larga hoja de plata. Franko volvió a pulsar el interruptor y la hoja se guardó en la empuƱadura la cual guardó en el bolsillo de su pantalón. Lo Ćŗltimo que habĆa visto por la ventana fue que por las calles circulaban los militares en motos y un tanque de guerra del enemigo hacĆa destrozos, no habĆa nada que hacer estaba segura la derrota del trono.
āSi invaden el castillo debes huĆr por mi despacho āle susurró su padre cuando lo abrazó.
En las calles de Arkadia reinaba el mƔs profundo caos y dolor.
āĀ”Fuego! āgritaban los militares enemigo y era cuando los acorazados de guerra se abrĆan fuego destruyendo los edificios de la plaza central. SeguĆan ganando espacio.
Los motociclistas enemigos seguĆan batiendose en espadas con los militares a pie Arkadianos, dĆ”ndose baja de lado y lado en los ejercitos pero con clara ventaja en el invasor.
Por un espacio los motociclistas se habĆan hablaban uno tras otro.
El ejercito donde iba el rey de Arkadia corrĆan en dirección a ellos con las espadas en alto.
Las motos hicieron ruido y cruzaron a alta velocidad.
El padre de Franko sintió que una hoja filosa le habĆa atravesado el estómago. La mayorĆa de sus hombres habĆan caĆdo como Ć©l deseando defender su territorio. Otros se extendieron tratando de avanzar pero eran alcanzados por los motorizados que cada militar fulminaba con sus espadas.
El rey Gry Tavala cayó al suelo pĆ”lido, contemplando como una veintena de militares en el aire se posaban sobre su palacio, invadĆendo su casa rompiendo los vĆdrios. HabĆa perdido la batalla contra la potencia bĆ©lica, morirĆa como el resto de su familia, estaba seguro de que tambiĆ©n iban por la vida de su hijo Franko. El asesinado rey tenĆa los dientes apretados, aunque no habĆa forma de decir si era de dolor o ferocidad. Un militar enemigo se detuvo ante Ć©l y encestó la espada en su pecho. No habĆa nada que hacer el actual rey de Arkadia habĆa muerto y ahora iban por su hijo.
El estallido de los vĆdrios fue estremecedor. Franko lleno de sorpresa y terror supo que los atacantes se adueƱaron del palacio. Se levantó de su cama y se acercó al espejo donde en su parte superior se leĆa:
Con la tecnologĆa de Saurom.
El joven colocó la palma de la mano en el espejo y Ć©ste se desvaneció dando paso a un oscuro pasadizo secreto, escuchó el sonido de las espadas en lucha fuera de su habitación y supo que contaba con segundo para salir de ahĆ con vida. Corrió por el camino en dirección a la oficina de su padre, lugar que tambieÅ tenĆa otro pasadizo con salida del palacio.
Cuando Franko llegó corriendo a la oficina de su padre se detuvo en seco.
Su corazón palpitó de locura al encontrarse cara a cara con un militar de la linea invasora.
El enemigo con su uniforme rojo lanzó una sonrisa diabólica y blandió su espada.
Franko se llevó la mano al bolsillo sacando la empuñadura enseguida también mostró su espada.
Y se inició una lucha en aquel encerrado despacho.
Cada hombre era un experto en el manejo del arma blanca saltaban y retrocedĆan cualquier golpe cortante que su enemigo pudiera acertar. El militar quedó inmóvil un momento y luego sacudió la cabeza decidido a continuar el ataque y asesinar al heredero al trono. Franko seguĆa moviĆ©ndose con rapidez blandiendo su espada, siguió avanzando cogiendo ventaja. Aprovechando la adrenalina Franko quitó de un golpe el arma a su atacante que cayó muy lejos en el suelo.
Franko tenĆa el rostro doblado de la amargura.
Su adversario retrocedió con la punta de la espada amenazando sobre su cuello. Franko lo hizo caminar sobre sus pasos contra el escritorio de pulida madera, allà el hombre se tropezo a inclinó la espalda sobre la mesa, era lo que Franko necesitaba para decapitarlo.
āNo lo hagas āpidio el soldado de Badiaā. Te dejarĆ© huĆr.
āNo hace falta que lo hagas āreconoció Franko con furia en la voz, estaba con su cuerpo encima de Ć©l con los ojos inyectados en sangre. Subió el brazo a la altura de la cabeza dispuesto a enterrar la filosa hoja en su garganta.
El soldado con mirada suplicante se agarró del brazo libre de Franko, el muchacho iba a bajar la espada contra él.
El militar sintiendo al joven encima de Ć©l dispuesto a matarlo traslado su mano rĆ”pidamente a la entrepierna del prĆncipe, cogiendo con sorpresa el ataque que iba a propinar y crujiendo sus grandes testĆculos. Franko lanzó un potente grito abriendo los ojos y dejando escapar de su mano la espada que chocó contra la mesa y resbaló al suelo. En lugar de retirar la mano, el soldado continuó el ataque apretando las bolas de Franko con toda la fuerza que pudo reunir.
Franko emitió un gruñido angustiado y agarró la muñeca de su enemigo, tratando de sacarla de su ingle.
Pero el militar de Badia se aferró a las pelotas causando mÔs dolor exprimiendo el par de gónadas.
āĀ”AHHHHHH! āgimió Franko mientras sus testĆculos eran aplastados en el apretado agarre del enemigo.
Su rival exprimió con fuerza, haciendo que Franko se hundiera de rodillas.
Franko soltó la muñeca del militar y también lo agarró de los huevos.
Su enemigo echó la cabeza hacia atrÔs.
Los dos oponentes estaban arrodillados uno frente al otro, agarrĆ”ndose los huevos porque sus vidas dependĆan de ello.
Estaban gruƱendo y gimiendo, cada uno tratando de superar al otro, retorciendo y amasando los delicados testiculos en sus manos.
El militar lanzó un puƱetazo en la cara a Franko con su mano libre, haciendo que rugiera de dolor y rabia, cayendo a un lado, soltando los cojones del enemigo que tambiĆ©n soltó los del prĆncipe y ganado ventaja para agarrar la espada de empuƱadura de oro.
Franko lo miró desde el suelo con miedo y odio.
Su adversario se rió sosteniendo en alto su espada.
āPonte de pie āordenóā. Te matarĆ© y me subirĆ”n de rango por hacerlo. Ā”PONTE DE PIE, MIERDA!
Franko obedeció y lentamente abandonó el suelo, morirĆa de pie y con orgullo.
Con un grito enojado, el militar levantó la pierna pie y pateó las huevas del prĆncipe.
Franko gritó de dolor mientras la patada aplastaba los testĆculos en su cuerpo. Cayó al piso acurrucado, sollozando y gimiendo agarrando su entrepierna.
āHoy se corona a un nuevo rey en Arkadia āaseduró el militar fue cuando levantó los brazos para atravesar con su espada al cuerpo sin fuerzas de Franko.
El prĆncipe cerró los ojos mientras acunaba su hombrĆa con ambas manos y esperó el final de su vida y de la dinastĆa Tavala sobre el planeta Rojo. Escuchó un quejido y que el militar retrocedĆa con dificultad. Al momento de abrir los parpados vio como su enemigo caĆa al suelo de rodillas con una daga clavada en la frente, tras cortos segundos el militar terminó rendido y sin vida a un lado de sus piernas. Franko desvĆo la mirada y descubrió a Alexander que portaba el negro traje militar de la nación, habĆa ido a su rescate.
āĀ”He encontrado al rey de Arkadia! āanunció.
Y enseguida varios hombres acudieron a su rescate, allĆ se enteró del trĆ”gico destino de su padre y del despojo que habĆan sufrido del reino ante la inesperada invasión, tenĆan que huĆr.
En la actualidad Franko seguĆa sentado en la silla en la poca iluminada habitación sus pensamientos confusos se interrumpieron cuando Rocco ingresó a la sala.
āEn tres horas debes salir del paĆs, mi rey āanuncióā. Alexander ha vuelto con una comitiva de 15 militares en tu defensa. Nos informa que las calles siguen revueltas aunque con una tensa calma ya que el gobierno de Badia a travĆ©s del miedo los volvió sumisos. Todas las salidas de la ciudad por mar y tierra estĆ”n custodiadas. Las salidas por tren estĆ”n suspendidas y tampoco hay servicio de tren continental. Hemos trazado un nuevo plan para sacarte por la frontera con un vehĆculo prestado. El rey de Nilo ha sido el Ćŗnico en ofrece ayuda para recuperar tu poder, debes tener mucho cuidado.
Franko afirmó con la cabeza y siguió escuchando al presidente del parlamento.
āDebes viajar a Nilo y formar una nueva estrategia de guerra, ten mucho cuidado con el costo que tendrĆ”s por recibir su ayuda, mantenme al tanto. Yo me quedarĆ© aquĆ formando la resistencia para recibirte y luchar contigo para recuperar el reino. ViajarĆ”s comandado por Alexander, confĆa en el.
āRegresarĆ© y recuperaremos el poder.
āAsĆ serĆ” āafirmó Rocco colocando una mano en su hombroā. VolverĆ”s al poder... Ā”Salve al rey Franko Tavala, seƱor de Arkadia!
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